Trozos escogidos de literatura española, Partes1-2Francisco Merino Ballesteros imprenta de G. Hernando, 1871 |
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... seguridad en los peligros , presteza en las ejecuciones , y otras virtudes militares las tuvieron en sumo grado , en tanto que la ira no las permitió . Pero el mismo poder que Dios les entregó para castigar y oprimir tantas naciones ...
... seguridad en los peligros , presteza en las ejecuciones , y otras virtudes militares las tuvieron en sumo grado , en tanto que la ira no las permitió . Pero el mismo poder que Dios les entregó para castigar y oprimir tantas naciones ...
Página 65
... seguridad , que , turbado el orden de la re- pública , se escondian los magistrados , y se celebraba la atrocidad , tratándose como hazañas los delitos , y como fama la miserable posteridad de los delincuen- tes ..... En Nápoles se ...
... seguridad , que , turbado el orden de la re- pública , se escondian los magistrados , y se celebraba la atrocidad , tratándose como hazañas los delitos , y como fama la miserable posteridad de los delincuen- tes ..... En Nápoles se ...
Página 97
... seguridad de su subsistencia . A este sagrado interés debe el hombre su conservacion , y el mundo su cultura . El solo limpió y rompió los campos , descuajó los montes , secó los la- gos , sujetó los rios , mitigó los climas , domesticó ...
... seguridad de su subsistencia . A este sagrado interés debe el hombre su conservacion , y el mundo su cultura . El solo limpió y rompió los campos , descuajó los montes , secó los la- gos , sujetó los rios , mitigó los climas , domesticó ...
Página 114
... seguridad pública , y el amor al trabajo , como primera fuente de la felicidad individual . å Tal era entonces , tan sencillo y sublime el carácter de la sabiduría . La moral pública y privada era su úni- co objeto . Este solo estudio ...
... seguridad pública , y el amor al trabajo , como primera fuente de la felicidad individual . å Tal era entonces , tan sencillo y sublime el carácter de la sabiduría . La moral pública y privada era su úni- co objeto . Este solo estudio ...
Página 115
... seguridad de los estados , y la fortuna de sus miembros ! ¡ Pluguiera á Dios que en la presente cor- rupcion de ideas y costumbres rayase á lo menos la es- peranza de recobrar algun dia aquella inocente y ven- turosa sencillez ...
... seguridad de los estados , y la fortuna de sus miembros ! ¡ Pluguiera á Dios que en la presente cor- rupcion de ideas y costumbres rayase á lo menos la es- peranza de recobrar algun dia aquella inocente y ven- turosa sencillez ...
Términos y frases comunes
acabado afrenta ahora alegría Aljafería amigo amor ánimo armas artifi Beamontesa brazo buen caballero caballos canto cielo cion ciudad comedia corazon corona cuya daño debeis decia deja demas despues dice diestra dijo dili dolor ejército enemigos escitar espada espanto España españoles esperanza eterno fama Felipe II Fern fieras fortuna Francisco de Rioja fuego fuerza furor gente gloria grandeza Guadalete guerra habia halla hijos honra humana idem imperio Lemolemo levanta llanto llega llorando Luis de Góngora mano Melendez Valdés memoria merced mira moros Mosc Motezuma muerte mundo nacion nombre nues ojos osadía pasado patria pecho peligro piélago pies príncipe pudo púrpura de Tiro quiero Quijote razon reino Sancho sangre Sarm soberbia sois soldados suelo suerte tambien teneis tengo tenia tierra Tomás de Iriarte triste turbado vencidos venganza vengo ventura verdad victoria viento virtud vivo vues
Pasajes populares
Página 59 - Que no le enturbia el pecho De los soberbios grandes el estado, Ni del dorado techo Se admira fabricado Del sabio moro, en jaspes sustentado ; No cura si la fama Canta con voz su nombre pregonera, Ni cura si encarama La lengua lisonjera Lo que condena la verdad sincera.
Página 103 - ¡Y dejas, Pastor santo, tu grey en este valle hondo, escuro, con soledad y llanto, y tú, rompiendo el puro aire, te vas al inmortal seguro!
Página 60 - Y, como codiciosa, por ver y acrecentar su hermosura, desde la cumbre airosa una fontana pura hasta llegar corriendo se apresura; y luego sosegada, el paso entre los árboles torciendo, el suelo de pasada de verdura vistiendo, y con diversas flores va esparciendo. El aire el huerto orea, y ofrece mil olores al sentido, los árboles menea con un manso ruido, que del oro y del cetro pone olvido.
Página 18 - Entonces sí que andaban las simples y hermosas zagalejas de valle en valle y de otero en otero, en trenza y en cabello...
Página 60 - La combatida antena cruje, y en ciega noche el claro día se torna; al cielo suena confusa vocería, y la mar enriquecen a porfía. A mí una pobrecilla mesa de amable paz bien abastada me basta, y la vajilla de fino oro labrada sea de quien la mar no teme airada.
Página 55 - Estos, Fabio, ¡ay dolor! , que ves ahora campos de soledad, mustio collado, fueron un tiempo Itálica famosa. Aquí de Cipión la vencedora colonia fue: por tierra derribado yace el temido honor de la espantosa muralla, y lastimosa reliquia es solamente. De su invencible gente sólo quedan memorias funerales, donde erraron ya sombras de alto ejemplo.
Página 78 - Cantemos al Señor, que en la llanura Venció del ancho mar al Trace fiero. Tú, Dios de las batallas, tú eres diestra, Salud y gloria nuestra: Tú rompiste las fuerzas y la dura Frente de Faraón, feroz guerrero: Sus escogidos príncipes cubrieron Los abismos del mar, y descendieron Cual piedra en el profundo, y tu ira luego Los tragó como arista seca el fuego.
Página 56 - Aquí nació aquel rayo de la guerra, Gran padre de la patria, honor de España, Pío, felice, triunfador Trajano, Ante quien muda se postró la tierra Que ve del sol la cuna, y la que baña El mar, también vencido, Gaditano.
Página 50 - El dulce lamentar de dos pastores Salicio juntamente y Nemoroso He de cantar, sus quejas imitando; Cuyas ovejas al cantar sabroso Estaban muy atentas, los amores, De pacer olvidadas, escuchando.
Página 72 - El cielo no alumbró, quedó confuso el nuevo sol, presagio de mal tanto, y con terrible espanto el Señor visitó sobre sus males, para humillar los fuertes arrogantes, y levantó los bárbaros no iguales, que con osados pechos y constantes no busquen oro, mas con hierro airado la ofensa venguen y el error culpado. Los impíos y robustos, indignados, las ardientes espadas desnudaron...