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CAPITULO VI

PRIMEROS OBISPOS DE SIGÜENZA EN EL SIGLO XV

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DON JUAN DE ILLESCAS

1403 á 1415

Los Prelados de Sigüenza en los siglos xv y xv1.-Patria y padres de D. Juan. -Obispo de Orense y de Zamora.-Es trasladado á Sigüenza.-Su nombre en varios documentos.-Gobierna la Metropolitana vacante.-Confirmación de privilegios.-Pleitos sobre el Señorío.-Sinodo diocesano.-D. Juan de Illescas uno de los gobernadores de Castilla.-San Vicente Ferrer en Aillón. -Mandato del Prelado en favor de los ministros de altar y coro.-Si el senor Illescas fué Cardenal.-Concilio de Perpiñán.-Muere el Sr. Obispo en Illescas. Su cadáver traído á Sigüenza.-Recibe sepultura en el coro.-Digresión retrospectiva.-Acerca de la situación del coro.-Sarcófagos.-Epitafio.

El siglo XIV, siglo de retroceso para la cultura y el engrandecimiento de nuestra patria, así como de íntimas tristezas para la Iglesia católica á causa de los Cismas que tanto la afligieron, fué para la Diócesis de Sigüenza época, no sólo de conservación, sino también de avance, porque sus Prelados fueron todos personas de relevantes méritos, comenzando por D. Simón de Cisneros, el eminente restaurador del Cabildo, de la Iglesia Catedral y de la disciplina eclesiástica, y terminando con D. Juan Serrano, varón de gran talla como hombre de Estado y como Obispo. Vienen ahora los siglos xv y xvi, verdaderamente siglos de oro para Sigüenza y su Diócesis, pues tuvo no pocos Prelados que Prelados que vistieron y enaltecieron la púrpura cardenalicia, y otros que merecieron vestirla, habiendo

sido dignissimos todos de ocupar esta célebre Sede á la que dieron nuevos esplendores con su sabiduría y con sus virtudes.

Por sus virtudes y sabiduría llamaba justamente la atención á fines del siglo XIV un eclesiástico de cuya prudencia y consejo se servía con mucha frecuencia el gran Arzobispo de Toledo D. Pedro Tenorio, firme columna de la religión y de la patria. Aquel eclesiástico era D. Juan de Illescas, apellido tomado de la insigne villa en que nació, de los nobles y cristianos padres Alfonso González y Mencía Fernández. Terminada su carrera en las letras y en la educación clerical, le consagró el mencionado Obispo para la Iglesia de Orense, de la que fué luego trasladado á la de Zamora, como escribe Gil González Dávila, por más que en los Catálogos de Obispos de una y otra Diócesis no aparece su nombre.

Lo cierto es que el 1.o de Octubre de 1403 era ya Obispo de Sigüenza D. Juan de Illescas, á quien la ciudad reconoció como Prelado y Señor, rindiéndole homenaje según se acostumbraba al principio de cada pontificado.

Con autoridad y consentimiento de este señor Obispo el Deán y Cabildo cambió unas casas y huerta en Valdealmendras por otras de que era dueño en esta ciudad de Sigüenza el Canónigo Alonso Gutiérrez. El documento está fechado el 16 de Diciembre de 1404; y ya no encontramos en el Archivo ningún otro dato referente á D. Juan de Illescas hasta el 20 de Octubre de 1406, en que desde Madrid, donde entonces moraba, ordenó el estatuto acerca de la jurisdicción del Deán, á fin de que éste pudiera compeler á los Canónigos, Racioneros y Socios á que no saliesen del Coro sin verdadera necesidad, y á que volvieran á él los que hubieran salido. Fueron testigos, entre otros, Juan González Illescas y Diego de Illescas, sus familiares.

No debe extrañar la escasez de documentos en esa época, porque nuestro Prelado tenía que atender al gobierno de la Metropolitana de Toledo, que realmente estaba vacante desde la muerte de D. Pedro Tenorio en 1399, y que administraba D. Juan de Illescas. Por esto á las Cortes reunidas en Toledo el año 1406 asiste nuestro Obispo como Gobernador, sede vacante del Arzobispado. y cuando á fines de ese año falleció el Rey D. Enrique III, tomó juramento á la Reina D.a Catalina, madre del difunto Monarca, y al Infante D. Fernando, su tío, quienes, según el testamento de

D. Enrique, debían ser los tutores del Príncipe y gobernar el Reinodurante la menor edad de D. Juan II.

La coronación de éste tuvo lugar en Segovia á principios de 1407 con asistencia de D. Juan de Illescas, quien alcanzó del nuevo Rey diferentes gracias para esta Iglesia de Sigüenza y confirmación de todos los privilegios que habían concedido otros monarcas. Entre estos privilegios está el de que los vecinos de Sigüenza pudieran cortar leña y sus ganados pastar en términos de Medina y Atienza, conforme lo había concedido el Rey D. Fernando el Santo en 1234: siendo también confirmadas taxativamente las concesiones de D. Alfonso XI al Obispo D. Andrés en 3 de Julio de 1263, de D. Juan I á D. Juan García Manrique en 18 de Agosto de 1379 y D. Enrique III á D. Juan Serrano en 11 de Mayo de 1401 (1).

Fecha 31 de Octubre de 1407 en Segovia tiene la confirmación que con acuerdo de la Reina y del Infante D. Fernando, sus tutores y regidores, hizo el Rey á instancia del Obispo D. Juan y del Deán y Cabildo de Sigüenza del notable Privilegio expedido por D. Alfonso el Emperador á D. Joscelmo en 1170, concediendo el diezmo de todas las rentas que la Corona tiene en este Obispado. En la misma ciudad de Segovia y en el mismo día y año se confirma el Privilegio por el cual D. Alfonso X estando en Valladolid, á 16 de Octubre de 1255 mandó á todos los de este Obispado de Sigüenza que pagasen el diezmo expresando que el Rey y todos los fieles sin excepción lo paguen paladinamente, y que no se levante el montón sin tocar tres veces la campana para que vengan los Terceros ó colectores del diezmo, bajo la pena del duplo, mitad para el Rey y mitad para el Obispo (2).

El Concejo de Sigüenza se querelló ante el Rey D. Juan II de que el Obispo no se atenía á lo que D. Alfonso XI determinara respecto del alcance del Señorío, y en 13 de Enero de 1408 apoderó con este motivo el Cabildo al Prelado para que nombrase procuradores en defensa de pleitos que mediaban entre el Concejo y la Silla Episcopal á una con la Mesa Capitular. Al año siguiente los Provisores del Prelado, de los cuales era uno D. Juan González Grajal, que luego fué Obispo y entonces era Deán y Procurador

(1) Suplemento á la colección diplomática.

(2) Idem id.

del Cabildo, dieron sentencia dentro del portal de la Cadena en la Iglesia Catedral, lugar acostumbrado para las audiencias judiciales. Esta puerta es la que hoy se llama del Mercado (1)..

Celebró el Obispo D. Juan de Illescas Sínodo Diocesano el 16 de Septiembre de 1409 mandando, entre otras cosas, que los Arciprestes continuaran asistiendo á las Visperas y divinos Oficios en la festividad de Nuestra Señora de la Asunción, como era costumbre que lo hiciesen cuando la Iglesia era Regular, dando así muestras de reconocimiento y reverencia al Prelado y á la Iglesia Catedral. Sanciona la Constitución con imposición de penas para los que no la cumpliesen.

A instancia de este Prelado y del Cabildo se notificó en 3 de Enero de 1410 á la Villa de Morón lo dispuesto por el Rey don Juan II en Palencia á 11 de Agosto del año anterior para que las Justicias impidiesen el que ningún poderoso embarazase el recobro de las rentas eclesiásticas, y sacarlas de los lugares donde las tienen para llevarlas adonde fuera conveniente y albergasen y diesen todo lo necesario sin hacerles mala obra á las personas que fuesen alli con motivo de dichas cobranzas, asignando ciertas penas contra los que faltasen á lo dispuesto por el Monarca.

Cuando á consecuencia de lo acordado el año 1412 en la Junta de Caspe conocida en la Historia con el nombre del Compromiso de Caspe, el Infante D. Fernando, uno de los tutores de D. Juan II, tomó la corona de Aragón, entre los designados por el Infante para el gobierno de Castilla, fué uno D. Juan de Illescas, Obispo de Sigüenza.

Es bien sabido que el oráculo de la Asamblea de Caspe fué San Vicente Ferrer, del cual tenía un hermano llamado Gonzalo Ferrer, Canónigo de Sigüenza. Acompañado de D. Juan Illescas pasó D. Juan II de Segovia á Ayllón, á fin de acercarse á su tío D. Fernando, Rey de los aragoneses, y fué á visitarle San Vicente, quien ante el Monarca de Castilla predicó con la celestial y arrebatadora elocuencia de que Dios había dotado al prodigioso hijo de Santo Domingo, cuya palabra había sido también semilla de santidad en nuestra Diócesis. Bien merece ser conocida la curiosa dsecripción que hace de San Vicente un escritor casi contemporáneo: "Estando el Rey e la Reyna en Ayllón vino un frayle en Cas

(1) Suplemento á la colección diplomática.

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