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firmeza y energía contra los perturbadores si intentasen consumar su obra, aplicándoles instantáneamente todo el rigor de las leyes, que sabré hacer respetar en defensa de la conservacion del orden y del crédito del gobierno, aun á costa de mi existencia.

Ruego ȧ V. E. que, tomando en consideracion cuanto dejo espuesto, se digne elevarlo á la de S. M. la reina Gobernadora, y comunicarme en su consecuencia las órdenes que fuesen de su real agrado. Dios guarde à V. E. muchos años. Manresa 21 de marzo de 1835.—Excmo. señor. -El marqués del Valle de Rivas.-Excmo. señor secretario de Estado y del despacho de la Guerra.

P. D. Escrito este oficio, vuelvo à recibir otro de suma veracidad y exactitud, en que se me anuncia desde Tarragona, fecha del 19, lo que adelantan en sus tramas los enemigos del órden, y que es perentorio desbaratar sus horrendos proyectos. En Barcelona, Valls y Rens, tienen los anarquistas ecos fieles, dice el escrito, que seguirán el impulso, ó le promoverán de las autoridades. Al general Colubi prevengo que pase sin demora á Tarragona, y de acuerdo con la autoridad civil, proceda á desconcertar los planes de los perturbadores, puesto que si yo abandonase la montaña, aunque fuese por poco tiempo, en el estado en que se halla, y por un motivo semejante seria provocar su levantamiento en masa, lo que aumenta, como V. E. puede pensar, el conflicto que ofrecen insurrecciones tan encontradas, en que de acuerdo las facciones carlina y anárquica, marchan osadamente à un fin, que es la destruccion del gobierne y el Estatuto Real. Repito á V. E. que nada omitiré de cuanto conduzca ȧ sofocarlas.

NUM. 10. Pág. 126.

Comunicaciones sobre los desórdenes ocurridos en Mataró y Sabadell.

Gobierno militar y político de la ciudad y corregimiento de Mataró.-Excmo. señor: ya predije á V. E. que los indivíduos que deben formar estas compañías de partido eran los que ir tentaban pertubar la tranquilidad pública de esta pacífica ciudad, y efectivamente, si bien ne ha habido desórdenes algunos de consideracion hasta ahora, que son las nueve de la noch sin embargo, se han resistido abiertamente á salir esta tarde para sus cabezas de partido, conforme se ha resuelto esta mañana en junta, llena de todas las autoridades y mayores contribu yentes de esta ciudad, esparciéndose por las calles y gritando que no marcharian como no se les entregasen las armas, pues que se les quería comprometer por el camino, con otras voces alarmantes; y si bien todas las autoridades, algunas personas de esta ciudad del mayor range y varios oficiales han estado amonestándoles al órden y á la obediencia, no ha habido medie para reducirles à la razon, sin que haya tampoco sido suficiente el suministrarles la corres pondiente escolta de urbanos y carabineros para acompañarlos hasta sus puntos, toda vez que pretestaban no querer salir por falta de armas, ni menos bastado el poner sobre las armas la fuerza de esta milicia urbana para apaciguarles, á fin de no comprometer la tranquilidad påblica. Por fin, en este estado, como iba ya anocheciendo, se ha resuelto que cada uno volviese á sus respectivos alojamientos, con prohibicion de salir de ellos en toda la noche, y se ha dispuesto que estos urbanos sigan sobre las armas, esto es, la misma fuerza y en el mismo mod que lo ha estado la noche anterior, con ánimo de dar parte à V. E., como lo verifico, para que en vista de todo y con toda urgencia, se sirva V. E., si lo halla por conveniente, disponer pase á esta ciudad un piquete de infantería con algunos caballos para enviarlos con mas seguridad á sus destinos, ó bien se digne V. E. resolver lo de su mayor agrado. Dios guarde à V. E. muchos años. Mataró 27 de julio de 1835.-Excmo. señor.-P. A. de S. G.-El coronel comandante de armas, Roman Hediger.-Excmo. señor capitan general de este ejército y Principado.

Gobierno militar y político de Mataró y su partido.-Excmo. señor: el baile real del pueblo de Tiana, con fecha de ayer, me dice lo siguiente:

El capitan de la compañía de la milicia urbana de este pueblo, desde el rededor del monasterio de Montealegre, me da parte vcrbal, como á las dos horas de esta mañana ha comparecido un grupo de tres ó cuatrocientos malévolos á los alrededores de dicho monasterio, gritando viva Isabel II, la libertad, y mueran los frailes, tratando de apoderarse del destacamento que

lí habia para custodiarlo: hicieron éstos una vigorosa resistencia despreciando el fuego de quellos: pero no obstante han tenido que ceder á la superior fuerza que les ha acometido, haéndose apoderado los malévolos del edificio: en un momento le han incendiado por todas artes. Al momento de haber oido los primeros tiros, los demás urbanos de este pueblo han cudido allí acompañados del sargento segundo de la milicia, José Vivet, quienes reunidos con s del destacamento, que han tenido que retroceder, han embestido de nuevo, y han vuelto á poderarse de los mismos puntos que ocupaban, habiendo desaparecido los malévolos sin saber direccion. Al instante he reunido al ayuntamiento, y habiendo pasado à inspeccionar lo suedido, hemos encontrado el convento ardiendo en todas sus partes; pero no la casa llamada la orrería, que todavía està intacta. La fuerza armada de la milicia de este pueblo, que ha sido estacada en aquel punto, está fatigada sobremanera, tanto por el cansancio que le ha causado vigilancia y correrías que ha tenido que hacer en las noches anteriores, como por lo acaedo en esta última, motivo de hallarse fuera la partida del destacamento de San Feliu de Codias, que llegó ayer.

Lo que me apresuro á comunicar à V. S. para su inteligencia y satisfaccion, esperando al ropio tiempo que, en vista de dicho suceso, se dignará providenciar lo que sea de su agrado. o que traslado á V. E. para su superior conocimiento y demás efectos oportunos. Dios guarde V. E. muchos años. Mataró, etc.

Bailía real de Sabadell.-Excmo. señor.-Con fecha 27 del corriente puse en conocimiento V. E., que á ejemplo de las ocurrencias de la capital, se habian observado en esta villa sínmas de las mismas ideas, con respecto al convento de Capuchinos de la misma, lo que dió movo y decidió á los religiosos á abandonar el convento para evitar con su ausencia el desórden e amenazaba, y tal vez mayores males si llegaba el caso de realizarse el motin que se fraguaa. El ayuntamiento, en union con el señor comandante de armas, tomó varias providencias para ontener á los malévolos, con los cuales se logró disipar toda reunion sospechosa, y últimaente evacuado el convento por los religiosos, se puso en él una guardia de urbanos para vitar el merodeo y la rapiña de los efectos que quedaron en él por la precipitada salida de los adres; pero esta providencia ha sido vana, pues que no ha sido posible contener á los perturadores del 6rden, que esta tarde, despues de haber saqueado el convento, habiendo casualente pasado una partida de urbanos del pueblo de Rubí, que iban á relevar el destacamento e San Feliu de Codinas, ha sido la señal de consumar el incendio que se temia, habiendo peado fuego en dicho convento, que en un instante se ha reducido à cenizas gran parte. Desde ego el ayuntamiento, en union con el señor comandante de armas, han dispuesto reunir las terzas del batallon de milicia para contener á los incendiarios para que no se dirigiesen á ros edificios, y para conservar en lo posible la tranquilidadad pública, amenazada con tan marga ocurrencia en las críticas y estraordinarias circunstancias en que nos hallamos con el scandaloso ejemplo de la capital. Lo que pongo en conocimiento de V. E. para su inteligencia, gobierno, y cumplimiento de mi deber. Dios guarde ȧ V. E. muchos años. Sabadell, etc. P. D. Son las ocho de la noche, y el ayuntamiento se halla en la mayor consternacion, recoociéndose imposibilitado de contener à los amotinadores ni de conserrar el órden, pues se yen voces subversivas y sobremanera alarmantes para continuar el plan de incendio que se a desarrollado, y lo que desalienta al ayuntamiento, es la poca confianza que le merecen alunos urbanos de esta villa, dirigiéndome por lo mismo á V. E. para su pronta presencia en sta villa.

NUM. 11.-Pág. 130.

Proclama á los catalanes, al ejército y á la milicia de Cataluña.

La espulsion de los frailes la consintieron y aprobaron todos los amantes de la libertad: el oto de Barcelona está pronunciado: que no vuelvan los frailes, pero que no haya desórdenes; ue siga la tranquilidad y el sosiego.

Que para atender al servicio de la plaza se hubiese reforzado la corta guarnicion con cuaocientos ó quinientos hombres, que se organizase un armamento en cada barrio, esto estaba

en el órden. Pero que los perfidos Llauder y Bassa, renovando sus acostumbradas traiciones entreguen la provincia à los facciosos, agolpando todo el ejército en Barcelona para vengar resentimientos personales y desarmar la milicia con la capa de castigar los hechos del 25, hechos que toda la poblacion cousintió, este es un crimen atroz, que la muerte no es bastante à espiar. Todas las columnas del Principado están en movimiento sobre Barcelona; las mejores lineas de operaciones militares están abandonadas; varios pueblos, que tras de débiles fortificaciones con sus valientes urbanos, bajo el amparo de las tropas, se defendian contra las incursiones de los facciosos, quedan ahora á merced de los carlistas: en una palabra, el Principade se pierde. ¿Cuál es el pretesto de este alevoso crímen? ¿Les interesa mas á Llauder y Bassa combatir por los frailes que por Isabel II y la justa libertad? ¿Cuál es el estado de Barcelona? ¿Que desórdenes hay? ¿A qué propiedades se atenta? Los incansables Pastors y Ayerve responder con razon y con sobrada seguridad de la tranquilidad pública. Si cualquiera intentase robos o incendios, el mismo pueblo haria ejemplar justicia. Los robos é incendios están en las fantásticas cabezas de unos cuantos faroleros y viles asalariados de Llauder que propalan temores y amagos, que mal pueden existir cuando ellos insultan tan impunemente con su presencia la sensatez de los barceloueses.

El mal es manifiesto y debemos todos conocerlo. Quitados los conventos y monasterios que pagaban la faccion con las enormes sobras de sus rentas, los facciosos de Cataluña hubieran hecho por quince dias escesos de rabia; pero acosados luego de la miseria, faltandoles el socorro, se hubieran desbandado; ocupados por tropas los mejores puntos y redoblando sus es fuerzos los pueblos y milicia, la faccion sucumbia. Llauder cambia los sucesos y trueca el ruina la salvacion de nuestra patria: abandonando poblaciones ricas al saqueo, dará á los facciosos los recursos que solo sacaban de los frailes; viendo que las tropas se retiran, la faccion se engruesa; los milicianos, sin apoyos de tropas, se verán agobiados por fuerzas superiores; los liberales tendrán que huir; Cataluña será otra Navarra, y Llauder dirá «que lo han calsado los liberales con los hechos del 25 de julio.» ¡Alevosía atroz!

No para en esto la infamia del nuevo tigre de Cataluña; ha llegado à la vileza de reclamar auxilio de bayonetas estranjeras para consumar sus inicuos planes por la desconfianza que le inspira el patriotismo del ejército.

En tan crítica situacion, sin la franca decision de todos los buenos, los daños serán irreparables. Los momentos son críticos: los ayuntamientos, las corporaciones, los jefes de toda Galaluña si no quieren que se les tenga por cómplices de Llauder, deben al instante tomar proklas medidas para nuestra salvacion, y esponer al gobierno el inicuo modo con que se vend nuestra patria.

Catalanes, ejército, milicia, conoced vuestra posicion, todavía es tiempo. Tras de Llauder! | Bassa vienen los cadalsos, la esclavitud, Carlos V y la Inqnisicion. Bassa... la cacareada espada de Llauder, que ningun faccioso ha visto, sirve solo contra españoles mismos; à la campai de Lacy y Vera piensa añadir la de Barcelona: su rabia y su ambicion se han de saciar co sangre de sus compatricios: reunios y evitar la ruina de la patria.

Bravos soldados del ejército, del pueblo habeis salido; entre el pueblo teneis à vuestr padres y hermanos; vosotros sois los primeros interesados en la libertad de nuestra patria; las armas que con tanto honor empuñais, no se mancharán sin duda con la sangre de vuestr hermanos, pues se os han confiado, no para servir à traidores, asesinos y tiranos, sino para de fender la libertad bajo la égida del trono de la inocente Isabel.

Ciudadanos todos, corred á las armas; guerra á los tiranos que quieren oprimiros, y que han quitado por fin la máscara con que nos habian engañado, que el movimiento sea unanime, y sea nuestra divisa: abajo los tiranos, viva Isabel II, viva la libertad.

NUM. 12.-Pág. 138.

Manifiesto de la junta auxilar consultiva de Barcelona.

CATALANES:

La junta auxiliar consultiva nuevamente nombrada en Barcelona con el objeto de proponer á las autoridades superiores de Cataluña lo que parezca conducente al importante objeto de

consolidar el trono de nuestra augusta reina doña Isabel II, la libertad, seguridad y prosperilad general, no puede menos de manifestaros el profundo dolor que le causa el lastimoso esado en que vino á parar nuestra patria, y los deseos que animan á los individuos de esta junta para corresponder à la confianza así de las autoridades como de todas las clases por las cuales ha sido nombrada.

Muy conocidos son los males que esperimentamos por haber sucumbido en el presente sigło segunda vez bajo el ignominioso yugo del despotismo. Tanta los que lo habian defendido como los que lo habian combatido, se han visto sucesivamente conducidos á destierros y cadalsos. Decidlo pueblos todos de la desgraciada Cataluña. ¿Cuál de vosotros se ha librado desde el año 1823 de nuevas y reiteradas vejaciones y de pagar con diversos títulos lo que antes en todo ó en parte no pagábais? Díganlo los mismos que, seducidos y engañados pensando defender el altar y el trono, repetidas veces se han lamentado de haberse sacrificado por los que poco despues desapiadados les negaron los alivios debidos, y sin distincion ninguna dispararon apremios por pagos de casas y haciendas en obsequio de los mismos exactores abandonadas. Digan si desde aquel infausto suceso los apellidados negros contra quienes se exhortaba á los lusos á vibrar el punal, no han sido los que le han proporcionado el sustento que de otro modo no lograran? ¿Será posible que en daño comun se hayan olvidado hechos tan recientes. A no ser así ni un solo catalan empuñara nuevamente el acero fratricida.

Con un recuerdo tan triste, la junta manifiesta el deseo que tiene de inclinar à la clemencia en favor particularmente de los que recientemente han sido seducidos por el terror que malignamente se les ha inspirado de ser asesinados si se mantuviesen tranquilos en sus casas, con tal que se apresuren á volver al seno que ahora despedazan de sus propias familias.

Más las lágrimas del dolor á vista de las víctimas en los hombres magnánimos son centellas de furor contra los causantes. Al escitar pues, à la compasion de aquellas, escita la junta igualmente á la indignacion contra estos, exhortándoos catalanes, à que con la fuerza y velocidad dei rayo corramos unidos y en concierto à borrar con nuestra propia sangre las manchas con que seres impuros han afeado un suelo clásico de heroismo y virtud. El gobierno superior y las autoridades locales actuales se han anticipado á este deseo, disponiendo aquel entre otras medidas, la tan deseada de que todos los productos de rentas y contribuciones públicas procedentes de este Principado, se inviertan en el mismo al objeto importante de acudir á las atenciones militares. Los productos además de los arbitrios locales, deben emplearse igualmente á este objeto preferente, porque salvándose la patria y la libertad, fácil será satisfacer todas las exigencias.

Justo es y necesario que todos contribuyamos para las atenciones públicas, mayormente cuando la patria, la libertad y la seguridad están en peligro. Pero vosotros lo sabeis, españoles todos, à la sombra muchas veces de un aparente celo ó patriotismo se multiplican las malversaciones y dilapidaciones. Velad, pues, y denunciad á las autoridades y á la execracion pública al malversador ó defraudador de unos fondos tan sagrados por su origen y por su objeto. La junta será inexorable en este punto. Lo que los contribuyentes pagan à costa de tantos afanes no ha de servir para engordar zanganos y vampiros.

El armamento escasea. Deben armarse con prefereneia á los que han de acudir al servicio activo, y como el pasivo que exige la seguridad interior de los pueblos debe confiarse á persolas en gran parte pudientes, la junta les escita à que provean á su propio armamento; sacrifiio pequeño por cierto en comparacion del beneficio que ha de resultarles con la tranquilidad pública. Por los propios indivíduos de esta junta, queda ya abierta una suscricion para el manenimiento de migueletes á seis reales diarios por el término de seis meses. ¿Quién será que no quiera imitar este ejemplo, á no mostrarse sordo á los gemidos de la patria y de la humanidad?

Penetrada la junta de la imposibilidad que hay de que en muchos años pueda formarse un buen sistema uniforme de rentas provinciales en toda España, dirige desde ahora sus votos para que la regulacion y administracion quede confiada à las propias provincias con distribucion usta y equitativa. ¡Cuántas ventajas pudieran conseguirse con este sistema! ¡Cuán diverso será un sistema contrario! Pronto lo dirá la esperiencia.

¿Cómo se podrán en Cataluña aplicar bien reglas generales sacadas de tarifas estranjeras ó elementales y propias de paises libres ya de añejos impuestos? La etimología misma del propio nombre: la tarifa del año 1689: el origen y la indole propia del impuesto prueban que la

Lezda era el derecho de aduanas del antiguo régimen de la corona de Aragon. Hanse establecido nuevos derechos y nuevas aduanas, y lo antiguo subsiste aun, exigiéndose y recaudándose por asentistas con más estension y rigor, sin aplicarse su producto al objeto de su institucion. Subsiste el derecho conocido con el nombre de Corps, no obstante de que no entra ya en Barcelona trigo estranjero ó alguno que no haya pagado diezmo y primicia. Subsisten muchos y los más graves pechos del sistema feudal y devastador. En Cataluña, en fin, se han aglomerado y acumulado tributos y pechos de varias creencias, monarquías y dinastías, esto es, de las creencias hebrea, idólatra, mahometana y cristiana; de las monarquías romana, gótica, árabe, aragonesa y castellana; y de las dinastías de Austria y de Francia. Así es, que la suma de tantos y tan varios tributos y pechos importa dos tercios de los productos en general. Los elementos de la produccion están obstruidos, estancados ó sobradamente pechados. Todos los privilegios prodigados en varios siglos subsisten aun. ¿Cómo podrán, pues, aplicarse en Cataluña tarifas parecidas á las de Francia? El buen efecto que allí producen se debe à un estado bien diferente del en que nosotros nos hallamos. En Francia fueron abolidos los diezmos y señoríos, al paso que la propiedad y la industria son allí del todo libres y protegidas. Sabido es de todos el funesto resultado en Cataluña de la contribucion del registro. Nada provocó y engrosó tanto la faccion de 1823. Era, sin embargo, contribucion muy buena en sí misma, perə su imposicion fué precipitada y su aplicacion intempestiva. Hubo de barrerse antes el territo. rio contribuyente de tantos escombros, sin lo cual no se podrá dar un paso acertado en nuestra hacienda pública. Las cofradías, los gremios, los curatos han impuesto en Cataluña tributos y privativas, llevando este abuso à un estremo increible. Claro está que no deben abolirse contribuciones forzosas y útiles sin sustituir al mismo tiempo otras equivalentes. Puede tambien ser cierto que en este crítico momento ni con las contribuciones ordinarias, ni con tantos empréstitos y empeños haya bastante, pero en tal caso valiera más un recargo en alguna de las contribuciones establecidas, que no querer empezar la casa por el tejado. Valiera mas acudir con mano fuerte à la recuperacion de tantas rentas y prerogativas enajenadas de la corena; y á la centralizacion de todas las contribuciones y prestaciones públicas que entre los españoles corren como los raudales de agua en los arenales.

Otro abuso llama muy particularmente la atencion de la junta: es el que más os ha lastima do: es el más injusto y ofensivo á los sanos principios de la libertad, igualdad y equidad en que se funda la verdadera propiedad: es el de las cabrevaciones. Ninguna ley, ningun contrato las ha autorizado. El solo anuncio de que se abre nueva cabrevacion, tan repetidas en estos últimos años, os causa, catalanes, bien lo sabe la junta,mayor espanto y dolor que el anuncio de cualquier otra calamidad. Las cabrevaciones así como los laudemios feudales deben haber acabado para siempre.

La reforma de las matrículas de mar, anunciada ya por el ministro del propio ramo en las actuales córtes y decretada en las de 1820, es otro de los votos de esta junta. Las clases marinera y pescadora no deben ser de peor condicion que las demás del Estado. Mientras este no necesita ni paga á los marineros y pescadores, no deben estar sujetos á una coaccion que les priva de los derechos comunes. Los privilegios con que se pretende compensar este defecte, son dañosos á las propias clases de mar y otras del Estado. ¡Sobrado lo acreditan los estragos lamentables de estos dias en varios puntos de la costa!

Los deseos de la junta se estienden à que inmediatamente sean los verdaderos propietarios restituidos en la posesion de los bienes nacionales, que en virtud de leyes y contratos solemnes compraron y pagaron, y que tras del despojo quedan ahora en el más deplorable abando no. ¡Cuántos males se han seguido y seguirán del retardo de tan justa é imperiosa restitucion, y de no completarse las ventas de esta clase! Lo mismo dice la junta en punto á que se restablezca el comercio con nuestros hermanos de América. Más que todo nos ha privado de su posesion el deseo esclusivo de la provision de empleos, sin atencion alguna de las necesidades del labrador, fabricante, artesano, naviero y comerciante.

Catalanes: los deseos de la junta que tiene el honor de hablaros en bien de todos los españoles, no tienen límites. Marcadle sino cualquier otro objeto que además de ser justo y conve niente os pueda ser agradable. La junta no pudiendo ejercer por sí misma autoridad alguns, acompañará vuestros votos, y no duda que serán benignamente acogidos por S. M. la reina Gobernadora, sus ministros y subalternos.

Más todos los votos de la junta se cifran en uno del cual depende el buen exito de los de

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