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SEGUNDA PARTE

El Obispo Baños: inauguración del Colegio

Rasgos biográficos del Sr. Baños.

"Tuvo (promoción) de Obispo de Santa Martha el Doctor Don Diego de Baños y Sotomayor, criollo de Lima, de donde vino el Licenciado Don Diego de Baños, y Sotomayor, su padre, por Oydor de esta Real Audiencia de Santa Fé, con toda su familia. Reconoció que las buenas prendas de su hijo lo llamaban á cosas muy grandes, y con otros de sus hermanos lo puso por Colegial en el Colegio Mayor de nuestra Señora del Rosario, en tiempo que estava á cargo de nuestra Religión. De sus Estudios salió tan docto en las letras Escolásticas, que se graduó de Doctor en nuestra Vniversidad. Y pudiendo Regentar las Cathedras de su Colegio como Maestro en la Doctrina de Santo Thomás, passó á España á manifestar que es su discipulo en los Pulpitos de la Corte, donde fue algunos años Predicador de su Magestad, y Capellan de honor en su Capilla Real. Ascendió á la dignidad de Obispo de Santa Martha.... y aviendo governado con grandes creditos de Prelado vigilante, y zeloso de la honra de Dios, fue promovido al obispado de Caracas" 1 Con estas palabras encarece a grandes trazos el bene

(1) V. "Historia de la Provincia de S. Antonino" del Mro. Fr. Alonso de Zamora, Parra León Hermanos, Caracas, 1930, p. 275.

mérito dominico Fr. Alonso de Zamora la egregia figura del Illmo. Sr. D. Diego de Baños, nombrado Obispo de Venezuela en 15 de febrero de 1683 y su gobernante des-de 12 de agosto de 1684. Prelado a todas luces grande y cuya memoria perdurará en los fastos caraqueños (pues quedan para mantenerla visible el templo de Santa Rosalía y la Capilla catedralicia de Nuestra Señora del Populo), trabajó con grande actividad en la "Casa de Recogimiento de niñas desamparadas" y reunió el Tercer Sinodo Diocesano cuyas Constituciones rigieron por más de dos siglos. Entre todas estas grandes empresas y muchas otras que hicieron su pontificado verdaderamente glorioso, sobresale sin duda alguna la definitiva organización del Seminario de Santa Rosa, en que puso, como que fue hombre tan letrado y progresista, esmero particularísimo.

Fundación de los estudios mayores.

Lleno de deudas, sin formales estudios mayores, empezada apenas la fábrica del edificio: tal estaba el Seminario caraqueño, a pesar de los inauditos esfuerzos del Sr. González de Acuña, cuando llegó el Sr. Baños a la Diócesis. Como antiguo profesor dirigió desde luego sus actividades a la restauración y progreso de los estudios, y como hombre de experiencia quiso pagar, antes de nuevos gastos, parte de la enorme deuda de nueve mil pesos que entre capital e intereses pesaba mortalmente sobre el recién nacido instituto. Pagó, pues, por una parte, mil pesos a cuenta de ella, y por otra confirmó al Rector Fernández Ortiz el nombramiento de Profesor de Artes con que ya le había honrado la Sede Vacante.

Aunque el Dr. Lozano del Valle fue el primero que leyó Filosofía en el Colegio, su lección duró poco, según atrás se dijo, y terminó por "inopia" de estudiantes. Por ello se tiene al Mro. Fernández Ortiz como primer cate

drático de Artes, y por ello pudo escribir el Sr. Baños en el Capítulo IX de las Constituciones de 1696, recordando los primeros años de su episcopado: "desde que entramos en este obpdo hemos tenido expecial Cuydado y applicacion a que la Jubentud aproueche, y resplandesca, no tan solamte en la Virtud sino en las letras, y por no hauer hauido estudios maiores en tiempo de nuestros antecessores, ni mas que una cathedra de Gramatica se dispuso y dio prouidencia para que se leyese Curso de artes que tomo a su cargo el Mtro Juan fernandez Ortiz Cura Rector que era de esta sancta Yga Y despues Magistral y Chantre en ella nuestro Prouisor y Vicario general Varon docto quien leyo completamente y acauo dho Curso con aprouechamiento de muchos" ". Estas palabras necesitan, con todo, alguna explicación: porque si bien es cierto que en tiempo de los antecesores de Su Señoría jamás llegó a terminarse curso completo de Artes, no lo es menos que por disposición del Cabildo Sede Vacante comenzó a leerlo con numerosa concurrencia de discípulos el Mro. Fernández Ortiz en 20 de febrero de 1683, según declaración del propio Maestro que escrita de su puño y letra y autorizada con su firma hemos tenido a la vista 3. No fue, por tanto, en 1682, como dice el Libro I

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(2) V. número 3, Capo. IX de la sección "Documentos" de esta obra, p. 12*.-Según el Libro I de Matrícs del Semino, f. 1, formaron este primer curso filosófico: Dn. Juan Francisco de Liendo, Dn. José de Liendo, Dn. Antonio Mexía, Dn. Andrés Manuel de Urbina, Andrés Bravo, Francisco Pérez Camacho, Francisco Pérez Estupiñán, Dn. Juan Bautista Navarro, Manuel González, Francisco de Heredia, Dn. Pedro Blanco Infante, Juan Fernández Algarín, D. Juan Morgado, Diego A. Echeverría, Dn. Lucas Pereira, Diego Bastardo, Juan Antonio Escobar, Fernando de Heredia, Miguel de la Torre, Dn. Juan Francisco Seco, Dn. Sebastián Seco, José Figuera, Domingo Palacios, Miguel Navarro, Dn. Andrés de Fuenmayor, Dn. Francisco de Guzmán, Dn. Mateo Lucena, Pedro Hipólito de la Parra y Dn. Juan Cristóbal Mexía.

(3) V. Expte de Ords de Juan Ignacio Morgado, donde se encuentra la aludida declaración de Fernández Ortiz, quien dice en 1683 del curso de Artes: "el Curso de Artes Que por mdo del M.B. Dean Y Capitulo estoi leiendo desde Beinte de febrero deste presente año".

de Matrículas del Seminario, cuando comenzó su primer curso filosófico el Mro. Fernández: para contradecirlo están no sólo la irrecusable declaración en que nos apoyamos (que expresamente señala la fecha indicada) sino los expedientes de órdenes de Francisco Pérez Estupiñán, Miguel Nicolás Navarro, Agustín Acuña y Juan Cristóbal Mejía, confirmatorios de nuestro aserto, y hasta el propio Libro de Matriculas en cuyo folio 3 vto. se lee: "Hasta aqui (1710) se ha Copiado los Cathedraticos de facultad y sus estudiantes, según se ha podido traer a la memoria. De aqui adelante prosigue, segun el orden, con toda indibidualidad, apuntando las fallas qe hicieren assi Cathedraticos, como estudiantes" 4.

Duró la lección de Filosofía del Mro. Fernández Ortiz hasta ya entrado el año de 1687, en que se dio nuevo y vigoroso impulso a los estudios escolásticos. Dejóse entonces al Rector la sola clase de Teologia de Prima, que según su testimonio había empezado a enseñar en 19 de octubre de 1686, sin abandonar el curso de Artes 5, que fue declarado vacante el 87. Para proveerlo, se fijaron edictos, "los quales cumplidos se proveio en Fray Manuel de Sancta Maria religioso del orden de predicadores", quien dio principio a la enseñanza en los primeros días de marzo de 1688. Fuera de esto, consultando las conveniencias y el crecido número de estudiantes, la clase de Gramática fue dividida en dos, una de Medianos y Mayores y otra de Minimos y Menores: ésta para Gramática propiamente dicha y aquélla para Retórica y Elocuencia, ambas provistas, después de pública oposición acaecida en febrero de 1687, la primera en el Pbro. An

(4) V. los aludidos Exptes de Ords: Arch. Arz.- Lib. I de Matrícs del Semo: Arch. Univ.

(5) V. Expte de Ords de Miguel Ignacio Navarro: Arch. Arz. (6) V. carta del Sr. Baños a S.M., 24 de enero de 1689: Arch. de Ind., Aud" de S. Dom., Est. 219..

drés Bravo de Laguna y la segunda en el clérigo Juan Francisco Seco de Quevedo 7.

Cuanto a sueldos, el Mro. Fernández Ortiz leyó sin paga ni estipendio alguno su clase de Teología hasta que tres o cuatro años después le sorprendió la muerte; al Lector de Filosofía se le destinaron primero cien pesos anuales de la Iglesia, y luego los mismos cien pesos y cincuenta más del Seminario; y entre los preceptores de Gramática se distribuyeron trescientos pesos en partes iguales: los doscientos con que contribuía S. M. desde años atrás, y los ciento a costa de la misma Iglesia, pródiga siempre y amiga del progreso.

Las conclusiones públicas. El Arcediano Palma. Segundo Rector.

El resultado intelectual de esta cuidadosa reorganización no se hizo esperar: pocos meses después, florecientes los estudios, surgieron espontáneas las réplicas y conclusiones públicas, verdaderos certámenes de cultura en que un estudiante exponía y defendía tesis determinada contra cualesquiera personas que quisieran argüirle. Como existian al fin del siglo XVII cuatro Estudios Mayores en la ciudad de Caracas y estaba encendida en todo el mundo la controversia escoto-tomista, no es de poner en duda el interés que despertarian aquellos pugilatos intelectuales entre los numerosos cursantes del Seminario y de las tres religiones. La discusión, empujada con todo el idealismo militante de la raza y de la época, desarrollada en latín más o menos artificioso, fo

(7) V. carta del Obispo Baños al Rey, 13 de marzo de 1687: Arch. de Ind., Aud de S. Dom., Est. 219.- Lib. 31 de Real Hacienda: Arch. Nac.

(8) V. carta del Sr. Baños al Rey, 13 de marzo de 1687: Arch. de Ind., Aud" de S. Dom., Est. 219.

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