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tivo de la ingestion de alimentos olorosos, hecho que puede observarse sobre todo en los herbívoros.

Como la especie humana es siempre apta para la reproducion, no se observa en ella ese desarrollo de olor, mas o menos pronunciado, mas ó menos fétido, que exhalan durante el celo un gran número de animales, sobre todo entre los vertebrados aereos. Estos olores provienen de fluidos segregados por órganos particulares situados en diversas partes, pero próximas siempre á los órganos genitales. A este género de secreciones corresponden el almizcle y el castoreo.

Burdach y Tiedemann han recogido y consignado sobre el particular un gran número de hechos en sus tratados de fisiologia. Nos contentaremos con indicar aqui el olor particular y casi idéntico donde quiera, del esperma, olor cuya presencia hemos comprobado ya en el polen de muchos vegetales.

La emision de olores fétidos sirve de segura defensa á muchos animales. Esa emision se observa en alto grado en los mamíferos de la familia de las martas y en algunos otros. Obsérvanse hechos análogos en la clase de las aves, en las de los reptiles, y hasta se encuentra el mismo aparato defensivo en los animales inferiores; y los insectos sobre todo nos presentan de eso numerosos ejemplos que el entendido profesor Dumeril ha reunido en un capítulo de sus interesantes consideraciones sobre los insectos.

Ciertos estados patológicos van acompañados de la formacion de productos olorosos. El pus, por ejemplo, si es de buena naturaleza, su olor es poco intenso y apenas sensible, pero en circunstancias menos favorables adquiere una gran fetidez. En la mayor parte de las enfermedades se modifican muy a menudo las propiedades físicas, y de consiguiente, el olor de los productos de las secreciones y de las escreciones: esas mismas modificaciones pueden servir al médico de preciosos guias para el diagnóstico y el pronóstico. Por último, hay ciertas afecciones que comunican á todo el organismo un olor característico cuya concentracion en un pequeño espacio da origen á focos de infeccion, tales son el tifo, la disenteria, etc.

Todos los tejidos y los liquidos azoados desprenden por la putrefaccion un olor fuertemente amoniacal, al que se agregan el del gas hidrógeno sulfurado, el del fosforado, etc. Se ha notado, sin embargo, que en el último período de la descomposicion pútrida cuando no queda mas que un detritus negruzco, cenagoso, los olores amoniacales é hidrogenados ceden su puesto à un olor aromático particular.

Por medio de la destilacion de las materias animales se forman productos empireumáticos de repugnantísimo olor.

IV. ¿Qué influencia ejercen sobre los olores los agentes esternos? Es evidente que es necesario el aire para su espansion y para su percepcion, por mas que estando formados de moléculas volátiles del cuerpo oloroso, puedan desprenderse igualmente en el vacio. El estado higrométrico de la atmósfera ejerce una accion marcada sobre su espansion, facilitándola, lo mismo que el calor. Pero esta inflamacion es muy irregular: cierto que una atmósfera caliente y seca favorece la volatilizacion de las partículas olorosas, pero tambien si es menos caliente y menos seca, favorece su disolucion, y las hace por lo tanto mas propias para afectar el órgano del olfato. El olor de las flores es, efectivamente, mas vivo por la tarde que al medio dia; y tambien se habrá observado cuanto contribuye á aumentar la produccion de los olores una lluvia de tempestad despues de una larga sequía.

La luz tiene una influencia marcada en la formacion de los principios olorosos; y asi las plantas sustraidas á la accion de este agente se ahilan y pierden al mismo tiempo su olor.

Por lo que hace á la electricidad solo ejerce una accion química en el desarrollo de los olores sulfurosos y nitrosos que acompañan al rayo, y favorece ademas ciertas combinaciones. De esta suerte obran el calor, la luz, el aire y el oxigeno en la formacion de los olores que emanan de los cuerpos inorgánicos, ó de los órgánicos sustraidos del imperio de las leyes vitales.

Los olores, hemos dicho al principio, no son mas que las moléculas muy divididas y muy volátiles de los cuerpos olorosos. A ese intento se citan hechos muy notables. El alCuando los líquidos y los sólidos animales canfor y el almizcle pueden entrar en el núse hallan sustraidos de la influencia vital, ad- mero de los cuerpos mas olorosos; pero hay quiriendo el predominio de consiguiente las una escesiva diferencia entre la tenuidad de fuerzas químicas, se verifica en ellos una reac- sus moléculas odoriferas y la tenacidad de su cion que da por resultado la formacion de pro-olor. En poco tiempo se volatiliza por comductos muchas veces olorosos. El caldo y el jugo de las carnes comunican su olor á un principio odorifero, y eminentemente nutritivo al cual el profesor Thénard ha dado el nombre de osmazoma, produciéndose siempre que se trata por el agua la carne muscular. Las sustancias grasas se vuelven rancias al oxidarse; y los olores de los diferentes quesos dependen de diversas alteraciones del caseum.

pleto un pedazo de alcanfor, y es tan rápida esta volatilizacion, que el desprendimiento de las moléculas odoriferas determina el movimiento giratorio de un fragmento puesto en agua. La cantidad mas mínima de almizcle, por el contrario, apenas ha disminuido sensiblente su peso despues de muchos años, por mas que no haya cesado de impregnar con su penetrante olor todos los cuerpos inmediatos.

Las ombeliferas son unas plantas anuales, bisanuales ó vivaces, de raices fibrosas ó profundizantes ó tuberculosas, y de tallos ramosos, leñosos á veces, herbáceos las mas, y fistulosos ó llenos de médula.

V. Réstanos decir alguna palabra sobre | bela compuesta, se llama general, y parcil la accion fisiológica de los olores. Lo que el que acompaña á las que llevan este mismo emanan de los cuerpos inorgánicos ó de los nombre. orgánicos en descomposicion, obran idénticamente sobre todos los animales, con muy raras escepciones. Los vapores de cloro, de amoniaco, de ácido sulfuroso, etc., son siempre muy irritantes y producen sofocacion; los gases hidrógeno sulfurado y arseniado, el ácido hidrociánico, etc., son eminentemente deletéreos y tóxicos en todos los casos.

No sucede lo mismo con los olores que despiden los cuerpos orgánicos, pues sobre su accion nada puede decirse que sea absoluto. Las flores muy olorosas, sobre todo las liliáceas, y ciertos productos de secreciones animales, como ejemplo, el almizcle, pueden determinar graves accidentes en el hombre, obrando sobre las funciones de la innervacion, si bien no por eso dejan de encontrarse individuos que gozan bajo este punto de vista de completa inmunidad.

Por lo que hace á los animales, aunque el órgano olfatorio sea en varios de ellos mucho mas sensible que en la especie humana, es de creer que su finura de sensaciones se ejerza en un circulo muy circunscrito. El perro reconoce la pista de su amo y de la pieza de caza, y sin embargo, permanece indiferente al perfume de la rosa. Podríamos multiplicar al infinito los ejemplos de esta especie, y de ellos deducir, sin separarnos de la verdad, que todos los animales, desde los mamíferos hasta las últimas clases, apenas se impresionan mas que con los olores que tienen relacion directa ya con la conservacion del individuo, ya con la propagacion de la especie.

Muchos autores han escrito sobre el asunto del presente artículo. Citaremos entre otros á Virey y H. Cloquet á quienes se deben tratados ex professo sobre esta materia. Ultimamente, el doctor Aug. Dumeril sostuvo una notable tesis en la cual se aborda bajo todos sus aspectos la cuestion de los olores. Monsieur Amadeo Agustin Duponchel ha escrito tambien un artículo bastante notable sobre el mismo asunto.

Son sus hojas alternas, envainadas por la base de sus petiolos, compuestas ó descompuestas, ó lobuladas, ó á veces tambien enteras.

Las flores son pequeñas, blancas, amarillentas alguna vez, verdosas ó rojizas, y hasta azules, dispuestas en ombelas, comunmente fiojas y muy rara vez recogidas en capitulas.

El cáliz adherente, con limbo, ora entero y apenas visible, ora con cinco dientes mas ó menos marcados. Corola epiginia con cinco pétalos iguales ó desiguales. Estambres epiginios tambien y en número igual al de los pétalos, alternando con ellos: filamentos cortos y filiformes; anteras bilobulares y ovales.

El pistilo, compuesto de dos histrelas uniloculares, soldadas cara con cara y terminadas cada una por un estilo libre, encorvado hácia fuera despues de la florescencia; estigma pequeño y redondo; ovarios adherentes, coronados por un cuerpo glanduloso, el cual se confunde con la base de los estilos; óvulos solitarios, suspendidos en la parte superior de las celdillas.

El pericarpo es seco, de forma variada, compuesto de dos capsulitas redondas, inde. hiscentes, soldadas por su faz anterior y pegadas á un eje central, el cual se parte muchas veces al desunirse aquellas.

Semilla adherente al pericarpo y libre alguna vez; perisperma grande y duro; embrion dicotiledóneo, muy pequeño, recto, colocado en la parte superior del grano en una cavidad del perisperma.

Las ombel feras constituyen una familia tan natural que al primer golpe de vista se reconocen las plantas que de ella forman parte: pero esta misma gran semejanza de todos los rasgos que la caracterizan hace muy difícil el estudio de los géneros y de las especies. Lineo fundó en parte su clasificacion en la presencia ó la ausencia de los zurrones generales ó parciales; pero estos caractéres, de poca importancia real, son por otra parte "tan variables que no siempre bastan para señalar una especie. En nuestros dias, muchos botánicos distinguidos se han ocupado con buen éxito de una clasificacion mas natural de las plantas de que vamos hablando, sirviéndoles de base principal las diferentes modificaciones que sufren la estructura y la forma del fruto. De esta estructura pasamos á indicar los puntos mas marcados.

OMBELIFERAS. (Botánica.) Esta familia toma su nombre del modo de florecer las plantas que la componen. Por ombela entienden los botánicos una reunion de flores colocadas sobre pezones divergentes que nacen todos de un mismo punto, y son por lo regular del mismo largo. La ombela es simple cuando está formada de pezones unifloros, y compuesta cuando son varias las ombelas parciales que, colocadas sobre peciolos comunes, forman reunidas entre sí una especie de ombela. La superficie de las ombelas es unas veces saliente como una sombrilla abierta, y otras, aunque las menos, cóncava. En la base de las ombelas hay casi siempre una hilera circular de Cada una de las dos cápsulas de que se combrácteas foliáceas que forman una especie de pone el fruto de una ombelifera ofrece dos cazurron. El que acompaña la base de una om-ras; una interior, plana por lo regular, por la

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Algunas veces abunda el principio resinoso en las raices, ó se halla diseminado en todas las partes de la planta, como se ve en la angélica (angélica archangelica) muy recomendacomo diurético, el apio silvestre ó de montes (ligusticum levisticum), etc.

cual se hallan unidas aquellas antes de su ma- Los principios activos de las ombeliferas durez; esta cara lleva el nombre de comisu-son de dos especies; uno de ellos resinoso, enral; la otra esterior, mas frecuentemente con- cierra mucho aceite esencial aromático; el vexa, lleva el de faz dorsal. Sobre esta última otro, estractivo, es poco oloroso y ligeramense distinguen constantemente en casi todos los te amargo. El principio resinoso reside genegéneros, cinco venas mas o menos proeminen- ralmente en los frutos y posee propiedades estes, dispuestas, á saber, una en medio, dos, lla-timulantes mas o menos marcadas. Las espemadas marginales, que se encuentran casi á los | cies cuyas semillas se emplean mas á menudo bordes, y dos intermedias. Estas y las del me- en este concepto son la alcaravea, el anis, el dio toman el nombre de dorsales. Las margi-hinojo, el comino, el cilantro, etc., todas nales forman por lo comun el borde mismo; ellas son estomacales y carminativas. pero se hallan á veces colocadas un poco hácia adelante sobre la faz dorsal, ó á la parte opuesta sobre la faz comisural. Estas venas ora son filiformes, ora redondas, ó gruesas, ora se desarrollan á manera de alas membrano-da sas, etc. El espacio comprendido entre dos venas, acanalado unas veces, es otras plano ó El asa fétida, medicamento muy estimado convexo, y en el mas de una se divisan otras y frecuentemente empleado como antiespasvenas de distinta conformacion que las ante- módico y estimulante, es una sustancia gomoriores y llamadas venas accesorias, de tal resinosa que se obtiene a favor de incisiones suerte que una cápsula de este género tiene hechas en el cuello de la raiz carnosa de una en realidad nueve venas en lugar de cinco. especie de férula (ferula assa fætida), indíEsta estructura particular es fácil de observar gena en la parte Norte-Oriental de Persia. De en el laserpitium, cuyas venas accesorias for- ella mana un jugo lechoso que al contacto del man cuatro alas membranosas sobre cada cáp-aire se espesa, y que, á pesar del olor pestifesula, y en el fruto de la zanahoria, donde á ro que exhala, emplean los habitantes de aquel estas mismas venas van unidos unos aguijo-pais en la condimentacion de sus manjares. nes divergentes, que ocultan las venas principales. Lo mas comun es que ambas cápsulas están soldadas por su faz comisural; otras veces van solo sujetas una á otra por un eje cén trico, y otras, libres solo por los bordes, tienen pegado el resto de su faz interna. La cápsula es ora sólida, es decir, que en ella se hallan el pericarpo y el grano intimamente unidos uno á otro, ora nucular, es decir, que la semilla no está adherida al pericarpo; ora utricular, es decir, que se desdobla en dos membranas, cuya parte interna se suelda á la semilla, en tanto que la esterior permanece algun tanto separada de la otra. Habitualmente el perisperma es plano por la parte que mira á la faz comisural; algunas veces, sin embar-crece en Etiopía. go, sus bordes están retorcidos ó enroscados hácia adentro.

El fruto de las ombeliferas es notable tambien por cuanto el aceite esencial y la resina que contienen la mayor parte de las especies se halla encerrado en unos conductos particulares longitudinalmente dispuestos, los cuales, por efecto de la trasparencia, se dejan ver á la superficie del fruto como unas rayas de color.

De las ombelíferas se hace mucho uso en terapéutica y en economía doméstica. Sus propiedades, sin embargo, son muy distintas, segun las especies, puesto que al lado de plantas alimenticias ó medicinales, las hay que son venenosas. Las que crecen en sitios secos y elevados exhalan generalmente mucho aroma, al paso que las que nacen en parages húmedos ó pantanosos son venenos acres ó narcóticos.

Las férulas en general son del número de las plantas herbáceas, cuyo tallo alcanza, en las zonas templadas, estraordinario desarrollo. Las de la férula comun, que crece en los paises próximos al Mediterráneo, se eleva con frecuencia á mas de 15 pies: la médula de que está llena se enciende con facilidad y puede servir de yesca.

El galbanum, sustancia gomo-resinosa, aromática, tónica, mana del tallo del bubon galbanum, ombelifera del Africa Septentrional. La goma opoponax proviene de una especie de chirivia pastinaca opoponax) de la region mediterránea, y la goma amoniaca es producto de una ombelifera desconocida, que

Las ombeliferas en que domina el principio estractivo son narcóticas. Tal es la cicuta manchada (conium maculatum), bastante comun en Europa en los parages donde hay escombros y en los sitios incultos. El estracto de esta planta es recomendado por médicos modernos contra las afecciones cancerosas y nerviosas. Tomado en dosis considerable se convierte en un veneno violento, al cual se pone remedio administrando un vomitivo, y luego algun ácido vegetal, como vinagre ó zumo de limon, mezclado con agua.

Las ombeliferas que se cultivan como plantas de huerta ó alimenticias son el perifollo, el apio y el peregil, que son ligeramente diuréticas, y la chirivia y la zanahoria, cuyas raices contienen mucha sustancia amilácea azucarada.

La distribucion geográfica de las ombeliferas es parecida á las de otras muchas fami

dian y poseyeron el califato desde el año 32 de la Hegira hasta el de 123.

lias diseminadas por casi toda la superficie del globo, pero que domina principalmente en las zonas templadas. De trescientas á cuatrocien- Combatido y vacilante se hallaba el trono tas se encuentran en la region del Mediterrá-imperial de Damasco por las enconadas discorneo y del Cáucaso; unas doscientas en la re- dias civiles, que ardian en su seno, principalgion central de Europa y los paises que por el mente en los cuatro últimos reinados desde Norte y el Oeste circundan el mar Caspio; en- | Walid-ben-Yezid hasta Meruan, todos de la ilustre sesenta y ochenta en la parte boreal, de tre raza de los Beni-Omeyas. Los Abasidas enEuropa y de Asia, y algunas tan solo en la zo-tonces, enemigos implacables de esta familia, na polar. El número total de las ombelíferas de y descendientes de Abbas, tio del falso profela parte del hemisferio septentrional que per- ta, aspiraron á derrocar á los Ommiadas, cotenece al antiguo continente, escluyendo las mo en efecto lo consiguieron, merced á una de la zona ecuatorial, asciende á unas cuatro- sangrienta revolucion capitaneada por Abulcientas. En el nuevo continente son estas Abbas el Seffah, Abdallah y el vazir Abu-Mosplantas menos numerosas que en el antiguo, lema, hombre tan ferozmente sanguinario, que pues de sesenta no pasarán las existentes en se vanagloriaba de haber muerto á medio mitoda la estension de los Estados Unidos y el llon de personas por su propia mano. Meruan Canadá. En la zona ecuatorial la mayor parte perdió el trono y la vida en una batalla á made las especies están como relegadas en las nos de Saheh, hermano de Abdallah, y Abulmontañas. Abbas se sentó en el trono de Damasco. Los vencedores se propusieron esterminar hasta el último vástago de la noble estirpe de los Omeyas, y degollaron por lo mismo á cuantos pudieron haber á las manos. El señor don Modesto Lafuente en su escelente Historia general de España refiere con las palabras siguientes el medio villano y cruel de que se valieron los Abasidas para no dejar una sola rama del esclarecido tronco de los Ommiadas. «Noventa miembros de esta ilustre raza habian hallado asilo cerca de Abdallab, tio del nuevo califa; convidóles aquel á un festin en Damasco, como en demostracion de querer poner un término á las discordias. Cuando los convidados aguardaban á los esclavos que habian de servir á la mesa esquisitos manjares, entraron de tropel en el salon del banquete los verdugos de Abdallah, y arrojándose à una señal suya sobre los noventa caballeros, apalearonlos hasta hacerlos caer exánimes. El feroz Abdallah hizo estender una alfombra sobre aquellos cuerpos espirantes, y sentado con los suyos sobre el sangriento lecho, tuvo el bárbaro

Una pequeña familia existe, la de las araliáceas, que solo se diferencia de las ombeliferas en su fruto, que es carnoso, y en su pistilo que suele componerse de mas de dos histrelas colocadas en rededor de un eje comun. Esta familia es poco numerosa en especies; casi todas las plantas que la forman son leñosas, y habitan la region ecuatorial de los dos continentes, la América Septentrional templa- | da, China y el Japon. Ni en Europa, ni en el Norte de Africa, ni en la region media del Asia Occidental se encuentran plantas de esta familia.

De ellas la mas notable es el ginseng (panax quinquefolium), que nace en el Japon, en el Norte de China, y en una gran parte de la América Septentrional templada. Su raiz se pa- | rece mucho á la de la chirivia y tiene un sabor aromático y azucarado. Los chinos y los habitantes del Japon miran esta planta como el remedio universal mas precioso; pero de esta opinion no se participa en Europa desde que la esperiencia ha probado que las maravillosas propiedades del ginseng no son superiores á las de otras muchas sustancias aromáticas in-placer de saborear las delicadas viandas oyendigenas.

R. Morisson: Plantarum umbelliferarum distributio nova per tabulas cognitionis et affinitatis, Oxford, 1672, en fólio.

Crantz: Class umbelliferarum emend, et cum generali seminum tabula el figuris æneis in necessarium inst. rei herbar. suppl., Leipsick y Viena, 1767, en 8.9

Sprengel: Plantarum umbelliferarum denuo disponendarum prodromus, Halle, 1813, en 4.°-Species umbelliferarum minus cognita, Ibid, 1818, en 4.o

G. Hoffman: Genera plantarum umbelliferarum earumque characteres naturales secundum numerum, figuram, situm et proportionem omnium fructificacionis partium, 2a edicion, Moscou, 1816,

en 8.°

Decandolle: Memoria sobre la familia de las ombeliferas, Paris, 1819, en 8.°

do los gemidos y sintiendo las palpitaciones de sus victimas. Otro tio de Abul-Abbas hizo

degollar á los Ommiadas de Bassorah, y arrojó sus cadáveres á los campos para que los perros y los buitres les diesen sepultura. »

«Escrito estaba, sin embargo, esclama un escritor árábigo, escrito estaba en la tabla reservada de los eternos decretos, que á pesar de los Beni-Alabas y de sus deseos de acabar con toda la familia de los Beni-Omeyas, todavía se habia de conservar una fecunda rama de aquel insigne tronco, que se establecería en Occidente con floreciente estado. Este vástago precioso era un mancebo de veinte años, ausente de Damasco en aquellos dias de sangre y de esterminio, era el jóven Abderramenben-Moawiah, nieto de Hixem, décimo califa de los Omeyas.

OMMIADAS. Estos principes de una de las mas famosas dinastías árabes, tomaron el nom- La guerra civil en que ardia España á mebre de Ommiach su gefe, de quien descen- ' diados del siglo VIII, no pudo ser apagada por

los esfuerzos de Jusuf; por lo cual, reunidos | men otorgó paz y seguro á los cristianos de en Córdoba los xeques ó caballeros mas prin- Castilla, obligándoles á pagar anualmente por cipales de la Siria y del Egipto, acordaron pa- espacio de cinco años, 10,000 onzas de oro, ra remediar tantos desastres, que España se go- 10,000 libras de plata, 10,000 cabezas de cabernase con entera independencia del Africa y ballos, y otros tantos mulos, con 1,000 loridel Asia. Envióse, pues, una embajada á Abder-gas, 1,000 espadas y 1,000 lanzas; visitó á ramen ofreciéndole el califato de la Península, | Galicia y Portugal estableciendo en todas pary habiendo aceptado éste desde luego tan se- tes mezquitas y aljamas, y 777, con el objeto ñalada honra, desembarcó en nuestras playas de asegurar la sucesion de su familia, convoel año de 755 seguido de 1,000 ginetes. En es- có los walis de las seis capitanías de España, ta época se inaugura una nueva era para Espa- Toledo, Mérida, Zaragoza, Valencia, Granada y ña. Abderramen fundó un imperio poderoso é Murcia, á los doce gobernadores de las ciudaindependiente, y la dinastía de las Ommiadas des principales y á sus veinte y cuatro wacino solo se distinguió por el brillo guerrero li- res, los cuales reunidos en su alcázar á preterario y artistico de la de los Abasidas de Bag-sencia del hagib, ó secretario de Estado, del dad, sino que escedió considerablemente en cadi de los cadies y de sus consejeros de Esesplendor y magestad. El genio de ese hom-tado, prestaron juramento de fidelidad á su bre ilustre deseoso de establecer un imperio hijo Hixem, á quien declaró sucesor del caque oscureciese completamente el de los implacables enemigos de su raza, no solo venció Pocas dinastías pueden ofrecer una serie y derrotó á los partidarios de Samail y de Ju- de soberanos de tan altas dotes como lo fuesuf, sino que se distinguió al punto por todas ron la mayor parte de los Ommiadas. Los sieaquellas magníficas obras de utilidad y de re-te, que desde la fundacion del califato de Córcreo que tan justa celebridad han dado á los Abderramenes de España. A este insigne califa se debe la aclimatacion de la palmera en nuestro suelo, el haber mandado labrar la famosa Rusafa de Córdoba, la declaracion de esta ciudad en capital del Imperio y la construccion à la orilla del rio de un alcázar con hermosos jardines.

lifato.

cristianos le llamasen el magnánimo. La historia nos señala tambien á este insigne califa, por su desmedida aficion à la magnificencia, aficion que produjo el palacio de Zahara, llamado asi del nombre de la sultana á quien lo dedicaba, sorprendente maravilla del arte oriental, en la que las esquisitas y ricas labores de los artesonados, asi como el calado de las paredes, y las fuentes de azogue, parecen mas bien creaciones fantásticas dignas del autor de las Mil y una noches, que resultados reales y positivos del refinamiento del lujo y de las belas artes.

doba ocuparon el trono muslímico en la misma ciudad hasta el tercer Abderramen, merecen tambien un grato recuerdo del historiador amante de la justicia y de la imparcialidad. A pesar de tener que luchar con el glorioso fundador del imperio árabe-hispano que llevaba su mismo nombre, Abderramen III consiguió por sus distinguidas cualidades y por su pruAl ocuparse uno de nuestros mas distin-dencia y sabiduria en el gobierno, que los guidos escritores contemporáneos, de los actos y administracion de Abderramen, consigna que no solo se distinguió por los notables hechos que acabamos de apuntar, sino que manejando la espada del guerrero con igual felicidad que la pluma del administrador, defendió la independencia de España derrotando á los africanos, enviados por el califa de Damasco, mandó construir varias naves en las atarazanas que estableció en Sevilla, Cartagena y Tortosa, y dió una nueva y regular forma al gobierno del pais. Para ello estableció cadies ó jueces en las ciudades principales, creó un juez supremo en Córdoba con el nombre de cadi de los ca- El reinado de Alhaken, saludado por los dies, y un mejuar ó consejo de Estado, com- poetas y astrólogos mas famosos de Córdoba, puesto de los principales nobles ó xequis, como una feliz continuacion del de su padre, fundó la gran mezquita de Córdoba, estableció se distinguió por el amor que demostraba el en ella madrisas ó escuelas de enseñanza pú- príncipe por las letras y conocimientos útiles.. blica y hospitales; y para acostumbrar á sus Alhaken no tenia otra aficion que adquirir los hijos á la administracion y al gobierno, los mas preciosos libros de artes y ciencias, las hacia asistir á la audiencia de los cadies y al mas elegantes colecciones de poesía y elocuenmejuar ó consejo de Estado. Entonces, dice el cia, y toda especie de obras y memorias de señor Moron en su Historia de la civilizacion historia y geografía. No perdonaba diligencia española, principiaron, impulsadas y dirigidas alguna para satisfacer este deseo, y tenia comipor los hijos del califa, aquellas academias que sionados en las principales ciudades de Africa, tan célebres fueron despues bajo Alhaken y Egipto, Siria, y en las Iracas y en Persia, para Almanzor, y en las cuales se oian con aplauso que le recogiesen y enviasen cuantos libros de y se recompensaban las mejores composicio- mérito pudiesen obtener. Su casa estaba abiernes en prosa y en verso. Aunque en el reinado ta siempre para los poetas y sabios, y él misde Abderramen perdieron los árabes á Narbo-mo, llevado de su estremada aficion à la litena, llegó sin embargo su imperio al mayor ratura, y sobre todo á los estudios históricos, grado de estension y poder. En 759, Abderra-scribió con gran proligidad y esmero las ge

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