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A MANERA DE PROLOGO

Contestación del Académico de Número Doctor Mario Briceño-Iragorry al Discurso de Incorporación del Doctor Caracciolo Parra.

Señor Director:

Señores Académicos:

Doble motivo de satisfacción tiene para mí el encargo de dar la bienvenida, a nombre de la Academia, a persona como el Doctor Caracciolo Parra, con quien más de un vínculo perdurable me une en cordial compañerismo. Nutridos para las arduas disciplinas de la ciencia jurídica en la vieja casona de San Buenaventura de los Caballeros de Mérida, nuestra amistad de estudiantes echó hondas raíces bajo los "anchos arcos hospitalarios" de Santa Rosa de Santa María de Caracas, hoy ilustre Universidad Central de Venezuela, entregados a una misma labor educativa, frente al porvenir de la Patria, representado por la pujante juventud que en sus aulas gloriosas bebe leche y miel de saberes. Junto al deber oficial, nuestra pasión por la Historia nos ofrecía, en viejos y amarillentos manuscritos, la clave para revalidar conceptos y ocasión propicia para dirigir nuestra conciencia por senderos que abría la paciente y desapasionada investigación. Testigo fuí de cómo se formó el denso trabajo, cuyo bosquejo hace en el brillante discurso que acabamos de oir; testigo de cómo, por medio de audaz penetración en las llamadas tinieblas de la Colonia-nuestra fecunda Edad Media criolla, según galano decir de Teresa de la Parra-logró arrancar hermosas y desconocidas flores de

la prístina existencia nacional, con las cuales enguirnalda el cuadro de nuestra vida de pueblo civilizado.

Si al motivo personal, que de suyo huelga, se agrega el beneplácito de saludar a quien, con fuerza mucha y con recursos de ponderada cultura, viene a trabajar entusiasta en nuestra obra común de enriquecer y de pulir los patrios anales, bien se ve que puedo decir cierto que es doble el regocijo que me causa llevar la palabra de la Academia en la recepción de tan distinguido compañero.

Para sustituir al ilustre académico Doctor Angel César Rivas fué atinado el sufragio de nuestro Instituto, pues con la presencia entre nosotros del Doctor Caracciolo Parra se hace menos sensible la falta del eminente investigador que, alejado de viejos procedimientos románticos y con severa crílica por guia, abordó, el primero, el estudio sistemático y sin preocupación de falseado nacionalismo, de nuestro antiguo régimen colonial. Uno y olro, aquél partiendo del concepto determinista de la Historia, éste de una concepción en que ideas y fuerzas maleriales realizan distintos y efectivos oficios, han juzgado nuestro pasado de provincia española con criterio que dista muy mucho de los prejuicios alimentados al rescoldo de la reacción que surgió con la propia guerra de Independencia. Tal corriente no es hoy, como lo comprueba la obra de los últimos historiadores nacionales, sistemática de unos pocos, sino que, sobre justa y generosa, se erige por concepto universal entre quienes, al arrimo de documentos y ayudados de métodos lógicos, investigan nuestro pasado español.

El estudio de la causalidad histórica, ya que la acción propiamente tal no puede considerarse sin previo examen de la serie de hechos o fenómenos a que corresponde o que le dieron origen, nos lleva de la mano, como por hilo milagroso, al través de inferencias de distintos géneros, a la propia raíz española de nuestros orígenes, y

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