La cour littéraire de don Juan II, roi de Castille, Volumen2

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A. Franck, 1873 - 457 páginas

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Página 48 - María, vencido del sueño, por tierra fragosa perdí la carrera, do vi la vaquera de la Finojosa. En un verde prado de rosas e flores, guardando ganado con otros pastores, la vi tan graciosa que apenas creyera que fuesse vaquera de la Finojosa.
Página 68 - QUAND vous serez bien vieille, au soir, à la chandelle, Assise auprès du feu, dévidant et filant, Direz chantant mes vers, en vous émerveillant: Ronsard me célébrait du temps que j'étais belle.
Página 108 - Que la nature force à se venger eux-mêmes, Et dont les troncs pourris exhalent dans les vents De quoi faire la guerre au reste des vivants, Sont les titres affreux dont le droit de l'épée, Justifiant César, a condamné Pompée.
Página 95 - Y los que lo cercan por el derredor, Puesto que fuesen magnificos hombres, Los títulos todos de todos sus nombres, El nombre los cubre de aquel su señor : Que todos los hechos que son de valor, Para se mostrar por si cada uno, Quando se juntan y van de consuno Pierden el nombre delante el mayor.
Página 95 - Aquel que en la barca parece sentado Vestido en engaño de las bravas ondas , En aguas crueles ya mas que no hondas Con mucha gran gente en la mar anegado, Es el valiente , no bien fortunado, Muy virtuoso, perínclito conde De Niebla, que todos sabéis bien adonde Dio fin al dia del curso hadado.
Página 109 - Ó ínclito Conde, quisiste tan fuerte Tomar con los tuyos en antes la muerte Que con tu hijo gozar de la vida; Si fe á mis versos es atribuida, Jamas la tu fama, jamas la tu gloria Darán en los siglos eterna memoria, Será la tu muerte por siempre plañida.
Página 97 - En la su triste hadada partida por muchas señales que los marineros han por auspicios y malos agüeros le fue denegado hacer su venida; los quales veyendo con voz dolorida el cauto maestro de toda su flota al conde amonesta del mal que denota, porque la vía fuese resistida.
Página 91 - ¡Oh virtuosa, magnífica guerra. en ti las querellas volverse devrían, en ti do los nuestros muriendo vivían por gloria en los cielos, y fama en la [tierra ; en ti do la lanza cruel nunca yerra, ni teme la sangre verter de parientes, revoca concordes a ti nuestras gentes de tanta discordia y tanta desferra!

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