Trozos escogidos de literatura española, Partes1-2Francisco Merino Ballesteros imprenta de G. Hernando, 1871 |
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Página 6
... dijo nuestro Señor que el infierno y muchos de la tierra hacian grandes alegrías , por ver que á su pa- recer estaba deshecha la órden : mas al punto que el Nuncio dió sentencia que se deshiciese , la confirmó á ella Dios , y le dijo ...
... dijo nuestro Señor que el infierno y muchos de la tierra hacian grandes alegrías , por ver que á su pa- recer estaba deshecha la órden : mas al punto que el Nuncio dió sentencia que se deshiciese , la confirmó á ella Dios , y le dijo ...
Página 7
... dijo el Sr. D. Nicolás que vuestra merced habia padecido en Gante un dolor de hijada : noticia que sentí sumamente ; y aunque me refirió su merced como pasado este accidente , avisándome al mismo tiempo de su mejoría de vuestra merced ...
... dijo el Sr. D. Nicolás que vuestra merced habia padecido en Gante un dolor de hijada : noticia que sentí sumamente ; y aunque me refirió su merced como pasado este accidente , avisándome al mismo tiempo de su mejoría de vuestra merced ...
Página 16
... dijo : porque veas , Sancho , el bien que en sí encierra la andante caballería , y cuán á pique es- tán los que en cualquiera ministerio de ella se ejerci- tan , de venir brevemente á ser honrados y estimados del mundo , quiero que aquí ...
... dijo : porque veas , Sancho , el bien que en sí encierra la andante caballería , y cuán á pique es- tán los que en cualquiera ministerio de ella se ejerci- tan , de venir brevemente á ser honrados y estimados del mundo , quiero que aquí ...
Página 19
... dijo nuestro caballero , porque la bellotas que le dieron le trujeron á la memoria la edad dorada , y antojosele hacer aquel inútil razonamiento á los cabre- ros , que sin responderle palabra , embobados y suspen- sos le estuvieron ...
... dijo nuestro caballero , porque la bellotas que le dieron le trujeron á la memoria la edad dorada , y antojosele hacer aquel inútil razonamiento á los cabre- ros , que sin responderle palabra , embobados y suspen- sos le estuvieron ...
Página 20
... dijo San- cho , porque desta parte contraria se levanta asimesmo otra semejante polvareda . Volvió á mirarlo D. Quijote , y vió que así era la verdad , y alegrándose sobremane- ra , pensó sin duda alguna que eran dos ejércitos que ...
... dijo San- cho , porque desta parte contraria se levanta asimesmo otra semejante polvareda . Volvió á mirarlo D. Quijote , y vió que así era la verdad , y alegrándose sobremane- ra , pensó sin duda alguna que eran dos ejércitos que ...
Términos y frases comunes
acabado afrenta ahora alegría Aljafería amigo amor ánimo armas artifi Beamontesa brazo buen caballero caballos canto cielo cion ciudad comedia corazon corona cuya daño debeis decia deja demas despues dice diestra dijo dili dolor ejército enemigos escitar espada espanto España españoles esperanza eterno fama Felipe II Fern fieras fortuna Francisco de Rioja fuego fuerza furor gente gloria grandeza Guadalete guerra habia halla hijos honra humana idem imperio Lemolemo levanta llanto llega llorando Luis de Góngora mano Melendez Valdés memoria merced mira moros Mosc Motezuma muerte mundo nacion nombre nues ojos osadía pasado patria pecho peligro piélago pies príncipe pudo púrpura de Tiro quiero Quijote razon reino Sancho sangre Sarm soberbia sois soldados suelo suerte tambien teneis tengo tenia tierra Tomás de Iriarte triste turbado vencidos venganza vengo ventura verdad victoria viento virtud vivo vues
Pasajes populares
Página 59 - Que no le enturbia el pecho De los soberbios grandes el estado, Ni del dorado techo Se admira fabricado Del sabio moro, en jaspes sustentado ; No cura si la fama Canta con voz su nombre pregonera, Ni cura si encarama La lengua lisonjera Lo que condena la verdad sincera.
Página 103 - ¡Y dejas, Pastor santo, tu grey en este valle hondo, escuro, con soledad y llanto, y tú, rompiendo el puro aire, te vas al inmortal seguro!
Página 60 - Y, como codiciosa, por ver y acrecentar su hermosura, desde la cumbre airosa una fontana pura hasta llegar corriendo se apresura; y luego sosegada, el paso entre los árboles torciendo, el suelo de pasada de verdura vistiendo, y con diversas flores va esparciendo. El aire el huerto orea, y ofrece mil olores al sentido, los árboles menea con un manso ruido, que del oro y del cetro pone olvido.
Página 18 - Entonces sí que andaban las simples y hermosas zagalejas de valle en valle y de otero en otero, en trenza y en cabello...
Página 60 - La combatida antena cruje, y en ciega noche el claro día se torna; al cielo suena confusa vocería, y la mar enriquecen a porfía. A mí una pobrecilla mesa de amable paz bien abastada me basta, y la vajilla de fino oro labrada sea de quien la mar no teme airada.
Página 55 - Estos, Fabio, ¡ay dolor! , que ves ahora campos de soledad, mustio collado, fueron un tiempo Itálica famosa. Aquí de Cipión la vencedora colonia fue: por tierra derribado yace el temido honor de la espantosa muralla, y lastimosa reliquia es solamente. De su invencible gente sólo quedan memorias funerales, donde erraron ya sombras de alto ejemplo.
Página 78 - Cantemos al Señor, que en la llanura Venció del ancho mar al Trace fiero. Tú, Dios de las batallas, tú eres diestra, Salud y gloria nuestra: Tú rompiste las fuerzas y la dura Frente de Faraón, feroz guerrero: Sus escogidos príncipes cubrieron Los abismos del mar, y descendieron Cual piedra en el profundo, y tu ira luego Los tragó como arista seca el fuego.
Página 56 - Aquí nació aquel rayo de la guerra, Gran padre de la patria, honor de España, Pío, felice, triunfador Trajano, Ante quien muda se postró la tierra Que ve del sol la cuna, y la que baña El mar, también vencido, Gaditano.
Página 50 - El dulce lamentar de dos pastores Salicio juntamente y Nemoroso He de cantar, sus quejas imitando; Cuyas ovejas al cantar sabroso Estaban muy atentas, los amores, De pacer olvidadas, escuchando.
Página 72 - El cielo no alumbró, quedó confuso el nuevo sol, presagio de mal tanto, y con terrible espanto el Señor visitó sobre sus males, para humillar los fuertes arrogantes, y levantó los bárbaros no iguales, que con osados pechos y constantes no busquen oro, mas con hierro airado la ofensa venguen y el error culpado. Los impíos y robustos, indignados, las ardientes espadas desnudaron...