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batallon de Guias para reunirme à mi division, la cual á los tres dias de mi llegada sostuvo un vigoroso ataque en la Pobla de Segur, de la columna estranjera estacionada en Tamarite, que de real órden ocupó este país, en donde debia operar hasta destrozarla; pero como conseguí batirla completamente con pérdida de muchos hombres, lo abandonaron, dándome lugar para bloquear los de Tremp, que en número de setecientos defendian su fortificacion.

Ni todas estas glorias, ni otras que se habian conseguido en la provincia, pudieron hacer olvidar á la division navarra el concepto de su desercion, y cuando, por razon de las circunstancias, se hallaba en esta villa para dar un ataque decisivo à los seis mil enemigos reunidos en Tremp, cual torrente impetuoso rompió los diques de la obediencia, y con el mayor escándalo desampararon las filas con gritos, ¡á Navarra! ¡á Navarra! dejándome en un mar de confusiones y peligros por la proximidad de los enemigos. Triste dia fué para los leales el 21 de noviembre, dia que llorará Cataluña particularmente, este país que fué testigo de la marcha que emprendieron los batallones 7.0, 9.° y Castilla, mientras que Guias y Colomina iban dispersos por distintos rumbos. Ni los ruegos de algunos oficiales, ni las promesas de los jefes, ni la vista de su comandante general fueron bastante para reducir á sus soldados á la obediencia, por cuyo motivo se separó la junta superior del Principado, que seguia à su presidente, y á no haber sido por la constancia y teson de los jefes catalanes, se habrian igualmente dispersado sus batallones.

Este mal, que no podia menos de sentirse, hubiera sido menor si el señor comandante gene. ral don Juan Antonio de Guergué no hnbiese abandonado la provincia con el especioso pretesto de presentarse ȧ V. R. M. para responder de su conducta, pues debia ante todo haber dado las disposiciones convenientes para que no faltase jefe que ocupase su lugar, mayormente teniendo à la vista las dos columnas enemigas; resultando en conclusion el haberme visto obligado, como coronel más antiguo, á tomar el mando en jefe, sin caudales, sin relaciones confidenciales, y sin la correspondencia general ni particular para poder dirigir tan vasto como delicado destino. Visto, pues, por algunos beneméritos oficiales el desórden y confusion con que quedaba este Principado, y conocido el mal que debia causarles presentarse à S. M. con el negro borron de insubordinados, se resolvieron á acompañarme y auxiliarme en la gran obra de la restaura. cion de este Principado, interin que V. M. tenga la dignacion de disponer lo de su real agrado en circunstancias que el espíritu público y seguridad pública no pueden menos de resentirse, enviando á esta provincia un jefe superior decidido, interin estos, organizando el batallon de Guias de Navarra con los varios dispersos que se me han presentado, pues con la cooperacion de los señores comandantes y demás oficiales, cuya relacion tengo el honor de acompañar á V. M., no dudo conseguiré grandes ventajas à favor de la justa causa.

Suplico á V. R. M. reciba esta relacion de mis sentimientos con su acostumbrada benevolencia, bien seguro que todos mis afanes y desvelos se dirigen à concluir pronto la causa, y de ningun modo oscurecer la conducta de estos batallones y de sus jefes, porque desgraciada. mente he sido testigo de los padecimientos, escasez y miseria con que los ha conducido el comandante general, y los muchos peligros á que han sido espuestos, y por lo mismo ruego á V. R. M. mire con ojos compasivos este país. en el cual, aunque hay hombres dispuestos para la guerra, faltan armas, municiones y algunas piezas de artillería, con un buen jefe á su frente para concluir en breve con los enemigos de V. R. M. Interin ruego al Todopoderoso conserve y guarde su interesante vida para consuelo de los leales. Pobla de Segur 23 de noviembre de 1835.-Señor.-A L. R. P. de V. M.-José Juan de Torres.

NUM. 29.-Pág. 284.

Ejército real de operaciones de la izquierda.

Comandancia general interina de Cataluña.-Excmo. señor: con el mayor sentimiento pongo en conocimiento de V. E. el acto de inobediencia que acaba de cometer el jefe de la segunda brigada don Antonio Borges, despues de haber reconocido mi autoridad y seguido por algun tiempo obedeciendo mis órdenes y tenido el honor de operar en las acciones tan reñi as que el 6 y 23 del actual se me proporcionaron contra las fuertes columnas enemigas que se presentaron en este país. Ayer, hallándose las brigadas reunidas en Taus, dispuse hiciesen un movimiento, destinando la segunda á esta villa por considerarlo muy conveniente en atencion à que

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una columna enemiga ocupa la villa de Tremp, à fin de observarla y de terminar las demás ope raciones que se ofrezcan; y viendo que anochecia y no se presentaban, resolví oficiar á suje! manifestándole ser conveniente al real servicio ocupar el punto de esta villa, en donde e mucha facilidad podia socorrerse la tropa, y en contestacion me mandó los oficios, copía de le uúmeros 1.o y 2.o, resistiéndose redondamente al cumplimiento de sus deberes y deseando pasa á otro punto que quizá no servirá de ningun mérito, dando lugar á que no pueda yo continuar mi plan de operaciones por faltarme las fuerzas de su mendo. El genio discolo de este señor me era desconocido; pero creia que revestido del carácter elevado que representa, no le haria q concebir jamás unas ideas tan contrarias al órden y disciplina, que tanto se requiere en el ejército. Pero acostumbrado à divagar por los pueblos de la otra parte del Monsein y obrar à sẽ voluntad, quiere, al parecer, seguir su capricho y quizás el desórden que se observaba antas de organizarse las brigadas y la marcha tan necesaria que se ha entablado para operar con el debido acierto y no comprometer las fuerzas sin necesidad. No puedo dar una completa idea á V. E. del mal estado de los pueblos en el tiempo que alguno de estos jefes ocupaba alguno ở ellos, porque el desórden y la confusion eran los puntos de mira de todos los qua tenian las ar mas en la mano, y resultaban continuas molestias, vejaciones é insultos, que seguidos de la rapiña y robo, sembraban la miseria en el país; y como actualmente se trabaja con el órden da bido, todos los pueblos están contentos y confian en la benevolencia del paternal gobierno del rey nuestro señor. El comprometimiento en que me deja la inocencia ó rebeldía de este jefe 20 dejo á la superior ilustracion de V. E. y los efectos desagradables que pueden producir se tocarán de cerca. Tal es la influencia que tiene el mal ejemplo de un superior; y para que no mà vea en el disgusio de tomar medidas desagradables, opino podrá S. M. dignarse disponer pasas al cuartel real, y que otro jefe tomara el mando de su fuerza, en una ocasion que tanto se necesita para batir á los enemigos. V. E., no obstante, resolverá lo que sea de su superior agrad pues la union es lo que deseo y el órden y obediencia de todas las clases. Dios guarde á V. E. muchos años. Gerri 26 de noviembre de 1835.-Excmo. señor.-José Juan de Torres.-Al esc lentísimo señor secretario del despacho de la Guerra.

NUM. 30.-Pág. 289.

Manifiesto.

Empieza manifestando á los catalanes la causa del pronunciamiento, y que lo dificil de la mision de los comisionados no les arredró, en su empresa, y continúa: «Vosotros habeis presenciado su marcha, la habeis visto lidiar brazo á brazo con el sagaz ministro que obcecaba la majestad, y que despreciando sus decretos de proscripcion y muerte, supo levantarse más in ponente, y comunicando su eléctrica centella á todos los ángulos de la monarquia, derrocar la silla fatal, á cuya caida la nacion entera pareció salir otra vez de su angustia y desolacion.

>>>Un hijo de la libertad, un hombre de una vida llena de garantías, ha tomado las riendas de! Estado, y un guerrero sin mancha, que esta junta reclamaba en sus angustias, se ha puesto al frente de este país destrozado. Del primero han emanado ya remedios radicales, pues la formacion de la ley de los derechos y deberes del hombre libre está decretada; el segundo.... esta antigua é invulnerable columna de la libertad, está con nosotros. ¿Cuál es, pues, ahora el deber de la junta? ¿Qué puede faltar para que su mision esté del todo gloriosamente terminada? Dar's ejemplo de acatamiento y sumision á tan solemnes garantías, y no servir de pretesto con una permanencia más dilatada á escisiones funestas, que son la única via de triunfo á que aspira nuestros encarnizados enemigos. No será esta junta la que por vanas fórmulas, ó alambicand) insignificantes graduaciones, que solo el Código prometido debe fijar, detenga el movimiento de la libertad, la marcha de unos jefes acreditados, y paralice los valientes lejos del verdadero campo del honor, mucho menos cuando el noble desprendimiento de la mejor de las reinas nos da el magnánimo ejemplo que todos debemos imitar, como único que puede abatir el orgull de nuestro pertinaz adversario, afianzando con su caida la libertad del pueblo español. No duda, pues, esta junta, que su resolucion estará en la conciencia de todos los verdaderos amantes de la patria, y esta resolucion no puede ser otra que la de volver à la clase privada para segur en ella individualmente contribuyendo con sus haberes y su sangre á la consolidacion de la li bertad nacional.

Esto mismo espresó aproximadamente al gobernador civil en oficio de 11 del corriente, reccando las ideas concebidas por el gobierno sobre su formacion, procedimientos é intencio; y si antes prefijó para la época de su disolucion la llegada del caudillo ilustre que hoy pomos, fué porque en esta sola circunstancia halló la garantía suficiente para dejar el puesto confianza y sin temor. Así acaba vuestra junta, é interin os prepara el manifiesto de todas operaciones, sus indivíduos, si en las dificiles circunstancias de que se han visto rodeado conseguido hacer algun bien á sus conciudadanos, ya no aspiran á otra gloria ni puede er para ellos más esquisita recompensa. Barcelona 22 de octubre de 1835.-El gobernador ciinterino, José Melchor Prat, vicepresidente. -El intendente interino, Antonio Salas, Antonio Gironella, Jose Mariano de Cabanes, Pedro Moret, Juan Vallés, Juan Antonio Llinás, GeróniOliver, José Casajemas, José Antonio Llovet, Erasmo de Janer y de Comina, Leodegario SierAndrés Subirá, José Parladé, Ignacio Viela, Pedro Figuerola, Gabriel Castells, Francisco Sosecretario.»

NUM. 31.-Pág. 303.

Comandancia general de los distritos de Aragon, Valencia y Murcia.

HABITANTES DEL BAJO ARAGON:

Por tercera vez vuelvo á mandar las tropas de este distrito: vosotros habeis sido testigos ardor y entusiasmo con que he desecho muchas veces las facciones que afligian al país stoy resuelto ȧ repetir aquellos hechos.

He visto con dolor á mi regreso de Valencia, el incremento que han tomado las facciones rante mi ausencia; engañados unos por las falsas doctrinas de los malos eclesiásticos, é inados otros por sus mujeres y familias han corrido á engrosar las hordas de foragidos que spedazan la patria, y à fin de volverle la paz y consolidar la libertad que tanto necesita, emaré todos los medios que estén á mi alcance y en el círculo de mis facultades. Los que de ena fé me ayuden á consolidar esta obra de la felicidad general, recibirán de mí toda clase consideraciones, mas, ¡ay de aquellos que sigan el camino contrario! La pérdida de sus enes, el destierro ó la muerte castigará su horrendo crímen. Los enemigos que tengo que mbatir, no son valientes sino con los débiles que huyen, y mis tropas acostumbradas á venrlos, desean volar á encontrarlos para destruirlos. Alcañiz 9 de setiembre de 1835.

NUM 32.-Pág. 321.

AGUSTIN NOGUERAS.

Proclama al ejército de Aragon.

Voluntarios; viva el rey. Al encargarme del mando de las fuerzas existentes en este reino, elo privilegiado de decision y lealtad con que la munificencia del rey nuestro señor se ha gnado honrarme, no puedo menos de dirigiros mi voz y manifestaros los sentimientos que e animan en favor de la justa, santa y legítima causa que con tanta gloria como admiracion fendemos.

Testigo desde el primer dia de vuestras proezas y sufrimientos, no me considero digno de ›nerme à vuestro frente; pero sumiso á las órdenes de nuestro amado soberano, os prometo sacrificio de mi reposo y existencia, y os probaré con la ayuda de Dios, que deseo corresnder á la augusta confianza que me dispensa el mejor de los monarcas. Grande es sin duda empresa que me propongo; y ciertamente desconfiaria de su buen éxito si no contase con estro valor, vuestros sacrificios y decision con la espontánea cooperacion del país y con la sticia de la causa.

No lo dudeis, valientes é invencibles voluntarios; vuestras armas serán el azote de los que ›bardemente cebaron las suyas en inocentes sacerdotes, pacíficos paisanos, débiles mujeres carlistas indefensos. Voluntarios, uníos, valor, subordinacion y confianza en vuestros jefes; nor y proteccion al país que nos sostiene y contempla. Con estas bases conseguiremos el

TOMO II.

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aprecio de nuestros conciudadanos y vengaremos el ultraje hecho á nuestra sacrosanta relize y veneradas leyes, colocando en el trono de sus mayores à nuestro idolatrado y legitimo mnarca. Voluntarios, sea nuestro lema: ¡Viva la religion! ¡Viva el rey! Viva la patria! Cara general de Cantavieja 24 de noviembre de 1835.-Vuestro comandante general y compañer.. Ramon Cabrera.

NUM. 33.-Pág. 321.

Circular á los pueblos de Aragon.

Habiéndome encargado de la comandancia general de los beneméritos y leales pueblos d Bajo Aragon y de su valiente ejército, y conociendo lo crítico de la situacion y la necesida: absoluta de dar un impulso vigoroso á las operaciones de la guerra, todos mis esfuerzos serian inútiles si no fuesen apoyados por la unánime cooperacion de pueblos tan decididosidentificados en el sosten de una causa tan justa y santa. Aragoneses, sin vuestra protecció me seria imposible obtener del enemigo comun las ventajas que me prometo; y á no conter con ella, desistiria de la empresa de continuar en lucha tan desigual, tanto en el número cu mo en recursos y organizacion.

Uno de mis principales conatos es el de atender à la defensa de este país, clásico de lealta y procuraré por cuantos medios conciba no seros gravoso, respetar vuestras propiedades y ofreceros seguridad y garantías. Vuestro apoyo será el precursor de grandes resultados. [ esta halagüeña esperanza debe obligar a todo fiel aragonés à la enérgica cooperacion que reckman los inimitables esfuerzos de un ejército tan leal como sufrido y valiente, que çaminan progresivamente de victoria en victoria, llegará à poner en el trono de San Fernando á nues tro rey y señor don Carlos V, y restablecerá en España la paz que imperiosamente reclama c bien y la felicidad de ella.

Estos son, honrados aragoneses, los sentimientos que abriga mi corazon, á los que no f taré famás. Y para dar principio á las operaciones, creo de mi deber dictar las prevenciones guientes:

1. Las justicias y ayuntamientos, con inclusion de los secretarios, dirigirán á mi cuart general, ó al jefe carlista más inmediato, partes circustanciados del número y movimiento & enemigo, dando noticia hasta de las conversaciones por las cuales pueda venirse en coner miento de alguna operacion, en la que las armas leales puedan conseguir algunas ventajas, eya falta ú omision en dar los partes castigaré hasta con la última pena, segun lo exija la gr vedad del caso; asi como cualquier servicio que se preste de esta naturaleza, si es autorida la tendré presente, y si particular, le recompensaré cual corresponde.

2. Se hará saber á todos los dispersos, heridos y desertores que se hallen en los puebles ó sepan las justicias el paradero de los indicados, se presenten á los batallones o regimient de que proceden, dentro del preciso término de ocho dias, contados desde el recibo de la pr sente, si fuesen heridos ó enfermos, para que pasen al hospital con baja del cuerpo, pues p sado dicho término sin cumplirlo, quedarán unos y otros sujetos á las penas que marcan s Reales ordenanzas para los desertores en campaña.

3. No se darán raciones de ninguna especie ni bagajes á indivíduo alguno, sea cualquiera su clase y categoría, sin que presente á la autoridad el documento é pase que autorice marcha.

4. A ningun militar dependiente de la Hacienda ni de otro ramo, se le suministrarán m raciones que las que se le marquen en los auxilios, y el que exigiere más, probado que sea d haberlas percibido, por solo este hecho, quedará suspenso de empleo.

5. Las justicias quedan obligadas à dar parte de los que, enterados de las disposicion precedentes, se negaren á su cumplimiento.

6. y última. Cada justicia dará la posible notoriedad á la presente circular, para que leg ȧ noticia de los indivíduos comprendidos en ella, y con nota de quedar enterados, se me de volverá cumplimentada por la última justicia que la reciba. Cuartel general de Cantavieja. de noviembre de 1835. El comandante general interino, Ramon Cabrera.

NUM. 34.-Pág. 321.

A los sodados que se hallan en las filas de la titulada Isabel II.

La sed de sange española, y el robo de las riquezas de esta nacion, cubiertos con la mentira, adornados confa elocuencia de unos cuantos impios y traidores, os ha conducido á defender una causa la ás infame é injusta que va à fenecer, y con ella os hacen caminar con violencia à vuestra teal ruina. Ved lo que están haciendo esos engañadores, que por enriquecerse asesinan los prisineros y vecinos pacíficos, para que seais tambien vosotros asesinados, cual sucede y suceder: en represalia á los que estaban y caigan en mi poder. Por su codicia desprecian vuestras/idas. Nada les interesa vuestra sangre si con ella consiguen acopiar tesoros y fugarse à paise estranjeros. Ya esa Cristina públicamente está vendiendo los muebles de Palacio, encajonariquezas y alhajas y os va a dejar en manos de sus contrarios. Y á vista de esto, ¿continuars en esas filas que solo os ofrecen el oprobio, la miseria, el odio de vuestros semejantes y la juerte? Abandonadlas, soldados, y os salvareis de esta suerte desgraciada. Venid, que os auparará la fidelidad, y el general de ella, Ramon Cabrera.

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