Imágenes de páginas
PDF
EPUB

vierte á las persecuciones que inicia Teodosio, que durar hasta el edicto de Nantes, que vuelven con su revocación, y aun hoy, después de la revolución francesa, se reproducen, aurque ha variado su esencia, porque ya las religiones en los pueblos cultos son protegidas, pero no imperantes.

13. Presbíteros dirigen las comunidades cristianas; los presbiteros se juntan en Concilios y devienen Obispos; el de Roma se hace cabeza de la Iglesia, San Ambrosio empieza á dominar el poder temporal, San Agustín siente la doctrina de la soberanía del Papado, vienen las conversiones de los Reyes germánicos, Hildebrando realiza la doctrina de San Agustín, San Bernardo organiza en Ordenes la Iglesia, y ya Inocencio III puede exco. mulgar Reyes y bañar en sangre la doctrina del Celestial Cordero.

¿Cómo venció el hombre, el individuo sojuzgado por el Pontificado de los Césares al Pontificado temporal de los Papas?

Continuando la lucha, recobrando su individualidad, reve. lándose contra el Credo, proclamando el examen libre y volviendo por las doctrinas del Maestro.

Focio promueve el cisma que Cerulario lleva á efecte, y por la cuestión del filioque, Constantinopla, la rival y enemiga de Roma, como dice Castelar (1), escinde del Papado el oriente cristiano; vienen á la lucha las doctrinas de Aristóteles y de Platón en las discusiones de Roscelin y Champeaux, y queriendo Abelardo reducir á un acuerdo el nominalismo y el realismó, idea la doctrina de las concepciones, grito de la inteligencia contra la fe; en Albi surge la reforma que ahoga Simón de Monfort, viene el cisma de Occidente; las terribles luchas de las casas de Suabia y Franconia quebrantan las fuerzas de la Iglesia, y sobre tantas causas, la lucha que hemos bosquejado entre el poder espiritual y el temporal se acentúa más por el dualismo de la filosofía escolástica, ratificando Santo Tomás la doctrina de las dos espadas, y se agrava la rivalidad entre el Papado y el Imperio.

(1) La cuestión de Oriente

14. Y aparecen los precusores de la Reforma, Wiclef, Huss, y aparece la Reforma en Alemania con Lutero, en Inglaterra con Enrique VIII, en Francia con Calvino, y el hombre que no ha cesado de luchar recobra su individualidad revelándose contra el Credo, y por el examen libre vuelve á las doctrinas del Maestro, proclama la individualidad y la responsabilidad que Aquél vino á redimir del panteísmo de la responsabilidad colectiva.

No importa que el Concilio de Trento lance anatemas, ni que Loyola organice una milicia católica, ni que Carlos IX haga las matanzas de Saint Barthelemy, ni que en España y en los Estados pontificios funcione la Inquisición, ni que Felipe II lleve nuestros famosos tercios à los Países Bajos para ahogar la Reforma; el paso está dado, y la conciencia individual no vuelve á entrar en los subterráneos de la fe ciega.

Pero era preciso consolidar aquella conquista en el terreno de la ciencia y en el del derecho, y, en efecto, las causas que se han indicado antes al tratar de la revolución comunal Ꭹ ahora al tratar de la revolución religiosa, levantaron frente à la teología escolástica la ciencia de la razón en mil manifestaciones de carácter secular, y aun dentro de la teología, el derecho canonico vino, como el de gentes en la evolución del romano, á contribuir poderosamente á la renovación jurídica, inoculando en las doctrinas de los jurisconsultos la savia de la razón natural, y enderezando el sentido jurídico extraviado en los silogismos de los dialécticos.

Recogió y ordenó la escuela histórica todos los materiales, y luego vino la filosófica á dar luz á la actividad jurídica, saliendo también el derecho de los círculos de la fe y preparando el movimiento grandioso de la enciclopedia que había de estallar en la revolución francesa.

Sólo faltaba, pues, å la lucha individualista de la reforma su reconocimiento por el mundo cristiano-romano, y en Westphalia se levantó el acta que ciñó á sus sienes la corona del triunfo.

15. En esta lucha, como en la contra el feudalismo, tuvo de auxiliar el individuo á la realeza. El antagonismo perpetuo que. en grandes síntesis históricas hemos seguido entre los poderes espiritual y temporal se precisa en la Edad Media por Dante (1) y escritores nada sospechosos, como Vitoria y Suárez, vienen después á sentar que la potestad temporal no está sujeta á la espiritual, Bossuet hace su famosa Declaration du Clerge de France, el regalismo imperante en el seno mismo del mundo adicto al Papa reivindica para el César lo que es del César, y es forzoso pactar concordatos, lo cual equivale à reconocer las iglesias nacionales, reconocimiento que disuelve el Papado, y con su disolución da muerte á la fe católica, convirtiendo la religión en fuerza civil del poder público, aunque eso no lo vean grandes autoridades que cita el escritor de Albornoz en un documentado artículo sobre «La Iglesia y el Estado» (2).

Precisamente el secreto científico de la Iglesia anglicana y galicana es ese, el laicismo progresivo, la unión bajo el poder civil de las potestades espiritual y temporal, no para someter como en las razas semitas, éste á aquél, sino al contrario, para impulsar movimiento y transformar los eredos conforme á las exigencias de la vida política, de acuerdo con el carácter ario, y de lo cual es vivo ejemplo Roma con su colegio de Pontifices, verdaderos funcionarios públicos que llevaron á la religión savia secular y pusieron el espíritu religioso al servicio de la prosperidad del pueblo romano.

16.

IV

Revolución francesa.

Los Gremios.

Y llegamos á la lucha tercera, la de la revolución francesa, la llamada como por autonomasia revolución individua

[ocr errors]

(1) Carle lo explica en La vida del derecho.

(2) Revista La Lectura, núm. 82.

lista, en la cual el individuo ha de derribar los restos que quedaron en pie á pesar de sus anteriores victorias, las formaciones absorbentes que de ellas surgieron y la realeza que fué su auxiliar y se ha convertido en centro de absolutismo; es decir, que ha de combatir los gremios, los privilegios señoriales, el fanatismo religioso y'el despotismo real.

[ocr errors]

Los Gremios.-Existieron ciertamente en Roma desde sus orígenes, según Plinio y Plutarco, las asociaciones gremiales constituyendo los Collegia, y debieron existir también en todos los pueblos desde el momento en que por la división del trabajo al emanciparse del campo los oficios y de los oficios nacer el comercio, se sustituyen las castas humanas y las clases políti cas con las clases económico sociales, según se desprende de los datos que aporta Levasseur á su Histoire des classes ouvrieres en France y és lógico sucediera por el natural deseo de mutua pro tección de los similares en tiempos en que el individuo no estaba garantido por los poderes públicos; pero el carácter de asociaciones económicas que informa los gremios, no pudieron tenerlo hasta que se constituyeron en los municipios medioevales, como dice Tarde, «para adaptar la producción al consumo en condiciones de fijeza, considerando invariables aquél y éste én los límites de un mercado circunscrito y que se creía que había de continuar siempre igual» (1), por lo cual, si los Collegia se reprodujeron en las Ghildes germánicas, en los Corps de metiers franceses, en los gremios españoles, no fueron como éstos, municipios de la industria y del comercio, según dice Flores Es. trada (2), entidades sui juris que teniendo la misión indicada por Tarde, vinieron á crear una fuerza pública, donde se refugiaron los ciudadanos redimidos del feudo territorial para no caer en el feudo ciudad.

Los gremios ampararon así al individuo, pero le sometieron á una servidumbre profesional por la organización de las Mai

(1) Psicología económica.

(2) Historia de la Economía política.

[ocr errors]

trises et Jurandes, por el orden interior de su constitución esca lonada en grados de aprendices, oficialas y maestros, agarrotando las iniciativas, manifestación característica de la persona independiente, y sometiendo la industria y el comercio, cuyo genio es la libertad, á los procedimientos y la extensión de un cuerpo cerrado como en fortaleza de propia defensa. Por eso los gremios habían de extinguirse para permitir á los individuos las expansiones de la libertad del trabajo, y de las iniciativas en la manufactura y del mayor provecho en el mercado libre; y aun de oficio à oficio y de comercio á comercio, para permitirles satisfacción á nuevas necesidades mediante la mayor producción la mayor baratura por la concurrencia sin trabas.

y

17. Las agremiaciones romanas murieron porque el trabajo esclavo les impidió venir á regular entre el consumo y el pro. ducto la ecuación que plantearon los gremios y convertidas en asociaciones politicas, sin razón de ser porque el Estado garantizaba al individuo, no pudo tolerarlas el poder público y las proscribió sucesivamente como cuerpos que dañaban la vida del Estado, mientras que los gremios, sin causar enojo á los Emperadores por que eran una fuerza política concurrente á la suya, cayeron cuando aquella ecuación fué cárcel de la iniciativa individual y castillo inasccesible á la libertad del trabajo.

Sucedió con los gremios algo análogo á lo que había sucedido con los feudos, que el que no pertenecía á ellos estaba incapacicitado para vivir y las mismas causas produjeron iguales efectos. Si éstos se habían apoderado de la tierra, aquéllos se apodera. ron del comercio y de la industria, como dice Altamira en una cita (1) y se apoderaron de ellos para monopolizarlos, no solamente respecto á los consumidores del campo como dice Smith (2), sino respecto á todos los consumidores, y llevaron el monopolio, germen, bacilo de su muerte, al trabajo del hombre, es decir, al hombre mismo, en sus estatutos férreos y exclusivistas.

(1) Historia de la propiedad comunal. (2) La riqueza de las naciones.

« AnteriorContinuar »