Imágenes de páginas
PDF
EPUB

cid, director del instituto provincial de Cuenca, ya reconociendo las ruinas del que fué convento de San Francisco, ya encontrando el paradero de la lápida sepulcral de MONTALVO, ya examinando el archivo del municipio y las memorias de la poblacion. Aun habrian sido de mayor resultado sus atinadas indagaciones, á encontrarse el referido archivo menos destrozado y revuelto, porque es abundante en papeles antiguos.

Rica ha sido la cosecha en el archivo del ayuntamiento de Madrid, con la ayuda de su gefe D. Timoteo Domingo Palacios; pues se han encontrado cuatro documentos y noticia de otros dos, del tiempo en que el Licenciado D. ALONSO desempeñó alli comisiones reales de suma importancia.

No tan feliz resulta el escrutinio de los archivos de Toledo, á pesar del conocimiento especial y buena voluntad con que los ha registrado mi compañero D. Antonio Martin Gamero, historiador dignísimo de la imperial ciudad. Mas he tenido la fortuna de que, en un tomo de varios manuscritos, venido á la Academia de la Historia, encuentre y me copie el entendido oficial D. Manuel Goicoechea una sentencia original de nuestro magistrado, siendo asistente de la corte goda; amen de otro fallo de igual tiempo, que ya habia registrado entre los mss. de la Biblioteca Nacional el académico D. Francisco Fernandez y Gonzalez.

Mis gestiones en Baeza y en Múrcia, por conducto de los conocidos literatos D. Antonio Benavi

des y D. Ramon Campoamor, han sido completamente desgraciadas. Sea por la falta de papeles de aquella época ó por su confusion y desórden, nada ha parecido que ilustre el corregimiento que en ambas poblaciones desempeñó el eminente juez.

Todavía es mas lamentable la pérdida del archivo familiar, que habia ordenado en Gascueña (Cuenca) D. Francisco Manuel de Sandoval y Parra, donde se sabe que existia, no ha mucho, un gran legajo rotulado Montalvo. No puedo consolarme de la destruccion de depósito tan precioso para mi asunto, porque no procede de la injuria del tiempo, ni del comun descuido, que tantas pruebas han robado á la historia, sino de una determinacion femenil, inconsiderada y fatal. Para ensanchar un comedor y aprovechar la estantería en aparadores, se deshizo el archivo, y se hacinaron los legajos en una bohardilla, á disposicion de cocineras y merceros, que muy pronto los consumieron. ¡Así acaban en un dia las glorias de afanosas generaciones! Si la caridad y las relaciones amistosas no me moviesen en favor de la señora, que cometió tan enorme desacierto, la señalaría por su nombre; pero no ella, sino su error, merece el anatema de la parentela y de los amantes del saber.

de

Respecto de las obras literarias del DOCTOR MONTALVO no me he contentado con recoger lo que ellas se ha dicho en la Bibliotheca de D. Nicolás Antonio, en la Typographia del P. Mendez y de su adicionador Hurtado, en el Manual de Mr. Brunet,

en las Memorias de D. Rafael Floranes, en el Elogio de Isabel la Católica de Clemencin, en la Biblioteca de libros raros de Gallardo, en los escritos de Laserna, Montalban, y Pacheco y en la Biblioteca juridica de Fernandez Llamazares: he examinado detenidamente las bibliotecas públicas de Madrid, y muchas particulares de letrados y estudiosos, como se verá en las citas de las ediciones encontradas; habiendo estrañado mucho, que en la del ilustre colegio de abogados, solo haya dos libros, comunísimos, del mas famoso de los jurisconsultos.

Tambien he hecho reconocer las bibliotecas de Sevilla, Toledo, Salamanca, Zamora, Valladolid, Coimbra y otras poblaciones, empeñado en conocer positivamente cuantas estampaciones se conservan de tan fecundo autor: porque ademas de interesarme esa prolijidad para la vida del señor de esta historia, considero el asunto de grande estima para la literatura, así en la parte jurídica, como en la tipográfica; pues las obras de MONTALVO, publica, das en la cuna de la imprenta, ofrecen curiosos pormenores bibliográficos y han llegado á ser tan raras y difíciles de hallar, que de alguna no se encuentran mas de tres ó cuatro ejemplares.

He logrado ver por mí mismo la mayor parte de las impresiones, de las que doy segura reseña: de otras me garantizan personas de confianza, que las tuvieron en sus manos, siendo las menos las que cito por referencia de inseguro orígen.

Además de las diez y seis ilustraciones, que

van en el Apéndice, pongo un árbol genealógico de la familia de MONTALVO; un croquis de la ciudad de Huete, en que se ven las casas, que fueron suyas, señaladas A y B; B; el facsimile de su firma; el sello que ponia en los documentos; la planta de la iglesia arruinada de San Francisco, en que fué enterrado; y el dibujo de la lápida sepulcral, en que resalta su estátua yacente.

Mucho les queda que hacer á los que en adelante se ocupen de este asunto: grandes correcciones y adiciones podrán hacer á mi trabajo, tan primordial como los del protagonista, y ejecutado en un campo sin desbrozar: con todo, me atrevo á esperar de su indulgencia, que estimen en algo mi esfuerzo, siquiera no les sirva de otra cosa, que de sendero abierto por un atrevido gastador, de itinerario para mejor esplorar el terreno, de indicador de lo que queda sin reconocer.

Juzguen los doctos como quieran este escrito, puedo asegurarles, valiéndome de una frase del mayor de nuestros ingenios, que la obra presente <<mas tiene su fuerza en la verdad, que en las frias descripciones.>>

« AnteriorContinuar »