Trozos escogidos de literatura española, Partes1-2Francisco Merino Ballesteros imprenta de G. Hernando, 1871 |
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Página 7
... poco menos que convalecido de dos sangrías à que me obligaron algu- nos achaques , de cuya parte se puso la primavera , que es una de las tentaciones en que suele caer el invierno de mis años . Ayer me dijo el Sr. D. Nicolás que vuestra ...
... poco menos que convalecido de dos sangrías à que me obligaron algu- nos achaques , de cuya parte se puso la primavera , que es una de las tentaciones en que suele caer el invierno de mis años . Ayer me dijo el Sr. D. Nicolás que vuestra ...
Página 8
... poco asedio el de las malas cobranzas . D. Cárlos Rey habrá dicho à vues- tra merced el estado en que se halla la nómina de los Consejos , y yo soy de los mas atrasados por mas in- útil o menos diligente . Siento mucho que se atrase ...
... poco asedio el de las malas cobranzas . D. Cárlos Rey habrá dicho à vues- tra merced el estado en que se halla la nómina de los Consejos , y yo soy de los mas atrasados por mas in- útil o menos diligente . Siento mucho que se atrase ...
Página 9
... poco mas que mediado , y despues le acabó , o aca- bó con él D. Melchor de Leon . Dicenme que el que aca- bó es de los mejores que hizo en su vida ; y yo he sen- tido esta pérdida con igual demostracion á nuestra antigua amistad , y ...
... poco mas que mediado , y despues le acabó , o aca- bó con él D. Melchor de Leon . Dicenme que el que aca- bó es de los mejores que hizo en su vida ; y yo he sen- tido esta pérdida con igual demostracion á nuestra antigua amistad , y ...
Página 13
... poco basta ; para tener un buen nombre , no es menester empleos . Sin embargo , desea á V. lo que merece su tierno amigo ... De idem . Carta dirigida al general francés Horacio Sebastiani . Señor General . Yo no sigo un partido : sigo ...
... poco basta ; para tener un buen nombre , no es menester empleos . Sin embargo , desea á V. lo que merece su tierno amigo ... De idem . Carta dirigida al general francés Horacio Sebastiani . Señor General . Yo no sigo un partido : sigo ...
Página 16
... poco , limpiarme á menudo , no es- tornudar ni toser , si me viene gana , ni hacer otras co- sis que la soledad y la libertad traen consigo . Así que , señor mio , estas honrás que vuestra merced quiere darme , por ser ministro y ...
... poco , limpiarme á menudo , no es- tornudar ni toser , si me viene gana , ni hacer otras co- sis que la soledad y la libertad traen consigo . Así que , señor mio , estas honrás que vuestra merced quiere darme , por ser ministro y ...
Términos y frases comunes
acabado afrenta ahora alegría Aljafería amigo amor ánimo armas artifi Beamontesa brazo buen caballero caballos canto cielo cion ciudad comedia corazon corona cuya daño debeis decia deja demas despues dice diestra dijo dili dolor ejército enemigos escitar espada espanto España españoles esperanza eterno fama Felipe II Fern fieras fortuna Francisco de Rioja fuego fuerza furor gente gloria grandeza Guadalete guerra habia halla hijos honra humana idem imperio Lemolemo levanta llanto llega llorando Luis de Góngora mano Melendez Valdés memoria merced mira moros Mosc Motezuma muerte mundo nacion nombre nues ojos osadía pasado patria pecho peligro piélago pies príncipe pudo púrpura de Tiro quiero Quijote razon reino Sancho sangre Sarm soberbia sois soldados suelo suerte tambien teneis tengo tenia tierra Tomás de Iriarte triste turbado vencidos venganza vengo ventura verdad victoria viento virtud vivo vues
Pasajes populares
Página 59 - Que no le enturbia el pecho De los soberbios grandes el estado, Ni del dorado techo Se admira fabricado Del sabio moro, en jaspes sustentado ; No cura si la fama Canta con voz su nombre pregonera, Ni cura si encarama La lengua lisonjera Lo que condena la verdad sincera.
Página 103 - ¡Y dejas, Pastor santo, tu grey en este valle hondo, escuro, con soledad y llanto, y tú, rompiendo el puro aire, te vas al inmortal seguro!
Página 60 - Y, como codiciosa, por ver y acrecentar su hermosura, desde la cumbre airosa una fontana pura hasta llegar corriendo se apresura; y luego sosegada, el paso entre los árboles torciendo, el suelo de pasada de verdura vistiendo, y con diversas flores va esparciendo. El aire el huerto orea, y ofrece mil olores al sentido, los árboles menea con un manso ruido, que del oro y del cetro pone olvido.
Página 18 - Entonces sí que andaban las simples y hermosas zagalejas de valle en valle y de otero en otero, en trenza y en cabello...
Página 60 - La combatida antena cruje, y en ciega noche el claro día se torna; al cielo suena confusa vocería, y la mar enriquecen a porfía. A mí una pobrecilla mesa de amable paz bien abastada me basta, y la vajilla de fino oro labrada sea de quien la mar no teme airada.
Página 55 - Estos, Fabio, ¡ay dolor! , que ves ahora campos de soledad, mustio collado, fueron un tiempo Itálica famosa. Aquí de Cipión la vencedora colonia fue: por tierra derribado yace el temido honor de la espantosa muralla, y lastimosa reliquia es solamente. De su invencible gente sólo quedan memorias funerales, donde erraron ya sombras de alto ejemplo.
Página 78 - Cantemos al Señor, que en la llanura Venció del ancho mar al Trace fiero. Tú, Dios de las batallas, tú eres diestra, Salud y gloria nuestra: Tú rompiste las fuerzas y la dura Frente de Faraón, feroz guerrero: Sus escogidos príncipes cubrieron Los abismos del mar, y descendieron Cual piedra en el profundo, y tu ira luego Los tragó como arista seca el fuego.
Página 56 - Aquí nació aquel rayo de la guerra, Gran padre de la patria, honor de España, Pío, felice, triunfador Trajano, Ante quien muda se postró la tierra Que ve del sol la cuna, y la que baña El mar, también vencido, Gaditano.
Página 50 - El dulce lamentar de dos pastores Salicio juntamente y Nemoroso He de cantar, sus quejas imitando; Cuyas ovejas al cantar sabroso Estaban muy atentas, los amores, De pacer olvidadas, escuchando.
Página 72 - El cielo no alumbró, quedó confuso el nuevo sol, presagio de mal tanto, y con terrible espanto el Señor visitó sobre sus males, para humillar los fuertes arrogantes, y levantó los bárbaros no iguales, que con osados pechos y constantes no busquen oro, mas con hierro airado la ofensa venguen y el error culpado. Los impíos y robustos, indignados, las ardientes espadas desnudaron...