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miento se hizo en 1789 y desde entonces se entró en un camino de mejoras, por el cual se ha llegado á obtener productos sucesivamente mas notables y hoy superiores á los de las fábricas de tina,

con sus portas. F, tabique central. I, platinas ó cuchillas de acero que colocadas debajo del cilindro B, rasgan el trapo y lo reducen á pasta. K, plano inclinado de madera que por medio de la rotacion comunicada al cilindro, sirve para hacer subir el trapo entre el cilindro y la platina I. L, cajon guarnecido en la superficie con orificios por los cuales caen las gravas y cuerpos pesados que haya en el trapo.

Luis Roberto, operario de la fábrica de papel de Essone, en Francia, fué el primero que ideó la maquinaria; obtuvo un privilegio de quince años y recibió una gratificacion de su gobierno. Poco tiempo despues, su principal, el señor Didot Saint-Léger, le compró el pri- Las figuras M, N, O, P, ofrecen los porvilegio y marchó à Londres para poner en plan- menores del bastidor ó cubierta. 0, la comta el pensamiento con auxilio de varios fabri-puerta que se coloca cuando ya no se trata de cantes de papel. Las mejores maquinarias han lavar el trapo. P, la que produce el efecto procedido desde entonces de Inglaterra, aun- contrario. que ya en estos últimos años en nada ceden las francesas á las inglesas.

Vamos á describir las partes principales de una maquinaria para papel, dejando á un lado los accesorios insignificantes que ocuparian mucho espacio sin grande utilidad.

Esplicacion de las láminas de máquinas ra fabricar papel.

Artes mecánicas. Lám. XXIII-XXVI, fig. 1. Alzada de las máquinas de papel continuo. árboles de

Fig. 2. Planta con todos los trasmision.

a

Figs. 1., 2. y 3.. Al salir del cilindro triturador, la pasta cae en una gran tina de cavida de unas 17 arrobas de pasta con el agua suficiente para trasformarla en papel.

En la tina hay un agitador que revuelve sin cesar la pasta. Una llave conduce esta pasta á la primera parte de la tina de la máquipa-na. La espita A (fig. 3.a) sirve para añadir agua á la pasta de la tina B (fig. 3.) En esta lina hay dos agitadores a á figs. 2.a y 3.a) La pasta, despues de removida por el agitador a figs. 2. y 3.) sale por cuatro aberturas b, b, b, b, (fiy. 2.a) para caer en la caja C (figs. 2.a y 3.) llamada epurador. Es de cobre y tiene cuatro divisiones; está formaLám. XXVII-XXX, fig. 3.a Corte queda de planchas bastante inmediatas para no indica la marcha del papel y de los fieltros ó bayetas, asi como los rodillos de tension. Fig. 4 Aparato completo de un cilindro triturador de trapo, colocado en su pila con tambor, lavador, etc. Fig. 4. número 1. La pila en alzada, vista por uno de los dos estremos. A, uno de los costados. B, piñon que engrana en el movimiento de la rueda hidráulica y hace marchar el cilindro. C, tambor. D, bastidor de madera que cubre el cilindro, y que impidiendo la lida de la pasta, sirve al mismo tiempo para el lavado.

dejar salir gramos, nudos, hilos ni otros obstáculos; esta caja, agitada por un rochete, tamiza la pasta que cae en la segunda division de la tina B, donde recibe nuevo movimiento del agitador á (fig. 3.*)

La pasta corre en seguida sobre una tela metálica sin fin D (figs. 1.a y 3.a) que la lleva convertida en papel al cilindro E (figs. 1.a, 2.a y 3.) cubierto con un fieltro ó bayeta. La tela metálica está sostenida en una serie de rodisa-llos de cobre F (figs. 2.a y 3.) muy inmediatos en la cabeza de la máquina y cuya separacion va creciendo à medida que están mas cerca del cilindro E (figs. 1., 2. y 3..) Otros rodillos de cobre, f (figs. 1.a y 3.) sirven para mantener en la tela metálica la tirantez conveniente. Los ejes de todos los rodillos están sostenidos en el bastidor de hierro G (fig. 2.*; Los dos cilindros E, H, (fig. 1.a, 2.a y 3.a) están guarnecidos de fieltros y sirven para prensar el papel húmedo, cuando va todavia sobre la tela metálica.

Número 2. Pila vista en plano; está cargada con agua y trapo. A, pared de la pila. B, B' y B', el piñon con el árbol de hierro del cilindro triturador y el mismo cilindro. C, tambor. D, batidor con sus portas ó palas gua rnecidas de tela metálica, por las cuales se va el agua sucia. E, cajonato que recibe el agua sucia y la vierte afuera. F, diafragma de madera colocado en medio de la pila, cuyo oficio es obligar á que el trapo pase por debajo del cilindro. G, agua y trapo mezclados en la pila. II, válvulas ó tapones para vaciar la pila.

Número 3. Corte longitudinal que manifiesta el interior de la pila. A, pared interior de la pila. B, cilindro triturador armado con sus cuchillas de acero ó cobre. C, tambor. Se ven los tubos de la danáide que toman el agua sucia para llevarla á la circunferencia y repelerla á la cajita E. D, el bastidor de madera

Dos correas I (figs. 1.a y 3.) se hallan mantenidas sobre la tela metálica por dos bastidores de hierro y tirantes por poleas i (figs. 1.a y 3."); sirven para mantener sobre la tela metálica la pasta liquida aun y determinan la anchura y el borde de la pieza de papel. Un movimiento de vaiven K (fig. 2.) comunicado á todo el bastidor G, tiene el objeto de tamizar la pasta, fijarla en la tela metálica y escurrirla, cayendo el agua en una caja de madera L (figs. 1.a y 3.*)

Esta agua, que contiene algunas particulas de pasta, vuelve por un conducto M (figs. 1.a y 2.a) á un danáide N (figs. 1.a y 2.a) que la lleva á la caja de la máquina B (fig. 3.a)

Debajo de la tela metálica y poco antes de llegar á las presiones E y H, hay una caja angosta 0 (figs. 1., 2.2 y 3.), en la cual trabajan al aire tres bombas aspirantes P (figs. 1. y 2.) que atraen la humedad del papel.

formas sobre 8 arrobas de papel al dia, al paso que una máquina con los mismos dará de | 70 á 80.

Con este motivo y para asombrar á los que buscan en las minas su felicidad, olvidando que la industria proporciona mas seguras especulaciones que la investigacion incierta de lo que puede haber en las entrañas de la tierra, haremos un cálculo. En Francia hay 250 máquinas de papel continuo. Suponiendo que cada una da 40 arrobas diarias, en 300 dias del año, tendremos una produccion de 3.000,000 de arrobas, para la cual se habrán necesitado hier-4.000,000 y 1/, de arrobas de trapo, y ¿en donde se encuentra esta primera materia? Entre el polvo de las calles. Por eso decia Humbold que las basuras de París producen mas que las minas del Perú.

Al salir de los cilindros E, H, el papel tiene ya bastante consistencia para abandonar la tela netálica, y por medio de un fieltro sin fin tendido por los rodillos q, q, q, fig. 3.) el papel va á pasar por dos cilindros de ro R figs. 1., 2.a y 3.a)

Despues de estas presiones, otro fieltro, sostenido por rodillos de madera S, S, S, (fig. 3.), hace pasar el papel por otros dos cilindros T (figs. 1.a y 3.) Varios engranajes u (fig. 1.) comunican el movimiento de las presiones R y las presiones T.

Ha existido y aun existe la preocupacion de que los papeles de tina son superiores á los de máquina y tienen mas consistencia. Si algo ha habido de verdad en esto, no es á la diferencia de fabricacion á lo que debemos atribuirlo, sino á la falta de práctica y á la imperfeccion que necesariamente han de acompañar los primeros pasos que se dan en un invento nuevo que va á luchar con un método

El papel ya despues puede marchar sin fieltros y pasar sobre los tres cilindros V, V, V, (figs. 1.a, 2.a y 3.*) llenos de vapor, que lo secan completamente. Para que el papel esté lo mas cerca posible de los cilindros V, V, V, le acompaña un fieltro sostenido por los rodillos X, X (figs. 1.a y 3.a( Dos cilindros Y, Yantiquísimo en el cual los operarios han ad(figs. 1.a y 3.) sirven para alisar el papel. | Al salir del tercer cilindro V (figs. 1. y 3.) el papel se arrolla en Z (figs. 1. y 3.), Y por último se corta dándole el tamaño pedido.

Fig. 2. El movimiento de una máquina de papel contínuo es debido comunmente à una rueda hidráulica, cuyo árbol es 1 (fig. 2.) árbol que trasmite directamente la mocion á las presiones R (figs. 1.a, 2.a y 3.a)

Dos engranajes, 2 comunican el movimiento por un árbol, 3, á otros dos engranajes, 4, que hacen andar la danáide, el ejecutor ó purificador, y el vaiven de la tela metálica. En el mismo árbol, 3, una polea de madera, 5, trasmite su movimiento por medio de una correa á otra polea, 6, que hace andar las bombas aspirantes. En el primer árbol I, una polea, 7, comunica el movimiento á otra, 8, que hace andar todo el aparato de la tela metálica en que se forma el papel.

En dicho árbol I, hay tambien otra polea, 9, que mueve á la 10, con lo cual andan los cilindros secantes V. Por último, la 11 moviendo á la 12, pone en movimiento uno de los cilindros secantes colocado en el aire. Una cadena de Vaucanson, 13 (figs. 1.a y 2.2) hace andar los cilindros, en los cuales se arrolla el papel fabricado.

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Todas las flechas (fig, 3.) sirven para indicar la marcha: 1.o de la tela metálica: 2.o de las correas que la conducen: 3.o de los fieltros: 4.o del papel.

Comparada la cantidad de papel que se fabrica con una tina ó una máquina, la diferencia es inmensa. Tres operarios harán con sus

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quirido hábitos de perfeccion en el trabajo. El trapo es uno mismo, los medios de prepararlo son superiores en la máquina y por lo tanto las ventajas están de parte de esta, y bien nos lo acreditan ciertos productos que hemos tenido ocasion de ver, y á los cuales nunca ha alcanzado la fabricacion á mano, ni por la solidez, ni por la tersura, ni por la homogeneidad. Hay papeles ingleses en que la lengua causa el mismo efecto que en un vidrio, sin que la humedad penetre en los poros. Verdad es que son de elevadísimo precio, pero no les darian las formas mas baratos si acudiésemos á encargarlos á los fabricantes á mano, en el caso de que los pudieran producir. No podemos tampoco desconocer que la mayor parte del papel fabricado por las máquinas carece de consistencia; pero no es porque no puedan hacer cosa mejor. La imprenta, cuyos productos crecen diariamente, exige hoy baratura y poco peso en los papeles, escepto en algunas ediciones especiales y de lujo.

No solo se puede fabricar papel con lino, cáñamo y algodon, sino con otras muchas sustancias, algunas de las cuales comienzan á utilizarse, tales como paja, esparto y otras plantas testiles, al menos para los papeles de estraza.

El papel recibe diversas denominaciones segun su tamaño ó calidad. El tamaño en los papeles se llama marca. En el dia puede decirse que la marca ha desaparecido, porque el papel se fabrica en pieza y se corta luego á gusto del consumidor, resultando para este la ventaja de que acomoda el tamaño á sus necesidades sin aumento de precio. En el papel de

mano, los precios crecen en una proporcion, caigan donde quedaron las señales de las antemayor que el aumento de marca; en el mecá-riores, y asi sucesivamente. Es necesario emnico sucede lo contrario. Segun sea la calidad del papel, la sustancia que entra en su composicion, el objeto á que se destina, hay papeles comunes, floretes, vitelas, finos, superfinos, culebrilla, de seda, vegetales, de China, de gelatina, etc.

Los ingleses emplean para los papeles la cola animal en vez de la vegetal, porque aquella da mas solidez. La aplican por medio de cilindros entre los cuales pasa el papel tomando la cola necesaria.

Al salir de la máquina el papel no está del todo seco, por lo cual hay que agregar á los mecanismos un aparato secante. El papel se arrolla sobre unos rodillos octogonos de 40 centímetros de perímetro. A medida que uno se cubre de papel, se sustituye con otro y se van llevando al tendedero donde se desarrolla el papel, haciéndolo pasar por una serie de cilindros hasta recogerlo en uno final. Durante su trayecto por los cilindros, recibe chorros de vapor que lo secan.

Papel pintado.

Aunque el papel pintado corresponde mas bien á la industria de las impresiones, le dedicaremos aqui algunas palabras. Es conocido en Europa desde el siglo XVI. Los holandeses que habian importado la fabricacion de papel pintado de la China y del Japon, fueron los primeros que lo usaron. Un inglés y un francés hicieron mas tarde algunos ensayos en Inglaterra, y despues comenzó tambien la Francia á fabricar los papeles pintados. La invencion del papel mecánico ha dado un gran vuelo a! papel pintado, contribuyendo ademas á abaratarlo. Era necesario antes pegar los pliegos uno por uno.

La primera operacion que se ejecuta es poner el fondo, para lo cual se deslien en cola animal ciertas sustancias, tales como cal, creta, etc., y el color que dicho fondo haya de tener. Esta preparacion se estiende sobre el papel con bruzas; hecho esto, el papel se pone á secar y despues se somete al satinado, para lo cual se emplea una bruza de pelo de jabali y polvo de talco. Para la impresion se usan unas planchas de madera de peral, en las cuales están grabados los dibujos; cada una de ellas tiene en la parte posterior un mango y en los ángulos unas punturas para casar exactamente el dibujo de una plancha con el de otra. Sobre una tina llena de agua se tiende una piel cubierta con un pedazo de fieltro siempre humedecido. Un muchacho estiende sobre este fieltro y con pincel, el color necesario. El prensista toma color con la plancha y la aplica sobre el papel ejerciendo una fuerte presion con una larga palanca de madera; vuelve á tomar color y aplica la plancha mas adelante, procurando que las punturas inferiores

plear tantas planchas é imprimir tantas veces cuantos sean los colores que entran en un dibujo. Algunos papeles tienen adornos aterciopelados, los cuales se obtienen aplicando un mordente y salpicando sobre el papel raspaduras de paño que solo se adhieren á las parte humedecidas con dicho mordente. Para mayor comodidad, se dispone una caja con fondo de cuero sobre el cual se encuentran las raspaduras; el papel se pone boca abajo, y dando golpes por la parte esterior del cuero, la pelusa se adhiere al mordente.

El oro y la plata se aplican por un medio parecido al dorado ordinario, dando primero una capa de sisa ó mordente, y cubriendo en seguida con panes de dichos metales

PAPEL MONEDA. (Economia politica.) Dáse el nombre de papel-moneda á los billetes que la ley asimila abusivamente á la moneda metálica de buena ley y de buen peso, y al que da por consiguiente un curso forzoso.

La estancacion de los negocios y la falta de percepcion de los impuestos en ciertos momentos dados, han hecho estudiar mas de una vez á los hombres este insoluble problema: suplir á la insuficiencia de los recursos sin disminuir ni suspender los gastos ordinarios.

Al tratarse de este punto, muchas personas profesan abiertamente la opinion de que el Estado, bajo la garantía de su buena fé ó de sus bienes inmuebles, debe crear una riqueza fieticia, una moneda nominal, un numerario convencional, que no costando nada para producirse, pueda, en defecto de valores metálicos, emitirse á medida de las necesidades, por grandes que estas puedan ser. Todas estas circunstancias de elástica emision y creacion casi gratuita, se encuentran reunidas en eso que se llama papel-moneda, y en él única y esclusivamente. Asi, la mayor parte de los proyectos elaborados por los reformadores, recurren á este remedio, que tienen por infalible.

«La moneda de las sociedades normales, ha llegado á decir uno de ellos, la moneda de la asociacion, la moneda democrática, es el papel.» Estamos muy lejos de conformarnos con esta opinion. Pero, á fin de hacer mas inteligible nuestra crítica de este sistema financiero, indicaremos antes algunas observaciones generales sobre el numerario y el crédito.

En la infancia de las sociedades, los hombres cambiaban directamente con los objetos ó servicios que necesitaban, los que por su parte podian dar, los objetos que ellos poseian y los productos que habian obtenido. Asi es como proceden todavía algunas tribus salvages. Este método es, como se vé, enteramente imperfecto. Sucede con harta frecuencia, que el que desea una cosa no tiene nada que ofrecer al vendedor, á lo menos nada que à este le convenga; y aun suponiendo que ambos contrayentes tengan en efecto aquello de que re

ciprocamente necesitan, la desigualdad de valor que exista entre los objetos ó servicios que hayan de cambiarse, no permitirá que se concluya la operacion, si estos no pueden dividirse para equilibrarse.

miento de la obligacion contraida. La mas pequeña dilacion lo alarma y lo aleja al instante; porque es un mentís dado á su prevision, una amenaza de fraude, una probabilidad de la insolvencia de aquel con quien tan de seguro se habia contado.

Hizose, pues, desde luego absolutomente necesaria una mercancía cualquiera, divisible El crédito, sea real ó moral, exige de orhasta lo infinito, que el vendedor esté seguro dinario un título escrito, un reconocimiento, de colocar en cambio de lo que desea y no un billete á la órden, ó una letra de cambio, tiene el comprador, y que por consiguiente un documento, en fin, llámese como se quiesirva de medida comun y de intermediaria ára. Este documento es á la vez una garantía y todos los demas valores. Este es el papel que una nueva mercancía. Una garantía, porque no desempeñan con gran ventaja entre los pue-permite al deudor negar su deuda; y una merblos adelantados en la civilizacion, los metales cancía, porque, como representacion del vapreciosos El oro y la plata no se alteran, ylor en cuyo cambio ha sido emitido, puede ser apenas se destruyen por el uso que de ellos á su vez vendido, negociado, cambiado ó se hace, se adaptan á toda clase de usos: los trasferido. En efecto, esta representacion equienormes gastos que hasta hoy origina su pro-vale hasta cierto punto, no al objeto mismo duccion, los preserva de frecuentes y repen- en cuyo lugar se coloca, sino al que mas tartinas causas de depreciacion y de alternativas de será dado en cambio de él. imprevistas; su trasporte es muy fácil; en un El papel, pues, ocupa en el comercio pequeño volúmen representan una riqueza con- las naciones un lugar importante en cuanto siderable: y reciben y conservan perfectamen-representa una promesa verdadera y realizate los sellos ó marcas que garantizan su valor ble. Sus ventajas son grandes, como se ve: y su calidad. Todas estas circunstancias han evita á su propietario trasportes onerosos de hecho que se les adopte como los agentes especies metálicas cuando es pagadero en dimas seguros y mas cómodos de las transaccio- ferente lugar del en que ha sido suscrito; y al nes sociales; sin que pueda esperarse encon- mismo tiempo le permite proporcionarse por trar fuera de ellos mayores ventajas ni mas só- el descuento, sobre esta nueva prenda, un crélidas garantías. dito suplementario, con cuyo auxilio se multiplican sus negocios, y por consiguiente sus beneficios.

moneda verdadera, sino como promesa de dinero, es que su circulacion se limita á los puntos donde puede realizarse inmediatamen

Sin embargo, el comprador no siempre tiene en su poder un número de piezas de moneda suficiente para pagar el objeto ó el servi- Cuando el que firma el papel tiene por sí cio que solicita; sin que por esto se diga que solo bastante responsabilidad para que no se no pueda tenerlas mas adelante. Tal vez maña-necesite añadir á su firma la de los propietana, dentro de un mes, dentro de un año, estérios sucesivos de dicho papel, este, en lugar en disposicion de pagar; pero le es preciso te- de ser pagadero á determinada persona, ó á la ner hoy mismo lo que desea, y no puede pagar órden de esta, puede ser y es frecuentemente en el acto su precio. El vendedor por su parte, aceptado con una redaccion que lo hace pagasino lleva á efecto el trato, se espone á no en- dero al portador. A esta clase de papel pertecontrar despues otro comprador, ó al menos nece el que emiten los bancos. Estos billetes otras condiciones tan favorables como las que de banco no son pues en sí mismos otra cosa aquel le ofrecia. En estos casos se adopta un que simples promesas comerciales, que puenuevo medio de verificar los convenios: el den ser realizadas inmediatamente; y la pruevendedor se contenta con una promesa de pa-ba de que el público no los considera como go futuro: él se hace acreedor, y su contratante se constituye en deudor hasta el dia que cumple su promesa, pague la deuda ó termine el trato pendiente. Por otra parte, este cré-te en especie. dito no carece de fundamento; no se consti- La gran circulacion de los efectos comertuye sin motivo ni à la ligera, sino que se ciales y de los billetes de banco es la que ha otorga porque se reputa merecido. El vendedor dado origen al error en que han caido los se ha desprendido de su objeto, porque ha partidarios del papel moneda. Sin acordarse creido valedera la promesa que se le ha hecho, de que dichos efectos constituyen solo una y cuenta con su fiel realizacion futura, ya promesa de pago, y representan una suma que porque ha exigido una prenda que responde puede realizarse mas o menos pronto, se imade la cantidad, y le asegura de todos sus ries-ginan que el papel por si solo, imprimiendo gos, á lo que se llama crédito real, ya porque en él una cifra cualquiera, representa, indedescansa en la buena fé del individuo, en su pendientemente de su reembolso y de su reainteligencia, en su reputacion, que es lo que lizacion, la suma nominal que en él se insse llama crédito de confianza ó moral. Este cribe. crédito está fundado en la seguridad que se tiene de la persona del deudor, y exige por lo mismo la mayor exactitud en el cumpli

Bastan, á nuestro juicio, las esplicaciones que acabamos de hacer, para restituir al papel moneda su verdadero carácter de promesa

real.

En 1797 la Inglaterra hizo lo mismo con los billetes de banco. Aunque mas tarde este papel, à consecuencia de sucesos que daremos á conocer, volvió á ponerse á la par, era forzoso no obstante en 1812 y 1813, á pesar de las prescripciones insuficientes de la ley,

bio de una guinea, 62,1 chelines, de oro.

de pago, de billete de conflanza. Pero el pa- vino á demostrar que no tenian ningun valor pel moneda que aconsejan los novadores modernos, seria un billete no reembolsable, una promesa que no deberia ser cumplida por el signatario, puesto que en lo general reclaman el curso forzoso; es decir, un engaño, un despojo en todo el valor de la palabra. De modo que puede rechazársele á priori como un gérmen de injusticia y de fraude. Ademas lodar 29 chelines en billetes de banco en camruinoso de este sistema quedará demostrado de un modo evidente despues que hayamos La Dinamarca, la Suecia, la Rusia, nuestra invocado las lecciones de la esperiencia; por- España con sus vales reales, la Italia, el Ausque el uso de las monedas ficticias y del pa- tria, cuyo banco intimamente encadenado á la pel moneda, que se debe asimilar á aquellas política de su gobierno, cuenta numerosas respecto á que tiene con ellas de comun su quiebras, aunque amortiza hoy dia emisiones objeto y sus principales caractéres, no es una antiguas; todos los paises, en fin, que han cosa nueva en los anales financieros del mun- querido decretar el curso forzoso del papel, do. La historia nos ofrece ya muchos ejemplos han visto, al cabo de un lapso de tiempo mas ó que prueban con certeza que el empleo de menos largo, que no es posible, ni por un una moneda artificial para reemplazar á la mo- | simple acto legislativo ni por medio de ameneda que se oculta ó al crédito que desapare-nazas, por severas que sean, imprimir de un ce, no ofrece recursos seguros, ni está exento modo duradero á esos pedazos de papel un de grandes peligros. valor que ellos no tienen por sí mismos.

Debemos añadir que la Prusia, reducida á la última estremidad durante la guerra del imperio, creo asimismo dos veces el papel moneda, que supo recmbolsar integramente, aunque con trabajo, cuando pasaron las circuns tancias dificiles en que lo habia emitido. En una y otra ocasion, sin embargo, los billetes sufrieron la justa depreciacion que no tarda en esperimentar todo numerario ficticio al cual

Siracusa, en tiempo de Dionisio el tirano, empleó el estaño: Atenas, bajo el mando de Timoteo, recurrió á las piezas de bronce. Cartago se sirvió de pedazos de cuero, sobre los cuales imprimia un sello que les daba la sancion y la garantía oficial. «En el tiempo en que las pieles servian de numerario en Rusia, dice Enriqne Storch en su Curso de economia política, la incomodidad aneja á la circulacion de un numerario tan voluminoso y tan perc-se quiere dar por medio de la ley el valor incedero dió lugar á la idea de reemplazarlo por pedazos de cuero timbrados, que de este modo se convirtieron en signos pagaderos en pieles.»

Al fin del siglo XIII, Koblai, nieto de Tchinguis-Khan, introdujo en China el curso del papel moneda, abuso que fué al momento imitado por su primo Kaigatu, khan de la Persia.

Pero muy luego los grandes inconvenientes de estas piezas ficticias de bronce, de estaño y de cuero, hicieron que se las abandonase. Tchinguis-Khan y Kaigatu se vieron precisados á renunciar á la fabricacion de su papel.

trinseco, la incomunicable seguridad que solo ofrecen los metales preciosos. El espiritu de órden y de inteligencia que caracterizan tan profundamente à la administracion prusiana, y que le movió á restringir considerablemente esta emision, hubiera debido tranquilizar á los tenedores del papel: las rentas de la Prusia, menos cargadas que las de la mayor parte de los demas estados de Europa, permitian á este pais estinguir una deuda aun mas fuerte, sin imponer á los contribuyentes sacrificios onerosos. Pero nada prevaleció, nada pudo prevalecer, sin embargo, contra el descrédito que hiere inevitablemente, y que merece todo papel cuya amortizacion no comienza y acaba con gran vigor, para que su masa sea poco importante respecto á la circulacion ge

Estos notables ejemplos no han aprovechado, sin embargo, todo cuanto fuera de desear á los pueblos modernos. Todos, ó al me-neral. nos casi todos, en una ú otra época, han conocido ese numerario artificial que se llama papel moneda: muchos lo conservan aun; y tal vez nuestros biznietos lo decretarán á su vez; pero es indudable que si cometen semejante falta, no producirá otra cosa que los desastres á que ha dado lugar donde quiera que se ha establecido su circulacion forzosa.

En 1792, estableció la Pensilvania el curso forzoso del papel: en tiempo de la guerra de la independencia, todos los Estados Unidos emplearon de nuevo este recurso. La depreciacion de los títulos en ambas circunstancias,

Mas cerca de nosotros tenemos todavia ejemplos palpitantes de esta verdad. Las grandes calamidades que afligieron á la Francia en el siglo XVIII, por las combinaciones de Law y por los asignados enseñan con bastante claridad toda la trascendencia que puede llevar consigo la adoptacion de estas medidas.

Los hechos que invocamos son incontestables. Y creemos que no quedará ninguna duda de la verdad y del fundamento de estos principios al lector que quiera seguir con nosotros el presente estudio.

Es necesario observar que cuando comien

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