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ças primero de Diciembre, di relacion á V. M. de la pérdida dela cibdad de Santiago de Cuba y daño quen ella hizieron los franzeses a diez de jullio de cinquenta y tres, y despues en el armada de Diego Felipe di cuenta del estado en que estava esta tierra. Lo que de nuebo a subcedido es que a diez de jullio deste presente año dos navios franceses binieron sobre este puerto, e traiendo por guia un piloto portugues, saltaron en tierra en una caleta questa media legua deste pueblo, dozientos hombres, los mas dellos armados de coseletes y celadas y arcabuces, e saquearon e robaron el pueblo; tomaron la fortaleza y artilleria que estaba en ella, e lo asolaron todo de manera que no quedo cosa por destruir, e hizieron otros daños mas graves segun por extenso mandará ver V. M. por la relacion que de todo ello enbio que va en este pliego, de lo qual hize ynformacion bien copiosa y no ba aqui por lo poco que se detubieron los navios donde vá este aviso y por no aver papel en que sacalla en limpio. Estando entendiendo en reparar el pueblo y edeficar algunas casas de paja adonde se recogesen los vecinos que quedaron y pudiesen recevir las naos que suelen ocurrir a este puerto, a quatro de octubre entraron en él otros franceses, y la relacion de lo que hizieron va juntamente con esta otra. En esta primera entrada que los franceses hicieron subcedio que nunca este pueblo estubo tan solo, porque no abia navio alguno, y de los vezinos y abitantes

que de ordinario solian residir en el, faltavan algunos que se havian ausentado e huydo syn my licencia, y de forasteros no avia algunos, cosa que nunca se avia visto en la tierra, y para que V. M. sepa los vezinos que avia a este tienpo e los que ay al presente, envio una relacion e fee signada del escrivano del cabildo.

Estos vecinos que restan, los mas dellos se an querido yr e ausentar e los e detenido con penas y buenas palabras, ofrescidoles que V. Mag. con toda brebedad mandará fortificar la fortaleza y pueblo y con esto los entretengo. Sy V. Mag. tiene yntento de sustentar este puerto, por ser tan necesario para reparo e acogimiento de las naos que van destas partes para esos rreinos, hay muy gran necesidad que con mucha brevedad se probea.

La torre y terrapleno aunque quedó quemada, está de condicion que qubriendo la torre y probeiendo de armas y artilleria puede aprovechar de presente, especialmente batiendoles las murallas que cercan la torre, porque de aqui le bino el mayor daño. En la tierra no queda gente que pueda resistir ni ofender; syendo V. Mag. servido mandar fortificar este pueblo, lo prencipal de que ay mas necesidad es gente de guarnicion e armas, que no ay algunas, e para el entretanto que V. M. manda probeer esto, me determinara tomar alguna artilleria de los navios que por aqui pasan e la pusiera en el terrapleno e torre que digo. Dexolo de hazer

por no aver gente con que guardalla, que seria dar armas al enemigo. Queda este puerto y pueblo syn ninguna defensa y no tenemos otra si no es la de los montes arcabucos. A V. Mag. suplico con toda brevedad probea y enbie a mandar lo que sea de probeer, porque como he dicho, los vezinos que ay estan muy en contra su boluntad, e si una vez la tierra se acabase de despoblar, seria cosa muy dificultosa poblarla de nuevo.

Sy por acaso V. Mag. no hubiere mandado proveer de governador para esta ysla, como otras veces lo he suplicado umilmente, suplico a V. M. sea servido de le mandar probeer, el qual terna mas vivas las fuerças para entender en fortificar esta tierra que no yo, que estoi tan cansado, asy de la cosecha de la tierra como de este ynfortunio de los franceses, que me parece que aunque me sobra voluntad dello para servir, me podria faltar la posibilidad. Nuestro señor la S. C. C, e rreal persona de V. Mag. guarde por largos tienpos con acrecentamientos de maiores rreinos y señorios. De la Habana a veinte y tres de diciembre de mill quinientos y cinquenta y cinco de vuestra S. C. C. M:-Humilde siervo y vasallo que sus reales pies y manos besa El doctor Angulo.

495.

(Año de 1555.)—Relación de lo ocurrido en la Habana, acerca de la entrada de los franceces en ella, remitida á S. M. por el cabildo de la villa.— (Colec. Muñoz, t. LXXXVII, fol. 206, y A. de I., 54, 1, 15.)

En 10 dias de Julio, miercoles, antes que saliese el sol, la vela del Morro alzó bandera e hizo señal que parescia navio, y la fortaleza disparó un tiro, al cual el gobernador cabalgó y salió a la playa, adonde estaba mandado se recojese la gente cuando pareciese velar, e luego acudió alli el capitan questaba nombrado para la gente de a pie, e con el dos o tres hombres, y de acaballo vinieron cuatro, y pareció por delante del Morro una caravela no muy grande, sin que en ella pareciese gente, y pasó de largo hacia el Pueblo viejo, y los que la vieron dijeron que era una caravela conocida que se esperaba de Tierra-firme, y el Gobernador mandó a dos de acaballo que fuesen a correr la costa y viesen que era y que derrota llevaba, y quedose a recoger la gente que acudiese, hasta saber lo que era: y los de acaballo que invió a la playa, muy en breve dieron vuelta y dijeron que la caravela se habia llegado á la caleta de Juan Guillen, questá media legua pequeña del pueblo, y con el batel hahia echado dos bateladas de gente en tierra, y venian en escuadron armados de coseletes y celadas,

y los mas dellos arcabuceros, que serian doscientos hombres, e traian el camino del pueblo en la mano, por el monte, y unas estancias, y por alli desecha ron el camino de la playa, que va a dar a la fortaleza. Oido esto, el Gobernador procuró recoger gente, y no pudo juntar, y acudieron seis ó siete de acaballo y cuatro de a pie, y en la verdad faltaron pocos de acudir, porque en el pueblo habia poca gente, porque algunos les estaba mandado acudir a la fortaleza y estaban ya en ella con el alcaide, que eran hasta veinte personas. Y vista la pujanza que habia en los enemigos y la poca posibilidad que tenia para hacer alguna resistencia, el Gobernador mandó a los que con el estaban que se fuesen a la fortaleza con los demas, y porque lo cumpliesen, embio a uno de los de a caballo que se fuese con ellos hasta que los pusiese dentro, e ansi lo hizo, e con el resto sestuvo hasta ver lo que subcedia. E llegados los franceses a entrar por la plaza, que venian por su hilera en ordenanza, se retiro a un pueblo de indios que estaba una legua de la Habana, que habra en el hasta cien indios, para desde alli recojer la gente y proveer lo que conviniese al remedio de la defensa de la fortaleza, pues ya el pueblo quedaba perdido. Y en parecer la caravela y echar la gente en tierra y entrar en el pueblo, no pasó termino de media hora, que fue todo con tanta presteza que pareció cosa de sueño. Y en este poco despacio que hubo en medio, dió lugar á que se

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