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⚫María Francisca, y cree que te ama de corazon tu más ⚫amante hermano.-M. CARLOS. »

CARTA SESTA.

DEL REY FERNANDO VII.

«Madrid 30 de Junio de 1833.-Mi muy querido her⚫mano Cárlos: He recibido á un tiempo tus dos cartas del •19 y 22 del presente; y ellas solas, si no me lo mostrase ⚫tu conducta, bastarian para revelar el designio de entre⚫tener con pretextos y eludir el cumplimiento de mis ór⚫denes. Ya no tratas del viaje sino para ponderar sus obs⚫táculos. Si te hubieses embarcado cuando yo lo determi⚫né, y me decias, te daré gusto, y te obedeceré en todo, ⚫hubieras prevenido el contagio de Cascaes: si aun des⚫pues de tus primeras demoras no hubieras emprendido ⚫la jornada de Coimbra, contra mi expresa, prohibicion, ⚫hubieras podido estar á bordo el 10 ó 12, cuyo plazo te •prefijé: si hallando en ese funesto viaje infestada la villa de Caldas hubieses retrocedido, como dictaba tu misma ⚫seguridad, ya que nada valgan para ti mis mandatos, no ⚫hallarias ahora tomado el camino de tu vuelta por una li⚫nea de pueblos contagiados. Quien por voluntad propia y ⚫contra su deber permanece en el país donde renacen los •peligros, los busca; y es responsable de sus consecuencias. •No te perseguiria el contagio si no fueses tú delante de él. •¿A quién persuadirás que estás más seguro á dos leguas de ⚫la epidemia, sin saber si principiará en ese pueblo por tu familia, que poniendo el Océano de por medio? Alegas la dificultad de embarcarte en Cascaes, que era el punto designado anteriormente, con tan poca razon como alegas ⚫mi primer consentimiento para ver á Miguel, despues de habértelo prohibido. En mi carta del 15 te insinué que Guruceta elegiria embarcadero sano y seguro, segun dictasen las circunstancias, y en la Real órden que la acom⚫pañó y se te ha comunicado, añadí expresamente que se

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buscase cualquier otro punto de la costa. Con subterfugios >tan fútiles no se contesta cuando se habla con sinceridad. ⚫Llévate en buen hora al médico que deseas. Yo le queria á nuestro lado ignorando tu empeño; pero no te negaré este gusto, como no te he negado ninguno que haya sido com⚫patible con mis deberes. No es lo mismo del pago de los dos millones que solicitas, y de que he tomado conocimiento como te ofrecí. La deuda que reclamas es anterior ⚫al año de 23, en que por regla general se cortaron cuentas sin satisfacer los atrasos. Por gracia particular conce»dí á los infantes un abono mensual á cuenta de sus cré⚫ditos, hasta la completa extincion; tú continúas percibién dole; y para no exigir de una vez cantidad tan superior á >la señalada en el pago privilegiado y singular, no es necesario una suma delicadeza, basta el sentimiento de la »justicia. Tienes dispuesta y provista abundantemente la fragata, y trescientos mil reales además á tu órden; sobra para el viaje. A tu llegada te he dicho que hallarás todo lo que necesites: allí, como en Portugal, puedes arreglar »tus obligaciones. En vano fias en el juicio público, que »ya entiende y acusa tu detencion, y la condenará abierta⚫mente cuando conozca las razones evasivas de tu inobediencia. Yo no puedo consentir ni consiento más que re»sistas con frívolos pretextos á mis órdenes; que continúe ⚫á vista de mis pueblos el escándalo con que las quebran>tas; que emanen por más tiempo de ese país los conatos impotentes para turbar la tranquilidad del reino, nunca ⚫tan asegurada como ahora. Esta será mi última carta si no >obedeces; y pues nada han podido mis persuasiones »fraternales en casi dos meses de contestaciones, procederé segun las leyes si al punto no dispones tu embarque ⚫para los Estados Pontificios, y obraré entonces como soberano, sin otra consideracion que la debida á mi corona y á mis pueblos; quedándome el pesar de que hayan sido ⚫inútiles las insinuaciones cariñosas de que solo quisiera usar contigo tu muy amante hermano.-FERNANDO. »

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CARTA SÉTIMA.

DEL INFANTE D. CARLOS.

«Coimbra 9 de Julio de 1855.- Mi muy querido hermano, Fernando mio de mi vida: He recibido tu carta del »50 del pasado y su contenido me ha causado el sentimiento »que puedes considerar; inútil es alegar razones, cuando »no tengo otras que las expuestas, las cuales en mi juicio »son sencillas, solidas y verdaderas, pero que no son aten»didasó no se creen suficientes: ahora me dices que resisto »á tus órdenes, que quebranto tus niandatos con escándalo »de tus pueblos, y que no emanen por más tiempo de estet »país los conatos inipotentes para turbar la tranquilidad del »reino, viéndote precisado à obrar como soberano si no »obedezco al momento, procediendo segun las leyes, sin »otra consideracion que la debida á tu corona y à tus »pueblos, ya que nada han podido tus persuasiones fra»ternales. Estos son los cargos á que tengo que contestar: »yo, tu más fiel vasallo y constante, cariñoso y tierno her »mano, nunca te he sido desobediente, y mucho menos »infiel, y pruebas te he dado de ello muy repetidas en to»do el curso de mi vida, y particularmente en esta última »época, en la que, cumpliendo con mi deber, he hecho »servicios muy interesantes á tu persona; creo obrar con »rectitu, y por lo mismo aborrezeo las tinieblas; si soy »desobediente, si resisto, si escandalizo y merezco castigo, impóngaseme en hora buena, pero si no lo merezco, exijo una satisfaccion pública y notoria, para lo cual te pido se »mejuzgue segun las leyes, y nose me atropelle. Si se examina toda mi conducta en este negocio, no se hallará más »delito que el haber terminantemente declarado que, con»vencido del derecho que me asiste a heredar la corona, si »te sobrevivo sin dejar hijo varon, ni mi conciencia, ni mi >honor me permitianjurar ni reconocer ningun otro derecho. >Yo no quiero usurparte la corona, ni mucho menos poner

en práctica medios reprobados por Dios; ya te expuse lo que debia obrar segun mi conciencia, y todo ha quedado en el más profundo silencio; te pedí que se comunicara á las Córtes extranjeras, y no lo tuviste por decoroso á tu persona, por lo cual me ví precisado á pasar á todos los soberanos con fecha del 23 de Mayo una copia de mi declaracion y una carta simple de remision para su conociiniento: asimismo envié otra copia y oficios de remision »ȧ los obispos, grandes y diputados, presidentes ó decanos de los consejos, para que tuviesen la instruccion que debian de mis sentimientos y se extraen todas del correo del 17: estos son los medios que se me ofrecian para defender mis derechos, y no otros; estos son los que pongo »en ejecucion, y se me hacen inútiles; se me podrá acu»sar de cuanto se quiera, pero se me debe probar. Dígase »que este es mi crimen y no la estancia aquí más ó ménos larga; para ella existen las mismas causas: y además, no ya razones, hechos positivos, como son los enfermos y »muertos del cólera en la fragata, justifican mis anteriores recelos, y prueban que no eran ciertamente los obstáculos »que yo formaba, sino justisimos temores de perecer con »toda mi familia. Pero supongamos que no hubiese ningun »inconveniente, como le hay claro y visible, mi honor vul»nerado no me permite salir de aquí sin que se me haga »justicia, estando muy tranquilo y conforme. Veó el sen»timiento que te causa, y te lo agradezco; pero te digo que »obres con toda libertad y sean las que quieran las resultas. Te doy las gracias de que permitas á Lord el acompa»ñarnos habiéndote convencido mis razones; mas si tú lo »necesitas, mi gusto será el que se vaya al instante y cor»responda á tu confianza, como ha correspondido hasta »ahora á la nuestra. Es efectivamente que mi deuda es anterior al año 23; pero tú por una gracia especial la sépa»raste de la regla general, y mandaste el pago de cien mil reales mensuales, hasta su total solvencia; y así mi pe»ticion no es más que de un adelanto, y espero que me lo >concedas.

»Adios, Fernando mio de mi corazon; soy tu más aman. te y fiel hermano.-M. Cárlos. »

CARTA OCTAVA.

DEL REY FERNANDO VII.

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» Infante D. Cárlos:-Mi muy amado hermano: En 6 de Mayo os di licencia para que pasáseis á los Estados Pon⚫tificios; razones de muy alta política hacian necesario este viaje. Entonces dijisteis estar resuelto á cumplir mi vo luntad, y me lo habeis repetido despues; mas á pesar de »vuestras protestas de sumision, habeis puesto sucesiva⚫mente dificultades, alegando siempre otras nuevas, al paso que yo daba mis órdenes para superarlas, y evadiendo de uno en otro pretexto el cumplimiento de mis mandatos. Dejé de escribiros, como os lo anuncié, para terminar discusiones no convenientes á mi autoridad soberana, y >prolongadas como un medio para eludirla. Desde entonces os hice entender mis intenciones sobre los obstáculos, por conducto de mi enviado en Portugal. Mis Reales órdenes repetidas, en especial las de 15 de Julio, 11 y 18 »del presente, allanaron todos los impedimentos expuestos para embarcaros. El buque de cualquier bandera que fuera el puesto en país libre ú ocupado por las tropas del duque ⚫de Braganza, aun el de Vigo en España, todo se dejó á ⚫vuestra eleccion; las diligencias, los preparativos y los gastos todos quedaron á mi cargo.-Tantas franquicias y tan repetidas manifestaciones de mi voluntad, solo han ⚫producido la respuesta de que os embarcareis en Lisboa (don ⚫de podeis hacerlo desde el momento) luego que haya sido reconquistada por las tropas del rey D. Miguel.-Yo no puedo tolerar que el cumplimiento de mis mandatos se haga depender de sucesos futuros, ajenos de las causas que los dictaron; que mis órdenes se sometan á condiciones arbitrarias por quien está obligado á obedecerlas.Os mando, pues, que elijais inmediatamente alguno de los

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