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porque Fernando no era inepto ni carecia de talento; casi todos los escritores convienen fue el soberano mas sagaz de su época. Tamana doblez no podrán cohonestarla jamás sus panegiristas, máxime cuando en la córte no hubo coaccion de ningun género para obligarle á ello, pues al paso que en las provincias el oriflama liberal tremolaba, Madrid permanecia aun quieto. Hay documentos que dicen per si solos mas de cuanto pudiéramos espresar; en alas de la indignacion que nos causa tal conducta, y aunque los estrechos limites de una biografia no permitan siempre el que por su estension ocupen en ella un lugar, algunas veces se hace necesario prescindir para que los lectores no tachen de apasionadas nuestras reflexiones, y aqui se nos hace preciso consignar dos de ellos, uno antes y otro despues del movimiento liberal de 1820.

Primero: Gaceta estraordinaria del domingo 12 de Marzo de 4820 Artículo de oficio; manifiesto del rey á la nacion.

Españoles: cuando vuestros esfuerzos lograron poner al cau→ tiverio en que me retuvo la mas inaudita perfidia, todo cuanto ví y escuché, apenas pisé el 'suelo pátrio, se reunió para persuadirme que la nacion deseaba ver resucitada su anterior forma de gobierno, y esta decision me debió persuadir á conformarme con lo que parecia ser el voto casi general de un pueblo magnánimo, que triunfador de un enemigo estrangero, temia los males aun mas horribles de la intestina discordia. No se me ocultaba, sin embargo, que el progreso rápido de la civilizacion europea, la difusion universal de luces, hasta las clases menos elevadas, las mas frecuentes comunicaciones entre los diferentes paises del globo, los asombrosos acontecimientos reservados á la generacion actual, habian suscitado ideas y deseos desconocidos á nuestros mayores, resultando nuevas é imperiosas necesidades, ni tampoco dejaba de conocer que era necesario amoldar á tales elementos las instituciones politicas, à fin de obtener aquella conveniente armonia entre los hombres y las leyes, en que estriba la estabilidad y el reposo de las sociedades. Pero mientras yo meditaba maduramente, con la solicitud propia de mi paternal corazon las variaciones de nuestro régimen fundamental, que parecian mas, adaptables al caracter nacional y al estado presente de las diver

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sas porciones de la monarquia española, asi como mas análoga la organizacion de los pueblos ilustrados, me habeis hecho entender vuestro anhelo de que se restableciese aquella Constitucion que, entre el estruendo de armas hostiles, fue publicada en Cádiz el año de 1812, al propio tiempo que eon asombro del mundo combatiais por la libertad de la patria. He oido vuestros votos y cual tierno padre, he condescendido á lo que mis hijos reputan conducente á su felicidad. He jurado esa Constitución, por la cual suspirábajs y seré siempre su mas firme apoyo. Ya he tomado las medidas oportunas para la próxima convocación de Córtes. En ellas, reunido à vuestros representantes me gozaré de concurrir á la grande obra de la prosperidad nacional. Españoles: vuestra gloria es la única que mi corazon ambiciona; mi alma no apetece sino veros en torno de mi trono, unidos, pacíficos. y dichosos. Confiad, pues, en vuestro rey que os habla con la efusion sincera que le inspiran las circunstancias en que os hallais, y el sentimiento intimo de los altos deberes que le impuso la Providencia. Vuestra ventura de hoy en adelante dependerá en gran parte de vosotros mismos. Guardaos de dejaros seducir por las falaces apariencias de un bien ideal que frecuentemente impiden alcanzar el bien efectivo. Evitad la exaltacion de pasiones que suele trasformar en enemigos á los que deben ser hermanos acor des en efectos como lo son en religion, idioma y costumbres. Repeled las pérfidas insinuaciones halagüeñamente disfrazadas de vuestros émulos. Marchemos, y yo el primero, francamente por la senda constitucional, y mostrando á la Europa un modelo de sabiduria, orden y perfecta moderacion en una crisis que en otras naciones, ha sido acompañada de lágrimas y desgracias; hagamos amar y reverenciar el nombre español, al mismo tiempo que labramos para siglos nuestra felicidad y nuestra gloria. Palacio de Madrid, 10 de marzo de 1820. Fernando.>>

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Segundo: Bien públicos y notorios fueron á todos mis vasallos los escandalosos azáres que precedieron, acompañaron y si guieron al establecimiento de la democrática Constitucion de Cádiz en el mes de marzo de 1820: la mas criminal traicion; la mas vergonzosa cobardia; el desacato mas horrendo á mi real persona y la violencia mas inevitable, fueron los elementos em

pleados para variar esencialmente el gobierno paternal de mi reino en un código democrático, origen fecundo de desgracias y desastres. Mis vasallos acostumbrados á vivir bajo leyes sábias, moderadas y adoptadas a sus usos y costumbres, y que por tantos siglos habian hecho felices á sus antepasados, dieron bien pronto pruebas únicas y universales del desprecio, desafecto y desaprobacion del nuevo régimen constitucional. Todas las clases del Estado se resintieron à la par de unas instituciones, en que preveian señalada su miseria y desventura. Gobernados tiránicamente, en virtud y á nombre de la Constitucion, clamó por la cesacion de un código nulo en su origen, ilegal en su formacion, injusto en su contenido; clamó, finalmente, por el sostenimiento de la santa religion de sus mayores, por la restitucion de sus leyes fundamentales y por la conservacion de mis legitimos derechos, que heredé de mis antepasados, que con la prevenida solemnidad habian jurado mis vasallos. No fué esteril el grito general de la nacion; por todas las provincias se formaron cuerpos armados que lidiaron contra los soldados de la Constitucion; vencedores unas veces y vencidos otras, siempre permanecieron constantes en la causa de la religion y de la monarquia, el entusiasmo en defensa de tan sagrados objetos, nunca decayo en los reveses de la guerra; y prefiriendo mis vasallos la muerte à la pérdida de tan importantes bienes, hicieron presente à la Europa con su fidelidad y su constancia; que si la España habia dado el ser y abrigado en su seno à algunos desnaturalizados hijos de la rebelion universal, la nacion entera era religiosa, monàrquica y amante de su legítimo soberano. La Europa entera conociendo profundamente mi cautiverio y el de toda mi real familia, la mísera situacion de mis vasallos fieles y leales, y las máximas perniciosas que profusamente esparcian á toda costa los agentes españoles por todas partes, determinaron poner fin à un estado de cosas que era el escándalo universal, que caminaba á trastornar todos los tronos y todas las instituciones antiguas, cambiandolas en la irreligion y en la inmoralidad. Encargada la Francia de tan santa empresa, en pocos meses ha triunfado de los esfuerzos de todos los rebeldes del mundo reunidos por desgracia de la España en el suelo clásico de la fideli

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dad y lealtad. Mi augusto y amado primo el duque de Angulema, al frente de un ejército valiente, vencedor en todos mis dominios, me ha sacado de la esclavitud en que gemia, restituyendome á mis amados vasallos, fieles y constantes. Sentado ya otra vez en el trono de San Fernando por la mano sábia y justa del Omnipotente, por las generosas revoluciones de mis fieles aliados y por los denodados esfuerzos de mi amado primo el duquede Angulema y su valiente ejército; deseando proveer de remedio á las mas urgentes necesidades de mis pueblos, y manifestar á todo el mundo mi verdadera voluntad en el primer momento que he recobrado mi libertad, he venido en decretar lo siguiente: Primero, Son nulos y de ningun valor todos los actos del gobierno llamado constitucional (de cualquiera clase y condicion que sean) que ba dominado á mis pueblos desde el dia 7 de marzo de 1820, hasta hoy 1. de octubre de 1823, declarando como declaro; que en toda esta época he carecido de libertad, obligado á sancionar las leyes, y á espedir las ordenes, decretos y reglamentos que contra mi voluntad se meditaban y espedian por el mismo gobierno. Segundo. Apruebo todo cuanto se ha decretado por la junta provisional de gobierno, y por la regencia del reino, creadas aquellas en Oyarzun el dia 9 de abril, y esta en Madrid el dia 26 de marzo del presente año, entendiéndose interinamente hasta tanto que instruido competentemente de las necesidades de mis pueblos pueda dar las leyes y dictar las providencias mas oportunas para causar su verdadera prosperidad y felicidad, objeto constante de nuestros deseos. Tercero. Quiero que durante mi viaje á la corte no se encuentre à cinco leguas en contorno de mi tránsito ningun individuo que durante el sistema constitucional, haya sido diputado á Cortes en las dos últimas legislaturas, ni tampoco los secretarios del despacho, consejeros de estado, vocales del supremo tribunal de Justicia, comandantes generales, gefes políticos, oficiales de la estinguida milicia nacional voluntaria, prohibiéndoles para siempre la entrada en la córte y sitios reales al radio de quince leguas. Al contemplar las misericordias del Altísimo por los riesgos de que se ha dignado librarme, restituyéndome al seno de mis fieles vasallos, se confunde en el horroroso recuerdo de los sacrilegos crimenes y desacatos que la impiedad osó come

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ter contra el supremo Hacedor del universo: los ministros de Cris-2 to han sido perseguidos y sacrificados: el venerable sucesor de San Pedro ha sido ultrajado: los templos del señor profanados y destruidos: el santo evangelio despreciado: en fin, el inestimable legado que Jesus nos dejó en la noche de su cena para asegurarnos su amor y la felicidad eterna: las hostias santas han sido pisadas. Mi alma se estremece y no podrà volver á su tranquilidad hasta que en union con mis hijos, con mis amados vasallos, ofrezcamos á Dios holocausto de piedad y de compuncion para que se digne purificar con su divina gracia el suelo español de tan impuras manchas, y hasta que le acreditemos nuestro dolor con una conducta verdaderamente cristiana, único medio de conseguir el acierto en el rápido viaje de esta vida mortal. Para que estos dos importantisimos objetos tengan exacto cumplimiento, he dispuesto que en todos los pueblos de los vastos dominios que la divina Providencia ha confiado á mi direccion y gobierno, se celebre una solemne funcion de desagravios al Santisimo Sacramento, con asistencia de los tribunales, ayuntamientos y demas cuerpos del estado; implorando la clemencia del Todo-poderoso en favor de toda la nacion, y particularmente de los que se han estraviado del camino de la verdad, y dándole gracias por su inalterable misericordia: que los MM. RR. Arzobispos y Obispos, vicarios capitulares, sede vacante, priores de las órdenes militares y demas que ejerzan jurisdicion eclesiástica, dispongan misicnes que impugnen las doctrinas erróneas, perniciosas y heréticas, inculcan do las máximas de la moral evangélica, y que pongan en reclusion en los monasterios de la mas rigida observancia á aquellos que habiendo sido ajentes de la faccion impía, puedan con su ejemplo o doctrina sorprender y corromper à los incautos ó débiles à favor de las funciones de su estado.-Yo el Rey.

La lectura imparcial de estos dos documentos convencerà al mas apasionado del realismo; cuanta doblez habia y cuantos embarazos opuso el monarca maquinando en secreto y arrastrando á la muerte à millares de infelices que desamparaba en el momento del peligro. La Milicia Nacional fuè quien desbarató sus planes, sin ella acaso las traiciones hubieran sacado la cabeza; siempre vijilante, siempre sensata, fiel y unida desbarató una á una todas las asechanzas y logro salir triunfante, de los varios combates que se la prepararon; Madrid le debe su quietud en

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