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No oso preguntar, pero pregunto;

En juntándose dos, luego allí salto;
Mátanme mil, que piensan no hacer nada.
Todo en todos me enfada.

Quantos me hablan, pienso que me engañan ;
Y allí luego me ensañan.

Enójome con ellos, y bien sé

Que no tengo de qué.

He de volver á enojarme conmigo,

Y así de mí y de todos só enemigo.

Grandes son los peligros que amor trae;
Pero mayores son los que me espantan.
Matan los ciertos, enojan los vanos;
Todos son ciertos, todos me quebrantan.
Qualquier caso acaecido me descae,

Y luego acude al que tengo entre manos. ƒ
Mis sentidos malsanos

Hacen torres de viento de temores

De mil competidores,

De tibiezas, de olvidos, de mudanzas,

De tristes esperanzas.

Llega ya mi temor á tanto estremo,
Que hasta los nombres de las cosas temo.
Los desastres que presente no via,
Agora me parece que los veo.

Para curallos no les hallo tomo.
Con las sombras de los males peleo.
En siendo dentro allá en mi fantasía,
Verdad se hace todo no sé cómo.
Si duermo, ó si como,

Allí me están tañiendo mil rezelos.
Van y vienen los zelos

Con las mudanzas del mundo espantosas.
Y todas estas cosas

Me dan mayor congoxa sospechadas,
Que muy sabidas, vistas y miradas.

Contra este mal tomé al amor por padre, g
A él en todas mis congoxas llamo ;
Y si al dolor me hallo muy sujeto,
Acuérdome de aquella que tanto amo,
Como el hijo se acuerda de su madre,
Quando se halla en algun gran aprieto.
Mi tan flaco sujeto

En sus afrentas y venturas malas
Se pone so las alas

De aquella que con solo un volver de ojos
Sanaba mis enojos,

h

Y descansaba así mi pensamiento,
Que sin saber por qué estaba contento.
Si yo pudiese hurtar al pensamiento
Algunos ratos de bien contemplalla,
Yo duraria hasta poder vella.
Pero mi sentimiento ya no halla
Sino dolor, espanto y caimiento,

Lloros, ó muerte, ó la tardanza de ella.

Ya desto no hay querella

Que baste, ni aquí cabe estar quexoso.

Dolor tan temeroso

Trae consigo mansa la paciencia.

Yo espero mi sentencia,

Tan hecho al mal, que la terné por buena,

Por poco que se alivie de mi pena.

Cancion: á mí me pesa

De haber hablado así tan duramente; i

Mas amor no consiente

Templanza, que es muy grande su enemiga.
Qualquier cosa que diga
Perdonármela á mí será razon,

Que ya perdona más mi corazon.

V.

Yo voy siguiendo mis procesos largos,
Y estoy incierto del estado mio.
Llévame el desvarío

Del pensamiento á diferentes partes,
Y á mi pesar tras todas ellas guio. a
Son por do quiera muchos los embargos;
Yo
para tantos cargos

Digo al seso por qué no te repartes ?
Nuevos casos requieren nuevas artes.
Pues trae el mal tan grandes diferencias,
Conviene al alma que ande diferente:
Y segun la moviere el acidente,
Que busque en sí conformes esperiencias.
De aquí son mis sentencias,

Las unas de las otras tan contrarias,

Que no son voluntarias.

O revolver del cielo, que dispuso

Acá en el mundo un hombre tan confuso!
Lo pasado revuelto y lo presente
Imaginando, no sé dónde incline,
Ni sé qué determine,

Y há mil años que estoy determinado.
En fuerte tiempo á tanto dolor vine,

Que el corazon no entienda lo que siente,
Y viva tan doliente,

Que lo presente haga á lo pasado

Parecer tiempo bienaventurado,

Y al contrario lo juzgue en un momento.
Mil veces pienso que esto no es efeto
De amor, sino que es otro algun secreto
De Dios, ó de Natura, que en tormento b
Revuelven quanto siento. c

Es tanto mi dolor que es ufaneza

Pensar que una estrañeza

Tan sin costumbre quedára en memoria,
Y ha de quedar mi nombre por historia.
En mis huesos está como enemiga
Una pelea que me está royendo.
Voy entre mí entendiendo

La vida he tenido y la que tengo.
que

Yo só el tercero, estóylas componiendo,

Sin que aproveche cosa que les diga
Para que hagan liga.

Sabe Dios el espanto que sostengo,

Al tiempo que á meterme entre ellas vengo.

Por su parte el vivir pasado trae d

De bien y mal una revuelta estraña,
Que me confunde tanto que me ensaña.
Mi corazon que luego en todo cae,

e

Con esto se descae.

Gran bien me acuerdo que por mí pasaba ;
Pero yo en fin amaba,

Y el amor quando pasa de su raya,

Su bien mismo es aquel que más desmaya. No sé qué fué que amor puso mi estado ƒ En tan estraña bienaventuranza,

Que no basta esperanza

Solo á pensar que pueda ser posible. g
No le sé dar ninguna semejanza,
Que tener pueda forma de traslado
De un bien tan acabado.

Él pudo ser, y siendo fué imposible.
Víase el bien y el bien era invisible.
Ya en ser tan grande fué mi dicha mala.
Un sol muy claro, en todo estremo ardiente
En tempestad es fuerza que reviente.
Quando el ir bien al uso desiguala,

Provecho no señala.

En mí luego al principio no cabia,
Y así se me perdia.

O quánto mejor fuera no alcanzalle,
Que tenelle, y no ser para gozalle!
Con el placer la voluntad crecia,
Y el deseo de asegurarme tanto,
Que aquí empezaba el llanto.

Subia el alma en un tan alto grado, i

Que despues conservalle era el quebranto.

En daño suyo se ensoberbecia,

Y desto acontecia

Hacérseme el juicio tan dañado,

Que juzgaba por malo el buen estado.

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