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CAPÍTULO IX.

Asiento en las Córtes del Justicia de Aragon. - Inviolabilidad parlamentaria. - Derechos políticos de las mujeres.

Las funciones del Justicia hacian imprescindible su intervencion en las Córtes aragonesas. Al ocuparnos de este altísimo magistrado en el capítulo II, dijimos que, como viva representacion de la ley, tomaba sentado y cubierto el juramento al monarca, quien le prestaba en sus manos, descubierto y de rodillas.

En el decurso de la legislatura, el Justicia se colocaba, segun Belluga, á la izquierda del monarca; y segun Blancas, á quien creemos mejor informado en este punto, delante de las gradas del sólio, teniendo á sus lados los principales oficiales reales.

La inviolabilidad de los diputados en Navarra era completa y absoluta, habiéndose mandado en las Córtes de Pamplona de 1535y 1576 que por nada ni por nadie fuesen encarcelados, arrestados ni simplemente detenidos mientras ejerciesen su cargo y hasta que regresáran á sus pueblos; aunque el motivo no tuviese relacion con sus funciones legislativas. Inviolabilidad que no era dado quebrantar por el sencillo método moderno de los suplicatorios, como puede verse en las leyes XI y XII, tít. II, lib. I, de la Novísima Recopilacion de Navarra; ampliándose esta inmunidad, por la ley XIII, á los síndicos y

secretarios.

Tal garantía, que á primera vista impresiona, sobre todo á los enemigos del sistema. parlamentario, pues parece ofrecer la impunidad á los crímenes más horrendos; varía de aspecto por lo que toca á los procuradores de las universidades, si se tiene en cuenta la facultad que residia en los pueblos para quitarles los poderes; y es evidente que, quien incurriese en desmanes dignos de la espada de la ley, sería despojado de la inves

tidura de representante por los mismos que le hubiesen elegido, quedando desde entónces sujeto á la accion de los tribunales ordinarios.

Esta inviolabilidad era inmemorial en la corona de Aragon, segun el texto del fuero correspondiente, dado en Valderrobres en 1429, cuya ley fué reiterada en las Cortes de 1436 y otras posteriores.

Vamos á indicar un asunto que entre nosotros hoy se toma únicamente á risa, pero que á los hombres de estado de Inglaterra y América empieza á preocupar seriamente. Hablamos de los derechos políticos de las mujeres.

En Navarra y Aragon han gozado de ellos, con mayor o menor latitud.

A las Córtes de Huarte-Araquil, celebradas en 1090, primeras en que se registra la intervencion del estado llano, asistieron personalmente las navarras y aragonesas de todas clases y condiciones; como consta, de la manera más auténtica, en las palabras «et feminæ del acta.

En época posterior, es notorio el derecho

de las ricas hembras para asistir á las Córtes por medio de procuradores. En completa y superabundante corroboracion, pueden citarse gran número de casos de las legislaturas aragonesas celebradas en 1330, 1362, 1365, 1367, 1372, 1412, 1404, 1423, 1446, 1451, 1493, 1498, 1512 y 1552; habiendo acudido, representadas en la forma dicha, la reina D. Leonor, emigrada en Castilla, como señora de Fraga y Ayerbe; la heredera de don Luis Cornel; las hijas del Conde de Luna; D. Elfa de Ejerica; la infanta D. María; D. Buenaventura de Arborea; la Condesa de Urgel, como señora de Borja y Magallon; las reinas de Castilla y Navarra, por señoríos de lugares en Aragon; D." Juana de Toledo; etc., etc., gozando de esta facultad las viudas y las tutoras de menores nobles.

Por lo relativo á Cataluña, tenemos tambien las Córtes de 1027, celebradas en el llano de Tulujas, Condado de Rosellon, en cuya acta se consigna la asistencia de las catalanas en estos términos explícitos: «non solum virorum, sed etiam feminarum», y por cierto que su concurso no dejaria de influir

en la Constitucion decretada por aquella legislatura, para que no pudiera el marido dejar su mujer propia y tomar otra.

Considere el bello sexo, acusado en nuestro país de simpatizar con el neismo (creemos, galantemente, esta imputacion calumniosa), cómo perdió tambien derechos precio-sos, que tiene hasta olvidados, al naufragar las libertades públicas, y lo muy interesado que se halla en la restauracion liberal de España.

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