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sentencia o sentencias que en el dieredes traedlas a devida esecuçion con justicia e derecho."

"En virtud de esta comisión mandó el Arcediano comparecer á Diego Gómez, recaudador que fué de dicho Arzobispado de Sevilla, á Bartolomé Ferrández, Deán y Canónigo de Zamora, á Maestre Andrea, físico; á Antón Gómez, Canónigo de Sevilla; á Maestre Franco de Perosa; á Antón Pérez, boticario vecinos de Sevilla; á Maestre Pedro, físico; á Diego Sánchez, Clérigo beneficiado de la Iglesia de San Pedro de Sevilla; á Diego Alfonso, Bachiller Canónigo de Sevilla; á Juan Martínez, Sochantre de la misma Iglesia; á Ferrand Gutiérrez de Cuéllar. Asimismo tomó declaración á Juan Gómez, cocinero de D. Gutierre, Electo ó postulado de Toledo, y á Gonzalo, cocinero del Ilmo. Serrano, y otras personas que vinieron con el Rey y con el Obispo desde Segovia y Toledo á Sevilla.

"Todas las declaraciones convienen en que murió violentamente y sin calenturas, atestiguando el boticario y los físicos que le asistian que fué producida su muerte por envenenamiento, según el examen de los síntomas y el análisis de la sangre, etc. Dedúcese también que quien mandó darle la ponzoña fué D. Gutierre, porque así lo confesaron ambos cocineros, el de D. Gutierre que los dió al de D. Juan Serrano y el del Obispo que se los dió en la comida porque le habían prometido bastantes florines, una mula y otras cosas para más adelante. Citado D. Gutierre compareció por Procuradores, éstos formularon nuevo interrogatorio tomándose conforme á él otra declaración á los testigos y cocineros, y ratificándose todos en sus primeros asertos."

"Este proceso-escribe el citado P. Bernardino-debió llevarlo á Guadalupe el sobrino del difunto Prelado, que tenía el mismo nombre y apellido que su tío, era Tesorero de la santa Iglesia de Sigüenza, acompañaba al Obispo y, fallecido éste, renunció la Dignidad que poseía tomando el hábito de la Orden de Jerónimos y siendo religioso profeso en Guadalupe, donde tuvo el cargo de Prior. Así se explica también que se encuentre en aquel monasterio el testamento otorgado en Sevilla por el Ilmo. Sr. Serrano el mismo día 24 de Febrero en que murió. Lo hizo ante Alfon Ferrández, Escribano del Rey y Notario público en su Corte y todos sus reinos, estando el Sr. Obispo echado en una cama doliente de dolencia e quanto parescia en su perfecto conocimiento." Ad

vierte juiciosamente el expresado Padre, que el documento se extendió cuando el otorgante apenas podía hablar, dominado, sin duda, por fuertísimos dolores, pues sólo contiene respuestas muy lacónicas á las preguntas hechas por los que le rodeaban. Diego Sánchez, Clérigo, Cura beneficiado de la Iglesia de San Pedro de dicha ciudad, que antes le oyera en confesión, preguntó al señor Obispo: "Si Dios ordenava del finamiento si le plasia sser enterrado en Siguença, ó do:" E el dicho Sr. Obispo rrespondió disiendo en guadalupe. E perguntado otra ves sobre esto mesmo dixo que en guadalupe. Sobre heredero universal: "E luego torrno otra ves el dicho Diego sanchez e preguntole ante los sobre dichos al dicho señor Obispo a quien fasia heredero general de todas las cosas que quedavan de sus bienes despues que fuesen complidas las cosas sobre dichas, e rrespondio e dixo, al papa."

Llevaron, efectivamente, el cadáver á Guadalupe y le sepultaron en la Capilla de San Gregorio, labrándole luego suntuoso mausoleo sobre el cual hay una cartela con este epitafio: HIC JACET, El Illmo. Sr. D. JUAN SERRANO OBISPO DE SEGOVIA 4.° PRIOR DE ESTE SANTUARIO NOS DIO LA POSESSION DE EL EN 22 DE OCTUBRE DE 1389. Y MURIO EL DE 1402. Pobre es, en verdad, el epitafio para un personaje de tanta valía y un monumento tan rico, pero, como nos escribe el bondadoso P. Superior del monasterio: "No dice más; seguramente que antes de poner en el siglo XVIII el nuevo pavimento sería el epitafio más extenso y distinguido, pero desde esa obra desaparecieron la mayor parte de los sepulcros de piedra que estaban en las Capillas y naves de la Iglesia con las losas y descripciones, y solamente dejaron junto al lugar de los mismos un azulejo con los nombres de los personajes más principales. En el del Sr. Serrano no quitaron el sepulcro ó mausoleo, que es magnífico, pero de seguro que quitarían la losa de su inscripción, porque no es de creer que un personaje que forma época en la historia de tan célebre Monasterio, no tuviese más que esta reducida inscripción."

Sabemos, finalmente, que en tiempo de este Sr. Obispo se celebró un Sinodo Diocesano del que no tenemos más noticia que la indirecta del juramento número II, entre los que antiguamente prestaban los Prelados al tomar posesión de la Sede, el cual decía: “Item jura que mantendría y no consentiría que los receptores, mayordomos, fiscales, terceros ni administradores saquen más

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SEPULCRO DE D. JUAN SERRANO EN EL MONASTERIO DE GUADALUPE

derechos de los que antiguamente se sacaban y según que lo disponen las Constituciones de los Obispos D. Juan de Illescas y D. Juan Serrano, etc., etc.

Fundó y dotó este Prelado varias procesiones en la Iglesia Catedral, como se lee en libro antiguo de los Aniversarios. Hay una en el día de la Circuncisión, otras en 12 de Marzo, 29 de Junio, 3. 26 y 28 de Agosto y 26 de Octubre. También constan alli varios aniversarios, diciéndose en el de 24 de Febrero: "Hac die obiit dominus Johanes Serranus huius ecclesie Episcopus in civitate hispalensi. Anno a nativite Domini m. cccc. secundo.

El P. Mariana dice que por diferencias que ocurrieron en la elección de sucesor de D. Juan Tenorio muerto en 1399, D. Juan de Illescas, Obispo de Sigüenza, Vicario del Arzobispado Sede vacante, continuó en su gobierno aún por algunos años después. Tal vez haya equivocación en eso, porque en 1399 no era todavía Obispo de Sigüenza el Sr. Illescas, sino el Sr. Serrano, que aún vivió más de dos años: la equivocación pudiera consistir en ser los dos del mismo nombre. A las Cortes celebradas por D. Enrique en Toledo asistió D. Juan, Obispo de Sigüenza, como Gobernador, Sede vacante, del Arzobispado, por no haber ido todavía á su Iglesia el electo D. Pedro de Luna, pero esas Cortes se tuvieron ya en 1406 cuando el Sr. Illescas era, en efecto, Obispo de Sigüenza, habiéndolo sido antes de Orense y de Zamora, según dice Gil González Dávila.

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