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7803 Bind

AÑO XXVII

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SERVICIOS DE LA COMPAÑÍA TRASATLANTICA DE BARCELONA

LÍNEA DE LAS ANTILLAS, NEW-YORK Y VERACRUZ.-Combinación á puertos americanos del Atlántico y puertos N. y S. del Pacífico.

Tres salidas mensuales: el 10 y 30 de Cádiz y el 20 de Santander.

El 10, de Cádiz, haciendo antes la escala de Barcelona el 5, y eventual la de Málaga, el 7.-El 20, de Santander, con escala en Coruña el 21, y haciendo antes la del Havre el 15.-El 30, de Cádiz, con escala en Las Palmas, haciendo antes la de Barcelona el 25 y eventual en Málaga el 27; con extensión á los litorales de Puerto Rico, Cuba y Estados Unidos.

Las salidas de la Habana para New-York, son los días 10, 20 y 30, y de New-York para la Habana los mismos días.

RETORNO.-Salidas de la Habana: el 10, con escala en Puerto Rico el 15, para Cádiz y Barcelona y combinación para los demás puertos del Mediterráneo.

El 20, directo para Coruña, Santander y Havre, y combinación para los puertos españoles del Atlántico y para Liverpool, Hamburgo, Amberes, Nantes y Burdeos.-El 30, para Puerto Rico, Cádiz y Barcelona y combinación para los demás puertos del Mediterráneo.

El vapor Alfonso XIII saldrá de Santander el 20.

LÍNEA DE FILIPINAS.-Con escalas en Port-Said, Aden, Colombo y Singapoore; servicio á llo-Ilo y Cebú á combinaciones á Kuraches y Bushire (Golfo Pérsico), Zanzibar y Mozambique (costa Oriental de Africa), Bombay, Calcuta, Saigón, Sidney, Batavia, Hong-Kong, Shanghay, Hyogo y Yokohama. Salidas, cada cuatro semanas de Liverpool, con escalas en Coruña, Vigo, Lisboa (facultativa), Cádiz, Cartagena, Valencia y Barcelona, de donde saldrán cada cuatro viernes, á partir del 6 de Enero de 1893, y de Manila cada cuatro jueves, á partir del 26 de Enero de 1893.

LÍNEA DE FERNANDO PO0.-Con escalas en Las Palmas, Puertos de la costa occidental de Africa y Golfo de Guinea.

Cuatro viajes al año, partiendo de Marsella y con escalas en Barcelona y Cádiz. LÍNEA DE BUENOS AIRES.-Con escalas en Santa Cruz de Tenerife y Mon

tevideo.

Seis viajes anuales, partiendo de Marsella, con escalas en Barcelona, Málaga y Cádiz. SERVICIOS DE ÁFRICA.-LINEA DE MARRUECOS.-Un viaje mensual de Barcelona á Mogador, con escalas en Melilla, Málaga, Ceuta, Cádiz, Tánger, Larache, Rabat, Casablanca y Mazagán.

SERVICIO DE TANGER.-El vapor Joaquin del Piélago, sale de Cádiz para Tánger, Algeciras y Gibraltar, los lunes, miércoles y viernes, retornando á Cádiz los martes, jueves y sábados.

Estos vapores admiten carga con las condiciones más favorables, y pasajeros, á quienes la Compañía da alojamiento muy cómodo y trato muy esmerado, como ha acreditado en su dilatado servicio. Rebajas á familias. Precios convencionales por camarotes de lujo. Rebajas por pasajes de ida y vuelta. Hay pasajes para Manila á precios especiales para emigrantes de clase artesana ó jornalera con facultad de regresar gratis dentro de un año si no encuentran trabajo. La Empresa puede asegurar las mercancías en sus buques. AVISO IMPORTANTE.-La Compañía previene á los señores comerciantes, agricultores é industriales, que recibirá y encaminará á los destinos que los mismos designen las muestras y notas de precios que con este objeto se le entreguen.

Esta Compañía admite carga y expide pasajes para todos los puertos del mundo servidos por líneas regulares.

Para más informes en Madrid, Agencia de la Compañía, Puerta del Sol, 10.

MISIÓN Y TENDENCIA DEL ATENEO DE MADRID (1)

SEÑORES:

Al inaugurar el presente curso, resumiendo los trabajos del anterior y tomando de ellos ocasión para preparar los del venidero, creo, señores, que nada ha de interesaros tanto como aquello que constituye la esencia y la base de estos actos, el Ateneo mismo.

La costumbre de sentir á nuestro lado y la posesión constante del objeto amado parece apagar la viveza de la afección que nos inspira, y disminuir la intensidad de los lazos que á él nos unen; pero ambos se revelan en toda su energia, si el temor de perderlo ó la duda de conservarlo se despierta alguna vez en nuestro espíritu. Tal vez en mi no hubiera surgido esa sensación si vuestra extraordinaria bondad, elevándome á este sitio, y encargándome dirigir vuestros trabajos, no me hubiese impuesto el deber de examinar de cerca y á fondo el estado de nuestra Corporación, y al hacerlo comparar, aun sin proponérmelo, el Ateneo de hoy con el de otros tiempos.

Á unos y á otros oigo constantemente expresar algo como duda, quizá como temor de que su brillante historia sufra algún eclipse que, aun habiendo de ser pasajero, nos inquieta

(1) Discurso leído por el Excmo. Sr. D. Segismundo Moret, el día 17 de Noviembre de 1894, en el Ateneo científico y literario de Madrid, con motivo de la apertura de sus cátedras.

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y entristece; y hallo este sentimiento tan arraigado, sobre todo en los que más identificados se hallan con la vida del Ateneo, si es que esta distinción cabe entre sus socios, que he llegado á pensar si en este momento solemne y en esta noche en que nuestra atención se concentra en cuanto à la Corporación se refiere, no sería lo más propio y lo que quizá respondiese más al estado de nuestros ánimos entrar en el fondo y en el análisis de la posición que hoy ocupa el Ateneo en la vida científica de España.

Mis recuerdos se enlazan con su historia en una época en que sus esplendores científicos casi parecían eclipsar sus gloriosos antecedentes. Allá por la década del 56 al 66, el Ateneo, en su modesto local de la calle de la Montera, era centro tan potente de estudio y de propaganda que, aun oprimido y cohibido por el estado de inquietud y de reacción de los años que precedieron á la revolución de 1868, ejercía decisiva influencia en la marcha del pensamiento y en el desarrollo de las ideas políticas en España.

No es difícil explicarse aquel prestigio. Era el Ateneo, por entonces, el único sitio donde hallaba holgura y libertad el pensamiento; era, por esta razón, foco donde acudían los más insignes talentos y palenque donde aspiraban á darse á conocer y á ganar sus primeros laureles los que sentían dentro de sí el anhelo de la vida pública ó el trabajo interior de las ideas. Por los elementos, pues, que le componían, por las materias que allí se trataban, por la incuestionable autoridad que imprimía su aprobación, y aun por el contraste con la vida social, silenciosa é inerte, el Ateneo fué único en su clase y obtuvo, como recompensa de aquella su labor intelectual, un prestigio y una popularidad que trascendía hasta aquellas clases populares que sentían la inquietud de lo porvenir, aun sin comprender el valor de las ideas que agitaban nuestra sociedad. ¿Quién no recuerda aún aquella larga fila de oyentes que, después de llenar la cátedra y estrecharse en la escalera, todavía esperaban desde el patio los ecos del aplauso que se escapaban á través de las cerradas ventanas

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