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497.

(Año de 1555.-Diciembre 30, Habana.)-Carta de Juan de Lobera, alcaide de la fortaleza, dando cuenta del ataque de los franceses.-(Colec. Muñoz, t. LXXXVII, fol. 316.)

Se remite a las relaciones de la villa y del Gobernador sobre lo ocurrido. Que él defendió la fortaleza hasta que le quemaron y volaron la torre y mataron y hirieron a cuatro arcabuceros que tenia consigo. Que pasado al terraplen, no pudo defenderse mas de un dia y una noche, muerto uno de los dos que S. M, le pagaba para el artilleria. Que él fue preso, y en el rescate y otras pérdidas, como 4.000 ducados, no le queda ni aun para el matalotaje con que pasar a dar razon a S. M. Que provea brevemente, pues si los enemigos se hacen fuertes allí, será daño gravísimo.

498.

(Año de 1555.)—Relación enviada por Diego Mazariegos de la toma y saqueo que hizo en la Habana un corsario francés.—(Biblioteca de Marina, colección Navarrete, t. XXV, núm. 17.)

Miercoles de mañana diez dias del mes de julio del año pasado de 1555 años, a la hora quel sol salia, la guarda del Morro de la dicha villa puso vandera en el Morro, que era señal que havia vela fuera en

la costa, y luego de la fortaleza se tiró un tiro para que la gente se recogiese, y comenzada á recoger la gente, luego pasó por delante del puerto, la via del pueblo viejo, una caravela pequeña, y el dotor Angulo, Gobernador que era, embio a dos de caballo por la costa, en seguimiento de la dicha caravela, los quales dos de caballo, vueltos, dicen que · la misma caravela echa gente en tierra en la costa, media legua del puerto, armada de arcabuces y coseletes. Visto por el doctor Angulo, hizo meter en la fortaleza hasta veinticinco personas con el Alcaide, y mandó pregonar que so pena de la vida que todos se juntasen allí con él y ninguno fuese del pueblo, e no parecieron junto con él sino hasta cinco o seis de caballo y otros tantos de a pie. Esta gente saltada en tierra, en su ordenanza comenzó a marchar la via desta villa por una senda que estaba en el monte por los arcabucos hasta llegar a esta villa; los quales parece venir uno a uno por causa de ser el camino tan angosto y tan áspero, que no podrian venir de otra manera.

Este camino esta desviado de la fortaleza de manera que della no le pueden tirar ni hacer daño. El Gobernador Angulo, vistos los enemigos, se retiró del pueblo y se fue, y los franceses entraron y se apoderaron de la villa y la saquearon y ganaron el pueblo, y robadas las casas, lo que pudieron hallar, que no fue en cantidad de mil ducados en plata; oro, moneda y ropa, otros mil, y robada la

iglesia y todo quanto en ella habia, ansi hornamentos, calices y custodias, y lamparas de plata, y hasta desnudaron un vulto de la Imagen de Nuestra Señora, y haver hecho otros estragos enormes en la Iglesia y hospital y hermitas; todo quanto robaron y hallaron en el pueblo lo recoxieron en casa de Juan de Roxas, y despues de haver hecho esto y comido, imbiaron con un vecino desta villa, que dicen ser frances, que ha que vive en esta tierra seis o siete años, a decir al Alcaide que le entregase la fortaleza y todo lo que dentro estaba; y el Allide respondió que él tenia aquella fuerza por S. M., e que no la podia entregar ni dar a nadie, que él la havia de defender; y visto esto, el capitan frances tornó a imbiar á un capitan que traia consigo, que se llamaba Plano, dicen que era navarro, el qual dixo al Allide que le entregase aquella fuerza de su voluntad, sino, que si por fuerza se la tomaban, que a él y a los que dentro estaban que a todos havia de cortar las cabezas, y el Allide le respondió que él tenia dentro mas de cien hombres y vitualla У municion y todo lo necesario, que hiciesen lo que quisiesen, que él no la podia dar, y luego un arcabucero que estaba fuera con el mismo capitan Plano, le tiró con un arcabuz al Allide y no le dió, e con esto el dicho capitan se volvió al pueblo; y estando en esto acometió a entrar por la boca del puerto una nao gruesa, a la qual el Allide de la fortaleza le hizo tirar quatro

o cinco tiros, de los quales le resistió la entrada del puerto y no entró. El dicho capitan Plano, visto que de la fortaleza le resistieron la entrada a la nao, volvió a la dicha fortaleza con hasta treinta franceses, e comenzó a dar e dió una rociada de arcabuceria a la gente de la fortaleza, y el Allide le resistió, y el dicho Plano se retiró y volvió al pueblo y de alli a otro poco tiempo, que seria una hora, volvieron a la dicha fortaleza otros veinte soldados arcabuceros sin capitan y dieron otra rociada, y los de dentro se tornaron a defender. En este medio tiempo tornó la dicha nao sobre la boca del puerto, y acomete a querer entrar otra vez, e tornaron de la dicha fortaleza a tírarla y defenderla la entrada, y a la puesta del sol el dicho capitan Jaques de Soria (sic), general que se decia, fue a la dicha fortaleza con toda la gente que, segun parece, serian hasta ochenta soldados arcabuceros y coseletes, con bandera y atambor, y en son de guerra, con su ordenanza, y comenzaron a jugar su arcabuceria contra los de dentro de la fuerza, de manera que quitaron que no se asomase nadie de los que estaban dentro de la fortaleza a las almenas de la torre, y estuvieron desta manera defendiéndose de la fortaleza, y los franceses trabajando de ganalla hasta que quiso anochecer, y a estas horas ya los franceses estaban todos arrimados a la barbacana de la fortaleza, de manera que de dentro no les podian hacer daño, y traxeron fuego, y con mu

cha brea que havian tomado de algunas tiendas del mismo pueblo, y con leña que juntaron, hecharon fuego a la puerta de la barbacana, y quemada la puerta, ganaron la plaza de la fortaleza, y luego pusieron fuego a la puerta de la torre, donde estaba la gente metida y se habia recoxido; y luego pusieron fuego más recio, de manera que el sobrado y el terrado alto todo se quemó; y el Allide con la gente se retraxo al terrapleno que está hacia la mar, donde estaba el artilleria para defender el puerto; este terrapleno es raso, que no tiene almena de ninguna parte, sino solo un pretil que llegará a un hombre hasta la rodilla; en este terrapleno se estubo el Allide con toda la gente que dentro estaba en la fortaleza desde las nueve de la noche hasta una hora antes que amaneciese. Como el francés le tubo al Allide y a la gente en aquel terrapleno, los dexó sosegar, aunque siempre los tubo cercados. El Allide, quando queria amanecer, preguntó a un soldado frances si estaba alli su capitan; y el soldado le respondió que si; y el Allide le dixo que se le llamase, y el soldado le llamó; y venido el capitan, el Allide preguntó si era el capitan, y el respondió que si; que era lo que queria, y que se le rindiese, porque en amaneciendo no le escaparia hombre dellos a vida si no se le rendia; y el Allide le dixo que otorgándoles la vida y guardando la honra de ciertas mujeres que alli estaban, que él se rindia con que no llevase rescate; y el capitan le respondió

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