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copal se acuda con el salario y lo demas que hubieren de haber con las dichas tenencias y se ha dado á los antecesores el tiempo que las tuvieren desde que tomaren la posesion dellas hasta que sea proveido el dicho Obispo y tome la posesion de esa Iglesia, lo cual hareis y cumplireis sin que haya en ello embarazo ni impedimento alguno. Fecha en Madrid á 25 de Noviembre de 1567.-Yo el Rey. Por mandado de su Magd. Francisco de Eraso."

El Cabildo acató la real disposición, pero expuso “que de tiempo inmemorial á esta parte siempre esta Iglesia Sede vacante ha proveído las dichas Fortalezas y Castillos a personas que con toda felicidad y subjección de Su Magestad las han tenido y que en esta Santa Iglesia hay diferente razón que en otras destos Reynos porque en el Señorio de la Ciudad son Señores juntamente com e! Prelado".

Llevada la apelación al Consejo Real, éste "pronunció un auto en que decía que la provisión echa por Su Magestad por pertenecerle estaba muy bien echa y que lo pedido por el Cabildo no había lugar".

CAPITULO XIII

PRELADOS DE SIGÜENZA EN EL ÚLTIMO TERCIO DEL SIGLO XVI

I

EL CARDENAL DON DIEGO DE ESPINOSA

1568 á 1572

los enemigos de Felipe II-Pueblo y año en que nació el Sr. Espinosa.-Circunstancias extraordinarias de su nacimiento.-Sus estudios en Salamanca.— Provisor de Sigüenza.-El Rey le confia altos puestos.-Es creado Cardenal por el Papa San Pio V.-Felicitación del Cabildo.-Es presentado para la Sede de Sigüenza.-Toma de posesión en el Ayuntamiento.—l'enida del Cardenal á Sigüenza.-Se trata de que los PP. jesuítas funden casa en nuestra ciudad.-Visita el Prelado la Catedral y dicta varias disposiciones.— Acerca de la fundación del Sr. Valdés.-Comisión de l'isita al Colegio.-Universidad de San Antonio.-Mandamiento del Cardenal á los alcaldes y jueces de su Señorio.-Delicada salud del Prelado.-Su muerte.-Anécdota. -Es enterrado en Martin-Muñoz.-Epitafio.-Visita Felipe II d sepulcro del que fué su mejor Ministro.

Los escritores protestantes y sus afines, tanto nacionales como extranjeros, no perdonan á Felipe II, brazo derecho de la Cristiandad, el que hubiese defendido con feliz éxito en España y sus dominios la pureza de la fe católica, y cuando se cansan de lanzar enormidades contra aquel Rey piadosísimo, se vuelven contra sus ministros, haciendo objeto especial de sus iras al Cardenal Espinosa, á quien achacan la muerte del desgraciado Príncipe D. Carlos y á quien presentan, ya como audaz, ya como pusilánime, ya, en fin, como víctima del real enojo. Puesto que nuestra misión se circunscribe á narrar los hechos de los Obispos de Sigüenza no

hay para qué disertemos acerca del carácter personal, influencia política y otras circunstancias de aquel gran Presidente del Consejo de Estado, ni hemos de rebatir las falsas afirmaciones de los enemigos del Catolicismo, pues ya lo han hecho escritores de mayor valia.

Nació D. Diego de Espinosa el año 1502 en Martín Muñoz de las Posadas, Obispado de Avila, siendo sus padres D. Pedro de Espinosa y D.a María de Arévalo, y dicese que "la Iglesia le sirvió de cuna, cual presagio de las altas dignidades eclesiásticas á que había de ascender"; pues refieren que su madre, hallándose en cinta de él, sufrió un ataque de catalepsia, y creyéndola muerta, la llevaron al templo para darle sepultura; mas cuando el clero recitaba el oficio de difuntos, el aparente cadáver volvió en sí. Pasado muy poco tiempo dió felizmente á luz un niño, y todavía sobrevivió la madre catorce años.

Vistió D. Diego la beca de los colegiales de San Bartolomé en Salamanca, donde hizo la carrera de Derecho civil y canónico, safiendo tan aventajado, que el Sr. Patriarca de las Indias D. Fernando Niño, Obispo de Sigüenza, le nombró su Provisor, desempeñando ese cargo en esta Diócesis por espacio de algunos años, como consta en varios documentos.

Felipe II le confió los altos empleos de Oidor de Valladolid, Regente de Navarra y Consejero del Supremo y Real de Castilla. El Presidente del Consejo D. Juan de Figueroa estaba ya en trance de muerte, le visitó el Rey y le consultó acerca de la persona que podría ocupar su puesto, si el Señor le llamaba á sí; el moribundo Presidente contestó que el de mejores prendas era el Licenciado Espinosa, designación que aprobó el Soberano. En 1566 presidía D. Diego el Consejo, cargo que, como es sabido, era el de plenisima confianza del Monarca, y como el Sr. Valdés, antes Prelado de Sigüenza y á la sazón Arzobispo de Sevilla, era de mucha edad y estaba muy achacoso, nombraron Inquisidor general á D. Diego, si bien con carácter de sustituto mientras vivió el Arzobispo. A 9 de Septiembre del mismo año concedió el Papa San Pio V la púrpura cardenalicia al Presidente del Consejo D. Diego de Es-. pinosa con el título de San Esteban in Monte celio.

Grata fué al Cabildo de Sigüenza la noticia de que Su Majestad había nombrado Presidente del Consejo al que antes había sido

Provisor de esta Diócesis, y consignó su complacencia en Acta del 18 de Agosto de 1565 diciendo que "entendido por sus mercedes la merced que S. M. ha echo al Sr. Licdo. Espinosa de la Presidencia del Consejo Real platicaron de que seria bien enbiar persona aposta para dar el parabien al Sr. Licdo., y paresció á sus mercedes que ninguno lo puede mejor que el Sr. Doctor Torres ni que mas acepto sea á Su Sria., y ansi le cometieron que pues pasa á Toledo al Concilio Provincial se vaya por Madrid y haga el oficio, y su merced se encargó dello".

En los primeros días de Mayo de 1568 se supo que el Rey habia presentado para la Sede de Sigüenza al Cardenal Espinosa. Grande fué aquí el regocijo de eclesiásticos y seglares, yendo al punto comisiones del Cabildo y del Concejo para felicitar al nuevo Prelado, que los recibió con suma benevolencia. En Roma se despacharon las Bulas á 5 de Julio y el 1.o de Septiembre tomó D. Diego posesión de la ciudad y de la Diócesis. Se conserva el acta levantada con ese motivo en el Ayuntamiento, y dice asi:

“En 1.o de Septiembre de 1568 estando los Sres. Justicia y Regimiento juntos y allegados á campana tañida en las casas del Consistorio de esta Ciudad de Siguenza por ante mi Gregorio Mendieta del Castillo, Escribano de S. M. y Escribano de Siguenza y testigos parescio el Illustre Sr. Juan de Salazar, Alcayde, en nombre del Illmo. e reberendisimo Señor D. Diego de Espinosa, Cardenal de la Santa Iglesia de Roma. Presidente del Consejo Real de S. M. Obispo y Señor de Siguenza Inquisidor General en los Reynos de España e por virtud del poder que de Su Sria. tiene se presento e requirio al dicho Concejo Justicia y Regimiento e Ciudad juntos como estaban con una provision Real de S. M. en que se mandaba dar la posesion della dicha Ciudad y Obispado á su Illma. para que la obedezcan guarden e cumplan e notificada se obedeció todo con el acatamiento devido y dijeron estaban prontos de llos guardar y complir como de S. M. y su Sria. y en lo que en ellos era daban la posesion Real, actual cebil e corporal de la dicha Ciudad, e habian e daban por buena la posesion tomada. En seguida el dicho Alcayde Sr. D. Juan de Salazar como acto de posesion y en nombre y por virtud del dicho poder de su Sria. tomo las varas á los Alcaldes resumió en si los oficios de Justicia y luego

nombro otros para que los sirviesen hasta San Miguel de Septiembre del año actual.

"En el mismo día y año juntos en su Ayuntamiento los dichos Sres. Justicia y Regimiento, etc., se trato si conbendria se hiciesen algunos regocijos por la buena nueva e posesion de su Sria. Tratóse sobre ello y acordóse que por ser tan fresca la muerte del Principe nuestro Señor cese por agora hasta que otra cosa les parezca.

A fines de Marzo de 1569 vino por vez primera á su ciudad y Obispado el Sr. Cardenal Espinosa, siendo recibido por el Cabildo, Ayuntamiento y fieles con la reverencia y amor que merecia tan encumbrado personaje y Padre tan cariñoso. El Ayuntamiento le obsequió con “una carga de vino blanco de Alaejos de ocho cántaras, doce perniles de tocino, veinte y cuatro capones, dos terneras y cuatro carneros".

De celoso Pastor y afectuoso padre dió muestra el Prelado accediendo al ruego de la ciudad para el establecimiento definitivo de los PP. Jesuítas en Sigüenza, como veremos al tratar de las fundaciones monacales y establecimientos religiosos en nuestra Diócesis durante los tres siglos que historiamos en el presente volumen. De lo que hizo en favor del Cabildo nos habla un Acta capitular, donde consta que "el Sr. Maestrescuela, uno de los señores Deputados por el Cabildo para proponer al Illmo. Prelado varios negocios que en gran manera afectaban á la Corporación, dió cuenta a la misma como su Sria. Illma. en todos los que se le habian pedido de justicia les habia dispensado merced a sus mercedes como paresció por una copia del Memorial que se le dio con lo decretado por Su Sria. Illma. al margen la cual se leyo en Cabildo por el dicho Sr. Maestrescuela y sus mercedes lo mandaron dar y entregar al Sr. Procurador general Gonzalo de Gamboa Canonigo para que lo pusiese en los Archivos de esta Iglesia y lo hiciese en todo guardar y cumplir y dieron gracias á nuestro Senor por las mercedes recibidas de Su Sria. Illma. por haberles dado un tan generoso y justo Pastor, y cometieron a los Sres. Tesorero, Arcediano de Ayllon, Dr. Zorita y Licdo. Armendariz para que de parte de sus mercedes besen los pies á Su Sria. Illma. y le den las gracias por las mercedes recibidas y le ofrezcan todo servicio" (1).

(1) Cabildo del 13 de Abril de 1569.

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