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1816 taba el cuerpo de artillería, y era considerado como dependiente de las rentas del tabaco, pólvora y salitre.

La deuda del ayuntamiento para con la real Hacienda montaba á $40000 invertidos en los realistas y otras atenciones. Desde el momento en que aquel cuerpo volvió á adquirir su preponderancia, chocó con el poder militar, cuya esfera era ya mas amplia de lo que habia sido en 1813. Un dia el comandante Campo puso preso al alcaide de la cárcel, que tambien tenia á su cuidado las mulas embargadas; pero el ayuntamiento le negó al gefe la facultad de intervenir en lo relativo á los embargos, sosteniendo que estos eran actos pertenecientes á un cuerpo político, y Campo afirmaba que correspondian al resorte militar, puesto que la tropa era quien usaba dichos animales. El asunto pasó como era costumbre á la capital, ante el virey, por medio del apoderado que la corporacion tenia en aquella ciudad sostenido por los capitulares, dando por resultado la caida de Campo, así como les sucedia á todas las autoridades que se oponian al Ayuntamiento; entre el número de los vencidos se encontraron hasta brigadieres é intendentes.

El coronel Campo, siguiendo las huellas bastante marcadas de sus antecesores, ponia presos á los que creia sospechosos, á los que no querian dejar que sus animales fueran embargados y á todos aquellos que se decia usaban alguna muestra de simpatía por la revolucion aun cuando fuera muy pequeña.

Las leyes sobre alojamientos dadas en Octubre de 1787, á la vez que las ordenanzas de Intendentes, no merecian la menor atencion, pues seguia impuesto aquel molestísimo servicio con la mayor arbitrariedad, teniendo por única norma la ley de la fuerza, no sirviendo en manera alguna las representaciones que á menudo hacian los desdichados vecinos al virey, apoyándose en que solo mandaban las ordenanzas que fueran alojadas las tropas de tránsito por tres dias, pero nunca las de guarnicion, cuyo marcado abuso se cometia.

Habia un regidor encargado de dar las boletas para los alo- 1816 jados, encargo muy molesto por las odiosidades que traia consigo.

Para evitar el tener alojados en su casa, se comprometió á pagar el regidor Rubio Rosso cuarenta pesos mensuales por espacio de un año, por arrendamiento de una casa para que se alojara él capitan Puig, del regimiento de Ordenes, con su esposa y asistentes, pero al fin, cansado de tan pesada carga, representó al Ayuntamiento de la villa y al virey, pidiendo que se le eximiera de tan gravoso servicio, y tan solo obtuvo disgustos, sin que pudiera desalojar á su costoso huésped sino despues de mucho tiempo.

D. Sebastian Fernandez de Bobadilla ofreció, para libertarse del mismo servicio, que regalaria una bodega para que vivieran allí los oficiales, y un cuarto para el portero que cuidara de ella; se le admitió la oferta, y no obstante tuvo alojados por dos años, al cabo de los cuales consiguió con muchos gastos y venciendo penosas dificultades, que se respetara lo que se le habia prometido.

Estando en Diciembre de paso en la villa el obispo de Oajaca, habitando en la casa del juez eclesiástico Lopez, fué presentada á este la boleta de alojamiento para el capellan de una fuerza que llegó custodiando un convoy; el citado juez se rehusó á admitir al capellan, alegando la permanencia del obispo en su casa; pero le hicieron recibir por fuerza al alojado, causando tal suceso un escándalo por ser considerado como un atentado contra las prerogativas del clero y falta de consideraciones para con el obispo: Lopez habia sido del partido constitucionalista exaltado, por lo cual estaba "señalado."

Como precisa consecuencia de los embargos se tenia el alza considerable del precio de todos los efectos, pues los tragineros de los alrededores se excusaban de ir á la villa por muy

1816 justos temores, y las clases todas de la sociedad comenzaron á tener mayores sufrimientos de los que antes padecieran.

Las victorias obtenidas por las armas españolas en las Américas del Sur ó las que se decia que obtenian, tambien se celebraban en la capital y en las cabeceras de las provincias, con objeto de reanimar el espíritu realista, y entre las mas notables de aquellas se recuerda la toma de Cartagena de Indias en la Nueva-Granada, cuyo suceso fué celebrado en Jalapa en 25 de Octubre (1816) con un Te-Deum "en accion de gracias por la pacificacion de aquel vireinato," cuya pacificacion decia el general D. Pablo Morillo desde Santa Fé haberla conseguido, y aseguraba que desde Lima y Quito hasta la capitalde Nueva Granada, no habia un solo enemigo, habiendo vuelto todos los pueblos comprendidos en aquella extension á la obediencia de Fernando VII, y que "todos los famosos cabecillas habian caido prisioneros sin escapar uno solo, pagando sus delitos en el patíbulo;" se puede saber fácilmente cuanta verdad contenia esta noticia, que se esparció por todas partes y fué tan celebrada, leyendo las que en nuestro mismo país se escribieron en aquella época de igual naturaleza. 1

1 Las gacetas venian llenas de noticias favorables á la causa realista en las Américas del Sur, demostrando que la opinion de todos aquellos habitantes estaba por el rey; entre algunos de los brindis entonces escritos encontramos el siguiente, dicho en una reunion de realistas en CostaFirme:

Maldigamos esa ley

Que á independencia convida:
Sostengamos cetro y vida
De Fernando nuestro rey.

Que viva nuestro virey,
Rodriguez, Torres, Morales,
Coroneles, oficiales,

Y toda esa invicta tropa

Despues de tener guardadas por mas de dos años varias cantidades de moneda provisional, se logró cambiar los últimos 928 pesos al 7 y medio por ciento, que era el valor del cambio

entonces sobre Veracruz.

Las tropas de la guarnicion de la Villa eran relevadas con frecuencia, solamente permaneció de una manera fija el batallon de "Ordenes" cerca de dos años, y tambien por mucho tiempo hasta 1817 constantemente el de Granaderos de la Columna.

Mientras que pasaba en el interior de la Villa lo que hemos referido, la revolucion no cedia en sus alrededores, antes bien se robustecia, pues desde Marzo se habia presentado el cabecilla Machorro por los pueblos del Sur de Jalapa, amagando muy sériamente á esta poblacion, por cuya razon resolvió la autoridad militar de ella hacer una expedicion á Coatepec para extraer todo el maiz que ahí habia, con el doble objeto de quitar los recursos á los rebeldes y proporcionar recursos á la poblacion que comenzaba á carecer de víveres. Luego que regresó la expedicion entró Machorro á Coatepec, volviendo á insurreccionarse en masa todos los pueblos del N. y O. de Ja

Que ha venido desde Europa

A remediar nuestros males.

Fué glosado ese brindis por un patriota mexicano de la manera siguiente:
Bendigamos esa ley

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1816

1816 lapa, estableciendo el cuartel general en Actopam, llegando los insurgentes hasta las calles de la villa, interceptando todos los caminos, de tal modo que en Mayo ya se carecia completamente de comestibles.

Los principales recursos de víveres los ha sacado siempre Jalapa de los pueblos de Coatepec y Jico al S. O., y para conservar dichos pueblos ofreció el capitan realista D. José Ruiz Sanchez hacer excursiones con sesenta hombres de caballería que compusieran una seccion que él llamó "division volante." Las autoridades militar y política vacilaron en consentirle que hiciera tan temerosa excursion, pero se empeñó tanto aquel capitan, y aseguraba de tal modo el buen éxito, que al fin se le concedió que hiciera una salida sobre Coatepec, llevando sus soldados cargados con palas y picos para levantar fortificaciones en aquel pueblo; pero en un punto llamado las Puentes cerca del mismo, se encontró en 26 de Agosto con un gran número de insurgentes que le mataron mucha gente y lo obligaron á retirarse al citado Coatepec; pidió que lo relevaran y fué sustituido por el capitan Nogueira, á quien sitiaron los insurgentes y atacaron de tal modo, que fué necesario que pasaran los Granaderos de la Columna en union de cincuenta realistas para sacar á los sitiados del aprieto en que los habia puesto el autor del proyecto de la "division volante," pasando todos á Jalapa, cuyo sitio volvió á restablecerse fuertemente el 14 de Setiembre. Ochenta insurgentes estuvieron en la Hoya el 3 de Abril, y ahí mataron á Carreto, colector de diezmos, y bajaron hasta Cedeño y la Lagunilla, llevándose todos los caballos que encontraban.

El proyecto de formar una "Brigada volante," fué acogido por Castillo y Bustamante, quien siempre dirigió las operaciones militares en la villa, aun cuando de nombre estuviera retirado en su casa.

El capitan de la Viña, á quien se consultó tambien, fué de

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