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cedes muy encarecidamente le ayuden con lo que ayudaron al Illmo. Sr. Cardenal Espinosa su antecesor y que para ello nombren y diputen personas con quien los pueda tratar y conferir. Sus mercedes loaron mucho su proposicion y respondieron que lo verian y tratarian y darian la respuesta. Y salido su Sria. Illma. fuera y vueltos sus mercedes al Cabildo, que salieron a acompañarle dijeron que para tractar de esto es necesario llamar a todos Capitulantes y no Capitulantes y ansi mandaron que el Portero les llame para mañana con pena de media barra."

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Se reunió en efecto el Cabildo pleno al día siguiente, y deterque "respecto a lo propuesto por su Sria. Illma. acerca de sus mercedes nombrasen Diputados que se juntasen con el a tratar de la religion y Orden que seria bueno se tragese a Siguenza segun que su Sria. dice lo tiene en devocion por lo que toca al servicio de nuestro Señor y aprovechamiento de las animas. Sobre lo cual todo sus mercedes platicaron y en cuanto a la Religion y Orden dijeron que siendo su Sria. servido de traerla a sus espensas que la traiga enhorabuena." Desabrida contestación, pues lo que el Prelado demandaba era ayuda, como la habían ofrecido al Cardenal Espinosa, cuando trató de que fundaran en Sigüenza los PP. de la Compañía de Jesús, prometiendo entonces el Cabildo dar sitio ó solar donde edificasen la residencia. Si ahora el Sr. Obispo había de hacerlo todo á sus expensas, no necesitaba rogar tan encarecidamente que le ayudasen.

En 14 de Marzo de 1577 volvió el Prelado de un viaje á Valladolid y quiso el Cabildo que se le hiciese recepción saliendo los Beneficiados en mulas al puente de Cañizares; mas esto mismo que parecía un honor para el Sr. Obispo, podía resultar una irreverencia, porque añade el acuerdo capitular "que si Sria. Illma. sale de la Carroza y se pone á Mula le acompañaran, y ordenaron y mandaron que no saliendo de la Carroza y poniendose a Caballo ningun Sr. Beneficiado le acompañe so pena de un mes de Barra".

Un año después, hondamente impresionado D. Juan Manuel por la muerte de un hermano suyo, tomó la resolución definitiva de renunciar el Obispado, y el 28 de Abril de 1578 "paresció personalmente, nos dice el Acta capitular de aquel día, ante sus mery sentado en su silla Obispal del Cabildo con muchas lagrimas y sollozos propuso en como habia muchos años que tractaba de ser Religioso y represento los medios que para ello habia puesto

cedes

y las causas urgentes porque lo habia suspendido hasta ahora que ya le aprieta tanto el corazon sobre ello que no lo puede mas dilatar; y por entender la gran carga que es la Prelacía y por parescerle que tendra harto que hacer en dar buena cuenta a Dios de su anima sin dar cuenta de tantas animas como son a su cargo siendo Prelado y que esta deliberacion ha tomado despues de muchos dias de acuerdo y de mucha oracion y sacrificios que ha hecho a nuestro Sr. y que no le mueve otro fin salvo por salvarse, y que asi se partira esta tarde a Madrid a consolar a su Cuñada de la muerte del Sr. D. Pedro Manuel, su hermano de la Camara y muy precisado de su Md. que le escriben de la Corte no le daban mas que media hora de vida; y de alli partira para Valladolid a visitar y consolar á su Sra. Madre de la muerte de tan buen hijo como pierde, y desde alli con su bendicion se ira al Monasterio y Convento de los Frayles Cartujos de Xerez en el Andalucia a do esperara la respuesta de Su Magd. de lo cual le ha dado cuenta muy en particular y le tiene escripto le encomiende muy de veras a nuestro Señor y ansi con gran ternura y muchas lagrimas pidio muy encarecidamente a sus mercedes le encomendasen a nuestro Sr. en general, y en particular y que le perdonasen; que el suplicaria a nuestro Sr. en su lugar ponga aqui Prelado cual convenga a su servicio y que prosiga el amor y gran voluntad que siempre ha tenido a sus mercedes.

"Sus mercedes maravillados de tal novedad respondieron a su Sria. Illma. besandole las manos que a una tan grave deliberacion no sabian que decir de presente, pero que muy de veras le encomendarian a nuestro Señor.

"Y salido su Sria. de Cabildo sus mercedes mandaron en los sacrificios del Altar y en los que se hacen en particular encomienden este negocio de su Sria. a nuestro Sr. y cometieron a los señores Arcediano de Medina, Chantre y Canonigo G. Rodriguez y Gonzalo de Gamboa suban a su Sria. Illma. a darle el pesame de la muerte del Sr. D. Pedro su hermano y le ofrezcan todo servicio para este camino."

El Papa Gregorio XIII aceptó por fin la renuncia de D. Juan Manuel en público Consistorio habido el 30 de Enero de 1579 Y el 13 de Marzo se declaró en Cabildo la Sede vacante procediéndose al nombrabiento de Gobernadores y Provisores, Oficiales y Vicarios generales, Alcaldes y regimiento de la ciudad y Alcaydes de

las fortalezas de Sigüenza, Torre Saviñán, Pelegrina, Riba de Santiuste y Jubera.

No llegó D. Juan Manuel á realizar sus propósitos de entrar religioso en la Cartuja de Jerez ni en ningún otro Monasterio ó Convento. Los cuatro años que sobrevivió después de admitida su renuncia estuvo unas veces en Madrid y otras en Valladolid. Nos dice el P. Sigüenza en la parte 3.a de su Historia de la Orden de San Jerónimo, que á D. Juan Manuel, Obispo dimisionario de esta nuestra Diócesis, se dió comisión y encargo de conducir al Escorial el cadáver del Príncipe D. Diego fallecido en la corte el 21 de Noviembre de 1582. No era la primera vez que hacía el Prelado tan triste jornada, pues ya en 1575 había acompañado también el cuerpo difunto del Infante D. Carlos Lorenzo.

Por lo que escribe Salazar y Castro en las Pruebas de la Casa de Lara sabemos que D. Juan Manuel, Señor de las villas de Cevico de la Torre y Belmonte de Campos, hallándose enfermo en Valladolid el 11 de Abril de 1583, otorgó testamento ante Pedro de Arce diciendo que se diera sepultura á su cadáver en la Parroquia de San Gregorio de aquella ciudad y declarando heredero de su Señorío y bienes sobrantes al Duque de Nájera D. Manrique de Lara. Consignó una manda de mil ducados á la santa Iglesia de Zamora é igual cantidad á la de Sigüenza, no sin haber advertido antes que cuando dejó este Obispado no tenía bienes algunos adquiridos en él ni en el de Zamora, que antes tuvo.

Lo legado á esta Iglesia se invirtió en fundar una memoria perpetua por su alma diciéndose anualmente en la tarde del 30 de Junio y mañana del 1.o de Julio Nocturno y Misa de difuntos, carga que vino cumpliéndose con toda religiosidad hasta la última desamortización de los bienes eclesiásticos.

III

DON FRAY LORENZO DE FIGUEROA Y CÓRDOBA

1579 á 1605

Fué religioso de la Orden de Santo Domingo.-Hijo de los Marqueses de Priego.-Estudia en el colegio de Predicadores de Valladolid.-Sus triunfos en el púlpito.-Es nombrado Prior del convento de Córdoba.-Maestro de Sagrada Teología.—Su elevación á Obispo de Sigüenza.-Ayuna rigurosamente el día en que fué consagrado.-Venida á la capital de la Diócesis.-Préstamo que le hace el Ayuntamiento.-Favor al Cabildo.-Comienzan las generosidades del Prelado en obsequio de la Catedral.-Proyecto de unas andas de plata para llevar el Santísimo.-La Custodia.-Concilio Provincial de Toledo.-Sinodo Diocesano en Sigüenza.-Continúan les donativos del Obispo á su Iglesia.-Participan de sus munificencias el Concejo y el Hospital.Ordenamiento para remedio de la pobreza.-Paso de Reyes y Príncipes por la Diócesis Seguntina.-Visitas del Sr. Obispo y recibimiento que se hace á las Reales Personas.-Detalles que consigna el Sochantre Pérez-Discrepancias entre el Prelado y el Cabildo.—Aumentan las mercedes que el señor Figueroa hace á la Iglesia.-Muerte del caritativo Prelado.-Su sepultura y epitafio.—Fundaciones. - Cuadros para la Sacristia.-Dotes y Cofradías.

De este eximio Prelado, una de las muchísimas glorias que enaltecen á la Orden de Predicadores, escribió el P. Maestro Fr. Juan de Araya, en su Historia del Convento de San Esteban de Salamanca, obra inédita de que hablamos al tratar del Sr. D. Fray García de Loaisa:

"No porque el convento de San Esteban de Salamanca ―escribe aquel autor-haya dado al de San Pablo de Córdoba un tan ilustre hijo ha de perder, ni es razón que pierda, la gloria de haberle engendrado en la religión como su primera y verdadera madre que le dió el ser dándole el hábito. Sacóle del mundo y de sus peligros, vistióle de las armas de luz con que muchos nobilísimos caballeros han peleado contra los vanos aplausos de este mundo, estimando más la santa pobreza de la religión que sus grandezas, por parar todas en dolores, tristezas y miserias, y, al fin, en un sepulcro.

Fué hijo D. Fr. Lorenzo de D. Luis Suárez de Figueroa y de D. Catalina Fernández de Córdoba, Marqueses de Priego, Con

des y luego Duques de Feria. Llamado por Dios á vida religiosa dejó su casa y brillante porvenir en el mundo, tomando el hábito de frailes de Santo Domingo en San Esteban de Salamanca y profesando en San Pablo de Córdoba el año 1548.

"Luego que comenzó los estudios-dice el P. Araya-dió muestras de habilidad y de ingenio, pareció á todos que era razón enviarle á Valladolid á el Colegio que allí tiene la Orden, tan celebrado por grande en el mundo, que nadie ignora su lustre, esplendor y grandeza. No estaba vaca por entonces la Prebenda que el convento de San Pablo de Córdoba tiene en aquel Colegio por haberse proveído pocos días había, y así lo nombró por colegial de Valladolid el convento de Jaén. Entró en el Colegio y salió de él con los medros que de su ingenio se podían esperar, y aunque salió muy aprovechado en todo, salió más echo en lo Expositivo por haberse aplicado á este género de estudio con más cuidado."

Terminados los estudios y vuelto al convento de Córdoba, comenzó á darse al ejercicio de la predicación con gran celo, y aunque al principio no parecía que había de ser muy grande el ejercicio, lo mejoró de tal suerte, que vino á ser uno de los mayores predicadores que ha tenido España. Fué tan fácil en el predicar que, en una ocasión en que la Iglesia catedral de Córdoba hizo fiesta nueve días á Nuestra Señora de Villaviciosa, predicó todos los nueve días sin que le ayudase otro, y dejó al auditorio tan admirado, regalado y gustoso, que desde entonces le veía toda la ciudad como á su único predicador y maestro.

"Hiciéronle Prior del convento de San Pablo de Córdoba tan mozo que no pasaba de los treinta y cuatro años; mas como lo que le faltaba á la edad suplía con mucha perfección en la prudencia, no gobernó como mozo sino es como anciano y como si hubiera muchos años que andaba en el oficio. Fué grande la puntualidad que tuvo en guardar y hacer que todos guardasen con gran rigor las Constituciones, observancias y ceremonias de la Orden. Era el primero en todo para hacer con su ejemplo fácil y dulce lo que de suyo es tan áspero y duro. Fué luego segunda vez Prior en el mismo convento guardando el mismo rigor que en la primera."

Cuenta después el P. Araya como el Rvmo. P. General de la Orden Fr. Vicente Justiniano le envió el título de Maestro en Sagrada Teología, distinción que estimó en gran manera, pero que rehusó, creyéndose indigno de aquella honra, siendo preciso

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