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COLECCION

DE

DOCUMENTOS INÉDITOS

PARA

LA HISTORIA DE ESPAÑA,

por

D. MIGUEL SALVÁ Y D. PEDRO SAINZ DE BARANDA.
Individuos de la Academia de la Historia.

Tomo XII.

MADRID,

IMPRENTA DE LA VIUDA DE CALERO.

1848.

Sn

946.001 0691

X-4523

DOCUMENTOS

RELATIVOS

Á ANTONIO PEREZ,

SECRETARIO QUE FUÉ DE FELIPE II.

Debemos estos documentos á la generosidad de nuestro diguo coacadémico y distinguido literato el Sr. D. Miguel Lafuente Alcántara, á quien pertenecen.

(Todos son originales ó de letra coelánea )

Antonio Perez, ministro de Felipe II, y único favorito suyo (si alguno tuvo este monarca) ejerció grande autoridad en los negocios, y particularmente en ciertos reservados de estado, que á su tiempo hicieron mucho ruido, y no menor escándalo dieron á la nacion. Caido de su privanza por motivos que mas se dejan sospechar que afirmar con certidumbre, pues no estan bien averiguados todavía, fué mandado prender á las once de la noche del 28 de julio de 1579, y así permaneció once años en prision mas o menos estrecha, siempre con alguna vislumbre de esperanza de recobrar su libertad. Mas habiéndole dado termento, y creyendo él que tan larga persecucion solo acabaria con su vida, trató de fugarse de la cárcel, y en efecto lo consiguió disfrazado con los vestidos de su mujer, en

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la noche del miércoles santo 20 de abril de 1590, logrando salvarse en territorio de Aragon de donde era oriundo, y amparándose de los fueros de aquel reino, los mas libres que se han conocido en lo antiguo, y los mas protectores de la seguridad personal. Deshechos con evasion tan inopinada los planes concertados para perderle, Felipe II intentó contra él varios procesos ante la corte del Justicia, primero sobre la muerte del secretario Escobedo, despues sobre envenenamiento de Pedro de la llera, clérigo y astrólogo, que tambien se le atribuia, y por fin le hizo abrir el juicio llamado de enquesta, segun el cual podia el Rey en Aragon inquirir la conducta de sus oficiales Reales, y castigarlos conforme á sus delitos. Mas como ninguno de estos procesos surtiese el efecto que se deseaba, se apeló al expediente de hacerle prender por el Santo Oficio, medio sin duda el mas eficaz si dos alborotos ocurridos con tal motivo en Zaragoza el 24 de mayo y el 24 de setiembre de 1591, no hubieran burlado con la fuga de Antonio Perez á Francia, esta última tentativa en que al parecer andaban á competencia el odio perseverante del Rey, y la habilidad y trazas de su ministro.

Cierto que Antonio Perez, hombre de injenio y político sagaz, pero inmoral, de condicion perversa, y tan malo como el peor de sus perseguidores, expió con harta justicia en la cruel agonía de una desgracia sin término, el abuso que un tiempo hiciera de la privanza de su amo; y este á su vez hubo de saborear toda la humillacion de ver su autoridad desairada y puesta como en discusion ante el tribunal de un súbdito que se tenia por extranjero en Castilla. Mas los que libraron peor fueron los aragoneses: pues de una parte ca yó sobre ellos todo el enojo de Felipe II, y de otra se vieron privados de la actividad y direccion de Antonio Perez, quien debiendo morir á su lado los abandonó cobardemente en la hora del peligro, porque pudo mas en su ánimo egoista é ingrato salvar su vida á toda costa, que darla gloriosamente en defensa de unos fueros que habian sido su único escudo, y que solo él habia comprometido.

Consulta original hecha á Felipe II por la Junta que entendia en el negocio de Antonio Perez.

A la espalda tiene la fecha de 10 de mayo de 1590.

Y mas abajo dice: "Sobre el negocio de Antonio Perez."

Al márgen de mano

de Felipe II.

"Muy bien es tá esto, y va firmado."

SEÑOR Habiéndose tratado en la junta que (como V. M. lo mandó) se hizo en casa del presidente del Consejo de Hacienda sobre la prision y castigo de los cómplices en el delicto de la muerte de Escobedo, y en la ida de Antonio Perez, pues que los unos y los otros son los que le favorecen y asisten; y al bien y auctoridad de la justicia conviene que esten reprimidos y castigados sin que puedan acudir á Antonio Perez con la publicidad que agora lo hacen; ha parescido que Gil de Mesa y Juan Francisco Mejorin, genovés, que ayudaron á Antonio Perez en la fuga que de aquí hizo, podrán ser acusados á instancia de las guardas y alguaciles como partes interesadas en la dicha fuga; y así se enviarán poderes dellos para que en Zaragoza se les ponga demanda. Y agora se envía carta á firmar de V. M. por ganar tiempo, para que el Gobernador de Aragon atienda á ayudar á esta acusacion y procure que los dichos sean luego presos,

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