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Cuando den gritos las peñas
y deje el sol de correr

y el agua del mar se acabe,
te dejaré de querer.

Cuando de tu lado me iba los montes no divisaba;

ya se acabó para mí

la estrella que me alumbraba.

Cuando dos que bien se quieren se encuentran en una calle, se dicen, bajito, adiós, sin que se lo sienta nadie.

Cuando dos se quieren bien
con los ojos se saludan,
que también los ojos hablan
cuando la lengua está muda.

Cuando empezó este cariño, ¡quién nos dijera, chiquilla, que las penitas de entonces hoy fueran mis alegrías!

Cuando en la noche serena
la vista dirijo al cielo,
entre todas las estrellas
me parece que te veo,

Cuando en tus ojos me miro

no sé que pasa por mí;

sólo porque no me olvides

diera mi vida por ti.

Cuando hay dos que bien se quieren y se encuentran sin pensar,

cuando él la mira la cara,

ella mira al delantal.

Cuando hay tierra de por medio

no satisface el querer,

que el agua bebida a sorbos

no suele quitar la sed.

Cuando me acuerdo de ti yo no sé lo que me pasa; pero se enturbian mis ojos y se me llenan de lágrimas.

Cuando me siento en la cama y en ti me pongo a pensar, las paredes se escalichan

de lástima que les da.

Cuando miro al nido y veo

los pajaritos volar,

¡cuánto envidio a los que vuelan

hacia el sitio en que tú estás!

Х

Cuando pasas y me pongo tan pálido como un muerto, es que el alma me abandona para volar a tu encuentro.

Cuando paso por el puente
siempre te veo lavando;
la hermosura de tu cara
el agua la va llevando.

Cuando paso por tu puerta

y no me dices adiós,
más amarillo que cera

se pone mi corazón.

Cuándo quedrá Dios del cielo

y la Virgen de la Luz
que tu ropita y la mía
las guarde el mismo baúl.

Cuando quise no quisiste,

y ahora que quieres no quiero;
pasa tú la vida triste,

que yo la pasé primero (1).

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(1) Otros cantan esta copla variando los dos últimos

versos del modo siguiente:

gozarás del amor triste,

como yo gocé primero.

Cuando regabas las flores una rosa te miró,

y acongojada decía:
«Es más hermosa que yo.»

Cuando se llega a querer a una mujer con el alma, se la quiere o se la odia, mas no se puede olvidarla.

Cuando solo y triste estoy, pienso si estarás sufriendo, porque siempre me dijiste : «Sufro con tus sufrimientos. >>

Cuando supe su traición, la maté porque era mía; si a resucitar volviera,

otra vez la mataría.

Cuando te encuentro en la calle

te quisiera preguntar

si yo te causo alegría

o si te causo pesar.

Cuando te veo con otro

parece ser que me clavas cuchillo en el corazón

y un puñal en las entrañas.

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Cuando te vi presignar,
mis ojos fueron testigos.
¡Quién te pudiera besar
donde dices: Enemigos!

Cuando tus ojos me miran
siento en el fondo del alma
una esperanza que llega
y una pena que se marcha.

Cuando vayas a la iglesia
rézame un Avemaría,
por las buenas amistades
que tuvimos algún día.

Cuando veo que con otro malgastas conversación, celos grandes y profundos me hieren el corazón.

Cuando yo estaba en prisiones sol y luna no me daban; sólo un consuelo tenía: tú me lo proporcionabas.

Cuando yo te quise a ti no estaba yo en mi sentido; porque si lo hubiera estado otra cosa hubiera sido.

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