No oso preguntar, pero pregunto; En juntándose dos, luego allí salto; Quantos me hablan, pienso que me engañan ; Enójome con ellos, y bien sé Que no tengo de qué. He de volver á enojarme conmigo, Y así de mí y de todos só enemigo. Grandes son los peligros que amor trae; Y luego acude al que tengo entre manos. ƒ Hacen torres de viento de temores De mil competidores, De tibiezas, de olvidos, de mudanzas, De tristes esperanzas. Llega ya mi temor á tanto estremo, Para curallos no les hallo tomo. Allí me están tañiendo mil rezelos. Con las mudanzas del mundo espantosas. Me dan mayor congoxa sospechadas, Contra este mal tomé al amor por padre, g En sus afrentas y venturas malas De aquella que con solo un volver de ojos h Y descansaba así mi pensamiento, Lloros, ó muerte, ó la tardanza de ella. Ya desto no hay querella Que baste, ni aquí cabe estar quexoso. Dolor tan temeroso Trae consigo mansa la paciencia. Yo espero mi sentencia, Tan hecho al mal, que la terné por buena, Por poco que se alivie de mi pena. Cancion: á mí me pesa De haber hablado así tan duramente; i Mas amor no consiente Templanza, que es muy grande su enemiga. Que ya perdona más mi corazon. V. Yo voy siguiendo mis procesos largos, Del pensamiento á diferentes partes, Digo al seso por qué no te repartes ? Las unas de las otras tan contrarias, Que no son voluntarias. O revolver del cielo, que dispuso Acá en el mundo un hombre tan confuso! Y há mil años que estoy determinado. Que el corazon no entienda lo que siente, Que lo presente haga á lo pasado Parecer tiempo bienaventurado, Y al contrario lo juzgue en un momento. Es tanto mi dolor que es ufaneza Pensar que una estrañeza Tan sin costumbre quedára en memoria, La vida he tenido y la que tengo. Yo só el tercero, estóylas componiendo, Sin que aproveche cosa que les diga Sabe Dios el espanto que sostengo, Al tiempo que á meterme entre ellas vengo. Por su parte el vivir pasado trae d De bien y mal una revuelta estraña, e Con esto se descae. Gran bien me acuerdo que por mí pasaba ; Y el amor quando pasa de su raya, Su bien mismo es aquel que más desmaya. No sé qué fué que amor puso mi estado ƒ En tan estraña bienaventuranza, Que no basta esperanza Solo á pensar que pueda ser posible. g Él pudo ser, y siendo fué imposible. Provecho no señala. En mí luego al principio no cabia, O quánto mejor fuera no alcanzalle, Subia el alma en un tan alto grado, i Que despues conservalle era el quebranto. En daño suyo se ensoberbecia, Y desto acontecia Hacérseme el juicio tan dañado, Que juzgaba por malo el buen estado. |