Églogas de Garcilaso de la VegaEn las prensas de la Universidad de Oxford, 1918 - 77 páginas |
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... decir del accidente la causa principal ; bien que pensaba que era mal que decir no se consiente ; y a la sazón en la ciudad yo estaba , como tú sabes bien , aparejando 2029-8 B 115 120 125 130 135 aquel largo camino que esperaba ; y ...
... decir del accidente la causa principal ; bien que pensaba que era mal que decir no se consiente ; y a la sazón en la ciudad yo estaba , como tú sabes bien , aparejando 2029-8 B 115 120 125 130 135 aquel largo camino que esperaba ; y ...
Página 22
... de ésta , aquella vida cualquiera por descanso la juzgara . Ser debe aquesta historia aborrecida de tus orejas ya , que así atormenta 295 300 30 31 31 3 3 . mi lengua y mi memoria entristecida . Decir ya más 22 GARCILASO DE LA VEGA.
... de ésta , aquella vida cualquiera por descanso la juzgara . Ser debe aquesta historia aborrecida de tus orejas ya , que así atormenta 295 300 30 31 31 3 3 . mi lengua y mi memoria entristecida . Decir ya más 22 GARCILASO DE LA VEGA.
Página 23
Garcilaso de la Vega. mi lengua y mi memoria entristecida . Decir ya más no es bien que se consienta 335 junto todo mi bien perdí en un hora , y esta es la suma , en fin , de aquesta cuenta . SALICIO Albanio , si tu mal comunicaras con ...
Garcilaso de la Vega. mi lengua y mi memoria entristecida . Decir ya más no es bien que se consienta 335 junto todo mi bien perdí en un hora , y esta es la suma , en fin , de aquesta cuenta . SALICIO Albanio , si tu mal comunicaras con ...
Página 30
... decir que con mis quejas toco las divinas orejas , no pudiendo las humanas tocar , cuerdo ni loco . ¡ Oh hermosas oréades , que teniendo el gobierno de selvas y montañas , a caza andáis por ellas discurriendo ! Dejad de perseguir las ...
... decir que con mis quejas toco las divinas orejas , no pudiendo las humanas tocar , cuerdo ni loco . ¡ Oh hermosas oréades , que teniendo el gobierno de selvas y montañas , a caza andáis por ellas discurriendo ! Dejad de perseguir las ...
Página 39
... ausente , yo lo perseguiré como enemigo . ¿ Sabrásme decir dél , mi clara fuente ? 910 Dímelo , si lo sabes ; así Febo nunca tus frescas ondas escaliente . Allá dentro en lo fondo está un mancebo de laurel ÉGLOGA SEGUNDA 39.
... ausente , yo lo perseguiré como enemigo . ¿ Sabrásme decir dél , mi clara fuente ? 910 Dímelo , si lo sabes ; así Febo nunca tus frescas ondas escaliente . Allá dentro en lo fondo está un mancebo de laurel ÉGLOGA SEGUNDA 39.
Términos y frases comunes
afligido agora agua clara Alce ALCINO alegría alma amor ánimo Apolo aquesta ardiente artificio atento basta blanco pie CAMILA canto caza Céfiro cielo clara y pura corazón corriendo corzo cruda cuerpo cuitado Danubio daño deja dellas desta destos Dinámene dolor dulce ÉGLOGA Elisa embebecido enojos enternecen escondido escucha escura espanto espirtu Estaba figurada estambre extraña fatigados Febo Fernando fiero Flérida flores fresco furor ganado halla hermosa hermosura hiedra hierba jabalí lágrimas llanto lleno llora loco luego mancebo mano miralla mirando monte morir mostraba mover mozo muda muerte mueve mundo NEMOROSO ninfa Nise oficio ojos olmo ondas paso pastores pecho pintado pintura poco prado presto presuroso prora pudiera quejas quiere rato ribera río Salid sin duelo selva Severo siento siesta soltó sombra sospira suelo sueño Tajo tardanza testigo tierno tierra TIRRENO Tormes tornaba triste umbroso valle venía Venus verde verdura vía viendo viento zampoña
Pasajes populares
Página 11 - ... mundo cubre, de do viene el temor que nos espanta, y la medrosa forma en que se ofrece aquella que la noche nos encubre, hasta que el sol descubre su luz pura y hermosa; tal es la tenebrosa noche de tu partir, en que he quedado...
Página 10 - Después que nos dejaste, nunca pace en hartura el ganado ya, ni acude el campo al labrador con mano llena.
Página 7 - No soy, pues, bien mirado, tan disforme ni feo; que aun agora me veo en esta agua que corre clara y pura, y cierto no trocara mi figura con ese que de mí se está riendo; ¡trocara mi ventura!
Página 8 - Tú sola contra mí te endureciste, los ojos aun siquiera no volviendo a lo que tú hiciste. Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. Mas ya que a socorrer aquí no vienes no dejes el lugar que tanto amaste, que bien podrás venir de mí segura. Yo dejaré el lugar do me dejaste; ven, si por sólo esto te detienes.
Página 9 - ... por donde no hallaba sino memorias llenas de alegría; y en este mismo valle, donde agora me entristezco y me canso, en el reposo estuve ya contento y descansado. ¡Oh bien caduco, vano y presuroso! Acuérdome, durmiendo aquí algún hora, que, despertando, a Elisa vi a mi lado.
Página 75 - Flérida, para mí dulce y sabrosa más que la fruta del cercado ajeno, más blanca que la leche, y más hermosa que el prado por abril, de flores lleno...
Página 13 - Divina Elisa, pues agora el cielo con inmortales pies pisas y mides, y su mudanza ves, estando queda, ¿por qué de mí te olvidas y no pides que se apresure el tiempo en que este velo rompa del cuerpo, y verme libre pueda, y en la tercera rueda contigo mano a mano busquemos otro llano, busquemos otros montes y otros ríos, otros valles floridos y sombríos, donde descanse y siempre pueda verte ante los ojos míos, sin miedo y sobresalto de perderte?
Página 11 - Cual suele el ruiseñor con triste canto Quejarse, entre las hojas escondido, Del duro labrador, que cautamente Le despojó su caro y dulce nido De los tiernos hijuelos entre tanto Que del amado ramo estaba ausente...
Página 10 - ¿Quién me dijera, Elisa, vida mía, cuando en aqueste valle al fresco viento andábamos cogiendo tiernas flores, que había de ver con largo apartamiento venir el triste y solitario día que diese amargo fin a mis amores?
Página 5 - Y tú, desta mi vida ya olvidada, sin mostrar un pequeño sentimiento de que por ti Salicio triste muera, ¿dejas llevar, desconocida, al viento el amor y la fe, que ser guardada eternamente sólo a mí debiera?