á Calahorra en la provincia de Logroño.

Así es que muchos antiguos fueros de las poblaciones de la Rioja llevan la firma de los reyes de Navarra.

no,

Calahorra, esclarecida patria de Quintiliala de los heroicos asedios de los romanos, más famosa todavía por sus mujeres que por sus hombres (7), para diferenciarse de otros pueblos de la misma denominacion, se llamó Calahorra vascona, que es lo mismo que decir Calahorra navarra (véase la nota 1.); perteneció desde los tiempos más remotos á la Vasconia (8); en 911 se apoderó de ella D. Sancho de Navarra, librándola del poder de los árabes, y su catedral recibió ricas donaciones de D. Sancho el Mayor.

Santo Domingo de la Calzada debe su existencia á D. Sancho el Batallador, rey de Navarra, que le fundó en 1124, concediéndole á perpétuo grandes libertades y franquezas, que perdió luégo bajo el cetro de los reyes de Castilla.

Nájera recibió sus famosos fueros de Don Sancho el Mayor, rey de Navarra; y con ellos muchas garantías para defenderse de la

tiranía feudal, así como grandes medios de subsistir con independencia, señalándole montes propios y privativos para leña y madera y dehesas para pasto de sus ganados, y lo llamado en Navarra facerias ó pastos comunes á dos ó más pueblos.

D. Sancho VII de Navarra en 1168 mejoró el fuero de Logroño, y no acabariamos nunca si hubiéramos de ir citando pruebas sobre pruebas demostrativas, por medio de escrituras, de donaciones á Iglesias, etc., de que la Rioja, para el objeto histórico de esta reseña, debe considerarse, más que castella

na, navarra.

Las inmoderadas pretensiones de los asturianos no reconocen otras bases, que la probabilidad de haber sido quizá D. Pelayo el primer rey que se coronó en España al comenzar la Reconquista, y el vicioso método que ha prevalecido durante siglos al escribir la historia.

Esta ha venido estudiándose desde hace mucho tiempo, más como una cronología de los reyes y narracion de los acontecimientos que interesaban principalmente á éstos ó á

sus familias, que bajo el punto de vista general de la vida de los pueblos. Hoy ha variado el sistema; y en obras tan importantes como el Exámen Histórico-foral de la Constitucion aragonesa, publicado en 1868 por Manuel Lasala, se prescinde completamente de reinados al dividirla en diferentes partes, siguiendo la opinion de que «En monarquías constitucionales como la aragonesa, los advenimientos de nuevos monarcas deben tomarse por meros signos ortográficos que indican las pausas con que se hayan de leer los períodos de sus anales: mas en el punto de sus libertades públicas, ni áun esta importancia alcanzan, si por bien ó por mal no influyeron en ellas. »

CAPÍTULO PRIMERO.

Orígenes de los tres reinos y del condado. Tolerancia de cultos.

Largas, enconadas y eruditísimas han sido las disputas entre los escritores navarros y los aragoneses acerca de la mayor ó menor antigüedad de sus respectivas monarquías, y si bien unos y otros han obedecido en ello al espíritu que censuramos para el estudio de nuestros anales, no podemos ménos de confesar que la laboriosidad y ciencia en tales debates prodigada, ha servido para aclarar, incidentalmente, extremos de mucha mayor importancia que el discutido en concepto de principal; suministrándonos preciosos y abundantes datos para marchar, con gran seguridad, en lo que á la historia del derecho público se refiere, por entre las os

curas brumas de aquellos ya de nosotros alejados tiempos.

Poco importa que, como dice el P. Abarca, escritor aragonés, hablando de Aragon y Navarra en los primeros períodos de la Reconquista, no se halle autor que convenga con autor; que las personas de los reyes, los nombres, el número, el órden, la continuacion, el tiempo, el lugar, el título, y en fin, todo se lea con diferencia y se diga con el cuidado de la impugnacion y áun con miedo de la censura y del enojo: los puntos que especifica y detalla el P. Abarca como escondidos á toda pacífica averiguacion, en realidad son los que ménos interesan (dejando á un lado la curiosidad de los eruditos); pero en cambio se nota gran conformidad en los hechos históricos principales, que afectan á la existencia política, verdadera gloria, manera de ser y desarrollo de aquella sociedad.

Que los autores de más nombradía disputen sobre si se fundó ántes ó despues el reino de Pamplona que el de Sobrarve; acerca de si el primer rey fué elegido en 716, en 718,