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cendia de Portugal y portuguesa fué nuestra Santa Patrona, quiso el devoto Prelado que el cuerpo de la gloriosa virgen y mártir, pobremente albergado en el altar de San Ildefonso, tuviese capilla propia y que fuese tan magnífica como lo pedían la riqueza del tesoro á que se dedicaba, la hermosura del templo, la suntuosidad del sitio elegido y la munificencia de la egregia persona á cuyas expensas se levantaba. De esa Capilla nos dice nuestro Villamil :

"Son tantas y tan interesantes las obras artísticas acumuladas en esta Capilla, que el descontentadizo académico D. Antonio Ponz, aun sin poder entonces presumir el valor histórico que encierra esta Capilla, decía, al consignar en sus Viajes las impresiones de su visita á este templo: "Magnifico es, á todo serlo, el "testero del crucero de esta iglesia, que corresponde al lado del "Evangelio." Y así es, en efecto, porque, á modo de espléndida tapicería, cubren los tres muros monumentos esculturales de tal precio, que uno solo bastaría para afamar el mérito de nuestra insigne basilica. Representa esta Capilla para la historia del arte nacional las primicias del estilo plateresco, introducido en España por Alonso de Covarrubias, que veinte años antes que lo implantase en la Catedral de Toledo, labrando la Capilla de los Reyes Nuevos, hubo de ensayarlo en esta iglesia, trazando y dirigiendo las obras que le fueron encomendadas por la incansable solicitud del Cabildo."

Continúa describiendo tan exacta y primorosamente como él sabe hacerlo la sacristía de esa Capilla con su interesantisima portada, y luego nos dice de la obra principal: "Las reliquias de Santa Librada carecían de lugar propio desde los últimos años de la Edad Media, estaban en situación precaria, llevadas y traídas de una parte á otra, cuando vino á dársela definitiva y suntuosa uno de las Prelados más ilustres que ha tenido la Iglesia de Sigüenza, el señor D. Fadrique de Portugal, que rigió esta Silla desde 1512 hasta 1532.

"En el año 1515, movido de su gran devoción á la invicta mártir Santa Librada, dió principio á la suntuosa Capilla en que hoy la veneramos, cuya obra estaba ya terminada en 1518, si bien no tuvo reja hasta cuatro años después, en que la donó la Marquesa de Jaro. Este grandioso retablo está labrado en piedra caliza y espléndidamente adornada con imaginería á lo romano, según dice un documento de la época. Cons

ta de tres cuerpos divididos en otras tantas secciones longitudinales. En el centro del primer cuerpo ábrese esbelta ornacina. de medio punto, de metro y medio de profundidad, donde se halla colocado el altar de la Santa. El intradós de la bóveda está ornamentado de casetones propios del Renacimiento, y en los costados, en dos órdenes de nichos, hay colocadas las imágenes en relieve de San Agustín, San Ambrosio, San Jerónimo y San Gregorio Magno, y en la parte superior el ángel, el águila, el león y el toro, símbolo de los cuatro Evangelistas.

"Sobre el arco del altar, y en el centro del segundo cuerpo, ábrese otro, también de medio punto y cerrado por artística verja, dentro del cual campea la preciosa urna sepulcral que guarda las reliquias de la invencible mártir juntas con otras muchas de diversos santos. Finalmente: sobre el camarín referido álzase un tercer cuerpo que cierra en frontón triangular, con pilastras y roleos, en cuyo témpano sobresalta, en bien combinado grupo de alto relieve el Misterio de la Anunciación de Nuestra Señora."

Sigue D. Manuel P. Villamil ofreciendo á nuestra admiración otras bellezas del grandioso monumento, y pasa á describir el Mausoleo de D. Fadrique de Portugal, diciéndonos: "Formandoángulo con el suntuoso altar de la Santa, erigido á sus expensas, mandó levantar el Obispo D. Fadrique su sepulcro que, por su grandiosidad y bellas proporciones, quita alguna vista al retablo, al cual, á nuestro juicio, supera en la esbeltez y gallardia de los miembros y aun en la novedad y armonía del conjunto.

"El estilo es el mismo del altar, y será obra de las mismas manos, habiéndose ejecutado poco después, de modo que ya estaba concluído cuando murió el Prelado en Barcelona en 1539. Así se comprende que, enterado de la disposición de este sepulcro, dijese en su testamento, que aunque el bulto estaba en medio, su cuerpo fuese colocado en el suelo, rasgo de humildad propio de sus esclarecidas virtudes. Consta de un zócalo, muy adornado, en cuyo centro resalta una lápida con esta bella inscripción, que parece obra suya por la modestia en que está inspirada:

"HOC TEGITUR LAPIDE ILLUSTRISSIMUS DOMINUS FREDERICUS A PORTUGALIA HUJUS ALMAE ECCLESIAE PRAESUL, POTENTISSIMORUM PRINCIPUM FERDINANDI ET ELISABETH CASTELLE ET LEGIO

NIS ET ARAGONUM ET UTRIUSQUE SICILIAE REGUM SERVUS ET

FACTURA.

"Asiéntase sobre el zócalo un cuerpo seccionado en tres paites: en la central campea grandioso y muy adornado el escudo del fundador y en las laterales ábrense sendos nichos con las imágenes en talla de San Andrés á la izquierda y San Francisco á la derecha. Bellas columnitas dividen el cuerpo central de las dos alas, que terminan por ambos extremos en una doble pilastra profusamente ornamentada de complicados grutescos.

"El tercer cuerpo del mausoleo, que es el principal, ofrece en su centro amplia concavidad de medio punto, en cuyo fondo se contemplan arrodillados y vestidos de luengas capas pluviales tres sacerdotes, que son: el fundador, que tiene delante un reclinatorio, cubierto con un paño, y dos asistentes ó familiares que le acompañan en su oración. Indudablemente la estatua del fundador será retrato, cuando tan próximo á su fallecimiento se alzó el grandioso sepulcro.

"El monumento remata con un cuerpo rectangular, de la anchura de la sección central del mismo, donde entre pilastras y finas labores destaca en medio relieve la representación del entierro ó sepultura del Divino Salvador, base y fundamento de nuestras esperanzas en la resurrección de los muertos."

Contribuyó también D. Fadrique con su donativo para la construcción de la balaustrada que hay delante de los órganos, y agradecido el Cabildo, puso en ellas las armas del generoso Prelado.

Al donar en 6 de Agosto de 1530 la suma de 150.000 maravedis para que se gastasen en el edificio de la torre llamada de la Contaduría ó de San Pedro, regaló á la Iglesia ocho tapices que él tenía en su cámara, los cuatro de la historia de David, y los otros cuatro de la de Eneas, y además todas las piezas que tenía bordadas con sus armas y sin ellas para un ornamento entero de casullas. capas, dalmáticas, estolas, albas, etc. Para su Capilla de Santa Librada y sacristía dió cruz, candeleros, portapaz, cáliz, campanilla. vinajeras, todo de plata dorada, y muchos preciosos ornamentos para el servicio de la misma con dos misales, según la Regla de Sigüenza, y como parte de la dote que tenía contratada por razón de patronato, donó varias heredades en Alcuneza, Cubillas, La Ventosa, Las Olmedillas, Mamblona, Borjabad y otros pueblos,

entregando por el mismo concepto cuatro mil y quinientos ducados de oro y peso que montan un ciento y seiscientos ochenta y siete mil y quinientos maravedis, para que el Cabildo comprase otras fincas. Dedicada al Apóstol Santiago el Zebedeo había y existe en el claustro de la Catedral una Capilla que comunica con la Sala Capitular de verano y se llamó del Protonotario, refiriéndose al tristemente célebre D. Diego López de Madrid, intruso en la prelacia. De esa Capilla se cedió el Patronato al Provisor de D. Fadrique el Chantre D. Antonio Mora, quien la restauró con ayuda del Prelado y puso en ella el escudo de su señor Obispo. También se ven las armas de D. Fadrique de Portugal en la Iglesia de Pelegrina, donde, por tratarse de pueblo perteneciente al Señorío, ejecutaría algunas

obras.

Las parroquias de Santiago y San Vicente, creadas en Sigüenza por el Obispo D. Cerebruno en el siglo XII, se mantuvieron hasta principios del xvI. El Cabildo y los clérigos de aquellas iglesias estuvieron durante más de tres siglos en continuos disentimientos, y deseaban los Sres. Capitulares que las dos parroquias fuesen agregadas en cuanto á los frutos, muy escasos por cierto, y que la parroquialidad de ambas se refundiese en la de San Pedro. Después de no pocas gestiones fracasadas se logró, por fin, la apetecida fusión, y el año 1525, en que el Sumo Pontifice Clemente VII anejó perpetuamente las iglesias parroquiales de Santiago y San Vicente á la Mesa capitular, siendo de cuenta del Deán y Cabildo la reparación y conservación de los dos templos y proveerlos para el culto divino “de uno ó muchos Presbíteros seculares ó regulares de cualquier orden amovibles ad nutum Capituli".

Era á la sazón Prelado D. Fadrique, y consiguió que la iglesia de Santiago fuese cedida á las monjas clarisas de la Tercera Orden que tenían contigua su morada. Estaba el templo ruinoso, pero el Sr. Obispo mandó hacer á sus expensas las obras necesarias, y por eso vemos aún su escudo episcopal sobre la puerta de entrada.

CAPITULO XI

OTROS PRELADOS DE SIGÜENZA EN EL SIGLO XVI

I

DON FRAY GARCÍA DE LOAYSA, CARDENAL

1532 á 1539

Es distinto del que escribió la Colección de Cánones.-Su pueblo y padres.Anécdotas.-Toma el hábito de Dominico en Salamanca.-Su noviciado y profesión en Peñafiel.—Estudios y cargos en la Orden.-Maestro General.— Obispo de Osma.-Cardenal de la Santa Iglesia.—Es trasladado de Osma á Sigüenza.-El Deán D. Rodrigo de Miranda sale para Roma.—Instrucciones que le dió el Cabildo.-Concordia.-Obispos auxiliares.-Acerca del Sinodo.-Venida del Sr. Loaysa á Sigüenza.—Provisión de Canónigos de oficio-Prebendados estudiantes.-Obra del Sagrario ó Sacristía.-Solemnísima traslación del cuerpo de Santa Librada.—Curación milagrosa.-Unión de un Beneficio á la Mesa Capitular.-Es promovido el Cardenal Loaysa a Arzobispado de Sevilla.-Carta de despedida.

Algunos han confundido á este Prelado de Sigüenza con su paisano el Dr. García de Loaísa, que murió nombrado Arzobispo de Toledo el año 1598 y que fué autor de la famosa Collectio Conciliorum Hispanorum. El nuestro nació también en Talavera de la Reina, pero cincuenta y cuatro años antes que el Compilador de los Concilios, ó sea en 1476, siendo sus padres D. Pedro de Loaysa y D. Catalina de Mendoza.

Como llegó á tan altas dignidades, refiérense de su niñez varias anécdotas, que yo creo inventadas muy á posteriori. Cuéntase que su Padre le sorprendió escribiendo en la pared estas palabras: "Quiero estudiar, quiero ser eclesiástico, quiero ser Obispo, quiero ser Cardenal, quiero ser Pa..." D. Juan de Espinosa en su Historia y grandeza de Sevilla dice que quien le sorprendió fué el Maestro de novicios, y que el letrero era éste : "Fr. Garcia de Loaysa, Prior tres veces, Provincial General de la Sagrada Orden de Predicadores, Con

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