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ó los dos que me pareciese, de los cuales yo no escogí á ninguno porque á ninguno dellos conocia, ni sabia que tuviesen las letras que para este negocio son menester. Y ansí torné á suplicar de nuevo á Vs. Mds. me diesen al doctor Sebastian Perez que era uno de los cuatro que al principio nombré porque estaba aquí cerca en Párraces adonde es letor y catredático, y Vs. Mds. despues de muchas demandas y respuestas, y idas y venidas á la corte, me dieron de palabra al dicho Sebastian Perez y de hecho me lo negaron porque mandaron que se hiciese informacion de su linaje y limpieza, siendo cosa pública y notoria que fué colegial muchos años en el colegio del obispo de Oviedo que está en Salamanca, y que es agora catredático de la cátreda principal en el colegio que Su Majestad tiene en Párraces, y no siendo justo que yo le pidiese ni que él lo quisiese para una cosa que le importaba tan poco como era venir á defenderme, poner en duda y en nuevas probanzas la limpieza de su linaje que él tiene tan probada y tan fuera de duda. Demás de que en el hacer la dicha probanza se habia de gastar el tiempo en que él podia venir, que era el de las vacaciones, porque despues dellas cosa cierta era que S. M. no habia de consentir que se ausentase y hiciese falta en su colegio al principio de las liciones. Y ansí yo como desesperado dije que el maestro Mancio y el maestro Medina, dominicos, eran mis enemigos y por tales los tenia señalados y tachados en este proceso desde el principio dél, pero que yo me apartaba para este solo efecto de la tacha que les tenia puesta, y queria para mayor justificacion de la verdad que trato, y de la verdad que tengo, que viniesen á ser mis patronos los que habian sido mis calumniadores; y con esta respuesta, y mes y medio despues della, vino el maestro Mancio y yo me holgué que

viniese, y delante de Vs. Mds. le dí razon de mi negocio, y llevó para ver despacio los papeles que tocaban á él; y habiéndolos visto y tenido en su poder cinco ó seis dias, y siendo cosa que se podia ver en pocas horas, y viéndose por ellos convencido como lo confesó que lo que yo en ellos digo de la Vulgata es la sentencia comun de todos los teólogos católicos que han escrito despues y antes del concilio sin haber alguno que diga lo contrario, ansí que habiendo visto esto y despues del término que he dicho, como entendió que no podia dañarme sino era condenándose, por no me aprovechar se fué sin comunicarse conmigo y sin resolverse, poniendo color que quiere hallarse al principio de las liciones en Salamanca, y que volveria luego al principio deste mes de noviembre como por vuestras mercedes me fué dicho; de la cual su ida mi letrado se ofendió y escandalizó mucho, y entendió que era lo que he dicho como el hecho lo ha mostrado, y ansí dijo que por cumplir con su conciencia y con el juramento con que está obligado á mi defensa, me aconsejaba que me apartase del nombramiento de patron que habia hecho en el dicho Mancio; y para ello trujo otro dia ordenada una peticion, la cual queriendo yo presentalla porque estaba borrada en algunas partes por Vs. Mds,, me fué mandado que la trasladase y que otro dia la presentaria; y yo pedí que se asentase desde luego en este proceso como me apartaba del dicho nombramiento por las causas que otro dia darią por escrito; y ansí se asentó. Y otro dia pedí audiencia para ello y no se me dió ni aquel dia ni quince dias despues, y agora he entendido que en estos dias Vs. Mds. han comunicado con los dichos Señores del Consejo general de la Inquisicion el sobredicho auto donde me aparté del nombramiento que habia hecho en el maestro Mancio sin

haber dado yo las causas porque me apartaba y sin pedírmelas Vs. Mds., habiendo dicho que las daria, y queriéndolas dar, y pidiendo audiencia para ello, en lo cual mi justicia ha padecido y padece porque los dichos Señores del Consejo podrán sospechar que no pretendo verdad viendo que nombré por patron al dicho Mancio y que despues me aparto dello, y no sabiendo las causas justísimas porque me aparto. Por lo cual pido y suplico á Vs. Mds., y si menester es, hablando con el acatamiento que debo, les requiero que con los demas autos y peticiones mias que se han enviado y comunicado con los dichos Señores, se envíe tambien este escrito que contiene las causas que me ofrecí á dar del dicho apartamiento que hice, y son las siguientes,

Digo que yo nombré por mi patron al maestro Mancio catredático de prima de teulugía en Salamanca, el cual habiendo comenzado á ver mi negocio se ha ausentado á leer su cátreda, y porque pudiendo fácilmente dar su parecer se ha hecho vehementísimamente sospechoso que es partícipe y compañero en la maldad que contra mí ha intentado fray Bartolomé de Medina, fraile de su órden y casa, porque conforme á derecho no carece de sociedad oculta el que deja de obrar á tan manifiesta malicia; y siendo obligado á defenderme por el juramento que se le tomó y por haber empezado el negocio, en desampararme cometió grandísimo pecado, porque conforme á derecho tambien es falso testigo el que deja de decir verdad cuando es obligado á la decir, como el que dice falso testimonio. Y la causa de ir á leer su cátreda no le escusa, porque mi defensa se habia de hacer en muy pocos dias, y estando él impedido por Vs. Mds. ni habia de perder la cátreda ni multarle en ella, ni los estudiantes recibian de

trimento considerable, porque en las cátredas de proprie dad se asignan lecturas que no las acaban, y el sostituto podia leer de lo del cabo de la asignatura si él queria leer del principio como lo hacen los catredáticos de propiedad que al principio de Sant Lucas estan impedidos. Y porque estando entendiendo en mi negocio lo ha desamparado por ir á leer, con mas color podrá estando leyendo, no dejar la lectura por venir á mi defensa, especialmente siendo tan viejo que por sola su edad se podrá escusar cuando mucho le apretaren á que venga: de manera que ya que en mi proceso vido que no habia como poderme empecer en cosa alguna, me procura dañar con la dilacion, porque con ella consiga el maestro fray Bartolomé de Medina y el monasterio de Santisteban, y su órden, el mismo efecto que es quitarme de por medio, que soy el mayor impedimento que tiene en sus pretensiones de cátredas. Y por haber usado conmigo de tan grande inhumanidad y crueldad, yo me aparto de haberlo nombrado por patron, y pido y suplico á Vs. Mds. no se le muestre mas cosa alguna de mi proceso, ni se admita á él, y le recuso por consultor y juez por la dicha causa, la cual alego por notoria, y por todas las demas por las cuales tengo tachados y recusados en este proceso á todos los frailes dominicos, y señaladamente á los que residen en Santisteban de Salamanca la cual recusacion hago no solamente para adelante, sino tambien para que no valga su parecer si en este negocio le hubiere dado mas de cuanto fuere en mi favor, atento á que lo dió sin yo saber que lo daba, y sin quererse comunicar conmigo, habiéndole sido pedido por mí que se comunicase, y él ha mostrado no ser hombre sin sospecha de quien se pudiese tomar parecer.

Demás desto digo: que el dicho Mancio despues de ha

ber visto el cuaderno de la Vulgata que yo presenté antes de mi prision, dijo por dos ó tres veces delante del Ilustre Señor Inquisidor Valcarcer y del secretario Monago, que yo daba á la Vulgata todo lo quel maestro Cano le da en el libro que trata della, y que declaraba el concilio como él le declara, y confesó que de todos los teólogos católicos que sobre esto han escrito, el que declara el concilio mas en favor de la Vulgata es el dicho maestro Cano, y que ansi siguiéndole yo, tenia de mi parte á todos los teólogos que desto han escrito, y que favorecia á la Vulgata tanto como todos ellos. Todo lo cual en cuanto ayuda á la claridad de mi justicia por ser testimonio y confesion de enemigo, lo alego y pido que me valga, y en la mejor forma y manera que de derecho puedo y haya lugar presento por testigos dello á los dichos Señor Inquisidor y secretario, y á sus memorias y consciencias.

Demás desto por cuanto al tiempo que me quejé delante de Vs. Mds. del agravio que me hizo el dicho maestro Mancio en irse, y me aparté de habelle nombrado por patron, Vs. Mds. me dijeron que habia tenido causa para ausentarse y que sin falta ninguna volveria aquí á lo mas largo á quince del mes pasado de noviembre, y yo dije entonces que si volvia al dicho término, le tomaria por patron, y que aunque se habia hecho muy sospechoso en haberse ido como se fué, no obstante esto para mayor justificacion de mi causa acabaria mi negocio con él si volviese como se decia; y ansí quedó asentado entre mi letrado y mí, y por esta causa no hicimos nuevo nombramiento de otro teólogo; por tanto digo agora que yo he esperado al dicho maestro Mancio sin hacer otro nombramiento, no solo hasta los quince del mes pasado que Vs. Mds. señalaron, sino hasta hoy martes que se cuen

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