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ragoza, donde fué recibido con grande solemnidad; y allí puede decirse que principió á ejercer su autoridad Real, pues con el consejo de varios prelados y señores dió providencias sábias y justas, que tendian á establecer la tranquilidad en sus reinos: en el año 1218 celebró cortes en Tarragona para los catalanes, y de allí partió para Lérida, donde juntó tambien en cortes á los catalanes y aragoneses: en ellas trató de dar fin á las pretensiones del conde don Sancho su tio, cediéndole el castillo y villas de Alfamen, Almudevar, Almuniem, Pertusa y Lagumarota (1); y á mas le asignó diez mil sueldos sobre el Real patrimonio de Barcelona y Villafranca, logrando de este modo calmar algun tanto los disturbios que el mismo D. Sancho habia promovido para conservar la esperanza de poseer el Reino: entónces confirmó tambien la moneda jaquesa, que se habia acuñado en tiempo del Rey D. Pedro su padre, ofreciendo y jurando que no permitiria que se fabricase otra, ni que bajase ni subiese de ley ni de peso; y esta medida tan sá– bia y tan justa satisfizo mucho á sus vasallos. El P. Ribera asegura que este mismo año tuvo principio la órden militar de Nuestra Señora de la Merced para redencion de cautivos cristianos, y que D. Jaime I contribuyó á tan piadosa y filantrópica fundacion. En el de 1219 murió en Roma la Reina Da María madre de D. Jaime, y en su testamento

(1) Este D. Sancho, hijo de D. Alonso II y tio de D. Jaime, era conde de Rosellon: murió en 1223 sin mas sucesion que un hijo Hamado Fernando, que fué abad del monasterio de Monte-Aragon. Tuvo D. Sancho otro hermano llamado Alfonso, que fué conde de la Provenza, casó con la heredera de Folchalquer y murió en 1209, habiéndole sucedido su hijo Ramon Berenguer casado con Beatriz de Saboya, que murió en 1245 y esta última en 1260, habiendo tenido cuatro hijas, que ocuparon los cuatro principales tronos de aquel tiempo.

nombró á su hijo heredero de la baronía de Mompeller, y encomendó al Papa Honorio III procurase por la felicidad y gloria de los Reinos de Aragon, atendido á que D. Jaime era todavía de muy corta edad.

Duraba aun la guerra entre los señoríos del Rey, y estaban ocupadas por la autoridad de la santa Sede apostólica las tierras de las provincias de Narbona y Aux: así es que despues de la muerte de la Reina envió el Rey á suplicar al Papa que le recibiese bajo su proteccion, quien desde luego nombró para principales en el consejo del Rey aquellas personas que consideró mas á propósito para atender al buen órden del gobierno. Con este motivo D. Jaime convocó cortes en Huesca, en las que se dictaron providencias muy útiles y muy sábias para la felicidad de su monarquía. Hasta aquí el jóven Rey de Aragon solo habia dado pruebas de docilidad y de ingenio, pues por sus pocos años no habia podido acreditar aun su valor: acaece por este tiempo que D. Rodrigo de Lizana hizo prisionero á un deudo suyo llamado D. Lope de Albero, tomando al mismo tiempo á fuerza de armas el castillo de este nombre: el Rey de Aragon emprendió la defensa del preso, y entónces fué cuando empezó á distinguirse por sus heróicas hazañas, logrando en breve la rendicion del castillo de Albero. Ganó luego el de Lizana y consiguió la completa libertad de su deudo. Luego que D. Rodrigo conoció que la suerte le era contraria, procuró aliarse con el señor de Albarracin llamado D. Pedro Fernandez de Azagra, y ambos declararon la guerra al Rey de Aragon, quien inmediatamente reunió un ejército, marchó á su frente contra sus enemigos, cercó la ciudad de Albarracin, y la hubiera tomado á no haberle faltado la fidelidad de algunos de los

caballeros que le acompañaron estos cometieron la infame traicion de avisar al enemigo de cuanto pasaba en el Real de D. Jaime: una noche cuando este se creia mas seguro, los cercados hicieron una salida; pero por fortuna no consiguieron su intento, porque D. Pelegrin Ahones y D. Guillermo de Pueyo conociendo la traicion se echaron sobre los enemigos del Rey, y aunque perecieron gloriosamente en la pelea, consiguieron salvarle, pues avisado D. Jaime del peligro en que se hallaba por la poca fidelidad de los que le acompañaban, levantó el cerco y tomó las precauciones necesarias para evitar mayores daños.

En tal estado se hallaban las cosas cuando D. Pedro Fernandez reconociendo su error, reconoció tambien la autoridad Real, imploró su perdon y no le fué difícil de conseguir. En el año 1220 casó D. Jaime I con la infanta de Castilla Da Leonor hermana de la Reina Berenguela, á la cual recibió en su compañía al año siguiente y despues se armó caballero. Varios fueron los acontecimientos á que tuvo que atender D. Jaime durante su reinado; pero con mayor ó menor felicidad salió de todos ellos, ya con su política, ya con su valor, cosa difícil de creer en una época en que la aristocracia conservaba todo su orgullo y se creian los señores aun mas poderosos que los mismos Reyes. Cuantas veces se vió en los mayores apuros por habérsele rebelado sus mismos vasallos, D. Jaime, como buen político, se valia primero del consejo, y cuando este no bastaba, acudia á las armas para acallar y enfrenar á los descontentos. En Cataluña, que era donde se habia reunido la mayor fuerza del vizconde de Bearne, hombre altanero y provocativo, fué donde se distinguió el valor del jóven Rey: el vizconde le habia provocado; pero al principio pagó bien

cara su osadía, porque entrando D. Jaime en Cataluña al frente de sus soldados, logró en poco tiempo apoderarse de los castillos de Cervellon y Moncada; mas luego se coligaron al Rey su tio D. Fernando, el mismo D. Guillen de Moncada, D. Pedro Fernandez de Azagra, D. Pedro Ahones y D. Nuño Sans (1). Estos señores trataron de engañarle y lo consiguieron: hicieronle ver que se declaraban de su partido. El Rey, que entonces se hallaba en la villa de Alagon, previendo lo que podia acaecer, aunque salió á recibirles, dispuso, sin embargo, que entrasen solos con él y que dejasen acuartelada la tropa en los lugares circunvecinos; mas habiendo ellos conseguido introducir doscientos caballos, y estando conformes en apoderarse de su per

(1) D. Nuño Sans era tio político de D. Jaime, por ser hijo de D. Sancho y de Da Nuña de Lara, nieto de D. Ramon Berenguer IV y de Da Petronila; y por consiguiente primo del padre de nuestro conquistador. Este en su crónica le llama carisimo consanguíneo. Amaestrado D. Nuño desde su niñez en el arte de la guerra, no se separó del lado de su padre, asistiendo con él á la famosa batalla de las Navas de Tolosa en el año 1212, y en aquel mismo dia fué armado caballero por el Rey D. Pedro, como lo afirma Zurita. Muerto este monarca en la batalla de Muret, se siguieron los disturbios que indicamos en el texto. D. Sancho, padre de D. Nuño, tomó partido contrario al de D. Jaime. D. Nuño despues de haberle sido contrario, le prestó muy buenos servicios en la conquista de Mallorca. El fué quien reconoció las costas para facilitar el desembarque de las tropas, el primero que las introdujo en la isla, el que con mas sagacidad preveia los peligros, pudiéndose decir que á él, despues de D. Jaime, se le debió la conquista. No se distinguió ménos en la de Ibiza, que emprendió en 1235 con el infante D. Pedro de Portugal y el arzobispo de Tarragona. Con su autoridad y consejo llevó Ď. Jaime á cabo la conquista de Valencia, donde le acompañó, á pesar de tener muy quebrantada su salud. Fundó en 1239 el monasterio de Bernardos extramuros de Palma, aumentó el dote de la catedral de Mallorca, cedió á la casa de la órden de San Juan de Valencia todos los bienes que tenia en aquella ciudad, y murió en 19 de enero de 1241, siendo canónigo de Elna, como lo asegura el diligente historiador Bosch y con el otros au-

tores.

sona y disponer del Reino como mejor les pareciese, procuraron llevarle á Zaragoza, donde le pusieron guardias de vista. Conociendo desde luego el Rey que estaba preso, justamente indignado procuró recobrar su libertad; y habiéndolo conseguido despues de tres semanas, pasó á Huesca, y observando desde entonces una conducta llena de firmeza y moderacion, logró al cabo conciliar todos los partidos. Mucho tuvo que trabajar para conseguirlo, porque sus contrarios eran poderosos, y quien mas guerra le hizo fué su tio D. Fernando por haberse apoderado del gobierno de los Reyes de Aragon y costarle grande repugnancia el dejarlo. Viéndose ya D. Jaime tranquilo poseedor de sus estados, tomó las armas para dirigirlas contra los moros.

Primeramente trató de la conquista de Mallorca, y á este fin juntó una armada de 155 naves sin contar los transportes. Uniéronseles muchisimos caballeros (1), y con un ejército formidable se hicieron á la vela del puerto de Salou en diciembre de 1229. La navegacion no fué muy feliz, porque tuvieron que sufrir algunos temporales que les pusieron en los mayores peligros; pero lograron por último desembarcar en el término de Santa Ponza (2). El primer encuentro que tuvieron con los moros fué en la misma ribera, donde habian acudido con 5000 hombres y 200 caballos para impedir el desembarque; pero no habiéndolo conseguido, fueron derrotados y puestos en fuga con pérdida muy conside

(1) Véase la obra del autor titulada: Memoria de los pobladores de Mallorca despues de la conquista por D. Jaime I de Aragon, y noticia de las heredades que se les asignaron en el reparto general de las

tierras.

(2) Santa Ponza no es como creen algunos autores una villa, ni lo ha sido nunca, sino una vasta hacienda en el distrito de Calviá, que se extiende hasta el mar. Hoy la posee el Excmo. Sr. marques de Bellpuig.

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