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dia y noche. A la mañana siguiente salió del caserío un oficial de parlamento, regresó con él el jefe de estado mayor carlista Royo, y quedó estipulado entregar los sitiados su armamento y equipo, y que los que no quisieran tomar parte por la causa de don Cárlos, serian protegidos en su incorporacion á la guarnicion más inmediata. Abrazaron el primer partido ciento treinta y un hombres de tropa y tres oficiales, y fueron escoltados hasta las inmediaciones de Figueras, dos de estos y veinte y tres soldados, en cumplimiento de tan honrosa capitulacion. Continuó el 29 Guergué por bajo de los fuegos del Vesalú, intimó á su guarnicion se rindiera, contestóle el gobernador no reconocia otro gobierno que el de Isabel II, y dirigiéndose á pernoctar á Sistella y pueblos inmediatos de Lledó, ocurrió entonces un lance peregrino. Distribuidas las papeletas de acantonamiento á los cuerpos que componian la division, fueron estos desfilando por las inmediaciones de Lledó, cuya guarnicion, creyendo sin duda habian desfilado todos, abandonó el pueblo, y encontrándose de improviso con el 7.o batallon de Navarra, armóse tal barullo, que todos entraron revueltos en el pueblo, posesionándose de él Guergué, que pocos momentos antes le habia respetado. Hizo en este encuentro Guergué algunos prisioneros; pero se fugaron la mayor parte, y se le unieron algunos; tambien recogió varios pertrechos y bas tantes camas, que remitió al hospital de San Lorenzo de Moruñy, y el 30 descansó en el mismo punto.

El gobernador de Figueras, que la víspera estaba en Navata con seiscientos infantes y veinte y cinco caballos, se replegó á esta plaza.

En los dias desde el 10 al 4 de octubre, recorrió Guergué, distribuyendo sus fuerzas convenientemente, la mayor parte del Ampurdan, tocando en Rosas y Llarsá, Aquelana, la Junquera, el Pertus y San Lorenzo de la Muga, de cuyos puntos se habian retirado las fuerzas que los ocupaban, haciendo una buena recoleccion de armamento, caballos, y cuanto podia serle útil, sin olvidarse de derribar las fortificaciones."

Cuatro compañías de guías llegaron á la línea divisoria de España y Francia en el Pertus en persecucion de los urbanos y resguardo de la Junquera, y allí hicieron alto; más como estos continuasen haciéndoles fuego, y los navarros no pudieran contestarles, parlamentó con el gobernador francés de Bellagarde el secretario de Guergué, solicitando el desarme de los internados, lo que fué ejecutado sobre la marcha; y reclamando tambien la entrega del armamento, contestó el gobernador no estar autorizado al efecto; pero que si se reproducia por escrito la peticion, lo consultaria con la superioridad. Así se hizo, y el dia 5 recibió Guergué la contestacion del jefe militar del distrito, manifestándole con la mayor urbanidad, que aunque no estaba autorizado para entrar en contestaciones con los jefes carlistas, le aseguraba que en lo sucesivo

no volveria á permitir la entrada de fuerza alguna en territorio francés. En este mismo dia, 5 de octubre, volvió Guergué sobre Olot, á donde llegó el 6, reuniendo en sus inmediaciones muy cerca de cinco mil hombres de las fuerzas de Valls, Tristany, Masgoret, Massana, Grau, Sansó y parte de las navarras, dejando sobre Camprodon á don Ignacio Brujó con las suyas. Tomó á muy poca costa la ermita de San Francisco, situada en una posicion eminente que domina el pueblo, y atacando á éste sin tregua todo el dia y noche, intimó la rendicion á su gobernador en la mañana del 7, dándole de término dos horas: contestóle éste que iba á reunir el ayuntamiento y clero para tratar del asunto; pero que necesitaba más tiempo para resolver. Guergué le concedió otra hora, y el gobernador de Olot, que debia tener noticia del movimiento de Sebastian y Calvet, dejó pasar el plazo, y ya no volvió á mediar comunicacion alguna, por lo que Guergué trató de hacer por la noche el último esfuerzo, proponiéndose asaltar el pueblo. Dió las disposiciones al efecto; pero entrada ya la noche cambió de resolucion porque tuvo noticia de que la columna enemiga al mando de los citados Sebastian y Calvet, venia sobre él, como efectivamente lo verificó, pernoctando á tres cuartos de hora en el pueblo de las Presas.

En la misma noche previno Guergué al coronel O'Donnell quedase á la vista de Olot con el batallon 1.o de Castilla y las fuerzas catalanas recientemente pronunciadas, en observacion de los movimientos y direccion del enemigo, mientras él se dirigia hácia la montaña con el fin de proteger la entrada del conde de España. O'Donnell insistió con repeticion en que se le dieran instrucciones terminantes sobre si habia ó no de atacar; pero Guergué, consecuente con su indeciso carácter, dejó á su arbitrio el obrar como mejor le pareciese, y se dirigió á Lledó con casi todas sus fuerzas. O'Donnell fué atacado en la mañana del 9, y despues de haber sostenido y conservado con el 1.o de Castilla la posicion que embistió el enemigo con mayor empeño, dirigióse á animar con su ejemplo la línea ocupada por los catalanes, y vióse envuelto, cayendo prisionero, sin duda porque le acometeria de improviso algun accidente que le privaria de accion: padecia de mal de corazon, pues no se sabe de ningun otro que sufriese su suerte.

El 10 siguieron las fuerzas de la reina á Besalú en busca de Guergué, y éste, dividiendo las fuerzas en tres columnas, una de mil quinientos catalanes, otra compuesta de las fuerzas de Tristany, parte de la del Campo de Tarragona, quinientos hombres del 9.o de Navarra, y toda la caballería, dirigió aquella por el centro, y ésta á Manresa, marchando con la segunda á Baigets por Molló. El conde de España estaba en Seret, Francia, y debia entrar aquella noche, el 12 de octubre; pero hasta el 16, en que Guergué recibió el oficio siguiente, nada supo.

"Columna volante del ejército del rey don Cárlos V, en el Principado de Cataluña.-A las cinco de la mañana ha llegado el espreso que tenia á la parte de Francia, y dice que es cierto que España, Sobrevias, el gobernador de Cardona, y otros oficiales, fueron presos por tropa, gente de Armañá y guardia nacional: del general Sansó nada se sabe. Antes de ayer, España y Sobrevias comieron juntos en el meson de San Lorenzo de Serdás, sin ser atacados, y esta noche han pernoctado en Seret. Yo sigo mi marcha para Pardines, desde cuyo punto avisaré si hubiese alguna novedad. Dios, etc. Villalonga 16 de octubre de 1835.-Señor comandante general de Aragon (1).»

Entonces Guergué se dirigió por Piedrafita, Gironella, Caserras y Monclá á Navés. La junta titulada gubernativa del Principado invitó á Guergué á tomar el mando del mismo y la presidencia, presentándosele al efecto el vice-presidente y una comision de su seno, á lo cual se negó Guergué (2). En la misma fecha se le hizo igual invitacion por el comisionado de don Cárlos en Francia, que en su nombre le encargaba se diera á reconocer como jefe superior, á lo que contestó que ni su honor ni su delicadeza se lo permitian, pero que sin embargo continuaria en obsequio de la causa mandando, hasta que don Cárlos nombrase á otro jefe más digno; y continuó por Monclá, Vilandén, Santa Susana, San Justo y Madre de Dios de Pinós, llegando en la tarde del 22 á Torá, donde reunidas la mayor parte de las fuerzas, que subdividió en Lledó, verificó la organizacion del ejército del Principado en esta forma.

La division de Gerona comprendia los partidos de este nombre; el de Mataró y Vich, y se compuso de las fuerzas de don Ignacio Brujó, de Albert, de Masana, de Grau, y de cuantas partidas operaban en el distrito de los mismos; las que se organizarian provisionalmente en dos

(1) Aunque à su tiempo nos ocuparemos debidamente de este periodo de la vida del conde de España, no dejaremos de indicar ahora que Guergné y sus compañeros manifestaron claramente que el mismo conde se habia dejado prender por evitar su entrada en España, à la cual le instó don Carlos repetidas veces, llevándole por último un jóven español, Gil de Bernabé, una carta autógrafa de don Carlos, en la que le suplicaba no rehusase por más tiempo acceder á sus ruegos. El conde á su vez, y algun otro, han dicho que Guergué habia recibido fuertes sumas de algunos jefes realistas para impedir su entrada, porque se sabia estaba dispuesto a poner término à sus exacciones y vandalismo.

Sin otros datos para dilucidar este punto interesante, y no siendo empresa fácil hallarlos, dejamos juzgar al lector. Nuestras observaciones serian hipotéticas, y la historia no es asunto de hipótesis, sino de hechos. Solo asentaremos, que nada hemos hallado que justifique deslealtad alguna en Guergué.

(2) Componian esta junta, don Roque Canal, don José Montañez, don Juan Pedro Sanz, don Narciso Ferrer (a), don Sebastian de Mantades y don Mauricio Carria, vocal secretario.

(a) Este eclesiástico fué prisionero en Aoiz al volver con la espedicion.

brigadas. con los jefes de aquellas y estas, que eran Brujó, Albert y Zorrilla.

La de Lérida comprendia tambien los partidos de su nombre, Talarn, valle de Arans y Puigcerdá, y se formó de las fuerzas de don Antonio Borges, don Bartolomé Porredon y don Jacinto Orteu, organizadas en dos brigadas. Fué nombrado jefe de la division el coronel don José Juan de Torres, y de brigada, don Antonio Borges y don Bartolomé Porredon.

La de Manresa abarcaba igualmente los partidos de su nombre y Cervera, y se organizó en dos brigadas con las fuerzas de don Benito Tristany, don Clemente Sobrevias, don Juan Caballería y don José Galceran. El jefe de la division fué don Benito Tristany, y de brigada don Juan Caballería y don Clemente Sobrevias.

La de Tarragona, el corregimiento de este nombre y el de Villafranca, se compuso de las fuerzas de don Martin Vall, de las de don José Masgoret y demás partidas sueltas que operarian en su distrito. Fué jefe de division don Matías Vall, y de brigada don José Masgoret y don N. N.

La fuerza total á que ascendió el ejército carlista en Cataluña fueron veinte y dos mil trescientos sesenta y tres infantes, y trescientos noventa y cinco caballos.

Al hacerse esta division se celebró una junta borrascosa, en la que Guergué, si hubiera sido hombre de más resolucion, hace con aquellos jefes lo que Maroto con él. Pero acabó aquella de mala manera, y el espíritu de insubordinacion quedó triunfante.

OPERACIONES DE FASTORS. -SITUACION APURADA EN QUE SE HALLO.—SU REGRESO Á BARCELONA.

XLII.

Hemos referido como incidencia los hechos militares en que figuró Pastors, y como éste era el jefe principal en Cataluña, interesa su exacto conocimiento para aclarar sucesos oscuros, dar la clave de otros y conocer exactamente las operaciones de las fuerzas del Principado en este período interesante.

Pastors, despues de pelear contra la insurreccion en las calles de Barcelona, fué á combatir á los carlistas en el campo.

Dirigióse primero á Cervera con el fin de abastecerla de municiones para su defensa y la de la línea de Llobregós, amenazada entonces por la espedicion navarra; y llegado á la Seu de Urgel y reunidas cuantas fuerzas pudo, incluso un batallon de la legion francesa al mando de

Conrad, restableció su comunicacion con Gurrea, que habia interceptado un repentino movimiento de los carlistas.

Celebrado un consejo en Pons, se convino que Pastors obraria sobre las fuerzas del Ros de Eroles, Borges, Arteu y de otros, en tanto que Gurrea operaria sobre la espedicionaria hasta obligarla á dejar el suelo catalan. Revista Pastors sus tropas, prométense mútuamente ambos jefes constante y mútua cooperacion, divide aquel su corta fuerza en dos columnas, y logra á poco la rendicion de Guimerá con los quinientos hombres que la guarnecian; restablece la línea de Llobregós y Bajo Segre; organiza las tropas que á su tiempo debian ocupar el corregimiento de Talarn, y restituye á Tremp y su Conca al dominio de Isabel II, librándoles de la dominacion carlista.

La espedicion habia salido en tanto de Cataluña, apurada por Gurrea y Pastors, que, aunque ya incomunicado con él, continuó, sin embargo, sus operaciones contra el Ros y Horteu de la Pobla, que dueños de Guerri y sus ricas salinas, las defendian con empeño. Pero atacados con no menor teson, fueron desposeidos del pueblo y de sus manantiales de riqueza.

Esta pérdida, y la posicion en que ya se hallaban los carlistas, segun tenemos manifestado (1) prometian un resultado lisonjero á los liberales, pero no lo debió comprender así Pastors, pues no creemos fuese motivo para el movimiento que hizo al saber que una fuerza carlista habia contramarchado, y que se habian sacado moldes en cera de las llaves de los castillos de la Seu. Justo era é importante el castigo del traidor y sus cómplices, si los habia; pero más justo é importante era conseguir el triunfo que la apurada situacion de los carlistas ofrecia á Pastors.

Dividida la fuerza de éste entre los castillos y puntos avanzados que exijian mayor defensa, los movimientos de los carlistas, y los que, órdenes superiores (2) precisaban á Gurrea para volver á Navarra por Aragon á la mayor brevedad, le pusieron en la situacion más comprometida, y haciendo un esfuerzo con unos cuatrocientos hombres de la columna del coronel Churruca y ochenta caballos, formalizó un reconocimiento sobre el pueblo de Plá y alturas inmediatas. Supo despues que Eroles y Horteu trataban de pasar el Segre, y envió dos compañías á Peramola, siguiendo esta direccion la columna de Solsona, y avisando á Gurrea no le abandonase en aquel conflicto, á pesar de las órdenes que hubiese recibido. Este contestó que no podia acceder á sus deseos

(1) Véase página 257, línea 30.

(2) Véase el documento número 27.

TOMO II.

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