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notaban en las alhajas y objetos preciosos, y entre ellas se hace mérito de una mitra rica, la cual se halló falta de ciertas perlas y barretas de oro, y también se anotan 22 que tenía de falta otra mitra que fué del Cardenal de San Eustaquio, quien está en el mausoleo con mitra y vestido de Pontifical, por más que esas insignias no sean siempre una prueba inequívoca de la consagración.

No fueron sólo las mitras lo que D. Alonso Carrillo y Albornoz dejó á nuestra Iglesia, porque al consignarse una de las varias procesiones y aniversarios que se hacían en sufragio de su alma, sè dice: qui multa ornamenta et pretiosa jocalia huic Ecclesiae dimissit", que dejó á esta Iglesia muchos ornamentos y preciosas. alhajas. El aniversario que se hacía el 16 de Enero, más otros cinco que allí se enumeran los fundó el Cánonigo D. Guterio Fernández de Avilés.

II

DON ALONSO CARRILLO DE ACUÑA

1436 á 1447

Fué este D. Alonso sobrino del Cardenal de San Eustaquio.—El Papa Euge-. nio IV le hace su Protonotario y le concede Beneficios eclesiásticos.—Carta que el Papa había escrito al Rey de Castilla en queja por el proceder del Cardenal. Provisión de la Sede seguntina en D. Pedro de Castilla, Obispo de Osma. Por empeño del Rey es nombrado administrador perpetuo D. Alonso Carrillo de Acuña.-Mención de este Prelado en nuestro Archivo.-Impetra Bula para ceder á la Mesa Capitular ciento y un Beneficios.—Se reserva una renta.-Prebendados estudiantes.-Es elevado D. Alonso á Obispo propio de Sigüenza.-Su venida á la Diócesis.—Confirmación de un Estatuto.-Batalla de Olmedo.-Dona la renta que se había reservado.—Sepultura de su hermano.—Obras en la Catedral.—Las tiendas del Mercadil.-Es promovido á Toledo.—Gratitud del Arzobispo.—Sus fundaciones.—Su muerte y sepultura.

Al Cardenal de San Eustaquio asistió en vida y en muerte su sobrino el Protonotario Apostólico D. Alonso Carrillo de Acuña, hijo del caballero portugués D. Gómez Vázquez de Acuña y de D.a Teresa Carrillo, señores del estado de Buendía y Azañón, y de Paredes, Portilla y Valtablado. El Rey D. Juan II, que tanto sin

tió el fallecimiento del Cardenal, procuró que el sobrino sucediese al tío en Sigüenza, y el Sumo Pontífice Eugenio IV, que después de todo no fué tan ingrato con su Legado como han escrito algunos, concedió al Protonotario los Beneficios que el Cardenal poseía, y le nombró Administrador perpetuo de esta Diócesis, aunque el agraciado sólo contaba entonces la edad de veinticuatro años.

No pasaremos adelante sin decir algo de lo que sucedió entre el Papa Eugenio IV y el Cardenal de San Eustaquio, porque es interesante para la historia de esta Diócesis y aun para la historia eclesiástica, sobre todo la de España. Hablando Loperráez de don Alonso Carrillo escribe lo siguiente: "Murió el Papa Martino V en el año de 1431 á 12 de Febrero, y juntándose los Cardenales para darle sucesor, quisieron muchos hacer la elección en el Cardenal D. Alonso, pero él resistió, y por su mediación salió electo Eugenio IV; el cual, habiendo muerto D. Francisco, Arzobispo de Narbona, Legado primero de Aviñón, después que la silla salió de Francia, le nombró á D. Alonso para Legado segundo. Juntóse luego el Concilio de Basilea en el año de mil quatrocientos treinta y tres (fué el 1431), en el que se le confirmó la Legacía.”

Lo cierto es que el Papa Eugenio IV escribió á nuestro Rey D. Juan II con fecha 31 de Enero de 1432, quejándose amargamente del proceder que el Cardenal de San Eustaquio había observado en Aviñón, de donde obligó á salir á su Obispo Marcos, Gobernador de la ciudad, y dice el Papa, que, si D. Alonso no se conducía de otro modo, estaba resuelto á quitarle la Iglesia de Sigüenza que tenía en encomienda y desposeerle de los demás beneficios: si præfatus Cardinalis ab iniquo ejus proposito recedere ullo modo intenderet decrevimus Ecclesiam Seguntinam quam idem hactemus habuit in Commendam ab eodem Cardinali abdicare, alterique qui eidem sue serenitati gratus sit conferre ac etiam de aliis beneficiis disponere.

Ya en aquella fecha, apenas comenzadas sus sesiones, estaba desautorizado el Concilio de Basilea, porque lo dice Eugenio IV, el cual intentaba celebrar Concilio general en Bolonia esperando que se reuniesen allí más de 250 Obispos. Del de Basilea escribe: Cum contest post revocationem et dissolutionem apostolica auctoritate de fratrum nostrorum Consilio et assensu á nobis factam qui divina disponente clementia, licet indigni, ad regimen summi Apo

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stolatus assumpti sumus nullum penitus ibidem esse posse Concilium.

Sea porque D. Juan II escribiese al Papa en favor del Cardenal de San Eustaquio, á quien tanto apreciaba, sea porque el mismo. Cardenal diese explicaciones ó alguna satisfacción al Sumo Pontífice, fuese por uno y otro motivo, la verdad es que no se le quitó la administración de este Obispado ni algún otro de sus beneficios; pero siempre hubo en el corazón del Pontífice alguna amargura respecto de la conducta de aquel Purpurado, como se ve por lo que escribió en Diciembre de 1434 al Rey D. Juan II, contestándole á la recomendación que le hacía en favor de D. Alonso, sobrino del ya difunto Cardenal.

Al fallecimiento de éste proveyó el Papa la Sede Seguntina en el Obispo de Osma D. Pedro de Castilla, que era pariente de S. M., nombró para Osma al Prelado de León Fr. Alonso de Cusanza, confesor del Rey, y dió el Obispado de León á D. Juan Mella, entonces Protonotario y Refrendario de Su Santidad y muy querido del Monarca: tibi carissimum. Esto lo hizo el Papa creyendo que sería muy del agrado de D. Juan II, mas antes de notificar los nombramientos recibió carta del Rey, en la que recomendaba, sin duda con mucha eficacia, para la Diócesis de Sigüenza á D. Alfonso Carrillo, sobrino del Cardenal de San Eustaquio y Protonotario de Eugenio IV. Accede Su Santidad á la súplica del Monarca castellano y le dice:

"Hemos olvidado lo que á Nós y á la Iglesia ofendió el difunto Cardenal en Aviñón y en el Concilio; se lo perdonamos todo para que también le perdone el que de todos se compadece. A su sobrino el Protonotario, que en nada ha faltado, le amamos como á hijo y le amaremos mucho más atendiendo á tu recomendación. Dimos pruebas de quererle favoreciéndole antes de que nadie intercediese por él, porque al distribuir los beneficios, que su tío poseía, habiendo dado los mayores á personas notables y beneméritas. y los menores á otras que son dignas, para que el sobrino no apareciese preterido ó menospreciado, ya que por su poca edad no se le podía hacer Obispo, le dimos Beneficios cuya renta llega á cuatrocientos florines, á fin de que pueda dedicarse al estudio hasta hacerse docto. Y si para estudiar prefiere venir á la Curia, le recibiremos como á hijo con toda caridad y benevolencia ;

si él estudia, bien sea fuera, bien en nuestra Corte, es nuestro intento promoverle cuando llegue el tiempo (1).'

En el Archivo de nuestra santa Iglesia no ha quedado instrumento alguno en que conste la Prelacía de D. Alonso Carrillo de Acuña hasta el año 1436, dos después de la muerte de su tío.

Ya en 12 de Marzo de 1436 Juan González de Ures pidió á los Provisores del Sr. D. Alfonso Carrillo, Protonotario de la Sede Apostólica, Administrador perpetuo de esta Iglesia y Obispado interpusieran su decreto ad perpetuam rei memoriam en la aceptación que había hecho de la herencia de un hermano suyo. Entre los testigos es uno Bartolomé Sánchez, vecino de Palazuelos, lugar de Iñigo López de Mendoza, Señor de Hita, que fué padre del tan célebre Obispo de Sigüenza y Cardenal D. Pedro González de Mendoza.

Al año siguiente, 1437, el Provisor Don Juan López de Oteo en nombre del Sr. Carrillo, hizo una Concordia con D. Luis de la Cerda, Conde de Medinaceli, y los Concejos de Sigüenza, Medina y La Riba, sobre derecho de rozar y de que los ganados pastasen en los términos respectivos. El Rey D. Juan II autorizó después esta Concordia.

No había venido aún á la capital de su Diócesis este Prelado, pero deseando dar al Cabildo una muestra de su atención, amor y generosidad, teniendo en cuenta lo tenue de lo que producían sus Prebendas, impetró Bula del Papa Eugenio IV para la unión á la Mesa Capitular de ciento un Beneficios que tenía en este Obispado. A 23 de Enero de 1439, á instancia del Rey, del Sr. D. Alonso Carrillo, Administrador perpetuo de este Obispado y del Deán y Cabildo de Sigüenza anejó el Papa á la Mesa Capitular todos los préstamos y beneficios que tenía dicho Prelado, y que había cedido al Cabildo, expresando la pobreza de las Prebendas, que eran 78 en número, sin que excediesen sus rentas de 25 libras turonenses. El donante se reserva la pensión de 700 florines de oro, de Aragón, mientras viviese, y dice que ha de gozar de ella, aunque fuera trasladado á otra Sede. La ejecución de la Bula vino cometida á don Alonso Alvarez de Turégano, Arcediano de Calahorra.

Un año después, 16 de Enero de 1440, el Deán y Cabildo, con (1) Colecc. diplom., núm. 156.

autoridad y consentimiento del Sr. D. Alonso Carrillo, su Obispo, hicieron un Estatuto relativo á la cantidad que debían percibir los Beneficiados ó Prebendados de esta Iglesia que tenían ó tuvieren privilegio de Su Santidad ó de algún Cardenal ó Legado, Rey ó Reina, ó por motivo de estudios generales, en cuya virtud debieren hacer mansión en los lugares que les señalaban dichos privilegios fuera de la Iglesia y Cabildo: queriendo éste evitar disgustos y altercados, considerando la pobreza actual de la Mesa, y que en lo antiguo los beneficios de cada Prebenda apenas sumaban 15 florines, y que en tiempo del Rey D. Pedro, cuando el Papa Clemente VI le hizo la concesión de un diezmo en todas las Iglesias, se computó lo que rendían á la Mesa Capitular todas sus rentas, ascendiendo sólo á 800 florines, que distribuídos entre 80 Prebendados, correspondían diez florines para cada uno. Habida cuenta de todo lo expuesto, estatuía el Cabildo que á cada uno de los legítimamente privilegiados se le diesen 25 florines anualmente, con la condición de que para la Pascua de Navidad estuviesen en poder del Cabildo las certificaciones que acreditasen hallarse los dichos privilegiados en el estudio ó en el desempeño de sus respectivas funciones.

Hiciéronse á 20 de Septiembre de 1440 apeos de los términos de Atienza, La Riba, Riendas, Torrequebrada, Miralrío y otros lugares, é hiciéronse con poderes que se insertan del Príncipe don Juan, Rey de Navarra, de D. Alonso Carrillo, electo y confirmado del Obispado de Sigüenza, del Deán y Cabildo de la misma y del Concejo de Atienza. Esto prueba que D. Alonso Carrillo de Acuña fué, no solamente Administrador perpetuo de esta Diócesis, sino también su Obispo propio, como se confirma por lo que se dice en el libro antiguo de Procesiones y Aniversarios, donde se consigna que, efectivamente, fué Obispo de Sigüenza habiendo sido antes. su Administrador perpetuo: 14." Januarii, Aniversarium pro anima Reverendi Patris D. Alfonsi Carrillo dictæ Ecclesiæ Seguntina Episcopi, qui in vita sua antequam cidem Ecclesiæ præficeretur in Episcopum et Fontificem, erat ante Administrator perpetuus in cadem.

La redacción de este aniversario es muy exacta, porque, según consta por las Bulas de Eugenio IV, D. Alonso fué nombrado Administrador de esta Diócesis á 6 de Julio de 1435, el 24 de Diciembre del mismo año se le dió la Administración ad vitam, ó sea á

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