Pasionera, pasionera, Disimula tu pasion, Como yo la disimulo Dentro de mi corazon.
Mucho te quiero callando, Y tu callar agradezco, Que para un firme querer No hay cosa como el silencio.
Cuando paso por tu puerta, Y mom ras con desprecio, Me dejas la sangre helada, Y el corazon sin consuelo.
Ya sé que por mi querer Tus padres te dan pesares; Quédate con Dios, perlita, No quiero que tú lo pagues.
Quisiera que Dios me diera Un olvidar cariñoso, Que te pudiera olvidar, Y tú quedaras gustoso.
Quédate con Dios, salada; Mucho me duele el dejarte ; Pero tambien considero
Que siempre no puedo hablarle.
Dáme un besito, y adios, Salero, véte á la cama, Que no quiero que por mi Pases frio en la ventaua.
No me digas que me vaya Por Dios no me digas: véte; Porque se me representan Las fatigas de la muerte.
Siempre que te vas, me dices: « Adios hasta la primera.» Como no me dices cuándo, Siempre me dejas con pena.
Amor, no digas adios Cuando por la calle vas, Que parece que me dices: ¡Adios para nunca más!
Bailad, muchachas, bailad, Y romped muchos zapatos; Que mañana os casareis,
Y os llenareis de muchachos.
Cuerpo bueno con sandunga, Menéate poco a poco, Que los bienes de fortuna Cuestan mucho, y duran poco.
Jaléate, cuerpo bueno, Que te vas aniquilando Con la calor del invierno Y los frios del verano.
Pulido bailadorcito, Átate los alpargates,
No vayas á tropezar,
Y á esa niña me la mates.
Pulido bailadorcito,
Báilala bien, que es mi hermana
Y si no la bailas bien,
Saldrá su hermano á bailarla.
¿Qué tiene ese bailador
Que no menea los brazos, Y parece un avion,
Que le han dado taramazo? ('}
Esa señora que baila
Se parece à san Miguel, Y el bailador que la baila Al que está debajo de él.
La niña que está bailando Me la comiera yo solo, Y al bailador que la baila Que se lo coman los lobos.
La niña que está bailando Parece una altramucera. ¡Altramuces, dulces, dulces, Serrana, quién te comiera!
La niña que está bailando Parece una clavellina,
Y el bailador que la baila Parece un Juan de las Viñas.
(*) En Andalucía llaman taramas á las támaras.
La niña que está bailando Parece un pimpollo de oro; Pregúntale, compañero, Si es casada, ó tiene novio.
La dama que está bailando Se parece á santa Rita, Y el galan que está cantando Ermitaño de su ermita.
Esos dos que están bailando ¡Qué parejitos que son! Si yo fuera Padre Cura Les diera la bendicion.
Cuando vayas á la fiesta, Y te pongas á bailar, No me seas retrechera, Que me harás prevaricar.
Cuando te veo bailar Con tanta gracia y salero, Digo: ¿Quién se llevará Ese cuerpo sandunguero?
Con ese andar tan ligero Y ese modo de bailar, Has revuelto á los mozuelos De todito este lugar.
Cuando sales á bailar
Con los brazos extendidos,
Pareces águila real
Cuando sale de su nido.
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