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Ruego al gobierno que al tomar en consideracion todo lo que sincera y fundada, aunqu desordenadamente, le llevo espuesto, no olvide que en la situacion general del país, la opini.. pública es más que nunca un poder superior à todos los demás poderes; que la libertad de inprenta que le sirve de órgano, lo ejerce más fuerte y más absoluto en estos tiempos de r vueltas y borrascas, y que cuando esta opinion, justa ó injusta, acertada ó errónea, conden escluye à un servidor del Estado, de poco vale que le absuelva su conciencia, ni que le defer dan la razon y los hechos, ni que se obstine en sostenerle el gobierno, pues este mismo g bierno solo se apoya en aquel poder estraordinario y supremo. Retardarle el triunfo es sal exasperar su deseo y dar nacimiento á nuevos embarazos. Yo no puedo dar à la opinion que la opinion reclama; impaciente, mal instruida y completamente alucinada, es, pues, menés ter que el general que se lo rehuse ofrezca con sus antecedentes garantias conformes con las ideas dominantes, que inspire mas confianza con su esperiencia, con su saber, con el recuerd en fin de servicios prestados en otra época, á los principios políticos que han triunfado en d dia, y contra los cuales yo milité en distintas circunstancias.-Y que no se esponga el gobierno á naufragar, irritando con la resistencia un deseo que la organizacion, ó para hablar con à propiedad y la franqueza que acostumbro, la desorganizacion actual de la sociedad espaini ha de coronar triunfando de todos los obstáculos,-Si los resultados fuesen buenos para guerra, todos los celebraremos; y creo que más malos no pueden ser, porque el espiritu p.blico alentado con el nuevo médico, y este auxiliado por las eficaces medicinas que se prepa ran, ó cogerá la corona que no alcanzaron ni merecieron mis celosos esfuerzos en menos ver tajosa situacion, ó acabará por ilustrarse y revelarse á sí propio; que la entidad del achaque és superior á los medicamentos hasta ahora aplicados y buscará otros mas eficaces y seguros.Es doloroso, pero la historia entera nos enseña que los pueblos no se ilustran ni desengar sino con las lecciones que à precios muy caros compran de la esperiencia, y más cuando come ahora están afectadas de la enfermedad nacional todas las clases mas ilustradas, que son b verdadera aristocracia, de los gobiernos libres.

Finalmente, excelentísimo señor, yo quisiera poseer las virtudes de un griego ó un roma para ser indiferente ó impasible ante las acusaciones y manejos de que soy hace tiempo vich ma, y más en los últimos dias; pero lo confieso, me faltan aquellas y cuando sé que he sacr cado al servicio de mi país todo cuanto podia sacrificarle; cuando en el estado más deploral de salud, á V. E. conocido, trabajo diez y ocho ó veinte horas al dia, y no dejo las bridas d caballo sino para tomar la pluma; cuando como es notorio soy el primero en las fatigas y L el último en los peligros de la campaña, y renunciando à todo goce y descanso arrastro la existenc más miserable que cupo à mortal alguno, sin una hora de tregua, sin una idea ni sentimiento q no sea para mi patria, sin un afecto que no sea á la justicia... al verme acusado ó defendido è parcial, de apatía, de molicie de charlatan, ó de otras cosas peores aunque menos directas, c cado de intrigas y de agentes que tienen encargo de desconsiderarme en todas partes, har que el tormento en que he vivido, ya penosamente soportado, se convierta en un suplicio intelerable, que ni mi carácter, ni la justicia, ni el amor de mi reputacion, ni los efectos profu dos que ha producido en mi salud, me permiten sobrellevar más tiempo, prefiriendo mil veces ganar una honrada y humilde existencia con mi trabajo, que no figurar en el universo transigiendo con el insulto, la calumnia, y asignándome la injusticia y la ingratitud por recompensa Usen ó abusen cuanto quieran de tan sagrado derecho los que se erigen en dueños de la.ep ca, pero no sirva yo jamás de ocasion à multiplicar los males y desgracias de mi pais, ni de pretesto á sus estravíos y obcecacion. Para conseguirlo y mantenerme libre en la liberta como me jacto de haberlo sido por mi lenguaje y sentimientos en toda época, renuncio á esk y á todos los mandos, y si es preciso renunciaré tambien à mi patria.

Ruego, pues, á V. E. que dé cuenta de esta comunicacion à S. M. para que de su gobierne obtenga la resolucion pronta y eficaz que su mejor servicio, como mi situacion física y los derechos que tengo á defender mi honra y reputacion reclaman, al tenor de lo que tan respetuo samente dejo á V. E. manifestado, y en el concepto de que la agravacion de mis dolencias ha llegado á punto con las fatigas y rigores de este cruel invierno, con los cuidados y disguste de este difícil y penoso puesto, gue me es absolutamente imposible continuar ejerciëndole, [ de que si tarda en venir el general que nombre S. M. para reemplazarme, me veré dolorosa probablemente precisado à delegar el mando en quien corresponda por la sucesion genera que señalan las Reales Ordenanzas. Dios etc.-Cuartel general de Lizaso, 26 de febrero de 183

-Excelentísimo señor.-Luis Fernandez de Córdova.-Señor secretario de Estado y del desacho de la Guerra.

NUM. 46. Pág. 430.

Alo cucion del Excmo. Sr. Secretario de Estado y del despacho de la Guerra á los ejércitos de operaciones del Norte y de reserva.

SOLDADOS.

Al acercarse el momento de ingresar en las filas del ejército un refuerzo numeroso, y de emplear los inmensos recursos que el gobierno ha desplegado para terminar la guerra fraricida que sostienen los rebeldes, se dignó S. M. la reina gobernadora prevenirme que traslalándome á estas provincias concertase con vuestro general en jefe los medios de acelerar el riunfo de la causa nacional. En el corto tiempo que esta mision me ha proporcionado vivir enre vosotros, no he cesado de admirar vuestra inalterable constancia y alegría en medio de las penalidades anexas à una campaña activa, y vuestra subordinacion, vuestra disciplina y las lemás virtudes militares que os adornan; entre ellas ha llamado muy particularmente mi atencion ese entusiasmo ardiente que os inspiran la libertad de la patria y el trono de Isabel. Lejos le mi la idea de inflamar ahora vuestro valor heróico, cuando he sido testigo de la necesidad le reprimirlo, y cuando teneis probado que para vencer solo esperais la señal de combatir; os hablo para cumplir con un deber muy grato para mí, dándoos las gracias, con arreglo á un espreso mandato de S. M. la reina Gobernadora por vuestro comportamiento en esta guerra memorable así como á los dignos generales, jefes y oficiales que con tanta pericia y bizarria os dirigen y mandan dejándoos al propio tiempo en su real nombre una señal inequívoca del espíritu de justicia con que su maternal corazon desea que se confieran las gracias y beneficios á los valientes, que se hagan acreedores à ellas por acciones singulares en el campo del honor, pero en tal concepto quiere S. M. que se les adjudiquen no solo sin dilacion alguna y al frente de los mismos compañeros de combate, sino que las reciban allí donde las ganan, tal vez al precio de su sangre, y que vayan rodeadas del prestigio que les comunique la solemnidad del acto: premio justo, premio digno que vosotros sabreis dignamente estimar y merecer A este fin y usando de las facultades que me están concedidas en el real decreto de 6 de diciembre último, he autorizado à vuestro general en jefe para que pueda conferlr sobre el campo de batalla todos los empleos militares desde coronel inclusive abajo; y las crucee de primera y tercera clase de San Fernando y la de María Isabel Luisa; bajo las reglas que se han fijado para que solo se adjudiquen al verdadero mérito. Vitoria de enero de 1836.-Almodovar.

NUM. 47.-pág. 439.

Capitulacion de Plencia.

Don Antonio Sanchez, capitan del real cuerpo de artillería, comisionado por el excelentísimo señor conde de Casa-Eguía, general en jefe del ejército del rey N. S. don Carlos V y don Pedro Bahamonde, capitan del regimiento provincial de Mondoñedo, nombrado por el gobernador de Plencia para la capitulacion de la misma, hemos convenido en los artículos siguientes:

1. La guarnicion, igualmente que todos los urbanos serán prisioneros de guerra y conducidos á uno de los depósitos de esta clase.

2. Los jefes y oficiales conservarán sus equipajes, y los soldados de la guarnicion sus mochilas bajo la responsabilidad de los jefes, de no llevar mas prendas que las de su pertenencia, permitiéndose á los primeros llevar hasta el depósito los caballos que no sean de marca, que se les recogerán en aquel punto, entregando en este los que la tengan, igualmente que sus espadas.

3. El gebernador dispondrá que en el acto se haga la entrega por el inventario de todos los efectos de guerra, vestuarios y subsistencías que existan en la plaza.

4. El pueblo será respetado, debiendo el ayuntamiento, bajo la responsabilidad personal

TOMO II.

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de sus indivíduos, formar una relacion de todos los urbanos y otra de las urbanas, las cuale sufrirán mancomunadamente una multa proporcionada á sus fortunas.

5. El ayuntamiento será tambien responsable de que ningun vecino ni habitante oculte tenga efectos de ninguna clase que no sean de su pertenencia, y procedan de los almacenes de la plaza, ó de cualquier otra dependencia pública, quedando los infractores sujetos à las penas que se dicten.

Y habiendo merecido la aprobacien del referido Excmo. señor general en jefe y del gober. nador citado, la firmamos en Plencia á 25 de febrero de 1836, á la una de la tarde.-Ant Sanchez.-Pedro Bahamonde. -Es copia.-Eguía.

NUM. 48.-Pág. 473.

AL EJÉRCITO ENEMIGO, EL GENERAL EN JEFE DEL REY NUESTRO SEÑOR DON CARLOS V.

SOLDADOS:

¿Hasta cuándo os dejareis engañar de vuestros jefes, que solo siguen y defienden la revol cion y el desórden? ¿Hasta cuando continuareis sin convenceros de esta verdad, comprobala por tantos asesinatos y hechos horrorosos, con que han consignado la depravacion de sus m ras y doctrinas? ¿Hasta cuando seguireis sin conocer, que un puñado de hombres desde estas montañas han deshecho en mil encuentros ese ejército? ¿Cómo no veis que el de mi mando se aumenta y robustece con una progresion asombrosa? ¿Como no descubrís en estos efectos mano de la Divina Providencia, que tan visiblemente proteje les legitimos derechos de un se berano tan virtuoso y amante de los españoles, cual es el rey N. S. don Carlos V.? Ya es tiemp de que conozcais la justicia de la causa que sostienen estos valientes voluntarios. Ya es tierp de que acudais á sus filas. Venid à servir en ellas: venid para que tengan fin tantos males de que son víctimas las provincias que gimen bajo el cetro de hierro de la reina usurpador. Venid: sereis todos unos; y unidos, partiendo las fatigas, participareis tambien de la gloria q resulta al que labra el sosiego y felicidad de su patria. A vuestra llegada recibireis la grafite cion señalada á los que se presentan. Nada os faltará. Prest, raciones y vestuario, asegural en abundancia por contratas: la licencia absoluta concluida la campaña: exencion de quintas. los premios que el rey N. S. dispensa à sus leales y heróicos defensores, es lo que en su res nombre os ofrezco, garantizándoos el cumplimiento bajo mi palabra de honor, con la exactit que habeis visto en la presente campaña ejecuta todas.

EL CONDE DE CASA-EGUIA.

Imprimase este peregrino documento y sea leido á las tropas de S. M. tan descabellada sart de embustes y disparates, para que sepan nuestros enemigos todo el desprecio que nos mercen y la alta ilimitada confianza que tiene la patria en sus defensores, y el general de la re en sus soldados.

¡Ya lo veis soldados! no puede llegar á mas alto grado la necedad é impostura. Los que pudiendo combatiros con las armas tratan de seduciros por el fraude, os ofrecen abundan pagas, recompensas y victorias, y todas estas promesas garantizadas por la palabra jetä desmentida del caudillo rebelde. ¿Y por qué no da entonces mas que media asquerosa racion sus propios soldados; cuando les da alguna? ¿Por qué en seis meses no les ha pagado mas que quince reales? ¿Por qué no se atreve à dejar esas cobardes guaridas en que todavía os tiembl Piensan convenceros con sermones de Semana Santa; pues bien, yo quiero que se os lean confundir así por nuestra mofa y desprecio à quien para ocultar su abatimiento no encuentra mejor medio que el de insultar vuestra honra. ¡Ellos venceros!! no es mal modo de combatiras Por qué, pues, no quieren probar vuestras armas?

A la órden general.—Córdova.

Léase en las compañías. Cuartel general de Vitoria 19 de mayo de 1836.

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AL EJÉRCITO ENEMIGO. EL GENERAL EN JEFE DE LA REINA NUESTRA SEÑORA.

SOLDADOS: hasta cuando víctimas de una ciega y fatal credulidad á las ya usadas mentiras e vuestros jefes, y á sus nunca cumplidas promesas, os dejareis arrastrar por su violencia y onsentireis que vuestros padres y familias sean tratados con la mas atroz barbarie para reteeros en las filas de los que llaman vuestros seductores voluntarios! Hasta cuando rehusareis I testimonio de vuestros mismos ojos, de vuestra propia razon, y memoria para depositar uestra fé en esos mentidos papeles, con que os esclavizan y engañan, y dejareis à vuestros efes que destruyan la prosperidad, y el bienestar de estas privilegiadas y virtuosas provinias,y la felicidad de toda España, que siempre fué amante de ellas.

¿Que podeis esperar cuando al cabo de dos años y medio de verter vuestra sangre, no san ya bajar vuestros alucinadores de esos riscos y montañas, porque nada tienen que oponer . tres mil caballos, cuyo poder conoceis, cuyas lanzas habeis tantas veces probado?

Soldados: meditad y recordad vosotros mismos los hechos. Cuando mas os confiaban del riunfo, veis brotar por todas partes millares de nuevos soldados en nuestras filas: legiones brilantes, que hoy se están duplicando, representan el interés por nuestra causa de dos naciones grandes é invencibles, que miran aquella como suya. Y vuestros padres están arruinados, vuestras casas asoladas, y vuestros campos yermos, y vuestro mismo sustento es tan malo y escaso, que media racion os hace el dia venturoso, comparado á los muchos que pasais sin ninguna. ¿Dónde están esos auxilios estranjeros, que os han prometido tantas veces vuestros tiranos? Vinieron, sí: pero están en nuestras filas. ¿Dónde esos tesoros que han dado los pueblos, ó que hace años deben llegar todos los dias? En la imaginacion ó en los cofres de vuestros caudillos, que engordando y prosperando de vuestra sangre, especulan sobre vuestra ruina y abusan de vuestro candor y creencia. Pero mejor que yo mismo sabeis ya vosotros que sois víctimas de la mentira y del fraude, que vuestra voluntad está encadenada por la vergonzosa y horrible tiranía de los que titulándose campeones de la religion, condenan à vuestros parientes, con afrenta de los usos de un pueblo cristiano ȧ responder de vuestras personas, ¿Que se ha hecho la flor de estas provincias? Esa brillante generacion que fertilizaba estos campos, animaba vuestra industria, y derramaba la comodidad y la riqueza en este hoy desventurado suelo? La guerra lo ha devorado todo, todo lo ha sacrificado á la elevacion de unos pocos ambiciosos, y la guerra está hoy mas desesperada que nunca para vuestra causa: para la elevacion de aquellos pereció todo, y la suerte de los que habeis quedado es peor que la de aquellos que ya murieron, pues es, como vuestra recompensa el palo, la miseria y la muerte en un asqueroso hospital.

SOLDADOS: jamás os dirigí mi voz, ni lo hice à vuestros padres sino para ofrecerles consuelo y proteccion, para aliviar sus desgracias y compdecer sus sacrificios. Los soldados y jefes de la reina os aman, os compadecen, y os combaten, no como á enemigos, sino como á hermanos estraviados, como á bizarros compatriotas, de quienes es preciso repeler una agresion ingrata é injusta; y la mejor recompensa de nuestro triunfo seria el perdon y la reconciliacion que os volviese al seno de la patria para gozar de los beneficios de hombres libres, de las dulzuras de la paz, y de las bondades de una reina angelical, de quien vosotros seríais el mas firme apoyo, si conociéseis las gracias é inocencia, la dulzura y afabilidad de su digna y augusta madre. SOLDADOS: hasta cuando, en fin, ha de correr à torrentes la sangre de una nacion grande, heróica y cristiana? Yo os ofrezco asilo y amistad: vosotros seguireis eligiendo vuestra suerte al deponer las armas. Los muchos de vuestros camaradas que ya las han presentado, ó se hallan bien pagados, asistidos y contentos en las filas que han querido ingresar, y distinguiéndose por su valor, ó descansan tranquilamente en sus hogares, y trabajan en sus oficios al lado de sus familias consoladas. Venid pues à mi, yo os acogeré con la bondad que siempre os he acogido. Una lucha inútil debe ser para vosotros tan penosa y tan funesta como lo es para la patria. Todos somos hermanos, todos hemos llevado muchos siglos con gloria y orgullo el nombre de españoles, por él hemos combatido y vencido siempre juntos.

Y vosotros soldados de la reina, que prisioneros ó desertados de nuestras filas para evitar un castigo correccinal, ó por un momento de error y despecho, teneis que ocultar vuestra

:

vergüenza y arrepentimiento en las filas de la rebeldía, yo lo acepto y en nombre de S.M.Y de la patria os perdono, si abandonando esas hordas criminales, correis à las banderas de la libertad, que recibieron vuestros juramentos. Sé cual es vuestra suerte, y que el temor de castigo solamente os impide volar á abrazar á vuestros camaradas. Hacedlo sin temor, tends la pa abra de vuestro general.-En mi cuartel general à 20 de mayo de 1836.-Córdova.

NUM. 50.-pág. 492.

Estado de fuerzas carlistas.

1.0

Resúmen del estado de fuerza que dan los comandantes generales de Navarra y Provincias Vascong:das en el tiempo que mandó el ejército real el capitan general don Vicente Gonzalez Moreno.

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NOTA. No se da razon de la fuerza efectiva por no constar más que la presento.

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Resúmen general del primer estado de fuerza que dió el Excmo. señor general, jefe del ejército, cont de Casa-Eguía, del tiempo que mandó en jefe el ejército real.

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Resúmen del último estado de fuerzas que dió el Excmo. señor general, jefe del ejército, conde de Cas Eguía, en el tiempo que mandó en jefe el ejército real.

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Total..

Cuerpos de ejército.

Cuerpos de distincion.
Ejército de operaciones.
Ejército de reserva.
Caballería..

Total..

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