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al saber el sitio de Torá, llegó á tiempo, y á la bayoneta desalojó á los carlistas de todas sus posiciones, ayudada en esta operacion por los sitiados, que no se mostraron menos briosos en el campo que tras las débiles tapias de aquella villa insignificante.

Más de doscientos heridos y de setenta muertos fué el resultado personal de aquella pelea encarnizada.

A poco tuvo lugar en Villavella otro combate más sangriento, porque no se dió cuartel, y cuantos fueron alcanzados fueron muertos. Rovira, llamado el Pep del Pó, atacó con su batallon de cuerpos francos á dos mil carlistas: hacen estos frente; se chocan con bravura, usan los francos de la bayoneta, vencen y dejan regado de sangre y poblado de cadáveres el terreno qne conquistan. En connivencia los carlistas con los que residian en Olost, entran el 10 en este pueblo fortificado, y matan á veinte y seis hombres, incluso el comandante de armas. Calvet sostiene una accion el 12 con los carlistas en Bacarizas, y el 13 es atacada la villa de Prats de Llusanés por Roquila y Altamira.

Invadia ya á este tiempo la espedicion navarra el territorio aragonés, y el capitan general de este distrito procuró hacer frente á tan incómodos huéspedes, reuniendo al efecto todas las fuerzas disponibles.

Pero sigamos á la espedicion en su marcha, porque con ella están ya enlazados los hechos militares de Cataluña.

PENURIA DE LA DIVISION ESPEDICIONARIA.-SUS OPERACIONES ULTERIORES.

XL.

Con esperanza de mejor fortuna, continuó Guergué rio arriba hasta Col de Gerona, adonde llegó la noche del 11 de setiembre, pisando nieves, y pernoctó el 12 en Escaló. Al dia siguiente marchó por San Juan de Lerm á Castelbó, y el 14 durmió en Noves, á la márgen del Segre, entre Orgañá y la Seu de Urgel.

Su situacion en este punto fué apuradísima. Su division, casi toda descalza y mal racionada mucho hacia, estaba además aspeada, y para que fuese más aflictivo su estado, ni tenia aquella noche esperanza de sustento para el soldado, cuyo disgusto se iba haciendo imponente.

En tal apuro, con Gurrea á retaguardia, inmediato Pastors, que se hallaba á la izquierda en la Seu, á la derecha Sebastian, ambos á la vista, y con el Segre delante, no quedaba otro arbitrio á Guergué que esperar la aproximacion simultánea de sus perseguidores, hacer alguna resistencia dentro del pueblo, y obtener una capitulacion que pusiera á cubierto el honor de unas fuerzas tan atribuladas con tan contínuas

penalidades. Pero la fortuna, caprichosa siempre, dió trazas de salir de aquel conflicto.

Reuniéronse los jefes en el alojamiento de Guergué, y conformes con la indicada determinacion, lamentábanse únicamente de aquella noche, cada vez más angustiosa por la desesperacion del soldado, que rabiaba de hambre. Más Royo y Santocildes, como los más influyentes con Guergué, tomaron el feliz partido de hacer subir los gastadores del batallon de guias que daban la guardia, y haciéndoles romper dos arcas que constituian la tesorería de la division, se contaron las existencias á presencia del tesorero Dumas, canónigo de Huesca, y se pagó una quincena á la tropa, distribuyendo además seis reales por plaza, que es cuanto dieron de sí los fondos (1).

Desde entonces la escasez se convirtió en abundancia, y contento el soldado con tener que comer, recorria alegre las calles cantando, sin pensar en que quizá al dia siguiente volveria á encontrarse en el mismo apuro: el soldado español nunca piensa en mañana: no es pasajero su entusiasmo ni su fé; jamás le falta la esperanza.

Aprovechando Guergué estos momentos, hizo marchar al batallon de guias de Navarra, al de voluntarios de Barbastro y á la columna de la Ribera, que eran las tropas mejor calzadas, á situarse antes del amanecer á las inmediaciones de Orgañá y márgenes del rio Segre á las órdenes del coronel don José Juan de Torres, con el encargo de atacar á Sebastian en el caso que intentase pasar el rio para unirse, como era de esperar, con Pastors.

Así sucedió; y al tiempo de pasar el Segre Sebastian, cayó sobre él Torres, y en aquella desventajosa posicion, consiguió éste batirle, haciéndole varios prisioneros.

Torres pasó á descansar y cuidar de los heridos á Orgañá, y Sebastian, por la márgen izquierda del Segre, llegó á la Seu de Urgel. Pastors no salió de esta plaza; Gurrea tampoco avanzó en aquel dia, y Guergué pudo conducir sus fuerzas en la noche del 15 á Orgañá, como quien conduce un cuerpo de inválidos.

En este pueblo y en el de Oliana, donde descansó los dias 16 al 20 (2), reorganizó sus fuerzas y las proveyó abundantemente de calzado.

(1) Ya hacia dias que Royo y Santocildes habian observado entre los batallones llevar á mal el lleno de aquellas arcas, suponiendo en ellas grandes caudales. Esta opinion influyó mucho en el descontento del soldado, y era de la mayor importancia patentizar la verdad del modo y forma que se hizo.

(2) En este mismo dia 20 recibió un oficio de Tristany, segun vemos en la Gacela oficial carlista, en que le participaba por estraordinario, que con una columna de navarros y fusileros antiguos de Gerona, alcanzó el 19 en las inmediaciones de Manresa una columna de 34

TOMO II.

No se hallaban mucho mejor provistas las tropas liberales, y ya veremos como Gurrea, despues de obtener de Pastors los necesarios recursos, tuvo que abandonar la persecucion de Guergué y retirarse á Aragon en cumplimiento de órdenes superiores.

Ibañez con su gente del campo de Tarragona, se incorporó el 14 con la de Tristany, y fueron juntos á sitiar á Calaf,donde saquearon é incendiaron algunas casas, hicieron frente á una columna que se acercó por la parte de Torá, se dirigieron luego á la carretera de Manresa, y cerca de la sierra de Monserrat sorprendieron el 17 un convoy de carros con algodon, seda, arroz, vestuario y dinero, custodiado por unos 150 hombres, de los que murieron unos ciento, quemando los carlistas en la misma carretera lo que ya no quisieron. Se apoderaron el 18 de los paños de una fábrica cerca de Monistrol, á cuyo puebló intimaron la rendicion sin éxito, y acometiendo el 22 á Torá, acudieron fuerzas liberales, y aunque muy superiores en número las de Tristany-5000 -emprendieron una retirada desordenada con alguna pérdida. Hubo un reñido encuentro á los dos dias en Olot, y pasando despues el Fluviá por cerca de Tortellá se dirigió al Ampurdan, confundiéndose sus operaciones con las de la espedicion.

Guergué, durante su descanso, envió el 19 al coronel O'Donnell con algunos navarros y agregados catalanes sobre Pons, Torá y Sanahuja.

Al mismo tiempo bajaba Pastors á Orgañá, desde donde escribió atentamente á Guergué, dándole las gracias por el buen trato que habia dispensado á les heridos y prisioneros del encuentro del 15, ofreciéndole hacer lo mismo por su parte. En vista de esta comunicacion, el jefe contestó acompañándole una copia del tratado de Elliot, y pidiéndole respuesta de su conformidad, la cual no obtuvo.

Mandó replegar despues á O'Donnell sobre Vilanova, y lo verificó dejando bloqueado á Pons, y habiendo hecho que abandonasen á Sanahuja y Torá las fuerzas que guarnecian estos puntos.

doscientos hombres, à quienes, segun el citado parte, causó la pérdida de ciento cincuenta y siete, entre muertos, heridos y prisioneros, siendo el número de estos últimos de setenta y uno, hallándose entre ellos un capitan y dos subalternos, y aprehendió además ciento sesenta fusiles.

El mismo periódico oficial añade, que Albert, en cumplimiento de las órdenes de Guergue. se dirigió hacia la marina para operar hacia la costa, llegando en la madrugada del 15. en virtud de una marcha forzada durante toda la noche, à la villa de Pineda, guarnecida por doscientos treinta hombres, inclusos ochenta urbanos del pueblo, sobre los que manifiesta consiguieron algunas ventajas, y se dirigieron sobre Malgrat, que ocuparon despues de una pequeña accion, saliendo, en breve hácia Gerona. A su paso, y á un cuarto de hora de Tordera, se encontraron con una columna liberal que les hizo frente, y emprender una retirada bien sostenida, segun el parte referido.

De esta manera se preparaban ya á tomar la ofensiva sobre las tropas de la reina, y al efecto hizo avanzar el 20 algunas fuerzas del Ros de Eroles hasta el Col de Nargó, á media hora de donde estaba Pastors, quien conociendo tarde la desventajosa posicion en que le habian colocado la atrevida marcha de Guergué por una parte, el descalabro de Sebastian por otra, y más que todo, el abandono en que le dejó Gurrea, emprendió el terrible paso del Lluch, del que damos cuenta en las operaciones de Pastors, hasta Solsona, á donde llegó con sus fuerzas en la 'noche del 21.

En toda ella le fué hostilizando por los flancos el comandante general carlista de la alta Cataluña, Sansó. Guergué, con objeto de alcanzarle en Solsona, llegó á este punto en la madrugada del 22 y avistó su columna que marchaba á buen paso hácia Cardona; pero deslumbrado con la apatía aparente del jefe de esta guarnicion, que le dejó tranquilamente acampar á medio tiro de fusil de la villa y posesionarse del convento de Capuchinos á treinta varas de la muralla, perdió un tiempo precioso en inútiles comunicaciones con su gobernador, á quien intimó la rendicion. Puso éste dos horas de término para conferenciar con el ayuntamiento y oficialidad, y pasadas, le volvió á intimar la entrega, contestando que se le habia encargado la defensa de aquel sitio al tenor del art. 21 de las ordenanzas generales para oficiales, y que á ello estaba resuelto con cuantos indivíduos le acompañaban. Durante el período citado, celebrábase en la sacristía de Capuchinos un consejo de jefes, en que todos, á escepcion de Guergué, fueron de opinion de seguir á Pastors y alcanzarle en Cardona, prometiéndose su completa destruccion, lo cual no dejaba de ofrecer bastantes probabilidades, si se atiende á las escasas fuerzas de Pastors, cuyo espíritu no debia estar muy animado á causa de la reciente desgracia de Sebastian, por lo estenuadas que se hallaban con la fatiga de la víspera, y por la presencia de un enemigo envalentonado con la ventaja que acababa de conseguir, y el desarrollo espantoso que se notaba en los pueblos á favor de la causa carlista. Así lo debió comprender el general Pastors, cuando no esperó la madrugada del 23 en Cardona, y siguió su marcha para el Llobregat.

Grande fué el sentimiento de los jefes carlistas el ver frustrada tan halagüeña perspectiva, porque Guergué, con el carácter indeciso que le era peculiar, se obstinó en que, por consecuencia de un oficio que habia recibido la víspera del conde de la Tour,-conde de España;-debia seguir á proteger su entrada de Francia, como se le tenia prevenido de real órden, y en que sobre la marcha obtendria las ventajas que la suerte le proporcionase, sin separarse de ningun modo de aquella preferente comision. Y en efecto, vista la última contestacion del gobernador de

Solsona, dispuso que Ros de Eroles quedase encargado del sitio de aquella plaza; que Borges lo hiciese del de Pons y demoliera las fortificaciones de Sanahuja y Torá, dictando otras disposiciones á Sansó, jefe de la Alta Cataluña, quien le participó que el 18 habia hecho Borges cincuenta prisioneros en Alentorn y Artesa del Segre, y doscientos circuenta en Castell de Areñy, y que continuaba su marcha para Olivan, atravesando el Llobregat. A su aproximacion se fugaron las guarniciones de Caserras y Gironella, y puso sitio á Berga y Prats de Llusanés (1).

CONTINUAN LAS OPERACIONES DE GUERGUE EN SU MARCHA.-PRISION DE O'DONNELL Y DEL CONDE DE ESPAÑA.-DISTRIBUCION DE LAS FUERZAS DE

CATALUÑA.

XLI.

La situacion de Guergué habia cambiado totalmente, y á su amparo mejoraba la de las fuerzas que mandaban Ros de Eroles, Borges, Caballería y Sobrevias (a) el Muchacho, por aquella parte; las de Masgoret y Valls en el campo de Tarragona, y las de Pons en diferentes puntos. Todas se aumentaban estraordinariamente, y todas, ó la mayor parte, habian conseguido alguna ventaja.

No podia ser otra cosa en la escasez estrema de tropas de la reina, en medio de las infinitas atenciones que pesaban sobre ellas, y con el desaliento que infunde á un ejército ver al enemigo alcanzar de contínuo ventajas y acrecentar su fuerza moral.

Don Jaime Guitart, al mismo tiempo, acababa de organizar dos batallones con la denominacion de 1.o de Vich y 1.o de Ampurdan, y fuerza cada uno de setecientos hombres y cincuenta caballos, con los cuales hizo presente á Guergué se ponia á sus órdenes, quien le contestó le comunicaria lo conveniente.

Pasó éste el 28 por las inmediaciones de Olot, cuya guarnicion destacó un piquete de caballería en observacion de la columna carlista, que le obligó á replegarse, y continuó su marcha por Castellfullit, y al llegar á San Jaime, se halló la vanguardia con dos compañías del regimiento de América, que se vieron precisadas á encerrarse en el caserío de Archifreda, jurisdiccion de Montagut, donde se batieron todo aquel

(1) Mientras la guarnicion de este punto tocaba á someten y hacia algunos disparos de fusil, la division carlista, formó armas en pabellon, y tocando las charangas la jota y fandango. se entretuvieron los soldados en bailar por espacio de hora y media.

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