Tesoro del Parnaso español: poesias selectas castellanas, desde el tiempo de Juan de Mena hasta nuestro días

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Manuel José Quintana
Baudry, 1861 - 595 páginas

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Página 52 - ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ru'ido, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido! Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio moro, en jaspes sustentado.
Página 73 - Cantemos al Señor, que en la llanura Venció del ancho mar al Trace fiero; Tú, Dios de las batallas, tú eres diestra, Salud y gloria nuestra.
Página 360 - Es galán y es como un oro, tiene quebrado el color, persona de gran valor, tan cristiano como moro; pues que da y quita el decoro y quebranta cualquier fuero, poderoso caballero es don Dinero.
Página 251 - ... lejos. Ni estoy bien ni mal conmigo; mas dice mi entendimiento que un hombre que todo es alma está cautivo en su cuerpo. Entiendo lo que me basta, y solamente no entiendo cómo se sufre a sí mismo, un ignorante soberbio.
Página 356 - En otros siglos pudo ser pecado severo estudio, y la verdad desnuda, y romper el silencio el bien hablado. Pues sepa, quien lo niega y quien lo duda, que es lengua, la verdad, de Dios severo, y la lengua de Dios nunca fué muda.
Página 251 - Solo sé que no sé nada , Dijo un filósofo, haciendo La cuenta con su humildad, Adonde lo mas es menos. No me precio de entendido, De desdichado me precio ; Que los que no son dichosos, ¿Cómo pueden ser discretos?
Página 333 - Airecillos lisonjeros. Si no son murmuradores. Los campos les dan alfombras. Los árboles pabellones. La apacible fuente sueño, Música los ruiseñores. Los troncos les dan cortezas, En que se guarden sus nombres Mejor que en tablas de mármol O que en láminas de bronce. No hay verde fresno sin letra Ni blanco chopo sin mote ; • Si un valle Angélica suena, Otro Angélica responde.
Página 335 - Amarrado al duro banco de una galera turquesca, ambas manos en el remo y ambos ojos en la tierra, un forzado de Dragut en la playa de Marbella se quejaba al ronco son del remo y de la cadena: "¡Oh sagrado mar de España, famosa playa serena, teatro donde se han hecho cien mil navales tragedias!
Página 169 - Yo vi sobre un tomillo Quejarse un pajarillo Viendo su nido amado, De quien era caudillo, De un labrador robado. Vile tan congojado Por tal atrevimiento Dar mil quejas al viento, Para que al cielo santo Lleve su tierno llanto, Lleve su triste acento. Ya con triste armonía, Esforzando el intento, Mil quejas...
Página 42 - El sol tiende los rayos de su lumbre por montes y por valles, despertando las aves y animales y la gente...

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