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rable ocurrieron otros encuentros todos afortunados para las armas aragonesas, marchó el Rey con su gente sobre la capital, subió el primero al asalto, y apoderándose de la plaza, sometió toda la isla á su dominio. Concluída felizmente aquella conquista, regresó D. Jaime á sus antiguos estados, donde fué recibido con las mayores demostraciones de júbilo: los catalanes y aragoneses en esta ocasion se esmeraron en manifestarle el mayor entusiasmo y la mas completa satisfaccion por el feliz resultado de sus armas. Dueño ya de la isla de Mallorca, y despues de la de Ibiza, intentó otra empresa no menos ardua que peligrosa, tal era la conquista de Valencia. Varias veces habia probado medir su espada con la del soberano moro de aquel reino; pero el éxito no habia salido tan favorable como él pensaba: quiso pues principiar de nuevo aquella empresa, y en esta ocasion fué mas afortunado. Para declarar la guerra al Rey moro se le presentó la mas feliz coyuntura: mientras se hallaba en Mallorca, el Rey moro de Valencia Zaen habia invadido las tierras de Aragon llegando hasta Tortosa, robando y talando todos los lugares de aquella comarca: el Rey D. Jaime le habia convidado con una paz ventajosa; pero el arrogante moro la despreció, y esta osadía le costó la corona, porque D. Jaime juntó sus tropas, marchó sobre Valencia, la conquistó y la sometió á su dominio.

Sus armas victoriosas acuden á todas partes, bien sea sujetando á los rebeldes ó bien auxiliando á sus aliados, siempre se distingue sobre todos y en todas partes da pruebas de su heróico esfuerzo: en vano intentan señores ambiciosos armarle querellas, porque encuentran su castigo en el filo de su espada: en vano intentan los moros atacar sus conquistas; el poder de estos, aunque grande, es poco para

oponerse al torrente impetuoso de aquel que el cielo habia destinado para escarmentarlos y vencerlos. Dígalo el reino de Murcia, que siendo tan poderoso en armas debe ceder igualmente á los esfuerzos de D. Jaime el Conquistador: en efecto, el reino de Murcia se habia rebelado contra el Rey de Castilla, casado con una hija de Aragon. Este quiso vengar el agravio hecho á su yerno, juntó tropas, marchó sobre Murcia, y en breve la ganó con harta mengua de la arrogancia y del poder mahometano. Tantas y tan señaladas victorias condujeron á D. Jaime á la cumbre de la gloria: todo el mundo admiraba su valor, y todos sus contrarios temian su espada, cuando en medio de sus vietorias tuvo que rendir el tributo debido á la naturaleza.

Agobiado de una enfermedad tomó el hábito de cisterciense, haciendo voto de acabar sus dias en el claustro si lograba restablecerse; pero no llegó á cumplirlo, porque murió en la ciudad de Valencia en 27 de julio de 1276. Pocos momentos antes de espirar llamó al infante D. Pedro su hijo y le dijo: «que considerase las mercedes que de mano >> de Ntra. Señora habia recibido en todo el discurso de su >> vida, dándole siempre victoria sobre todos sus enemigos >>en todo el tiempo de su reinado, que habia sido de sesenta » años, y que ante todas cosas temiese á Dios y le sirviese, >> porque conocia cuán dudosa era la fe y amistad entre los >> hermanos en quien quedaba el reino dividido, y no veía >>señales de mucho amor y hermandad entre él y el infante »D. Jaime su hermano, á quien dejaba heredero en el reino >> de Mallorca y en las islas adyacentes, y en el condado y . >> señorío de Rossellon y Montpeller: encargóle encarecida>>mente que le amase y honrase, y se contentase con la >>principal y mejor parte que le dejaba de sus reinos: en

>>cargóle igualmente que hiciese proveer los castillos del >>reino de Valencia de armas y bastimentos, y prosiguiese la >> guerra con grande esfuerzo y corazon, pidiéndole y rogán>>dole que echase todos los moros del Reino, porque mién>>>tras en él estuviesen le serian enemigos perpetuos; pues >> que tantas veces habian intentado rebelarse contra él sien>>do tratados tan benignamente, lo mismo harian de allí en >> adelante si les dejaba en la tierra; y ordenó que si mu>>riese de aquella dolencia, andando el Infante proveyendo >> lo necesario para la guerra, no sacase su cuerpo fuera >> del Reino, porque por esta causa no se hubiese de ausen>>tar el Infante y quedase la tierra á tanto peligro, y fuese >> depositado en Santa María de Algeciras, y acabada la » guerra fuese sepultado en el monasterio de Poblet.» Y por último, tomó el Rey su espada que tenia en la cabecera de la cama y la dió de su mano al Infante, diciéndole: «Que tomase aquella espada con la cual por la virtud de la >> diestra divina siempre habia sido vencedor, y la llevase >> consigo y obrase varonilmente»; y besándole el Infante, la tomó y se despidió del Rey (1).

D. Jaime era de hermosa y gallarda presencia, comedido, juicioso, valiente soldado y excelente general, dió treinta batallas campales, y favorecido de la fortuna, de todas salió tan felizmente como de las conquistas de los reinos de Mallorca, Valencia y Murcia: fundó muchas iglesias y otros establecimientos piadosos, convirtiendo en casas de oracion las mezquitas de los enemigos del nombre cris

(1) Zurita, Anales de Aragon, tomo 1, pág. 226. Esta espada de D. Jaime se guarda en la actualidad en el consistorio de Valencia, de donde se saca únicamente para la fiesta del Centenar ó aniversario de la conquista de aquel Reino, que se celebra cada cien años.

tiano: en todo fué grande, en todas ocasiones demostró su heroismo, y el único defecto que le atribuyen algunos historiadores es su excesivo amor por las mujeres. Habia casado con D Leonor de Castilla, como hemos dicho ya, de la cual tuvo un hijo llamado Alonso, que murió sin sucesion: de su segunda mujer Da Violante, hija de Andres Rey de Hungría y hermana de Sta. Isabel, tuvo á Pedro III su sucesor, y á Jaime que fué Rey de Mallorca, á Violante, á Isabel, á Constanza, á María y á Leonor. En su testamento declaró por legítimos á otros dos hijos que tuvo de Da Teresa Gil de Vidaure (1). D. José Villaroya en su Coleccion de

(1) Hijos de D. Jaime I.-De Da Leonor de Castilla tuvo á

Alonso, declarado legítimo por el pontífice Gregorio IX, quien disolvió el matrimonio que tenia concertado con Constanza, hija de Gaston de Moncada, vizconde de Bearne, por ser parientes. Dióle su padre el Reino de Valencia por solo el tiempo de su vida: murió sin sucesion en 1259. Al trasladar su cadáver del monasterio de Viruela á la catedral de Valencia, se le puso el siguiente epitafio, que copiamos en 24 de diciembre de 1830.

Hic jacet Alphonsus ex primo Rege Jacobo
Unicus ex prima Eleonore conjuge natus,
Qui cum immaturis repleretur morte sub annis
Sarcophago huic cineres animam commissit olimpo.

De Da Violante de Hungría tuvo D. Jaime I á

1o. Pedro III, que nació en 1243, sucedió á su padre en el Reino y estados de Aragon, Cataluña, Valencia y Murcia. Intentó quitar a su hermano D. Jaime la corona de Mallorca, teniendo para ello aprontada una numerosa armada. Murió en 11 de noviembre de 1285.

2o. Jaime II, que fué Rey de Mallorca, de quien hablarémos en el texto.

3o. Violante. Casó á fines de 1248 con D. Alonso X, Rey de Castilla, siendo aun Infante.

4. Isabel, casó con Felipe III, el Atrevido, Rey de Francia. 5o. Fernando, á quien su padre asignó ricos estados, y sin embargo, no estando satisfecho, armó varios lazos contra su hermano D. Pedro, llegando al extremo de enemistarse del todo. Coligado D. Fernando con los enemigos de D. Pedro, le hizo una guerra oculta; pero perseguido de muerte hubo de refugiarse en el cas

cartas históricas críticas, en que se convence que el Rey don Jaime I de Aragon no fué el verdadero autor de la crónica ó comentarios que corren en su nombre, dice así: «No solo aparece D. Jaime I en el teatro del mundo excelente y famoso soldado y capitan, sino que se le pinta y quiere hacer ver amante de las buenas letras, estudioso, sabio, erudito autor de excelentes obras, y célebre historiador de sus propias hazañas. Entre muchas producciones que se le atribuyen, las mas principales son: Lo libre de la saviessa, esto es, El libro de la ciencia, y su Crónica ó comentarios. El libro de la ciencia es una excelente obra. Está escrito en lengua lemosina, y propiamente es un tratado de filosofía moral, amenizado con la doctrina de los filósofos antiguos Johanniero, hijo de Ishaac, Sócrates, Aristóteles y otros, dirigida á la mejor instruccion de los príncipes, para el mas feliz gobierno de sus Reinos y arreglo de las costumbres de sus vasallos. El autor de este libro es preciso que tuviese gran talento, mucha instruccion y estudio, noticias de varias ciencias, inteligencia en las lenguas latina y griega, y

tillo de Pomar. Fugóse de allí y pasó á Grecia, donde murió en 1319, aunque hay quien dice que D. Pedro le cogió y le hizo ahogar y despeñar en el rio Cinca."

6o. Constanza, casó con el príncipe D. Manuel, hermano del Rey de Castilla, que fué Rey de Portugal.

7. María, religiosa trinitaria de vida ejemplarisima, cuyo hábito vistió con su tia Constanza en 1236 en el monasterio de Lérida. En 1248 fundó el de Canoas, que ahora es parroquia, del cual fué abadesa, como se lee en un calendario de aquel tiempo: Obiit venerabilis abbatissa domina Maria, filia illustris Regis Jacobi, anno 1307, pridie nonas Aprilis. Orate pro anima ejus, et R. I. P. A.

8°. Leonor, murió soltera y de muy corta edad.

De Da Teresa Gil de Vidaure, con la que nunca llegó á casarse,

tuvo á

Jaime de Ejerica, apellido que tomó de un estado de este nombre que le dió su padre. Casó con D' Clotalda, de la cual tuvo á

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