El P. Arolas, su vida y sus versos

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Est. Tip. "Sucesores de Rivadeneyra", 1898 - 243 páginas
 

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Página 184 - Sobre pupila azul con sueño leve tu párpado cayendo amortecido se parece a la pura y blanca nieve que sobre las violetas reposó. Yo el sueño del placer nunca he dormido : Sé más feliz que yo.
Página 84 - Era entonces de Toledo Por el rey gobernador El justiciero y valiente Don Pedro Ruiz de Alarcón. Muchos años por su patria El buen viejo peleó; Cercenado tiene un brazo, Mas entero el corazón. La mesa tiene delante, Los jueces en derredor, Los corchetes a la puerta, Y en la derecha el bastón. Está como presidente Del tribunal superior, Entre un dosel y una alfombra Reclinado en un sillón Escuchando con paciencia La casi asmática voz Con que un tétrico escribano Solfea una apelación.
Página 219 - ... Celestial, Pieles de manchado tigre, Mil ciudades, mil honores Y mil negros pescadores De coral! ¡De Delhí las maravillas, De los reyes el tesoro, Trípodes de nácar y oro Rutilantes, Con las frutas que se crían De Damasco en los confines, Y purpúreos palanquines, Y elefantes! ¡Quién marchara a los combates, Gloria de la primavera, Con un beso que le diera Tu beldad! De las cortas azagayas A los tiros agarenos, Murieran los nazarenos Sin piedad. Fugitivo por las sirtes, Buscando de airados...
Página 80 - Que, al ver lucir la matinal estrella, Quiso alzar torre y escalar con ella El claro firmamento; Pero de sus recónditas prisiones Libres los euros de Jehová volaron, Y como leve arista derribaron El frágil monumento. Larga es la cabellera del mancebo Sobre la he r morusa espalda desprendida.
Página 185 - Bella es tu juventud en sus albores como un campo de rosas del Oriente; al ángel del recuerdo pedí flores para adornar tu sien, y me las dio ; yo decía al ponerlas en tu frente: sé más feliz que yo.
Página 169 - Por ti el silencio de la selva umbrosa, por ti la esquividad y apartamiento del solitario monte me agradaba; por ti la verde hierba, el fresco viento, el blanco lirio y colorada rosa y dulce primavera deseaba.
Página 184 - Es tu aliento la esencia más fragante de los lirios del Amo caudaloso que brotan sobre un junco vacilante cuando el céfiro blando los meció: yo no gozo su aroma delicioso: sé más feliz que yo.
Página 81 - Al río, en Erivan, entre las ovas, Tributarias le son cuarenta fuentes, Y cuarenta doncellas inocentes Lloran en desconsuelo Prendadas del caudillo más hermoso; Sus lágrimas imitan al rocío Si sobre flor azul, trémulo y frío, Tomó el color del cielo. ¿Al tártaro corcel, de qué le sirve La indomable inquietud, que se parece Al delirio de amor, si nace y crece Con duras privaciones? ¿Ser de raza escogida? ¿Ser de fuego? ¿Igualar en su curso al leve viento? ¿Dejar atrás del mismo pensamiento...
Página 184 - Yo el sueño del placer nunca he dormido : Sé más feliz que yo. Se asemeja tu voz en la plegaria al canto del zorzal de indiano suelo, que sobre la pagoda solitaria io los himnos de la tarde suspiró. Yo sólo esta oración dirijo al cielo :
Página 165 - Vineta, nec in tenero stat tibi corde silex. Illo non juvenis poterit de funere quisquam Lumina, non virgo, sicca referre domum. Tu manes ne laede meos : sed parce solutis Crinibus, et teneris, Delia, parce genis.

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