Églogas de Garcilaso de la VegaEn las prensas de la Universidad de Oxford, 1918 - 77 páginas |
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... duro labrador , que cautamente le despojó su caro y dulce nido de los tiernos hijuelos , entre tanto que del amado ramo estaba ausente , y aquel dolor que siente con diferencia tanta por la dulce garganta despide , y a su canto el aire ...
... duro labrador , que cautamente le despojó su caro y dulce nido de los tiernos hijuelos , entre tanto que del amado ramo estaba ausente , y aquel dolor que siente con diferencia tanta por la dulce garganta despide , y a su canto el aire ...
Página 12
... duro trance de Lucina , y aquella voz divina , con cuyo son y acentos a los airados vientos pudieras amansar , que agora es muda ; me parece que oigo que a la cruda , inexorable diosa demandabas en aquel paso ayuda ; y tú , rústica ...
... duro trance de Lucina , y aquella voz divina , con cuyo son y acentos a los airados vientos pudieras amansar , que agora es muda ; me parece que oigo que a la cruda , inexorable diosa demandabas en aquel paso ayuda ; y tú , rústica ...
Página 31
... duro dolor que en vida estaba padeciendo . Y por el paso en que me ves te juro que ya me iba a arrojar de do te cuento , con paso largo y corazón seguro , cuando una fuerza súbita de viento vino con tal furor , que de una sierra pudiera ...
... duro dolor que en vida estaba padeciendo . Y por el paso en que me ves te juro que ya me iba a arrojar de do te cuento , con paso largo y corazón seguro , cuando una fuerza súbita de viento vino con tal furor , que de una sierra pudiera ...
Página 38
... duro suelo , este rebelde cuerpo , que detiene del alma el expedido y leve vuelo . Yo me daré la muerte , y aun si viene alguno a resistirme ... ¿ A resistirme ? El verá que a su vida no conviene . ¿ No puedo yo morir , no puedo irme ...
... duro suelo , este rebelde cuerpo , que detiene del alma el expedido y leve vuelo . Yo me daré la muerte , y aun si viene alguno a resistirme ... ¿ A resistirme ? El verá que a su vida no conviene . ¿ No puedo yo morir , no puedo irme ...
Página 50
... ¡ Oh patria lagrimosa , y cómo vuelves los ojos a los Gelves , sospirando ! El está ejercitando el duro oficio , 129 1225 121 121 1190 116 120 1206 ; y con tal artificio la pintura mostraba su figura 50 GARCILASO DE LA VEGA.
... ¡ Oh patria lagrimosa , y cómo vuelves los ojos a los Gelves , sospirando ! El está ejercitando el duro oficio , 129 1225 121 121 1190 116 120 1206 ; y con tal artificio la pintura mostraba su figura 50 GARCILASO DE LA VEGA.
Términos y frases comunes
afligido agora agua clara Alce ALCINO alegría alma amor ánimo Apolo aquesta ardiente artificio atento basta blanco pie CAMILA canto caza Céfiro cielo clara y pura corazón corriendo corzo cruda cuerpo cuitado Danubio daño deja dellas desta destos Dinámene dolor dulce ÉGLOGA Elisa embebecido enojos enternecen escondido escucha escura espanto espirtu Estaba figurada estambre extraña fatigados Febo Fernando fiero Flérida flores fresco furor ganado halla hermosa hermosura hiedra hierba jabalí lágrimas llanto lleno llora loco luego mancebo mano miralla mirando monte morir mostraba mover mozo muda muerte mueve mundo NEMOROSO ninfa Nise oficio ojos olmo ondas paso pastores pecho pintado pintura poco prado presto presuroso prora pudiera quejas quiere rato ribera río Salid sin duelo selva Severo siento siesta soltó sombra sospira suelo sueño Tajo tardanza testigo tierno tierra TIRRENO Tormes tornaba triste umbroso valle venía Venus verde verdura vía viendo viento zampoña
Pasajes populares
Página 11 - ... mundo cubre, de do viene el temor que nos espanta, y la medrosa forma en que se ofrece aquella que la noche nos encubre, hasta que el sol descubre su luz pura y hermosa; tal es la tenebrosa noche de tu partir, en que he quedado...
Página 10 - Después que nos dejaste, nunca pace en hartura el ganado ya, ni acude el campo al labrador con mano llena.
Página 7 - No soy, pues, bien mirado, tan disforme ni feo; que aun agora me veo en esta agua que corre clara y pura, y cierto no trocara mi figura con ese que de mí se está riendo; ¡trocara mi ventura!
Página 8 - Tú sola contra mí te endureciste, los ojos aun siquiera no volviendo a lo que tú hiciste. Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. Mas ya que a socorrer aquí no vienes no dejes el lugar que tanto amaste, que bien podrás venir de mí segura. Yo dejaré el lugar do me dejaste; ven, si por sólo esto te detienes.
Página 9 - ... por donde no hallaba sino memorias llenas de alegría; y en este mismo valle, donde agora me entristezco y me canso, en el reposo estuve ya contento y descansado. ¡Oh bien caduco, vano y presuroso! Acuérdome, durmiendo aquí algún hora, que, despertando, a Elisa vi a mi lado.
Página 75 - Flérida, para mí dulce y sabrosa más que la fruta del cercado ajeno, más blanca que la leche, y más hermosa que el prado por abril, de flores lleno...
Página 13 - Divina Elisa, pues agora el cielo con inmortales pies pisas y mides, y su mudanza ves, estando queda, ¿por qué de mí te olvidas y no pides que se apresure el tiempo en que este velo rompa del cuerpo, y verme libre pueda, y en la tercera rueda contigo mano a mano busquemos otro llano, busquemos otros montes y otros ríos, otros valles floridos y sombríos, donde descanse y siempre pueda verte ante los ojos míos, sin miedo y sobresalto de perderte?
Página 11 - Cual suele el ruiseñor con triste canto Quejarse, entre las hojas escondido, Del duro labrador, que cautamente Le despojó su caro y dulce nido De los tiernos hijuelos entre tanto Que del amado ramo estaba ausente...
Página 10 - ¿Quién me dijera, Elisa, vida mía, cuando en aqueste valle al fresco viento andábamos cogiendo tiernas flores, que había de ver con largo apartamiento venir el triste y solitario día que diese amargo fin a mis amores?
Página 5 - Y tú, desta mi vida ya olvidada, sin mostrar un pequeño sentimiento de que por ti Salicio triste muera, ¿dejas llevar, desconocida, al viento el amor y la fe, que ser guardada eternamente sólo a mí debiera?