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practicado »> cuantas dilijencias estaban en su alcance para que tuviese el mas pronto cumplimiento aquella real órden, ponderando su celo en realizar el arresto, apesar de los grandes obstáculos que se presentaban en los prin cipios para esta operacion."

>>Hizóse la prision con mucha tropa y con el estruendo y aparato que ecsijian unos reos tan díscolos, tan feroces y temibles, como se verá luego. Por medio de estas dilijencias que estaban al alcance de los jueces, y venciendo su celo los grandes obstáculos que se les presentaban, quedaron presos aquella noche los diputados don Joaquin Lorenzo Villanueva, don Antonio Oliveros, don Diego Muñoz Torrero, don Antonio Larrazabal, don José Miguel Ra. mos Arispe, don Manuel Lopez Cepero, pres bíteros, don Miguel Zumalacarregui, don Francisco Gutierrez de Teran, don Agustin Argüe lles, don José Calatrava, don Francisco Mar. tinez de la Rosa, don José Canga Argüelles, don Manuel Garcia Herreros, don Dionisio Ca. paz. Fueron tambien arrestados á la misma bo, ra don Juan Alvarez Guerra, don Juan O Do. nojú, el conde de Noblejas y su hermano don Narciso Rubio, y otros."

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>>En los dias inmediatos se presentaron espontáneamente los diputados don José Zorra

quin y don Nicolás Garcia Paje, por haber sabido que los buscaban y quedaron presos. Fuéronlo asi mismo al dia siguiente don Ramon Feliu, y poco despues don Antonio Bernabeu, presbítero, y don Joaquin Maniau, todos tres diputados. A don Juan Nicasio Gallego, prebendado de Murcia, le mandó detener en un convento, estramuros de esta ciudad, aquel reverendo obispo luego que llegó á sus manos la famosa atalaya de 12 de mayo, de que ha blaremos luego y habiendo dado cuenta al gobierno de esta medida de su solicitud pastoral, fue órden para que le trajesen preso, co mo se ejecutó, custodiándole una grande es colta."

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>>Pocos dias despues fue llevado desde Va, lencia don Vicente Traver, á la isla de Menor: ca, y desde ella preso á la cárcel de córte dé Madrid, donde se le formó causa como á los demas diputados. Tambien fueron arrestados y traidos á las cárceles de Madrid los diputados don Domingo Dueñas, oidor de Granada, y el coronel don Francisco Golfin. Estaban tam bien comprendidos en la catástrofe, mas pudie ron evitarla saliéndose del reino, los diputa dos conde de Toreno, cuyos bienes fueron secuestrados, don Joaquin Caneja, Diaz del Mo. ral, Isruriz, Cuartero, Tacon y Rodrigo. Es

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tendióse luego la persecucion á otros muchos, convirtiéndose la Península en una honresa cárcel donde yacian en las tinieblas de los calabozos, los mas celosos defensores de la relijion y de la patria. Pero volvamos al cabo que quedó suelto."

»Amanecido el dia 11 de mayo, comenzó á esplicarse la ira por largo tiempo reprimida. Arrancada aquella mañana la lápida de la Cons. titucion, se entregó á una porcion de jente pre venida al intento, la cual la arrastró por las calles con algazara, prorrumpiendo en ecsecra. ciones contra la Constitucion, contra las córtes y contra los presos."

»Para dar á estos el torcedor que les pre. paró la ira de sus enemigos, y hacerles tragar otros frutos aun mas amargos, que entraban en el plan de aquel dia, llevaron esta tumultuaria procesion por la calle escusada donde está la cárcel de la corona, creciendo á la vista de ella con el ansia de los sediciosos, el clamor de los seducidos: algunos de ellos se propasaron á encaramarse hasta el cuarto princi pal, diciendo: »mueran los liberales." Dentro de la misma cárcel se oyó una voz que decia: »>lo que se hace con la lápida debia hacerse con los autores de la Constitucion."

>>>Siguieron los insultos de esta faccion en los

dias inmediatos, Viéronse varias de estas cuadrillas capitaneadas por eclesiásticos entre estos caudillos llamó la atencion el vicario de la Trapa, cuyo monasterio acababan de restablecer las córtes. Olvidóse este monje en aquellos momentos del retiro, del silencio y de la modestia de su profesion. Hasta por las noches iban á las cárceles á diferentes horas, tropas de mujeres cantando versos mezclados con insultos; en una de estas visitas se oyó una voz que decia: »que nos los entreguen á nosotros que pronto pagarán lo que merecen." Fue esta una continuada y no reprimida sedicion de dias y noches; diríjíala una faccion atizadora de esta corta porcion de la incauta plebe,"

Por espacio de dos años aparecieron largas listas que llenaban los calabozos vacios con las sentencias de presidio, de destierro ó de confinamiento á los monasterios. Los hombres de mas nota y que gozaban en España mayor prestijio por sus luces y su importancia política, pagaron con seis años de presidio en Africa el crí men de haber querido salvar la patria sin un rey á quien su fortuna y su indiferencia parecian haber alejado para siempre del suelo de la patria (1).

(1) El fragmento que nos ha dejado M. de Martig

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Recorramos con Mr. de Martignac, á quien por sus compromisos con el realismo nadie ta chará de ecsajerado, los desventurados años de 1814 en adelante. »Fernando al salir de Valencia para regresar á la capital de la monarquia, al entrar en la córte en medio de los honores del triunfo y del júbilo de la restauracion, Fernando al subir las gradas del trono y sentarsebajo el dosel por tanto tiempo desierto, no debia esperimentar ya ni incertidumbre ni emba razos: no tenia eleccion ni cabian nuevos acuerdos: debia llenar un solo empeño, ejecutar una promesa única, que para un hombre, y prin

nac, con el título de Ensayo sobre la revolucion de España y la intervencion de 1823, presenta un cuadro fiel de esta época. A pesar de la estrema reserva que sa sistema político y su posicion personal imponian al autor, el alma de este honrado varon prorampe en gritos elocuentes al referir tan ásperas proscripciones: y el estado de España bajo un réjimen en que,,la imprudencia competia con la crueldad," rara vez ha sido ecsaminado con un tacto político tan seguro y con mayor moralidad. Semejantes doctrinas parecen frias y sin lustre en los dias ardientes de las revoluciones: no obstante en la situacion de España seria una dicha recurrir á ellas para poner término á las revueltas, ›

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