1648.

PRIMER PERÍODO.

PORTUGAL Y LOS PAÍSES BAJOS.

ASIENTO Y CONDICIONES

CON QUE LOS SEÑORES DEL SUPREMO CONSEJO DE ARRECIFE ENTREGARON AL SR. MAESTRO DE CAMPO GENERAL, BARRETO DE MENÉZES,

LA CIUDAD DE MAURICÉA.

1654.

Véase la nota del tratado de 1641, pág. 43. Desde la tregua de 1641, la lucha heróica de los habitantes del Brasil contra los Holandeses continuó siendo favorable, y en 1654 tuvo lugar la completa expulsion de estos del Brasil, segun los hechos históricos que siguen. El maestro de campo Vieira, dejando mil hombres para guarnecer las fortalezas de Arrayal, villa de Olinda, Páo Amarello y Barreta, marchó, el 14 de enero, á la cabeza de 2,500 hombres, contra la fortaleza das Salinas, en donde Francisco do Rego mandaba el pasaje del rio. Falto de municiones de guerra, el comandante Naker se vió obligado á capitular el 16, bajo la condicion de embarcarse con la guarnicion para el Portugal. Esta se componia de 87 Holandeses. Se

encontraron en el fuerte 40 piezas de artillería y una cantidad considerable de armas y municiones.

Schoppe hizo retirar las guarniciones de Barreta y de Buraco de Santiago, para apoyar la defensa de la ciudad. Comenzaron las operaciones contra el fuerte Altenar, situado en el Bibéribe, á medio cuarto de legua al S. del de Salinas, y en frente de Arrecife. Se practicaron un camino oculto y minas, bajo la direccion de un ingeniero frances (capitão dos mineiros), nombrado Dumont, que se habia desertado con algunos de sus hombres. La guarnicion, compuesta de 240 Holandeses y Tapuyas, temiendo saltar en el aire, ó ser exterminados por los negros de Henrique Diaz, propuso tambien capitular, lo que tuvo lugar el 19 de enero. Murieron treinta y un soldados y hubo veinte heridos, en la defensa de esa plaza. Vieira dejó una guarnicion en ese fuerte, en el que encontró nueve cañones de bronce y uno de hierro, y una buena cantidad de municiones y provisiones de boca.

Schoppe hizo evacuar el fuerte dos Affogados, situado á media legua de Arrecife, en el interior del país, para reforzar la guarnicion de la ciudad. No quedaba entónces mas que el de Cincopontas y el reducto de Milhou (Reducto do Milhou), construido en el mar, á la distancia de 200 toesas de la ciudad. Andres Vidal y Diaz Cardoso marcharon á la cabeza de mil hombres al traves de la llanura, y aprovechándose de la noche y de la marea baja, sorprendieron el reducto. El 21 se rindió á discrecion el comandante Brink, despues de haber perdido cinco hombres muertos y otros tantos heridos, con cincuenta y dos Holandeses y diez Indios que componian la guarnicion.

No obedeciendo mas los habitantes á las autoridades, y exigiendo capitular, el consejo supremo se vió obligado á aceptar este tratado de capitulacion y evacuacion. La guarnicion bolandesa se componia de 1,200 hombres de tropas regulares. Ochocientos cincuenta Indios se habian retirado hácia el Ceará con los habitantes auxiliares de los Portugueses. Se encontraron en la ciudad 103 cañones de bronce, 107 de hierro, 6,000 balas de todo calibre, muchas municiones de guerra y provisiones de

1654.

1654.

toda especie para un año. El 28, el maestro de campo João Fernandez Vieira entró en triunfo en Arrecife; y el 1° de febrero, el maestro de campo general, Francisco Barretto de Menézes, dió órden á Francisco de Tigueirao de ir con su cuerpo de 850 y el regimiento de Vieira, á tomar posesion de las capitanías y fuertes de la isla de Ytamarca, Parahyba y Rio-Grande. En el primero habia 400 soldados, 33 piezas de artillería, y una gran cantidad de armas, de municiones y provisiones (1).

Los consejeros Schonenburg y Hacks llegaron á Holanda el 13 de julio, despues de un viaje de cuatro meses; y el 4 de agosto dieron su informe á los Estados generales, en el cual dijeron, entre otras cosas, que á los Holandeses les habian faltado víveres en el Brasil; que los soldados y los marinos se quejaban de falta de alimento y de paga, y de haber servido tres veces mas del tiempo por que se habian enganchado, habiendo amenazado saquear á Arrecife. Que en esa situacion habian sido atacados por mar el 20 de diciembre del año precedente, por una flota portuguesa de sesenta velas, y, por tierra, por un cuerpo de Portugueses, Brasileros, negros y mulatos, y obligados á capitular.

El teniente general Segismundo Schoppe, que habia consentido en la rendicion de la plaza, presentó á los Estados otra memoria, en la cual recordaba que, desde el año 1648, en que habia sido enviado al Brasil, no habia cesado de hacer conocer el estado de las cosas, y principalmente las quejas de los soldados; que las autoridades holandesas en el Brasil habian tenido que entregar Arrecife á los Portugueses para salvar á los habitantes; primero, porque habia falta de tropas; segundo, porque los soldados, mal pagados y mal alimentados, habian considerado la presencia de los Portugueses en Arrecife. como un gaje de su libertad, y aun habian dicho que preferirian saquear la plaza y pagarse á sí mismos ántes que servir por

(1) Aquí termina la historia de Rafael de Jesus, bajo el título de Castrioto lusitano. Lisboa, 1679.

Véase América portuguesa, lib. V, p. 115 y 123.

mas tiempo; tercero, porque solo habia un buque llamado El Brasil, para defender la costa contra sesenta y ocho navíos portugueses, y que ese buque mismo estaba en el mar; y cuarto, porque los almacenes no estaban bastante provistos de las cosas necesarias para la defensa de la plaza, faltando principalmente mechas.

Las cámaras de la compañía de las Indias nombraron comisarios para examinar esas memorias. El 3 de setiembre se mandó prender á los consejeros Schonenburg, Hacks y al general Schoppe; y por sentencia de los jueces, escogidos entre los oficiales de las tropas de los Estados generales, dictada el 20 de marzo del siguiente año, Schoppe fué privado de todos sus sueldos desde el 25 de enero, dia de la capitulacion de Arrecife, y los dos consejeros sometidos á los tribunales de sus provincias (1).

La noticia de esa capitulacion llegó á Portugal el dia de San José, aniversario del rey. Vidal, que estaba encargado de comunicarla, habia venido para abogar en favor de los Pernambucanos, que habian conquistado el país contra la voluntad del rey.

Los Holandeses lamentaban vivamente la pérdida de esa colonia, principalmente por la humillacion que les causaba el haber sido expulsados por la fuerza de las armas. Su flota, mandada por Tromp, batida por los Ingleses, les privó del medio de vengarse, pero no les impidió expulsar á los Portugueses de su importante posesion de Ceylan.

(1) Le Clerc, Hist. des Prov.-Unies, etc., lib. VIII.

1654.