Anciano ya y cansado de los afanes de la Córte, quiso MONTALVO recojerse á vida mas tranquila: necesitaba los cuidados asiduos familiares, y ansiaba el aprovechar el sosiego del campo. Por el año 1476 se retrajo á su casa de Huete, donde fué preparando los originales para imprimir sus libros; al año siguiente se publicó el Repertorio y tres despues, el de 1480, recibió el encargo de los Reyes Católicos y de las Córtes habidas el mismo año en Toledo, de reducir á un solo cuerpo las leyes y ordenanzas que, esparcidas ó dispersas, daban gran trabajo á los jueces y dificultaban la recta y pronta administracion de justicia. Hizo este trabajo inmenso en los cuatro años siguientes, pues en el códice avitelado que de él se conserva (1) consta, que se acabó de escribir en la ciudad de Huete, el dia 11 de noviembre de 1484.

Otros libros concluyó residiendo en la casa de campo que tenia, unos cinco kilómetros al E. S. E. de la ciudad, en las Aldehuelas, poblacion situada en el ángulo que forman el Vallejo de Valdecabras, con la Vega de la Aldehuela, en la raya del término de Verdelpino, cerca del molino de Espantaperros. Eran dos aldehuelas, y de aquí su nombre en plural; una titulada de Santivo (Sant Yvo) que era la del DocTOR, y otra llamada del Judío, por pertenecer entonces á un hebreo, morador del Castillo de Huete, de quien la compraron los herederos de MONTALVO. Solamente quedan rastros de ambas, sobre todo de la primera, en una estension de mas de 300 metros llena de cimientos.

(1) Biblioteca escurialense. Lit. Z, plut. 2, núm. 8. Acaba asi el tomo II, pág. 311: Codex chartaceus majore forma XI Novembris in urbe Optensi (Huete), anno MCCCCLXXXIV ut in ejusdem fine legitur scriptus, cui hæc recentiore manu subduntur.

y majanos, cerca del sifon del viaje de aguas potables traidas estos años á Huete. Del aspecto de la quinta de Santivo, donde escribió nuestro jurisconsulto la dedicatoria de su Repertorio Manual, nos dejó una buena memoria, dirigiéndose á su Mecenas el obispo de Sigüenza D. Pedro Gonzalez de Mendoza. Con frases elegantes y un tanto poéticas, cual si no fuera tan anciano el celebro, como declaraba la partida de bautismo, y como si no estuviera descontento de la vida, á pesar de la edad y de los achaques, he aquí lo que dice, entusiasmado con su tusculana: «Considerando >>que mi vigor corporal está enfermo de vejez, que >>cesé de recorrer oficios reales y de ocuparme de la >>cosa pública, y que he llegado á la edad decrépita; >>me vine á morar y recrear á un lugar frondoso y de >>prados, á la orilla de un rio, circunvalado de árbo>>les, etc. »> (1).

Cuando de esta manera se alegraba el escritor en aquel estrecho valle, regado por el arroyo de la Calzadilla ¿qué deleites no sentiría el venerable anciano en las mas espaciosas y arboladas vegas del Cauda, del Mayor y del Calbache?

Siempre tuvo nuestro paisano casa abierta en la ciudad, aun en las épocas de residir en la corte. De los edificios que menciona en su testamento se distingue perfectamente el que dejó á su hija Teresa intra muros, frente á la puerta de Almazan, que es la que hoy posee Doña Bernarda Priego y su inmediata (divididas posteriormente) calle de San Pedro, números 1 y 3. Con

(1) Considerans quod meus vigor corporeus iam senectute tabescat. in regalibus navigare officiis, remque publicam gerere cesavi, et in decrepita constitutus etate, in loco nemoris hervoso, circa ripas fluminis undique arboribus vallato recreationis eam diu moram traxi.

esta finca y otras casas en Barajas fundó un vínculo el beneficiado de San Miguel, Bernardino Gomez de Montalvo, al otorgar su testamento el 18 de setiembre de 1594.

Las casas principales de su morada, sitas en el Arrabal, al principio de la Morería, parroquia de San Nicolás de Medina, no aparecen hoy tan claramente, á pesar de tantas señas, porque con el transcurso del tiempo se reunieron las tres parroquias de San Nicolás de Medina, Santa María de Atienza y Guadalupe y se borró la demarcacion de las antiguas circunscripciones; pero confrontados todos los datos, parece muy probable, que corresponde á la que perteneció á D. Julian Abadia y hoy á D. Agustin Cuenca, en la calle de la Escuela, en el rincon que forma frente á la fuenᎩ cuesta de Guadalupe: casa de antigua y sólida construccion, con huerta y olivar anejos y las ruinas de un palomar, que tal vez fué el donado al convento de San Francisco por el enterramiento (1).

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Era dueño además el señor MONTALVo de bienes raices considerables en algunos pueblos del partido, y señaladamente en la aldea de Barajas, que entonces se dividia en los tres grupos de Suso, de Medio y de Yuso; bienes con que fundó dos mayorazgos al otorgar su testamento. Consistian en unas doce yuntas de tierra, bastantes en la Vega, en el molino harinero de Donace, el batan de dos pilas del Pasadero, otro molino al frente de la poblacion de Medio, que despues se

(1) Véase el croquis que acompaño, sacado del que de encargo del Ayuntamiento ejecutó pocos años ha el parcelador de Estadística D. Juan Minguet y Mayá. En él he señalado las dos casas citadas y el rastro de las murallas que dividian la ciudad y los arrabales. El convento de San Francisco estaba al SE. fuera del casco de la poblacion, pero contiguo á ella,