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fina con la provincia de Guipúzcoa al Este, con la de Alava al Sur y la peña de Orduña, que la separa de Castilla la Vieja, y con la montaña de Santander al Oeste.

Su terreno es montuoso, aunque no tanto como el de Guipúzcoa, pues tienen mayor amplitud las vegas y márgenes de los rios, particularmente las del Nervion ó Ibaizabal, Plencia y Mundaca.

Su poblacion en 1833, pasaba de ciento trece mil almas, pero en la actualidad se halla considerablemente aumentada, pues si bien durante la guerra que nos ocupa fueron diezmados sus habitantes, quemada gran parte de sus caseríos, talados casi todos sus montes, y destruidas las propiedades, en el dia apenas son posibles nuevos caseríos, se han repuesto lozanamente los montes, se ha mejorado y aumentado la propiedad, ha progresado el comercio y se ha creado la industria, merced á la trasladacion de las aduanas y no parece sino que la guerra ha sido el torrente que se desborda, pero que deja en su cieno el limo que fertiliza los campos, para que den más ópimos frutos.

'Recórrase la Vizcaya desde la Nestosa á Lequeitio, desde Portugalete á Ermua, y por ninguna parte se conocerán las huellas de la guer ra, escepto en algunos palacios, ó conventos, que, presa de las llamas, no han sido reedificados por ausencia de sus pobladores.

La misma villa de Bilbao, que casi quedó convertida en ruinas, se ostenta hoy rejuvenecida, sin ofrecer otra señal de sus inmortales y destructores sitios que los restos acabados de arruinar ó abandonados de algunos conventos extramuros, el sitio donde estuvo el palacio de Begoña, y una bala que se conserva cuidadosamente en un árbol del Arenal. Vinieron á tierra algunos edificios inmediatos á la poblacion, pero casi todos se han reedificado elegantes, como se ha reedificado la villa, sin que en toda su hermosa ribera, ni en el Arenal, en la Cendeja, ni en todos los puntos que tanto padecieron, se vea hoy otra cosa que lindísimos edificios que revelan el buen gusto de los bilbainos.

Aunque segun los fueros de los vizcainos, no hay capital en Vizcaya, por ser iguales todos los pueblos, nosotros consideramos políticamente á esta provincia, y llamaremos á Bilbao su capital.

Situada á la márgen derecha del Nervion, y á dos leguas del mar, viene á ser, y está generalmente considerada, como una poblacion marítima, pues la profundidad del rio, permite llegar á la villa bergantines, y hasta fragatas mercantes.

Rodeada de altas montañas, está por fortuna (1) imposibilitada de

(1) Decimos, por fortuna. por que las plazas abiertas están exentas de los horrores de un asedio.

TOMO II.

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ser plaza fuerte, y más que para distinguirse en la guerra, parece destinada para brillar con la paz por su comercio y su industria, que ejercen sus naturales con inteligencia, laboriosidad y honradez.

Apasionados nosotros de las buenas costumbres de los vizcainos, nos hemos mezclado entre ellos, para comprender el heroismo de unos y otros, porque unos y otros de aquellos naturales han estado divididos.

Ya llegaremos al segundo y tercer sitio de Bilbao, y entonces veremos lo que puede el entusiasmo de un pueblo, de lo que es capaz el noble patriotismo, que hace abnegacion de todo.

Cuando al leer en nuestros pueriles años el heroismo de Zaragoza, Gerona y otros pueblos inmortales, oiámos pronunciar el nombre de Bilbao, acompañado de hechos heróicos y tan recientes que no estaban consignados en libro alguno, ambicionábamos poder leer su historia en sus calles, en sus plazas, en sus campos; y al entrar en Bilbao despues, procurábamos sorprender en sus habitantes á sus beneméritos defensores; nos parecia ver en cada bilbaino un centinela de las baterías del Circo ó de la Muerte, un miliciano de los que contrarestaron el asalto de los argelinos, un defensor, en fin, de Bilbao.

Las ilusiones de la juventud se suelen desvanecer con la realidad, pero las que formó nuestra mente acerca de los sitios de Bilbao, han sido corroboradas y aumentadas con aquella. Lo que de oidas se creia un sueño, parece, al verlo, imposible, y sin embargo no lo fué. No se podia hablar de la heróica defensa de Bilbao, sin ver su posicion; de sus defensores sin conocerlos.

SITIO DE BILBAO.

-ENTUSIASMO DE

ESTADO DE LA PLAZA.-PRESENTACION DE LOS CARLISTAS. LOS BILBAINOS.--DESTRUCCION DEL FUERTE DEL CIRCO.

IV.

Encargado el conde de Mirasol el 6 de junio del mando de la provincia de Vizcaya, dispuso Espartero, de acuerdo con una junta de brigadieres, que permaneciese en la capital para asegurar su defensa. Marchó el 8, y desde aquella mañana quedó Mirasol responsable de la defensa de Bilbao.

Las fortificaciones no estaban concluidas; faltaba artillería de grueso calibre para contrarestar á la de los carlistas, y para dominar los importantes puntos del Morro y Begoña, principales sitios de ataque, no ocupados por falta de recursos, y de la fuerza que necesitaban. El con

vento de San Agustin, que ofrecia un punto accesible de ataque, y defendia una parte considerable del rio, solo estaba resguardado con un tambor para fusilería.

La pólvora de cañon, las harinas y el dinero escaseaban, y el repuesto general de municiones se hallaba en el convento de San Francisco, á la parte de allá del puente colgante, enfilado y dominado por alturas que podian y debian ocupar los carlistas en el sitio.

El conde, á la vista de su nada lisonjera situacion, hizo se entregaran al comisario de guerra 72,000 reales del producto de bulas; se apoderó de novecientos quintales de harinas decomisadas; pidió y obtuvo de nuestra marina real dos cañones de á diez y ocho, una batería de cohetes y los artilleros necesarios para su uso; solicitó de lord John Hay, comandante de las fuerzas navales de S. M. B., que reemplazase con carronadas de sus buques de guerra los cañones que entregaba nuestra marina, pidióle además pólvora y municiones, y envió al vapor Reina Gobernadora á San Sebastian en demanda de artillería, despues de haber traido de Portugalete una pieza de á veinticuatro.

Otras providencias convenientes adoptó para asegurar mejor la defensa de la villa, conviniendo con el comodoro en que aseguraria el libre tránsito de la ria. Aumentadas las fortificaciones y organizadas las fuerzas disponibles (1), esperó á los enemigos, que se presentaron

(1) FUERZAS LIBERALES EN BILBAO.

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Dos batallones del regimiento voluntarios de Valencia, 4.° de ligeros. Un batallon de Gerona, 3. de ligeros. Regimiento provincial de Ronda. Cuatro compañías del provincial de Compostela. Dos compañías del Real cuerpo de artillería. Media compañía del Real cuerpo de zapadores. Una compañía de salvaguardias de Vizcaya y partidas sueltas del 3.o y 18. de línea. de los provinciales de Alcazar de San Juan, Mondoñedo y otros cuerpos, á cuya fuerza además se unia la del batallon de la milicia urbana y compañía de artillería urbana en Bilbao; las dos de auxiliares, la compañía de urbanos de Begoña y destacamento de los de Dúrango, 'quienes durante todo el sitio alternaron en el servicio con igual decision que sus compañeros.

FUERTES.

El de Larrinaga colocado en el flanco derecho que defiende la plaza por la derecha del rio, dotado con un obus de à siete, y cuatro cañones de à doce, ocho, seis y cuatro.

El de Mallona colocado en el costado izquierdo de la espresada línea de defensa, y dotado con un obus y tres cañones de á ocho, seis y cuatro.

El de Solocoeche situado á la izquierda de el de Larrinaga en la media linea, dotado con dos cañones de á ocho y cuatro.

El del Circo de Begoña colocado entre los de Solocoeche y Mallona y en el ángulo adelantado de la línea.

Con la premura y los esfuerzos estraordinarios se construyó en los primeros dias del sitio una cureña de á veinte y cuatro para montar un cañon de este calibre: se subió una pieza de á díez y ocho al fuerte de Larrinaga: se colocó la batería de cohetes à la congreve, que por la mala calidad de estos fueron de poca utilidad: se construyó una nueva batería á espaldas de

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