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CAPÍTULO XCVII.

De cómo Pero Lopez de Ayala descubrió el rio de Soconcho, é hallaron grandes poblaciones, y volvió donde estaba el general Felipe Gutierrez, é se partieron todos á aquel lugar.

Antes que muriese el capitan Diego de Rojas habia salido de aquel lugar Pero Lopez de Ayala, con algunos españoles de á caballo, é yendo descubriendo hácia el Oriente, por tierras de grandes secadales y de muy espesos algarrobales, pobladas de otros indios, sin hallar nenguna resistencia ni los indios tener ánimo para les acometer, allegaron hasta el rio que se dice de Soconcho, y en él, á una parte é á otra, hallaron grandes poblados; é pareciéndoles que no seria cordura, siendo tan pocos, pasar adelante, volvieron á dar mandado á sus Capitanes. É como Felipe Gutierrez entendiese lo que habia visto é descubierto, acordó de mudar de alllí su Real é andar hasta llegar á la provincia de Tesuna, que seis leguas de allí estaba, mandando primero á Francisco de Mendoza que fuese á traer ciertos españoles que habian quedado en Tucuma; é yendo Lope de Mendoza á hacer esto, tuvo muchas gritas é algunas escaramuzas con los indios.

Llegados á aquella provincia hallaron abundantemente las cosas necesarias; los naturales de ella se habian retirado no osando mostrarse en batalla contra los cristianos. Ya se sabia claramente que habia yerba por aquella parte donde estaban, é que Diego de Rojas habia sido muerto por ella, é no por parte de Felipe Gutierrez como pensaban; é despues que todos estovieron juntos, el general Felipe Gutierrez se quejaba, diciendo que no se habia de consentir, ni él pasar por ello, que Francisco de Mendoza tuviese el cargo que traia Diego de

Rojas, é, así, comenzó á haber entre ellos enemistad, queriendo Felipe Gutierrez que Francisco de Mendoza le fuese inferior como los demas, mas él, conociendo que no se podria excusar aquello, con la hacienda de Diego de Rojas habia allegado amigos, que le hacian entender que no seria parte Felipe Gutierrez para le quitar el cargo que ya tenia, é que sobre ello perderian todos las vidas. É queriendo Felipe Gutierrez llevar su intencion adelante, avisáronle algunos de la liga que Francisco Mendoza tenia hecha, amonestándole que no quisiese dar lugar á que se recreciese escándalo é muertes de hombres, pues de ello no se seguia provecho é se recrecia gran daño, y entreviniendo medios entre ellos se hicieron amigos, quedándose Francisco de Mendoza en el cargo como de ántes; mas aunque esto así fué, la sospecha que uno de otro tenia no se quitó.

CAPÍTULO XCVIII.

De cómo el general Felipe Gutierrez fué descubriendo el rio de Soconcho abajo, é lo que más sucedió.

Despues de haber pasado las cosas privadas entre los capitanes que hemos contado, Felipe Gutierrez, con acuerdo de los demas, iba descubriendo por el rio de Soconcho abajo hácia la parte del Poniente. No es este rio muy caudaloso, mas hay grandes poblaciones cerca de él, tantas, que dicen los que las vieron que se podrian en ellas hacer algunas nuevas poblaciones de cristianos, é los vecinos nuevos de ellas tener grandes repartimientos é otros aprovechamientos. Las guerras civiles que ha habido en el reino han estorbado de hacer lo que ahora, con ayuda de nuestro Señor, se hará; é los capitanes que allá quisieren ir vayan bien proveidos de caballos é de armas hechas de algodon, porque las demas no aprovechan. É yendo descubriendo por el rio hallaron grandes poblaciones; los naturales de ellas son de las costumbres é trajes de los pasados, tienen diferentes maneras de religiones é hablan muchos lenguajes: todos son una behetría é gente tan sin órden que parecen á los brutos.

Salian á dar grandes gritas á los cristianos, espantábanse de verlos en los caballos, tenían los por inmortarles, é creian algunos de ellos que los caballos é cristianos todo era una cosa; cuando salian á estas gritas, yendo los españoles con aviso, mataban algunos de ellos. Con el bagax habia quedado Diego Maldonado. Y en la parte que le pareció más dispuesta é abastada de comida á Felipe Gutierrez, aguardó; é, tornados á juntar todos los españoles, Felipe Gutierrez, sintiéndose por agraviado de que Francisco de Mendoza tuviese el

cargo que tenia, tornó á intentar de se lo quitar, y envióle á pedir las provisiones é recaudos que se habian hecho cuando murió Diego de Rojas. Francisco de Mendoza no quiso darlas, ántes, juntando á sus amigos les rogaba le quisiesen ser fieles, é no consentir que Felipe Gutierrez le quitase el cargo que ya tenia; ellos respondieron que no temiese á Felipe Gutierrez, porque ellos le serian tan buenos amigos que no bastase á le privar del cargo que ya tenia. Felipe Gutierrez tuvo aviso de como Francisco de Mendoza estaba siempre acompañado é tenia conjuntos á sí algunos de los del Real, é no se atrevió á prender á Francisco de Mendoza, ántes, por entonces, dejó de hablar más sobre aquello, é determinó de ir á una gran poblacion que tambien se llamaba Soconcho, como el rio; é, dejando en guarda del Real á Sotomayor, se partió de allí, llevando consigo á Francisco de Mendoza, donde lo dejaremos un poco.

CAPÍTULO XCIX.

De cómo sabida en España la muerte del gobernador D. Francisco Pizarro, se ordenó de proveer Visorey é de asentar Audiencia, é de la junta que hobo sobre las Ordenanzas que se hicieron para la gobernacion del nuevo imperio de Indias.

Como en la ciudad de Los Reyes fué muerto por los de Chile el marqués D. Francisco Pizarro, como en lo de atras contamos, luego, con gran velocidad, fué la nueva en las naves que salieron á los reinos de España, la cual supo el emperador D. Cárlos, estando...... y de oilla se tuvo por deservido, por saber que el Marqués con tanta crueldad é violencia fuese muerto; porque acordándose S. M. de los grandes servicios que le habia hecho, é reinos tan ricos que le habia ganado, quisiera que en su senectud tuviera algun descanso é no muriera de muerte tan aviltada, no embargante que se habia tenido tambien por deservido de la que le dió su hermano al adelantado D. Diego de Almagro los años pasados; é tomando su consejo con los Grandes y otros de los que están á su lado para ello, mirando que estando aquellos reinos tan arredrados de las Españas, y que en tiempo de los Gobernadores se habian hecho grandes insultos é robos, é dado muertes crueles á no pocos señores y principales, é convenia proveer quien toviese en justicia las provincias, de tal manera que Dios, nuestro Señor, y su real Corona no fuesen deservidos, ansí, S. M. determinó de enviar varones doctos para que, con nombre de Oidores, formasen Audiencia

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