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orden sobre el modo de sacar los diezmos y sus derechos, poniendo en observancia las Constituciones que acerca de eso había hecho firmado el Sr. D. Juan de Illescas en Guadalajara el año de 1414.

Los Provisores del Prelado (eran tres) dieron un despacho con censura contra Pedro Díaz de Zayas, que ocupaba un pedazo de prado en el Henazar. Tiene fecha 23 de Abril de 1431. Continúan en nuestro Archivo las memorias del Sr. Cardenal de San Eustaquio, Administrador perpetuo de la Diócesis de Sigüenza hasta el 19 de Febrero de 1434, pues con esa fecha dió el Provisor D. Fernando del Campo una sentencia á favor del Cabildo en el asunto de los cahices de Atienza.

Por aquellos días falleció en Basilea nuestro Prelado, de quien nos dice el P. Mariana que fué "varón de gran crédito por su doctrina y prudencia, amparo y protector de nuestra nación" (1). Cuando llegó á Castilla la noticia de su muerte estaba el Rey D. Juan II con su corte en Medina del Campo, y dice la Crónica: "La muerte del Cardenal fué de gran daño en esse tiempo porque era hombre muy notable y gran letrado, y servía mucho al Rey y sostenía á todos los castellanos que en aquellas partes iban: hubo el Rey de su fallecimiento gran dolor y vistió paños de negro y asi mismo la Reyna y el Príncipe y todos los Grandes que en la Corte estaban."

El cadáver del Cardenal fué llevado á Roma y depositado en la Iglesia de los Cuatro Coronados, poniéndole este epitafio, donde se indica que restauró aquel templo:

HAEC QUAECUMQUE VIDES VETERI PROSTRATA RUINA
OBRUTA, BERBENIS, HEDERIS DUMISQUE JACEBAT,
NON TULLIT HISPANUS CARRILLO, ALFONSUS HONORE
CARDINEO FULGENS, SED OPUS LICET OCCUPAT INGENS
SIC ANIMUS MAGNO REPARAT PALATIA SUMPTU
DUM SEDET EXTINCTA MARTINUS SCHISMATE QUINTUS.

Después fué trasladado á esta Santa Iglesia de Sigüenza, y yace en el muro del lado de la Epístola de la Capilla Mayor en precioso y magnífico mausoleo costeado por su sobrino D. Alonso Carrillo de Acuña, que le sucedió en esta Sede. Nuestro sabio Vi

(1) Libr. XXI, cap. VI.

T. II.-9

llamil describe el monumento de este modo: "El sepulcro que guarda los restos de este grande hombre, ocupa una parte del muro de la derecha de la Capilla mayor, habiendo quedado colgado al abrirse la puerta que comunica con la nave del Trascoro. Es todo de mármol y del más fino estilo ojival, como que á las gallardias de este género junta las delicadezas del arte italiano, pues consta que fué labrado en Roma. Desde el zócalo hasta el escudo de armas medirá más de seis metros. No tiene otra inscripción que la siguiente, en caracteres góticos: "El Cardenal de San Eustaquio." Y la fecha, en guarismos, del siglo XVI, que dice: "1434."

"El tiempo en que se construyó este magnífico mausoleo puede calcularse, sabiendo, como se evidencia, que el cuerpo del Cardenal estuvo por algunos años sepultado en la Iglesia de los Cuatro Coronados de Roma, restaurada á sus expensas, y que su sobrino ocupó la Silla de Sigüenza desde 1434 al 47. Es obra, por consiguiente, de mediados del siglo xv.

"Forma el sepulcro un rectágunlo, en el cual está inserto el arco conopial de la ornacina, donde yace la estatua del Prelado vestida de hábitos pontificales; tres estatuas arrodilladas se alzan junto al testero de la ornacina en actitud de oración y de duelo. La archivolta está guarnecida de lindos doseletes, con estatuas, y el arco adornado con cardinas, rematando en espléndido gablete. A los costados del arco dos ornacinas á cada lado, con sus doseletes calados, cobijan otras tantas estatuas, siendo las inferiores las de San Pedro y San Pablo y dos Angeles orantes las superiores. Los doseletes de éstos suben ya en gentil pináculo hasta el remate del monumento. Forman el fondo del rectágunlo y se destacan detrás del gablete, y entre los pináculos, cuatro arcos ciegos de dos vanos cada uno con tres lóbulos y ojo central también dentellado. Por último, el escudo del Cardenal corona el sepulcro, sostenido por ángeles y cubierto con el capelo.

"Debajo de la cama mortuoria, y formando como el zócalo del monumento, hay un relieve que representa una cacería, aludiendo, sin duda, á la conversión de San Eustaquio, cuyo título cardenalicio llevaba el difunto. La estatua yacente es de una labor exquisita, y la cabeza será retrato, á juzgar por la expresión y el carácter que manifiesta, tan en armonía con los sentimientos y virtudes. del venerable Purpurado.

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SEPULCRO DE D. ALONSO CARRILLO Y ALBORNOZ EN LA CATEDRAL DE SIGÜENZA

"Durante muchos años este magnífico sepulcro ha estado tapado por las colgaduras y tapices de la Capilla, hasta que nuestras gestiones lograron de la ilustración del Cabildo que lo dejase descubierto en los veranos, cuando están puestas las colgaduras de terciopelo. Aún se cubre, sin embargo, con los tapices en la temporada de invierno; pero, ¿qué tapiz hay comparable con la riqueza de aquellos finos mármoles, tan primorosamente esculpidos por el cincel de los escultores romanos del siglo xv? ¿Qué figuras históricas pueden ponerse delante de la imagen marmórea del Cardenal de San Eustaquio?

"En el mismo muro, algo más abajo, otro arco gótico de mármol, con delicadas labores de su estilo, abre ancho espacio á la estatua yacente del padre del Cardenal, que aparece vestido con rica armadura, en cuya ejecución apuró el artista la exactitud de las piezas de tal manera, que nosotros hemos visto completar armaduras de esa época con calcos sacados de la estatua de este sepulcro. En otro arco más humilde, abierto sobre aquél, yace la estatua de la madre del Cardenal, obra de la misma época, aunque no ostente tan primorosa ejecución.

"Los epitafios dicen: "Aquí jase el muy noble caballero Gómez "Carrillo de Albornoz, camarero que fué del Rey D. Juan el II, "nuestro señor. Murió en Escalona, jueves, dos días del mes de "Noviembre de 1347 años. Y la muy noble su muger, cuya ánima "Dios haya en paz. Fué muerta á 5 dias por andar del mes de "Octubre, año del nacimiento de Nuestro Salvador Jesucristo de "1348 años."

Estos sepulcros no son del padre y madre del Cardenal, sino de un sobrino (hermano de D. Alonso Carrillo de Acuña) y de su esposa.

Por haber sido Cardenal Diácono, ha creído alguno que no fué sacerdote, sino solamente diácono. La razón de figurar entre los Cardenales Diáconos no es bastante para decir que no estuvo ordenado de Presbítero, pues hubo y hay no pocos Cardenales del Orden de Diáconos que eran y son Sacerdotes y alguno es Obispo. Poseía nuestra Catedral una hermosa mitra que fué del Sr. Carrillo, y que él la dejó para esta Iglesia, ó la donó su sobrino. En la cuenta de Tesorería, año 1603 á 1604, dada por el Tesorero D. Antonio de Argüello, hay un auto referente á las faltas que se

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