Imágenes de páginas
PDF
EPUB

se tenia mucha necesidad de su persona. Y esto se escribió porque S. M. no se tuviese por deservido del Adelantado; é para satisfacer á los que con él estaban, trataron allí que, al tiempo que el Adelantado se hobiese de volver, se hablase que por ser hombre tan anciano y tener tanto que hacer en su gobernacion se volvia. Y luego, otro dia, el Adelantado se despidió y se hizo todo lo que hemos contado, y se creyó que el Gobernador no tenia de él nenguna punta de enojo, y con él se volvieron los vecinos de Calí y otras personas que anduvieron hasta que llegaron á la ciudad del Quito, desde donde se partieron á la gobernacion de Popayan. Y estando allí le vino nueva al gobernador Vaca de Castro, de como ya llegaban cerca los mensajeros de los Capitanes, de lo cual mucho se holgó; y luego se partió y anduvo hasta que llegó al aposento de Cayambe donde allegaron los mensajeros y dieron las cartas de los Capitanes, y con ellas se holgó en saber por entero lo que habian hecho. Recibió muy alegremente á los mensajeros, y respondió cartas muy graciosas dando á entender que S. M. les haria mercedes crecidas, porque así se habian mostrado sus servidores leales, y que él se daria toda la más priesa que pudiese á irse á juntar con ellos, y que en el entretanto les encomendaba entre ellos hobiese toda conformidad, é que tratasen á los indios de tal manera que no se toviesen por agraviados, ni se ausentasen por no ser bien tratados. Tambien escribió el gobernador Vaca de Castro al capitan Alonso de Alvarado, é á los caballeros y soldados que estaban con él.

En este tiempo, como hobiesen llegado los despachos de Vaca de Castro, por todo el reino le habian recibido por Gobernador, si no era en la parte que D. Diego ó sus capitanes tenian; en lo demas las Justicias estaban por el Rey y en su nombre. Gomez de Tordoya, cuando salió del Real de Guaraz en busca de Vaca de Castro, vino hasta la ciudad de Trujillo, adonde estaban aguardándolo, que ya sabian venir camino. D. Alonso de Montemayor y el capitan Vasco de Guevara venian á se juntar con Vaca de Castro, é partieron del Real de

Peralvarez ántes que lo asentasen en Guaraz y con su licencia, y, aunque llegados á la ciudad de Trujillo supieron que Vaca de Castro habia partido del Quito, no pararon allí, ántes se dieron priesa á andar. Vaca de Castro anduvo hasta que llegó al valle de Jayanque, donde estaban aguardándole el capitan Vasco de Guevara, D. Alonso de Montemayor y Pedro de Vergara, que, con la gente que tenia en los Bracamoros, habia aportado allí; é recibió mucha alegría en los ver, holgándose mucho con Pedro de Vergara, agradeciéndole la diligencia que habia tenido en salir á servir á S. M., y á D. Alonso é á Vasco de Guevara preguntó algunas cosas de las que habian pasado en Los Reyes al tiempo que mataron al Marqués, é de ellos fué avisado. Y algunos de los que venian con él le aconsejaron no se fiase de Vasco de Guevara ni de D. Alonso, porque fué mucha la amistad que tovieron con el adelantado D. Diego de Almagro. É aunque no se mostraba tener de ellos sospecha nenguna, se recataban no hiciesen con su llegada algun daño; mas bien seguros estaban ellos dos de no servir á S. M, que siempre fué mucha la lealtad de D. Alonso de Montemayor, segun se pareció despues al tiempo que entró en el Perú el Visorey, pues fué uno de los que más le siguieron é sirvieron.

CAPÍTULO LVII.

De cómo el capitan Pedro de Vergara hab'ó al gobernador Vaca de Castro, sobre que mandase proveer de algun socorro para los soldados que con él habian salido, y de como llegó á la ciudad de Trujillo.

Como el capitan Pedro de Vergara habia dias que estaba en la conquista de los Bracamoros, porque desde el tiempo que se dió la batalla de las Salinas fué á aquella conquista, los que con él venian traian toda la ropa gastada, é salian tan desbaratados que bien daban á entender ser gente de entrada, y, como su necesidad fuese mucha, hablaron al capitan Pedro de Vergara para que se tuviese órden con el gobernador Vaca de Castro, para que los proveyese de algun socorro, pues su deseo para el servicio del Rey era tanto. Vaca de Castro supo del Capitan aquella necesidad, é mandó proveer de diez mil pesos de oro en aderezos é cosas que ellos hobieron menester, y con aquel socorro fueron ellos muy alegres é contentos. Vaca de Castro no hacia cosa sin tomar parecer con Lorenzo de Aldana, é tenia intencion de le nombrar por Maese de campo del ejército que se juntase, allegando adonde los Capitanes estaban. Y despues que hobieron estado allí el tiempo que bastó, se partieron para irse á la ciudad de Trujillo; y como los vecinos y moradores que en ella estaban supieron su venida la recibieron con gran voluntad, mostrando tener deseo de servir á S. M. en todo lo que mandarles quisiere; é, juntos los regidores é alcaldes, fué personalmente recibido por Gobernador, como la provision Real de S. M. mandaba. Y como hobiese pasado desde España allí grandes trabajos é grandes caminos, siendo hombre regalado y que no entendia

en más que en su estudio, hallábase muy quebrantado é deseaba tener algun reparo, y pensar de parar en alguna parte parecíale ser yerro, hasta que D. Diego estoviese vuelto al servicio de S. M., ó por fuerza de armas le constriñese á que, dejando de se llamar Gobernador, pues no tenia título nenguno, dejase la provincia que tenia ocupada, y deseaba con brevedad salir presto de Trujillo; y en los dias que estovo allí entendia en proveer las cosas como para los negocios con viniese.

Allí halló á Gomez de Tordoya y al capitan Garcilaso de la Vega, y con ellos se holgó, é sabida la causa de su venida, les habló amorosamente, diciendo que no habia para qué entre caballeros hobiese discordias ni puntas de enemistad, pues Su Majestad debia ser informado de sus servicios é hacelles grandes mercedes. Quieren decir que Tordoya habló bien en las cosas de Peralvarez; otros dicen que no, ántes dió á entender que á él solo se atribuyese la mayor parte de la honra en se alzar bandera entre los del Cuzco, en nombre de S. M., é que Peralvarez habia sabido en Los Reyes, ántes que fuese al Cuzco, para hacer la entrada de los Chunchos, como el Marqués habia de ser muerto á manos de los de Chile, y que si le habian nombrado por General que habia sido porque con la gente que tenia no se declarase por amigo de D. Diego, y contra ellos, que eran tan pocos que no pudieran conseguir su deseo, que era servir al Rey, si él lo quisiera estorbar; y que era tan deseoso de cargo é de mandar, Peralvarez, que si el que de presente tenia se le quisiese quitar, que no ternia á mucho que se mostrase enemigo ó no quisiese dalle la obediencia. Y dicen, que cuando Vaca de Castro oyó aquellas cosas, que recibió grande alteracion, encubriéndola porque no se entendiese que tenia recelo de que Peralvarez, viéndose tan pujante, no quisiese por su autoridad seguir la guerra. Luégo mandó que, con mucha priesa, todos los que habian de ir con él se aderezasen para se partir, porque llegaron cartas de entrambos Reales que no dilatase su llegada á se juntar con ellos, ántes lo procurase, porque convenia así al

servicio de S. M.; y como los que estaban en la ciudad de Trujillo vieron que el Gobernador se queria luego partir, entraron en consulta para tratar por cuál camino ó parte irian que hiciese mejor efecto. A unos parecia que debian ir á la ciudad de Los Reyes, á allegar la más gente que pudiesen, é con ella subir á Xauxa y enviar á mandar á los Capitanes que con la que con ellos estaba saliesen de allí para que se pudiesen juntar en el mesmo valle de Xauxa; á otros les pareció que no convenia ni era cosa acertada pasar sin ir á juntarse con la gente que estaba en Guaraz, y que en ella le recibiesen por Gobernador é Capitan general. Despues que hobieron bien pensado lo que más acertado en este negocio se haria, se resumieron en que Vaca de Castro fuese primero á Guaraz que á Los Reyes; y por todos aprobado este parecer, partió de la ciudad de Trujillo dejando en ella por Teniente é Justicia, en nombre de S. M., á Diego de Mora, y, con los que se habian juntado é habian de ir con él, se partió é anduvo hasta que llegó al valle de Santa, donde se toma el camino para subir á la sierra.

« AnteriorContinuar »