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las enseñanzas y los caracteres que deben tener las del Ateneo? ¿Responde esta investigación á la realidad, de suerte que al afirmar el Ateneo su existencia en el mundo científico, para los fines y propósitos que acabo de enumerar, vea aumentarse el número de los que á él se asocian y todas aquellas otras consecuencias materiales que siguen de cerca al acierto y provienen de la popularidad? A vosotros os tocará decirlo: yo me limito à plantear el problema y á solicitar el concurso de vuestra crítica y la cooperación de vuestros esfuerzos.

Tengo, sin embargo, para mí que no voy descaminado, y me lo hace creer así la manera con que por su propio instinto, guiado por la iniciativa de los más preclaros de sus socios, ha ido el Ateneo y sistematizando en los últimos años sus enseñanzas de cátedra y sus trabajos internos. Desde hace algunos, la tendencia de cuantos han estado al frente de la corporación, no sólo en esta Presidencia, sino en la de las Secciones, ha sido buscar el modo de dar interés á sus enseñanzas, no tanto en la novedad de los temas, como en el carácter sistemático y reflexivo aplicado al examen de aquellas cuestiones que llaman la atención del país ó preocupan al mundo civilizado, y que por la indole de nuestra organización docente no encuentran otro punto ú otro sitio donde estudiarse ó examinarse.

Y en este orden de ideas, sin acudir á los cursos anteriores y encerrándome en el limite del último, único del que tengo derecho á ocuparme y uno de los más brillantes de este período, fácil me es demostrar aquel aserto recordando los principales temas tratados en las Secciones y las series de conferencias dadas en este sitio.

Al inaugurarlo su ilustre Presidente, y al exponeros el significado y el alcance de las llamadas leyes sociales y del trabajo, planteaba aquel problema que en nuestros dias reviste en todo el mundo civilizado carácter de crisis violenta

y de enfermedad aguda, y daba así ocasión y punto de partida á la Sección de Ciencias Politicas para estudiarlo bajo sus múltiples fases, penetrando en sus complicadas consecuencias y desenvolviendo sus infinitas aplicaciones con tal empeño, que no le fué dado agotar el tema y habrá de continuarlo en este curso, persiguiendo con interés, ya que no la síntesis de la presente lucha, que aún no ha llegado al estado de formularse, claridades suficientes para distinguir lo que puede considerarse ya definido y conquistado, de lo que aún se pierde en las obscuridades de la crisis.

Tal vez en esta dirección sería de notable utilidad y de gran aplicación para la resolución científica del problema, el estudio de la evolución que la idea socialista viene haciendo durante los últimos años en los países que más se relacionan con España. Los contrastes que á primera vista ofrece ese estudio, son de grandísimo interés.

Desde los talleres nacionales de 1848 en Francia, y desde la Commune, de siniestra fisonomía, de 1870, á las manifestaciones condensadas en la sección sociológica de la Exposición del 89 y á la legislación de carácter mesocrático de las últimas Asambleas francesas, hay no sólo largo camino, sino tal desintegración de las primitivas ideas socialistas, que puede decirse se las ve ya injertas unas veces y adheridas otras á las antiguas organizaciones industriales por ellas condenadas, ó formando parte de los antiguos credos de sus partidos políticos, según la fórmula profunda y humanitaria adoptada por el actual Presidente de la República, al definir el caráter de su presidencia.

Más original aún la evolución inglesa, ha hecho surgir dentro de las antiguas Trades Unions el nuevo unionismo, que se distingue y caracteriza por su antipatía hacia la libertad individual y su tendencia á la intervención del Estado; á cuya singular protesta ha respondido el potente espíritu individualista de su raza con un llamamiento á los antiguos ideales, dando lugar á manifestaciones, entre las cuales quizá la más significativa es la aplicación tranquila y ordenada

del sufragio universal á la resolución de las cuestiones sociales, que acaba de tener lugar entre los obreros del algodón en Manchester.

Dos les han sido sometidas: la una relativa á la interven. ción del Estado, fijando por medio de la ley la jornada de trabajo en ocho horas; encaminada la otra á determinar la conveniencia de dar en los Parlamentos representación á la clase obrera. Y cosa extraña, en cerca de 80.000 votantes, los partidarios de la limitación legal de las horas de trabajo han reunido 38.804 votos, los opuestos á ella 38.364: 440 votos de diferencia en tan vital materia, no decidirá, seguramente, al Parlamento inglés á votar en contra de la libertad de contratación. Pero tampoco la representación legal de los obreros puede decirse que aparezca clara y evidentemente deseable á los ojos de aquellos inteligentes obreros: 35.342 votos la han apoyado; 32.829 se han declarado en contra. Una diferencia de 2.513 votos tampoco significa una opinión convencida y resuelta.

Ante este hecho, que sólo cito como ejemplo entre otros muchos análogos, se comprende perfectamente la génesis del problema político que se va planteando en la Gran Bretaña, y que reviste formas por extremo interesantes para los pensadores y los políticos. En esta lucha entre el socialismo y la libertad individual, el partido liberal hizo triunfar por escasa mayoría en la Cámara de los Comunes dos proyectos de ley: uno, fijando en ocho horas la jornada del trabajador; y otro, haciendo obligatoria la responsabilidad de los patronos, aun cuando los obreros estipularan en sus contratos lo contrario; pero los conservadores, los Lores, han rechazado ambos proyectos en nombre de la libertad del trabajo y del contrato. Y entonces, la cuestión, adoptando ya las formas. jurídicas que los ingleses dan á todas sus luchas, se transfiere el terreno politico, pidiendo los liberales al país los medios de reformar la Constitución modificando ó suprimiendo la Cámara Alta, á fin de hacer omnipotente la de los Comunes; lo cual significa que en esta encarnizada lucha en que la can

tidad trata de imponerse á la calidad, los socialistas ingleses, en vez de invocar la revolución para el éxito de sus ideas, acuden á la transformación de los organismos constitucionales. Lección consoladora y elocuente à favor del procedimiento que busca y logra por la vía jurídica y pacífica el establecimiento de un nuevo estado político y social, al cual en vano aspira por los extremos de la brutalidad y la violencia, por el olvido de todas las leyes morales y por la negación de todos los principios de libertad, la propaganda de hecho, que la extrema izquierda del socialismo confía á las criminales manos de los anarquistas.

Mientras tanto, Alemania, la patria del socialismo filosófico y de las ideas abstractas é indefinidas, pero profundas y sistemáticas, ha desenvuelto las antiguas teorías de Fernando Lasalle y de Karl Marx, de un lado hacia el socialismo gubernamental, con el cual quiso dominarlo el Príncipe de Bismarck, y del otro hacia el empleo del sufragio universal, combinado con la propaganda de la indisciplina entre la fuerza armada, claramente formulada por Bebel en respuesta al llamamiento que el emperador Guillermo acaba de hacer en Koenisberg á los elementos conservadores.

Quizá el conocimiento exacto y la determinación clara de esta evolución del socialismo en los tres grandes países de Europa y el contraste que necesariamente ofrece con lo que sucede en la América del Norte, donde el problema no ha penetrado aún en las esferas del Estado, diera mucha luz y aclarase bastante el concepto de lo que aquí entre nosotros, como en los pueblos donde la lucha no es tan vehemente, ni la crisis tan aguda, ni la amenaza tan terrible, convendría hacer para prepararse á una evolución que sería inútil resistir, cuando de un lado se apoya en el principio de igualdad, y del otro se ampara con las enseñanzas de la religión.

Si solicitado por el interés universal de un hecho de tamaña trascendencia, el Ateneo ha estudiado y trabajado la cuestión socialista, no habían de faltar en su tribuna voces que se ocupasen de otra que el año pasado conmovió los sen

timientos más intimos de la nación, poniendo ante su distraído espíritu de una vez y con la vehemencia de las grandes emociones, sus ideales en Africa, los recuerdos de su gran historia y las consecuencias de sus inexcusables olvidos. Los sucesos de Melilla, la inexplorada y misteriosa comarca del Riff que la rodea, la misión de la diplomacia española en Tánger y aquella descripción de Melilla, Tánger y Gibraltar, con que un inteligente viajero coronaba estas conferencias, pasaron por esta cátedra y desde ella respondieron al interés y á la expectación del país.

La lucha económica, las complicaciones del sistema monetario, la reaparición de la protección, el eclipse del librecambio, y las relaciones de todo esto con las alteraciones del valor de la plata y con las crisis del sistema monetario, fenómenos que afectan no sólo á España, sino á la totalidad de las relaciones mercantiles de los pueblos de Europa y de América, dió lugar à elocuentísima polémica, de la cual bien puedo decir quedó en vuestros ánimos la impresión, de que esta nueva faz de la transformación económica de los pueblos está aún indecisa, no percibiéndose todavía cuál será la síntesis que resuma este período, en que los intereses han obscurecido la noción de la libertad y han torcido las ideas que guiaban el desenvolvimiento económico de los pueblos.

Forzoso me será hacer caso omiso de todos aquellos otros trabajos del Ateneo que, á pesar de su brillantez y del interés que despertaron, no se prestan al estudio sistemático, ni á la clasificación que vengo haciendo; pero aun dentro de ellos, habré de agrupar como conducentes á mi propósito los que por su carácter artístico responden á la aspiración hacia el ideal de lo bello, manifestación, en mi sentir, una de las más importantes de la vida moderna. La historia del arte, especialmente en algunas de sus épocas; la descripción de monumentos de España apenas conocidos; las excursiones por el suelo patrio; los recuerdos del Madrid viejo, y la crítica de algunas de las reformas en aquellos mismos monumentos intentadas, todo eso, elegantemente expuesto, rodeado de no

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