XL. Temor zeloso el alma me desvia, Fatígame y revuélveme conmigo; a Mas para qué ser yo tan enemigo De aquel que en las entrañas de amor cria? Muero en sufrir su triste compañía; Sólo por él yo mismo me persigo; Porqué con todo, si amo, me fatigo, Con quien amar me hace noche y dia? Hiela el deseo al tiempo que más ardo; b Antes más ardo, si por él me rijo; Más me esfuerzo por él, que me acobardo. En fin él me embaraza, y dél me guardo; No puede ser, que del amor es hijo; Es hijo del amor, mas es bastardo. XLI. Colgado está de un caso el pensamiento, Que entre esperar y miedo se sostiene; Compone cada vez que al pleyto viene El esperar más fuerte su argumento. De deseoso el triste sentimiento a No osa temer; mirá qué temor tiene; Sólo imagina aquello que conviene, Por engañar un poco su tormento. Qué haré yo con mi triste sentido, b Si acontece desastre á tanto amor? Si agora á cada paso estoy perdido, XLII. Temblando está la vida á cada punto El bien, ya quando llega á estar muy junto. Harto mal es tener por cierto ya, Que todo el mal ó el bien ha de ser junto. a Los que son de mi parte tambien temo; Que el socorro que viene sin templanza, Los suyos mata al tiempo que pelea. XLIII. Puesto me ha amor al punto, do está el medio De todo el bien que sobre el alma rueda; No es fortuna quien manda ya esta rueda, Más alto está mi mal, ó mi remedio. a Solo es amor de quanto amo el medio; De tanto amar, quál debe ser lo amado? Mas como en mí se encubre mi cuidado, XLIV. Mueve el querer las alas con gran fuerza En fin, Del mundo bien, de nuestros tiempos gloria Fué nacer esta, por la qual yo vivo : Enmienda fué de quanto aquí se yerra; Fué declarar lo natural más vivo; Fué de virtud hacer perfeta historia, Y fué juntar el cielo con la tierra. XLV. La tierra, el cielo, y más los elementos Han puesto su arte, hicieron á porfía Esta, cuyo nombre es señora mia, Dichosa edad, que tanto se mejora; Los que infierno tuvieron hasta agora. XLVI. En quál parte del cielo, en quál planeta, Qué principio, qué causa tan secreta, XLVII. Dó están mis ojos que su luz no veen? Dó está mi lengua, que á mi bien no cuenta Mi tanto mal y mi tan gran tormenta, Que ya por mis pecados no me creen? a Dó están mis piés? dó irán, que se paseen Por el lugar do comenzó mi afrenta? Dó está el andar con ánsia todo el dia,b Dó el sobresalto, si alguno queria c Decirme algo primero que lo oyese, Y era bueno despues quando lo oia? XLVIII. Cargado voy de mí doquier que ando, Y cuerpo y alma, todo me es pesado; Sin causa vivo, pues que estó apartado De do el vivir su causa iba ganando. Mi seso está sus obras desechando; No me queda otra renta, ni otro estado, Sino pasar pensando en lo pasado, Y cayo bien en lo que voy pensando. Tanto es el mal que mi corazon siente, Que sola la memoria de un momento Viene á ser para mí crudo acidente. a Cómo puede vivir mi pensamiento, Si el pasado placer y el mal presente b Tienen siempre ocupado el sentimiento? XLIX. Esfuerza el alma su virtud postrera, Álzase en pié, y á caminar se ensaya; Amor le dice, que si no desmaya, Verá su bien, por eso que no muera. Para durar buscando está manera; Y el tiento es necesario, y el deseo ; Yo en parte estoy do pelear los veo, |