Imágenes de páginas
PDF
EPUB
[ocr errors]

Al dia inmediato, y he aquí justificado el que no tuviese ánimo la Milicia para batirse con los suyos, gozosos los carlistas de que la Milicia hubiese depuesto sus armas, y creyendo ilusos que el no disputado triunfo del gobierno era el suyo, se levantaron osados en los barrios bajos, y persiguieron de muerte á los nacionales. La insurreccion, promovida y mantenida especialmente por las mujeres más inmundas, se hizo en breve alarmante, y la caballería, que no se habia disuelto como la infantería, porque compuesta en su mayoría de sugetos acaudalados, no era mirada por el gobierno con tanta desconfianza, se reunió autorizada por el capitan general con la velocidad del rayo, y vendió cara la sangre de sus compañeros, restableciendo al momento el órden. A los pocos dias espió en el patíbulo su delito, una vieja sanguinaria y desalmada, una de las muchas furias que solo á cuchilladas aprendieron que no habia llegado todavía otro año 23.

El 15 y 16 de agosto prueban bien que no son las gentes de letras las más á propósito para dirigir una insurreccion militar. Espronceda, Ventura de la Vega, Borrego y otros, vieron la diferencia que hay de escribir tranquilos á obrar agitados, de la literatura á la política, á la guerra.

Vuelto del Sitio el ministerio, su presidente, el conde de Toreno, ofreció 200 onzas de oro y un empleo á quien descubriese el paradero de Aviraneta, y la policía hizo los mayores esfuerzos para buscarle. Aviraneta se ocultó, y á los cuatro dias salió en medio del dia por la puerta de Alcalá en direccion de Zaragoza (1).

(1) Poco tiempo despues de estos sucesos, vino á Madrid 'desde Barcelona don Francisco Guiu, sobrino del padre Pouch, conocido en toda Cataluña por el Dominico de Vich, tio y sobrino complicados en la misma famosa causa de Aviraneta é incidente de Barcelona. Su objeto era conseguir el sobreseimiento de dicha causa. Se presentó al fiscal de la audiencia de Madrid, don Laureano de Jado, y por las recomendaciones que traia para él, le recibió muy bien. A la sazon tenia sobre su bufete, y estaba examinando la causa de los presos de la conspiracion de la cárcel de Córte, y le dijo á Guiu: «Estoy admirando el génio fecundo y travesura de Aviraneta. El consiguió embrollar su proceso de tal manera, que ha sido preciso á los tribunales poner en libertad como inocentes á todos sus cómplices, y él ha logrado su libertad fraguando desde la cárcel el pronunciamiento del 15 de agosto en la Plaza Mayor; y para complemento de su maquiavelismo, aquí tiene vd. este proceso de la conspiracion de la cárcel de Córte, que es la concepcion más revolucionaria que han podido imaginar los hombres para vengarse de los que él tenia por sus enemigos, y hasta del mismo juez, comisionado régio y del escribano de su causa. Este proceso está vestido con tales declaraciones y pruebas, que me veo obligado á pedir contra los presuntos reos, cuando menos un presidio: pues bien, como fiscal estoy en obligacion de obrar de esta manera, y como particular, estoy convencido y casi seguro, que todo el proceso no es más que un solemnisimo embrollo, fraguado por la profunda imaginacion de Aviraneta.>>

ENÉRGICA DEBILIDAD DEL MINISTERIO.`

LXII.

Terminada de este modo la insurreccion de agosto, aquel ministerio, temeroso antes, se mostró ahora fuerte, y los consejeros de la corona residentes en la Granja, que ya tomaban medidas para trasladarse á Burgos en el caso de que triunfasen los urbanos de Madrid, fueron acaso más allá que sus compañeros en la adopcion de medidas enérgicas.

Por de pronto se puso á Madrid en estado de sitio; se creó una comision militar para juzgar breve y sumariamente á los que se aprehendiesen con arinas, formasen grupos y reuniones «cuyas voces y movimientos fundasen una prudente sospecha, y á los que se hallasen en el sitio de los escesos y no se apartasen á la primera intimacion; » se disolvieron los batallones de la milicia pronunciados, á calidad de proceder á su nueva organizacion; se suprimió el Eco del Comercio, de tanto influjo entonces en la opinion, y se pusieron infinidad de trabas á los demás periódicos.

Los procuradores Alcalá Galiano y Chacon fueron presos, así como los urbanos que marcharon á la Granja á presentar la esposicion. La policía buscó inútilmente al conde de las Navas, Isturiz y Caballero, complicados, segun se decia, en la insurreccion.

Reducidas á Madrid estas providencias, eran estériles para la dominacion del ministerio en la Península, y solo demostraban su debilidad estos alardes de poder. El ministerio estaba herido de muerte y tenia que sucumbir. Las circunstancias, más fuertes que su voluntad, debian arrastrarle y le arrastaron. Cuanta mayor fuese su resistencia, más violento seria el golpe, más terrible la caida.

Haciéndose quiméricas ilusiones, y como para disimular su situacion, envió á las provincias para que se anunciase con las mil trompetas de la fama, una mal redactada circular en que daba cuenta de su triunfo en los pomposos términos siguientes:

«Ministerio de lo Interior.-Primera seccion.-Circular.-Un acto de escandalosa insubordinacion de una pequeña porcion de la milicia urbana, puso en grave compromiso la tranquilidad de esta capital en la tarde del dia 15 del actual, sobre todo desde el momento en que, á favor del toque de generala acordado por los sediciosos, consiguieron estos reunir en la Plaza la mayor parte de los batallones 1.o, 3.0 y 4.° Hombres audaces, que se suponian apoyados por la fuerza destinada á proteger el órden y la tranquilidad pública, han intentado sumir al pueblo en la anarquía; pero el ilustrado celo de las autoridades superiores, se

cundado por la imponente actividad de las tropas de la guarnicion y de una parte de la misma milicia, y por la juiciosa sensatez del pueblo, consiguió desde luego circunscribir á un punto el fuego de la insurreccion armada, y descubriendo á la inmensa mayoría de los indivíduos de la milicia urbana el precipicio á que muy pocos querian conducirles, se restableció completamente el órden, retirándose todos á sus casas sin que haya habido necesidad de verter ni una sola gota de sangre. S. M. la reina gobernadora, que mira con justa indignacion tales demasías, ha adoptado ya medidas vigorosas para evitar se reproduzcan con mengua del gobierno y de los pueblos; y al comunicarlo á V. S. le prevengo de real órden acuerde las más oportunas disposiciones, á fin de que se mantenga á toda costa el sosiego público, tanto en la capital como en los pueblos de esa provincia. Dios guarde á V. S. muchos años.-Madrid 17 de agosto de 1836.-Alvarez Guerra.-Señor.....»

PROPÁGASE LA INSURRECCION.

LXIII.

Cundió por el interior el momiviento de las capitales mencionadas, prendiendo en la pacífica Castilla la Vieja el fuego de la insurreccion. En Valladolid fué obligado Castañon, sin embargo de contar con tres mil hombres de tropa, á mandar se evacuasen y cerrasen los conventos el 18 de agosto.

En el propio dia tuvo el general Jalon que hacer lo mismo en Salamanca; y en Málaga tuvo lugar á la vez uno y otro, siendo gobernador Santa Cruz.

El dia 19, el escasísimo populacho que cuenta la ilustrada Cádiz, invadió los conventos, siguiendo otras ciudades tan pernicioso ejemplo. Solo en Burgos y en Palencia pudieron las enérgicas exhortaciones de la autoridad evitar iguales tropelías.

Esta persecucion lamentable probaba completamente lo mal que se miraba á los frailes, que de hecho quedaron suprimidos en España, como lo fueron en breve por un real decreto. Degenerados mucho hacia los institutos religiosos, refugio, últimamente, por lo general, de la pobreza, de la holgazanería é ignorancia, introducida en su seno la relajacion, inútiles, en fin, para el bien, no encubrian su aversion, en otras épocas probada, á las ideas liberales, hostilizándolas en lo posible.

Pero no era su estincion el principal objeto del movimiento revolucionario, no era para relegar los frailes á la historia para lo que se formaba una conspiracion en toda España, para lo que se comprometieron tantos intereses y tantas vidas se arriesgaron; otro era el objeto. Aragon arrojó el guante, y Málaga se alzó tambien el 23 proclamando la Constitucion. Un regimiento de línea la victoreó igualmente, y la mili

cia le secundó, arrestando á algunos oficiales que intentaron oponerse, y embarcándoles para Ceuta. El gobernador, Santa Cruz, tuvo que ceder, y ocupó la presidencia de la junta directiva de gobierno que se nombró. El primer acto de esta fué publicar una proclama justificando el alzamiento con los ejemplos de Barcelona, Zaragoza y Valencia, y esponer à la reina sus deseos (1). Adoptó luego varias medidas administrativas en alivio de la poblacion, y envió á Granada una columna de dos mil hombres con objeto de propagar el movimiento revolucionario.

Cádiz no habia proclamado el Código que tuvo allí su cuna, á pesar del disgusto y los perjuicios que habia irrogado la clausura de los Estamentos á los comerciantes que, fiados en el arreglo de la deuda, aventuraron en ella sus capitales; pero al ver los carteles que anunciaban los sucesos del 15 y 16 en Madrid, arrancáronlos los urbanos con la punta de sus bayonetas, y dieron vivas á la milicia madrileña y á la Constitucion. Secundó sus aclamaciones el regimiento que mandaba el coronel Osorio, y las repitió el gobernador de la plaza, Hore, que dias antes se habia opuesto á la insurreccion, é hizo frente con grave riesgo, á una tentativa.

Nombrado presidente de la junta, se acordó principalmente dirigir una esposicion á la reina gobernadora pidiendo la caida del ministerio y la convocatoria de las Córtes constituyentes; pero dividiéronse las opiniones sobre los términos de la esposicion, y se dejó pasar el tiempo, hasta que una demostracion popular lo precipitó, formalizándose y remitiéndose el 25 (2).

La junta se habia desprestigiado, y á pretesto de que no habia tomado parte en su nombramiento todo el pueblo, convocóse á los vecinos por parroquias, y se eligió la nueva junta auxiliar y consultiva de las autoridades.

En Algeciras y en San Roque se instalaron tambien juntas; y Osorio salió de Cádiz á la cabeza de una columna á propagar la revolucion en los pueblos importantes de la provincia.

Vaca, comandante militar del Puerto de Santa María, envió tropas para oponerse á su marcha; pero se pasaron á los constitucionales, y fué conducido aquel preso al castillo de Santa Catalina.

Osorio marchó triunfante por Jerez á San Lucar; y no hubiera parado hasta Sevilla, á no saber que otros se le anticiparon.

Los urbanos de esta capital, reunidos en su cuartel, aclamaron la Constitucion; pero el capitan general, príncipe de Anglona, que desde

(1) Véase el documento número 15. (2) Véase el documento número 16. TOMO II.

20

dias atrás luchaba resuelto por impedir el alzamiento, todavía pudo dominarle, y consiguió se retirasen los milicianos. Al saberlo los de Utrera, vinieron en ayuda de sus compañeros. Noticioso de su aproximacion el gobernador civil, convocó á vista de la inminencia del conflicto, de la fermentacion que se dejaba sentir, y de las disposiciones que comenzaban á notarse en la guarnicion, una junta de personas notables, y mientras deliberaban lo que convenia hacer, por evitar ante todo el derramamiento de sangre, se pronunciaron los voluntarios ligeros de Andalucía al grito de viva la Constitucion. Impotente Anglona con esta defeccion, tuvo que doblegarse á la fuerza de las circunstancias, y resignó el mando en el marqués de la Concordia, saliendo de Sevilla disfrazado. El mismo gobernador civil y el nuevo capitan general, se pusieron á la cabeza de la junta de gobierno.

Granada siguió el ejemplo de Sevilla. Hubo á principio de agosto algunos conatos de insurreccion con varios pretestos; pero al saberse que se acercaban los constitucionales de Málaga, alármanse los ánimos, comienza la agitacion, es desterrado Villapadierna, coronel del 4.° regimiento ligero de caballería, aparecen pasquines alarmantes, se cruzan las patrullas, reúnese el acuerdo, conferencian las autoridades, y no habian llegado á Alhama las tropas de Málaga, cuando las de Granada aclaman la Constitucion el 26 en union con la milicia, siendo reemplazado el capitan general Rojas, con don Vicente Abello, que pidió el 29 á la reina una constitucion que las Cortes debian establecer, proclamando el 31 la de Cádiz, y haciéndola proclamar en los principales pueblos de la provincia, é instalando los ayuntamientos constitucionales, á influjo de la columna de Málaga, que entró el 29 en Granada, compuesta de tres mil hombres entre tropa, urbanos y paisanos armados de los pueblos.

Unos pocos del populacho intentaron, á favor de las circunstancias, saquear la aduana y otros puntos; pero pronto fueron reprimidos con vigor y presos algunos. El anciano general Campana, pudo haber sido víctima del fanatismo é intolerancia de aquellos momentos de exaltacion; pero al fin fué puesto en libertad para el estranjero.

Almería, Jaen y Córdoba secundaron el movimiento de Granada, y la junta de la antigua córte de los califas se limitó á pedir la remocion del ministerio y la convocatoria de los Estamentos; siendo de estrañar que uno de los indivíduos de esta junta fuese fraile.

Ronda y otros puntos se alzaron contra el gobierno. La revolucion podia ya considerarse general y triunfante en todo el reino, pues ya se constituyeran en legisladoras unas juntas, ya se limitaran otras, como la del Ferrol, á suplicar reverentes la formacion de una nueva ley electoral y el pronto y favorable despacho de las peticiones hechas por

« AnteriorContinuar »